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miércoles, 22 de diciembre de 2021

JAPÓN: Sin autoridad moral

“Luego de pensarlo detenidamente” y siguiendo el ejemplo tomado por los EE.UU. de boicotear los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022 - al cual se han unido también otros países como Canadá, Australia y el Reino Unido - el primer ministro nipón, Fumio Kishida, anuncio que no tiene planes de asistir al evento, “debido a que considera que el Gobierno chino comete abusos de derechos humanos tanto en la región separatista de Uguiristán (Xingjiang) como en Tibet” autoproclamándose hipócritamente como ‘el paladín de la libertad y la democracia’. Lo irónico del asunto, es que esta decisión ha coincidido con el 84 aniversario de las atrocidades japonesas cometidas en Nanking en 1937, un genocidio que todavía hoy afecta profundamente a China. Como recordareis, durante la Masacre de Nanjing, o lo que a veces se conoce como 'La Violación de Nanjing', se estima que los invasores japoneses mataron a más de 200.000 civiles chinos de la forma más cruel y salvaje. Este monstruoso crimen tuvo lugar durante la Segunda Guerra Sino-Japonesa, en la que Japón buscó conquistar y ocupar toda China. Cualquiera con un conocimiento elemental de la historia, debe saber que esa masacre es el evento más sensible y traumático para China en los tiempos modernos, sobre todo porque, a pesar de las décadas transcurridas, Japón no ha expiado ni se ha disculpado debidamente por sus atrocidades, por lo cual no tiene ninguna autoridad moral para criticar a China en sus asuntos internos. A pesar de esto, en el más sombrío de los aniversarios, Japón decidió unirse al boicot diplomático de los Juegos Olímpicos de Invierno del próximo año en Beijing, siguiendo los pasos de los EE.UU. Esto es una bofetada para China en múltiples niveles, entre otras cosas porque Beijing brindó un apoyo crucial a Tokio durante los Juegos Olímpicos de este verano. El hecho de que Japón a pesar de su negro pasado y tener las manos manchadas de sangre pretenda dar lecciones de moral a China en materia de derechos humanos es considerado indigno, insensible y arrogante a raíz de un recuerdo tan horrible como el genocidio ocurrido en Nanjing. Lamentablemente, hay quienes dicen a modo de excusa: "Era 1937”. La lógica de ese ridículo 'argumento' refleja un tema familiar en el pensamiento anglófono: que los delitos ‘menores’ cometidos en su nombre en el pasado simplemente ya no importan. La respuesta obvia es la siguiente: si China hubiera cometido ese acto hace mucho tiempo, ¿sería tratado ahora de la misma manera que Japón? ¿Se olvidarían sus fechorías? Absolutamente no. Parece haber una falacia lógica en juego aquí: que el paso del tiempo es de alguna manera igual a la liberación de la justicia, porque algunos países se encuentran entre los 'justos'. Sin embargo, si aplicamos esa lógica a, digamos, a los crímenes del stalinismo y sus gulags (campos de la muerte), sería ampliamente, y con razón, condenado como escandaloso. ¿El tiempo deshace la gravedad de la atrocidad? Claro que no. Entonces, ¿por qué simplemente se le debería pedir a China que se ‘olvide’ de Nanjing, cuando Japón nunca ha tenido que enfrentar realmente ningún tipo de ajuste de cuentas por los aberrantes crímenes que cometió? .Cuando Japón se rindió a los EE.UU. en 1945, el régimen imperial existente simplemente se reincorporó a un nuevo sistema. El hecho de que Washington tuviera jurisdicción exclusiva sobre Tokio, no tuvo que negociar con la Unión Soviética como lo hizo con Alemania y buscó transformarla de inmediato en un activo estratégico para complementar el dominio estadounidense en Asia, explica por qué Japón obtuvo en gran medida una ventaja, el pase libre a su barbarie cometidos en tiempos de guerra. Y debido a eso, las heridas que los japoneses infligieron a Asia no han podido sanar. Ya sea en Corea o en China, el sentimiento es el mismo. Si bien, en la práctica, Japón y China han aprendido a convivir (el comercio entre Tokio y Beijing, por ejemplo, es enorme), la experiencia traumática de eventos como Nanjing ha dejado una marca indeleble en la identidad nacional contemporánea de China. El Partido Comunista se enorgullece de haber participado en la lucha antijaponesa y haber restaurado la soberanía de la nación en el contexto de un siglo de agresión extranjera, durante el cual la Masacre de Nanjing fue la atrocidad más espantosa cometida en suelo chino. Las cicatrices son tan profundas que el aniversario de Nanjing se ha convertido en una época de duelo nacional colectivo en toda China. Cada vez que fallece un anciano sobreviviente del evento, los medios lo informan ampliamente. Que Japón ignore esto y pretenda ejercer una autoridad moral sobre China es, por defecto, un insulto explícito a todos y cada uno de los chinos. Se ve como la ilustración perfecta de la falta de remordimiento y sensibilidad de Japón por su legado imperial, que ha envuelto en su relación con los EE.UU. que salvo el cuello a Hirohito impidiendo que termine en la horca. No obstante, con el espectacular ascenso económico, tecnológico y militar de China, muchas personas tienen la esperanza de que el cambio en el equilibrio de poder mundial signifique que el día de ajuste de cuentas de Japón no estará muy lejos. Mientras en décadas pasadas, este era un gigante económico, ahora la economía de China es tres veces su tamaño. Y el abismo se ensancha cada año que pasa. Para fines del 2021, se predice que el PIB de China habrá crecido un 8%, mientras que el de Japón se habrá contraído un 3%. En el 2020, China creció un 2,1%, mientras que Japón cayó un 4,59%. Esta trayectoria económica deja en claro por qué, sobre la base de experiencias históricas tan brutales, China está tan orgullosa de sus logros y por qué, por otro lado, Tokio, en última instancia, teme a Beijing ya que los chinos no olvidan y de estallar una conflagración, nadie podrá salvar esta vez a los japoneses :)

MOTO EDGE X30: Nadie lo vio venir

Poco a poco se extienden los modelos que apuestan por el procesador Qualcomm Snapdragon 8 Gen 1 y ahora le ha tocado el turno a Motorola que en un evento celebrado en China ha presentado el Motorola Moto Edge X30, uno de sus nuevos topes de gama para el 2022. El Motorola Edge X30 llega para competir en la gama alta y junto al procesador Snapdragon 8 Gen 1 de Qualcomm, apuesta por una pantalla P-OLED de 6,8 pulgadas, una memoria RAM GB LPDDR5 de 8 u 12 GB, carga rápida de 68W y una configuración de triple cámara en la zona trasera. El Motorola Edge X30 apuesta por unas formas que recuerdan a las de otros modelos del mercado, por lo que podemos decir que no hay demasiada innovación por parte de la marca. El frontal lo ocupa casi en su totalidad una pantalla de tipo P-OLED de 6,8 pulgadas capaz de ofrecer una resolución Full HD+ (2.400 x 1.080 píxeles) y una frecuencia de refresco de 144 Hz. Además es compatible con HDR10+.En el interior se esconde el nuevo procesador de Qualcomm, el Snapdragon 8 Gen 1 presentado hace unos días. Junto al mismo una memoria RAM de 8 o 12 GB de tipo RAM LPDDR5 y hasta 256 GB de almacenamiento interno de tipo UFS 3.1. En lo que refiere al apartado fotográfico, en el frontal aparece la cámara para selfies, perforada en el frontal, de 60 megapíxeles. Además llegará una edición especial con cámara bajo la pantalla. La zona trasera la ocupa un conjunto de tres cámaras con una principal de 50 megapíxeles y f/1.88, una lente ultra gran angular, también de 50 megapíxeles y un sensor de profundidad de 2 megapíxeles. El Moto Edge X30 hace uso de una batería con una capacidad de 5.000 mAh y un sistema de carga rápida que admite hasta 68W. En lo que se refiere a software llegará con Android 12 y la capa de personalización MYUI 3.0. Finalmente, en cuanto a su coste y disponibilidad, el Motorola Moto Edge X30 ya se puede reservar por 2.999 yuanes (que vienen a ser unos 444 euros al cambio) en el modelo de 8 GB de RAM y 128 GB de almacenamiento; En tanto, el modelo 8GB de RAM y 256GB de almacenamiento, puede ser tuyo por 3.399 yuanes (472 euros) ; Si prefieres el modelo 12GB de RAM y 256GB de almacenamiento, el precio varía a 3.599 yuanes (500 euros). Pero si prefieres la edición especial, con 12GB/256GB y cámara bajo la pantalla, podrás encontrarlo a 3.999 yuanes (555 euros) :)

NAVIDAD: Tiempo de Paz

Como sabéis, la Navidad es una de las celebraciones más importantes en todo el mundo. Es un hito importante para nosotros los cristianos, el final de un año, tiempo de regalos, festejos, reuniones familiares y sobre todo, una emotiva fiesta religiosa. Sin embargo, su origen responde en realidad a otros factores históricos que involucran al Imperio Romano y ritos paganos que poco tienen que ver con el hecho histórico que conmemora: el nacimiento del niño Jesús. En los tiempos modernos, se ha convertido en una fiesta cada vez más secularizada, salpicada de tradiciones extraídas de diversas culturas. Es por ello que en esta ocasión quisiéramos detallar de cómo surgió la Navidad y qué hay detrás de algunas de sus costumbres más apreciadas. ¿Cuándo nació Jesucristo?: Los evangelios no mencionan la fecha del nacimiento de Jesús, conocida como la Natividad. Pero sí cuentan la historia de su inmaculada concepción y su nacimiento en un pesebre. Según los evangelios, la madre de Jesús, María, fue una virgen elegida por Dios para dar a luz a su único hijo. Al enterarse de que María estaba embarazada, su prometido, un carpintero llamado José, quiso cancelar su compromiso. Pero el ángel Gabriel se le apareció en sueños y le dijo que no tuviera miedo. Los recién casados emprendieron entonces un arduo viaje a Belén para participar en un censo obligatorio. La afluencia de visitantes a Belén hizo que no hubiera ningún alojamiento disponible para la pareja. Luego de que un posadero se apiadara de ellos y les dejara dormir en su establo, María dio a luz al hijo de Dios. Lo acostó en un pesebre mientras los ángeles cantaban y una enigmática estrella brillante empezaba a brillar en el cielo. Los historiadores no se ponen de acuerdo sobre cómo se asoció el 25 de diciembre con la Navidad. Sin embargo, en el año 336 d.C., la iglesia de Roma celebraba la Navidad ese día, que coincidía con la fiesta del equinoccio de invierno romano de Saturnalia. Los festivales de invierno han existido en todo el mundo desde la antigüedad, y con el tiempo muchas de las tradiciones de esos festivales se vincularon con la Navidad. Por ejemplo, el festival germánico del solsticio de Yule incluía banquetes y celebraciones, y los druidas celtas celebraban un festival del solsticio de dos días durante el cual encendían velas y decoraban sus casas con acebo y muérdago; Fiestas navideñas medievales: Con el tiempo, la Navidad fue ganando popularidad y nuevas tradiciones. En la Inglaterra medieval, la Navidad era un festival de 12 días que incluía todo tipo de juergas, desde obras de teatro hasta fiestas desenfrenadas y desfiles para celebrar el nacimiento de Jesús. Desde entonces, la música, los regalos y las decoraciones se convirtieron en la norma. Las fiestas más extravagantes fueron celebradas por monarcas como Enrique III, cuyos invitados se atiborraron de 600 bueyes en un festín navideño del siglo XIII. Las universidades coronaban a un "Rey de la Navidad" o "Rey de las Alubias" que "gobernaba" a sus pares durante las fiestas, e incluso las celebraciones más modestas incluían himnos y villancicos. Pero no todo el mundo disfrutaba de las celebraciones. En 1644, los puritanos ingleses prohibieron la fiesta, lo que provocó disturbios y contribuyó a avivar la segunda guerra civil de Inglaterra; La influencia de Alemania en la Navidad: Inglaterra no tenía el monopolio de la Navidad. Los celebrantes de todo el mundo incorporaron a la fiesta las costumbres de sus festivales de invierno. Posiblemente, nadie lo hizo con tanto ahínco como los alemanes. A Alemania se le atribuye el nacimiento de un símbolo universal, el árbol de Navidad, que evolucionó a partir de la tradición pagana de decorar con ramas de árbol. Los alemanes llamaron Tannenbaum a su versión, un pino de interior adornado con velas y regalos. La tradición tomó vuelo en el siglo XIX, cuando la familia real británica, que tenía raíces alemanas, puso un árbol de Navidad, iniciando así una moda que adquiriría proporciones mundiales; EE.UU. se enamora de la Navidad: Al igual que en Inglaterra, los puritanos estadounidenses prohibieron la Navidad, en Massachusetts en 1659, y sólo levantaron la prohibición en 1681. Cabe destacar que la Navidad no gozó de popularidad hasta la Guerra Civil, que reforzó para muchos la importancia del hogar y la familia. En 1870, tras el fin de la guerra, el Congreso convirtió la Navidad en la primera fiesta federal del país. Al mismo tiempo, la afluencia de inmigrantes a los EE.UU. en la segunda mitad del siglo XIX trajo consigo sus propias tradiciones. Como escribe el historiador de la Navidad William D. Crump en The Christmas Encyclopedia, esto creó "una especie de crisol navideño, con la asimilación de varias culturas en una fiesta más uniforme y ampliamente celebrada en casa con la familia". Precisamente, uno de esos iconos culturales que los inmigrantes trajeron consigo se convertiría en una celebridad claramente estadounidense: Santa Claus; Cómo San Nicolás se convirtió en Santa Claus: Indudablemente, se trata de una de las figuras más populares de la Navidad, con su clásica vestimenta roja y barba blanca que lleva un trineo con renos para entregar regalos a los niños buenos de todo el mundo. El personaje se basa en San Nicolás, un obispo griego del siglo III que se asoció a la entrega de regalos en diciembre. Santa Claus llegó a los EE.UU. con los inmigrantes alemanes y holandeses de los siglos XVIII y XIX. Se popularizó en los relatos de autores estadounidenses como Washington Irving y Clement Clarke Moore, cuyo poema "A Visit from St. Nicholas" (Una visita de San Nicolás) es quizá más conocido por sus palabras iniciales, "Twas the night before Christmas" (Era la noche antes de Navidad). El aspecto icónico de Santa Claus fue propagado por el ilustrador Thomas Nast, que se basó en los cuentos célebres europeos para crear un Santa Claus cuya popularidad pronto se extendió por todo el mundo. En 1890, el comerciante James Edgar inició una costumbre que permanecería hasta nuestros tiempos cuando se vistió de Santa Claus y saludó a los niños en los pasillos de sus grandes almacenes de Brockton, Massachusetts. La idea cuajó y, desde entonces, frecuentan los grandes almacenes y centros comerciales; El origen de otras costumbres navideñas: La luz siempre ha formado parte de las fiestas de invierno, con sus características noches largas y oscuras. Las luces eléctricas de Navidad son una derivación moderna de las antiguas velas que los alemanes colocaban en sus árboles. Thomas Edison, inventor de la bombilla, fue también el inventor del primer hilo de luces. En 1882, su socio comercial, Edward H. Johnson, creó el primer árbol de Navidad iluminado con luces de colores. La innovación estadounidense también dio forma a la siempre popular tradición de intercambiar regalos en Navidad. En el siglo XX, el papel de regalo comercial sustituyó al de estraza cuando Rollie B. Hall, cuyo hermano había fundado Hallmark Cards, utilizó forros de sobres franceses estilizados tras quedarse sin papel de seda en su tienda. Hallmark también intervino en la creación de la tarjeta de Navidad moderna, inspirándose en las pequeñas tarjetas de cartón impresas de finales del siglo XIX para crear una más grande con un formato similar al de un libro, perfecta para los sentimientos personalizados. Los regalos, las tarjetas y las decoraciones están muy bien, pero para muchos la Navidad no está completa sin su comida favorita. Las casas de pan de jengibre ganaron popularidad en Navidad a principios del siglo XIX luego de que los hermanos Grimm publicaran Hansel y Gretel, un cuento en el que dos niños son secuestrados por una bruja que vive en una casa con paredes hechas de pan de jengibre y otros dulces. Desde la tarta de frutas hasta el ponche de wassail, cada cultura tiene su propia versión de lo que se considera comida navideña; Una fiesta cada vez más laica: Aunque la Navidad tiene un origen religioso, se ha convertido en una fiesta cada vez más comercial. Esto ha suscitado preocupación durante siglos, dice la historiadora Lisa Jacobson. "La gente se ha quejado de la excesiva comercialización de la Navidad desde su encarnación [moderna] a mediados del siglo XIX", explica a The Current, de la Universidad de California en Santa Bárbara (EE.UU.). "No creo que esa ambivalencia haya desaparecido del todo". Los que temen que la fiesta se haya alejado de sus raíces religiosas tienen razón. En 2019, más de nueve de cada diez estadounidenses encuestados por Gallup aseguraron que celebraban la Navidad, pero solo el 35% dijo que veía la fiesta como "fuertemente religiosa". Pero aun así, con su mezcla de tradiciones paganas y religiosas, la Navidad es y será una fecha muy especial para celebrar en familia. Feliz Navidad para todos :)
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