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miércoles, 30 de noviembre de 2022

GIGANTES DE HIELO: Los grandes desconocidos del sistema solar

Recientemente, el telescopio espacial James Webb de la NASA demostró sus increíbles capacidades de observación una vez más, con la imagen de Neptuno más clara jamás captada (un planeta tan enigmático como Urano) y que nos obliga en esta oportunidad a ocuparnos de esos gigantes helados y sus satélites que ocultan muchos secretos. Como sabéis, el sistema solar está compuesto por diferentes tipos de planetas. Mercurio, Venus, Tierra y Marte son planetas rocosos. Júpiter y Saturno son gigantes gaseosos. Urano y Neptuno son gigantes helados o de hielo. Y Plutón ni siquiera es ya uno de ellos, sino que ha sido degradado y hoy se le considera un planeta enano. Pero ¿qué son los gigantes helados? Puede que para algunas personas el término de gigantes helados o de hielo no le diga nada. Y puede que sí le suenen los gigantes gaseosos. Y es que sobre todo se habla de estos últimos. Además, en ocasiones los dos términos pueden llegar a confundirse. Sin embargo, lo que sabemos a día de hoy de los cuatro planetas es que tienen grandes diferencias entre sí. Los gigantes gaseosos suelen estar formados, como su nombre indica, por gases. Por ejemplo, la superficie de Júpiter es un océano gigante de hidrógeno metálico líquido que, debido a la presión atmosférica, está muy comprimido y se comporta como mercurio. "Neptuno es muy parecido a Urano", señala la NASA. "Está compuesto de una espesa mezcla de agua, amoniaco y metano sobre un centro sólido del tamaño de la Tierra. Su atmósfera se compone de hidrógeno, helio y metano". A diferencia de los planetas gaseosos; estos contienen hidrógeno y helio en menores cantidades. De hecho, la hipótesis es que los gigantes de hielo debieron aparecer más tarde que Júpiter y Saturno porque, si hubieran surgido a la vez, serían los cuatro iguales. Pero no es así. Sobre el metano, sabemos que está en su atmósfera debido al color azulado que presentan ambos planetas. También tienen campos magnéticos muy inclinados respecto a sus ejes de rotación. Esto es algo que llama la atención, más allá de que el eje de rotación de Urano ya es curioso de por sí; ello debido a que se desconoce por qué sucede esto. Más allá de que sean gigantes helados; Urano y Neptuno tienen características que los hacen únicos. Así que hablemos de ellas. Neptuno fue descubierto en 1846 por Urbain Le Verrier, John Couch Adams y Johann Galle. Es un planeta que se encuentra más de 30 veces más lejos del Sol que la Tierra y es un lugar oscuro, frío y muy ventoso, según señala la NASA. Por otro lado, el octavo planeta del sistema solar tiene días que duran 16 horas y tarda en dar la vuelta al Sol 165 años terrestres. Además, tiene 14 lunas y seis anillos, aunque estos "no se ven fácilmente". Por su parte, Urano es un planeta muy curioso, al menos en cuanto a los giros se refiere. El séptimo planeta del sistema solar fue descubierto en 1781 por William Herschel. La rotación sobre sí mismo es de 17 horas y 14 minutos, por lo que es menos que la de la Tierra. Sin embargo, el movimiento de traslación alrededor del Sol de Urano es de 84 años terrestres. Además tiene 13 anillos, aunque son tenues, sobre todo los interiores. Alrededor de este planeta orbitan 27 lunas. Pero eso no es todo, ya que este planeta gira al revés que el resto, es decir, en el mismo sentido que las agujas del reloj. Pero, además, su eje de rotación estaría en el ecuador, no en el meridiano. Esto significa que Urano giraría de lado. Esto podría deberse a que tuvo algún choque que le hizo variar su giro. La consecuencia de esta inclinación axial parece producir estaciones muy extremas, un fenómeno que no es nuevo; pero que nada tiene que ver con que sea un gigante helado. Como recordareis, la misión Voyager 2 de la NASA, lanzada el 20 de agosto de 1977, tuvo encuentros tanto con Urano como con Neptuno. El primero lo visitó el 24 de enero de 1986. Mientras que al segundo gigante helado lo visitó más de tres años y medio después, el 25 de agosto de 1989. Por desgracia, la visita de la Voyager 2 a ambos planetas generó más preguntas que respuestas. Este es el motivo por el que tanto la NASA como la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) estudiaron desde entonces cómo sería una nueva visita a los gigantes helados. Para ello la NASA está preparando la misión Uranus Orbiter and Probe, compuesta de un orbitador y una sonda, que trataran de desentrañar los misterios de Urano y sus lunas, cuyos lanzamientos están previstos para el 2031 y el 2032, llegando a su destino - si no hay contratiempos - entre el 2044 y el 2045. “Esta misión producirá avances transformadores en el conocimiento y la comprensión humana sobre el origen y la evolución del sistema solar y de la vida y la habitabilidad de otros cuerpos más allá de la Tierra", manifestó Robin Canup, vicepresidente adjunto de la Dirección de Ciencias Planetarias del Southwest Research Institute. La nave espacial realizaría un recorrido orbital del gigante de hielo durante los sobrevuelos y entregaría una sonda para explorar la atmósfera del séptimo planeta desde el sol. Los astrónomos ven el Uranus Orbiter and Probe como una forma de revolucionar el conocimiento que se tienen de los gigantes de hielo en general. Nuestro sistema solar alberga dos de esos extraños mundos, Urano y Neptuno. Solo una misión ha volado previamente por los dos planetas: la Voyager 2 de la NASA en 1989. El resto de lo que los científicos saben sobre estos planetas distantes se ha recopilado utilizando telescopios como el Hubble. Pero ninguna misión ha estudiado a Urano de cerca y en detalle. Los científicos están interesados en aprender sobre su dinámica atmosférica, su campo magnético complejo y qué condujo a la creación de su inclinación y anillos extremos. Y algunas de las lunas más grandes que orbitan el planeta podrían ser mundos oceánicos. El Uranus Orbiter and Probe podrá obtener más información sobre el origen, el interior, la atmósfera, las lunas y los anillos del planeta. En cuanto a Neptuno, se tenía previsto lanzar el orbitador Neptune Odissey, que abordaría muchos de los mismos objetivos científicos con respecto a los gigantes de hielo, pero por razones logísticas y de costo se favoreció primero la misión a Urano. De todas maneras, si se cumplen los plazos previstos para el viaje a este ultimo planeta, pasaran muchos años antes de obtener los resultados deseados :)
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