Con la atención puesta en Siria, donde la inminente liberación de la provincia de Idlib (ubicado en el noroeste del país) por parte de las tropas sirias y sus aliados rusos significaría virtualmente el final de la guerra contra la bestia sionista, no podíamos dejar de lado la terrible situación que se vive en Libia, arrasada por un sangriento conflicto que ya dura siete años - propiciado por los EE.UU. y la OTAN al derrocar en el 2011 a Muammar Gaddafi con el fin de apoderarse de sus vastos recursos petroleros, como sucedió en Irak en el 2003 - que ha originado no solo su desintegración territorial, convirtiéndose en un santuario del terrorismo internacional, desde cuyas playas miles de ‘refugiados’ (terroristas en potencia) tratan de cruzar en pateras el Mediterráneo para llegar a Europa y desatar el terror “entre los cruzados” .La que una vez fue la mas prospera y envidiada de toda África, con un alto desarrollo económico gracias a su industria petrolera y su localización en las puertas de Europa, hoy un puzzle caótico en el que tratan de operar en medio del desastre dos autoproclamados ‘gobiernos’, uno en Trípoli apoyado por la ONU, y otro en Tobruk sostenido por países como Egipto y Arabia Saudita, que no son mas que mafias que se lucran con el tráfico de drogas y la trata de seres humanos, que ‘conviven’ con grupos criminales que se matan entre si para mantener el control sobre un territorio en descomposición. Como podéis imaginar, el colapso económico y social de Libia ha tenido un impacto devastador en la vida de sus martirizados habitantes, cuya pesadilla parece no tener fin. En efecto, desde comienzos de la semana pasada, nuevamente Trípoli ha sido escenario de violentos enfrentamientos, que han dejado hasta el momento unos 43 muertos, la mitad de ellos civiles, y más de 100 heridos. En el confuso panorama libio, es prácticamente imposible distinguir de qué lado están cada una de las milicias que pululan, aportando apoyo armado a diferentes líderes políticos, que aspiran a asentarse en los centros de poder que se pueden caracterizar: Trípoli y Tobruk, así como también en Bengassi y Fezzan. Los enfrentamientos, que estallaron en los suburbios densamente poblados del sur de la desvastada capital, son entre grupos que operaban hasta hace una semana para el ‘gobierno’ del Acuerdo Nacional (GNA), encabezado por Fayez al-Sarraj, impuesto por las Naciones Unidas en marzo del 2016. Las bandas involucradas en los nuevos combates son las Brigadas Revolucionarias de Trípoli (TRB) y Nawasi, dos de las facciones más poderosas de la capital enfrentado a la 7ma Brigada de Tarhuna, una ciudad ubicada a unos 60 kilómetros al sudeste de Trípoli. Está milicia también conocida como Kaniyat, por su líder Mohamed al-Kani, hace pocos días formaba parte del espectro las bandas armadas que apoyaban al ‘gobierno’ del GNA, fuera de la capital. El nuevo enfrentamiento habría estallado a partir de que tanto el Kaniyat como otras organizaciones ‘gubernamentales’ de las afueras de Trípoli han notado el creciente incremento de la riqueza y el poder de algunos jefes de organizaciones armadas de Trípoli no es ‘compartida’ con ellos, sintiéndose traicionados. Desde la llegada de al-Sarraj, éste financió a los grupos que se le aliaron, y que finalmente han extorsionado al ‘gobierno’, requiriendo cada vez más aportes, para mantenerse de su lado, cumpliendo funciones como fuerzas de seguridad de edificios oficiales y de librar a la capital y sus zonas de la influencia de otras bandas armadas que han secuestrado funcionarios y extorsionando a instituciones financieras y a las pocas empresas que funcionan. Los enfrentamientos obligaron a al-Sarraj a intervenir de urgencia ordenando con desesperación a las brigadas de las ciudades de Misrata, al oeste, y Zintán, al sur de la capital, a respaldar al ‘gobierno’ y obligar a las milicias enfrentadas a retirase de la capital, limitando la presencia de las milicias convocadas, hasta el 30 de septiembre. A comienzo de semana la acción de la cohetería obligó a suspender los vuelos del aeropuerto de Mitiga, el único en condiciones operativas de la capital. En las últimas horas del sábado otro cohete alcanzó el cuarto piso del Hotel al-Waddan, sobre la bahía de Trípoli, a tan solo 100 metros de la embajada italiana, mientras que un tercer proyectil impactó en una vivienda, del barrio tripolitano de Ben Ashour, a unos 200 metros de la oficina de al-Sarraj. A pesar del arribo de las brigadas pedidas por este, distintas fuentes indicaron que continúan llegando refuerzos para los Kaniyat, que, desde el domingo 26 de agosto, mantienen cerradas las entradas del sur de la capital, donde siguen atrincherados. Si bien el jueves 6 de septiembre se había logrado firmar una tregua con el acuerdo de la retirada de sus posiciones en el centro de Trípoli, ya el sábado 8 las hostilidades se habían reanudado. En un discurso televisado, al-Sarraj anunció su decisión de disolver a la Brigada de Tarhuna, aunque, como era de esperar, el jefe de dicha milicia, Mohamed al-Kani, se negó a acatar dicha exigencia, demostrando que el ‘gobierno’ no tiene autoridad alguna fuera de algunos barrios de la capital. Como sabéis, las ‘autoridades’ impuestas por la ONU en Libia han intentado mantener el control sobre Trípoli y reducir a las bandas organizadas desde que asumieron el poder en el 2016, sin embargo han fracasado en el intento de conformar un ejército similar al que logró reunir el general Khalifa Haftar, hombre fuerte del ‘gobierno’ de Tobruk y agente de la CIA. Desde la caída del Coronel Gaddafi en el 2011 - tras el ataque de una coalición encabezada por los Estados Unidos, la OTAN y varios países árabes e Israel - miles de armas han quedado en manos de los grupos terroristas armados por los estadounidenses para la ocasión, pero que ahora se han repartido el país combatiendo ferozmente entre ellos para asegurarse el control del territorio. A estos se sumaron no solo mercenarios extranjeros, sino muchos libios que ven en las organizaciones terroristas como la única posibilidad de hacerse con su cuota de poder y utilizar la violencia para acabar con el adversario, en un país reducido a la condición de Estado fallido. Estas organizaciones criminales ejercen un poder absoluto en los lugares que se aposentan, “administrando la justicia”, a su libre albedrío. Entre las bandas armadas más activas de la capital está la denominada Revolucionarios de Trípoli, (RDT) quizás la más importante de la ciudad, liderada por Haitham al-Tajuri, cuyo ‘financista’ sería Abu Bakr Bu Sahmein del Libyan Foreign Bank y al-Jomhouriya Bank, quien hasta el 2016 habría aportado unos mil millones de dólares. El RDT, que controla grandes zonas de la capital y ha apoyado al GNA desde el 2016, a finales del año pasado tomó la región de Warshefana, en las afueras del sur tripolitano. Desde entonces, ha controlado el ingreso de otras milicias a la ciudad y librado fuertes choques con las milicias de las Fuerzas Móviles Nacionales de la ciudad de Misrata. Otras de las grandes milicias de la capital son las Fuerzas de Seguridad Central de Abu Salim, cuyo líder es Abdul Ghani al-Kikli, también conocido como Ghneiwa, con epicentro en el barrio Abu Salim de Trípoli. También aliado al GNA, desde el 2016, ha tenido fuertes enfrentamientos con, el Grupo Libio de Lucha Islámica (LIFG) de Khalifa Ghwell, milicia integrista de la ciudad de Misrata. En Trípoli, otro poderoso grupo vinculado al GNA, es el Batallón Nawasi, también conocido como la Octava Fuerza, que ha controlado los alrededores del aeropuerto Mitiga de la ciudad por las sospechas de un ataque inminente por parte de milicias contrarias a Trípoli. Reconvertido bajo el nombre de Fuerzas especiales de disuasión del Ministerio del Interior de GNA (SDF), el grupo Quwat al-Rada al-Khassa, liderado por Raouf Kara, tras su surgimiento en el 2011 y con la caída del gobierno de Gaddafi, inicialmente concentró sus fuerzas para combatir el tráfico de drogas y el crimen organizado - no quiere competencia - hasta que sus operaciones también fueron dirigidas a enfrentarse a ISIS por el control del territorio. Otra organizaciones armadas más pequeñas de Trípoli, es el Batallón de Infantería 33 o Batallón Baqara, por el nombre de su líder Bashir Khalfallah (apodado Bashir al-Baqara), que ha participado en diferentes oportunidades en la lucha por el control del aeropuerto y la base aérea de Mitiga, contra el SDF, en febrero del 2017, por lo que al-Sarraj ordenó su disolución, cuestión a la que ni obedecieron. La Brigada de Salah al-Burki ha apoyado al antiguo parlamento islamista de Trípoli, y su autoproclamado ‘Gobierno de Salvación Nacional’ (GSN), que se sigue negando a aceptar la autoridad de al-Sarraj. Dividida, desangrada y destruida hasta el infinito, Libia se dirige a su irreversible desaparición, victima de las ambiciones de Occidente que no hace absolutamente nada para evitar su trágico destino :(
Todos los entusiastas de la fotografía sabíamos que este momento llegaría. Tan solo unos días después de que Nikon desvele oficialmente la existencia de sus cámaras Z6 y Z7, las «sin espejo» con las que en pocas semanas competirá con los modelos de la familia A7 III de Sony, Canon ha seguido sus pasos. Y es que la marca japonesa acaba de presentar su nueva EOS R, una cámara de sistema compacto con sensor Full Frame que entrará en liza directa con los modelos de Sony y Nikon que acabo de mencionar. Esta esperada propuesta de Canon llega equipada con un sensor de formato completo de tipo CMOS de 30,3 Megapíxeles y tecnología Dual Pixel, un visor electrónico dotado de un panel OLED, una pantalla táctil LCD articulada y grabación de vídeo 4K, entre otras especificaciones interesantes. Pero esta solo es la punta del iceberg. Durante la presentación de esta cámara Canon ha insistido en que el diseño de su nueva montura es el resultado de su experiencia en el pasado, y también de hacia dónde quieren ir en el futuro. La nueva bayoneta tiene una interfaz de conexión de 12 patillas y una distancia de la montura al captador Full Frame de 20 mm. Asimismo, su diámetro es 54 mm. Una característica de esta cámara que ha permitido a Canon «sacar pecho» durante la presentación es su sistema de enfoque. Recurre, como cabía esperar, a la tecnología Dual Pixel de la marca japonesa, pero lo realmente interesante es que cuenta con 5.655 puntos AF seleccionables, y, según Canon, consigue enfocar en 0,05 s. Esta prestación, unida a un disparo continuo de hasta 8 imágenes por segundo con enfoque fijo y hasta 5 imágenes por segundo con AF de seguimiento, pinta bien. En lo que concierne al procesador de imagen Canon ha integrado en este modelo el chip DIGIC 8, sobre el que se ejecuta un optimizador digital de la óptica que, sobre el papel, corrige las aberraciones introducidas por el objetivo y tiene la misión adicional de enviar datos de corrección al cuerpo de la cámara cuando utilizamos un objetivo RF. De esta forma, según la marca, han conseguido mejorar la calidad de las capturas al utilizar el modo de disparo continuo. Uno de los elementos más controvertidos de las cámaras sin espejo es su visor electrónico, sobre todo bajo la perspectiva de los usuarios que están acostumbrados a utilizar una cámara DSLR. El visor implementado por Canon en esta cámara incorpora un panel OLED con 3,69 millones de puntos, una cobertura del 100% y una magnificación de 0,71x. Sobre el papel pinta bien porque el panel tiene bastante resolución, y, además, la tecnología OLED nos ofrece un alto nivel de detalle en las zonas en sombra y las altas luces. Aun así, el visor electrónico es un componente especialmente delicado porque tiene un impacto directo en nuestra experiencia. Una de las características de este visor es su latencia debido a que existen diferencias importantes en este ámbito entre las cámaras CSC de otros fabricantes que también apuestan por visores electrónicos con panel OLED. Como cabe exigir a una cámara de este nivel, más aún hoy en día, incorpora grabación de vídeo 4K con salida a través de HDMI de 10 bits y Canon Log para llevar a cabo grabaciones con un contraste neutro. Otro dato interesante consiste en que tiene una gama dinámica de hasta 12 pasos a 400 ISO, un valor que debería arrojar un nivel de detalle bastante alto tanto en las zonas en sombra como en las altas luces, y que debería facilitar el etalonaje durante el proceso de postproducción del vídeo. En lo que concierne al manejo de la cámara Canon ha confirmado que esta EOS R nos permitirá personalizar todos los controles del cuerpo. La nueva EOS R llegará a las tiendas acompañada por cuatro nuevos objetivos con montura RF: dos ópticas fijas muy luminosas y dos zoomspolivalentes. Uno de estos objetivos es el RF 24-105 mm f/4L IS USM, unzoom de amplia distancia focal, estabilizado y con una abertura máxima de f/4 en todo el rango que será el objetivo habitual en el kit de la cámara. Costará 1.279 euros y llegará el 9 de octubre, junto a la cámara. El segundo objetivo con distancia focal variable es el RF 28-70 mm f/2L USM, que, como podéis ver, es polivalente y luminoso. Llegará en diciembre con un precio de 3.449 euros. Vamos ahora con las dos nuevas ópticas RF con focal fija. El objetivo RF 35 mm f/1.8 IS Macro STM, como podéis ver, es una óptica para macro bastante luminosa. Estará a la venta en diciembre a un precio de 599 euros. Y, por último, la óptica RF 50 mm f/1.2L USM es un objetivo muy luminoso y con una focal fija muy interesante que estará disponible en octubre a un precio de 2.659 euros. En cuanto al coste y disponibilidad de la nueva Canon EOS R, llegará a las tiendas a partir del próximo 9 de octubre con un precio de 2.600 euros para el cuerpo (el adaptador de montura Canon EF-EOS R estará incluido) y 3.650 euros para el kit que incorpora el objetivo RF 24-105 mm f/4L IS USM. El adaptador de Canon EF-EOS R llega con un precio de 199 euros :)
Como sabéis, las Flechas de Plata marcaron buena parte de la historia de Mercedes-Benz en el siglo XX, pero la marca alemana no quiere renunciar a su símbolo en el XXI. De ahí este EQ Vision Silver Arroz, presentado durante el Concours d’Elegance de Pebble Beach (California), es un concepto que traslada al futuro la leyenda de su pasado. El Mercedes-Benz EQ Vision Silver Arrow es un monoplaza inspirado en el W125 de los años 30 (que hasta 2017 ostentó el récord de velocidad en vías públicas con432,7 km/h), tanto en sus aerodinámicas formas como en su decoración, en color plata. Como recordareis, para el diseño de dicha estructura, Mercedes-Benz se inspiró en la industria aeronáutica alemana, específicamente orientado por los constructores de aviones de guerra Ernst Heinkel y Willy Messerschmitt, quienes les sugirieron a los ingenieros de la casa de Stuttgart acortar, redondear y bajar la nariz del vehículo con el fin de reducir la altura del eje delantero y darle más seguridad durante el rodaje. El resultado dejó boquiabiertos a los entusiastas de finales de la década de los años 30 y dejó registrada una marca que solo pudo ser superada en noviembre del año pasado (¡80 años más tarde!), cuando el moderno bólido Koenigsegg Agera RS alcanzó los 457,9 kilómetros por hora y, de paso, batió el récord Guinness de velocidad. En cuanto al nuevo prototipo, moldeado en fibra de carbono, evoca al modelo original e incluye una línea luminosa a lo largo de la carrocería, mientras que las letras EQ, también iluminadas en azul, dan fe de la unidad de negocios a la que pertenece, como la dan los rines de aluminio de 168 radios, parcialmente cubiertos y pintados de color cobre, otro sello de la Serie Vision EQ de Mercedes-Benz. De peculiares dimensiones: 5,30 metros de largo por apenas uno de ancho, es una cuchilla para cortar el aire. Esa dualidad de tradición y tecnología se ve aún mejor en el interior, donde se combinan materiales 'eternos' como el cuero, el aluminio o la madera, con una instrumentación de nave espacial, con pantallas curvas o un llamativo volante con un panel táctil incorporado (donde se seleccionan los modos de conducción: confort, Sport y Sport Plus, o los efectos de sonido que deseemos, incluido el del Mercedes de Fórmula 1). Cabe destacar que carece de techo y puertas, por lo que para acceder a él hay que abrir hacia delante una cúpula acristalada y en el puesto de conducción monoplaza vemos tecnología actual, como la bufanda de aire Airscarf integrada en los asientos, y otra más futurista como la pantalla panorámica delantera en la que mediante técnicas de realidad virtual se puede plasmar un circuito e incluso coches rivales con los que competir como si de una consola de videojuegos se tratase. Como todo Mercedes con las siglas EQ, su tren de rodaje es eléctrico. El EQ Vision Silver Arrow acude a unas baterías de 80 kWh para alimentar a un motor de 750 caballos de potencia y que proporcionan un alcance superior a los 400 kilómetros por recarga. Como una curiosidad, podemos agregar que hasta la llegada del Silver Arrow, Mercedes-Benz y los carros alemanes de competencia eran blancos, pero tuvo que dejarlo de lado para cumplir con el reglamento de ese entonces que exigía un peso mínimo. Los kilos que sobraban del vehículo récord desaparecieron en la noche previa de la competencia y desde ese entonces hasta hoy, en la F1, los autos de Mercedes han sido plateados :)