No cabe duda que esta semana nuestra atención se desplaza a Venezuela, que sufre una criminal agresión fascista por parte de aquellos sectores golpistas, los cuales digitados por los EE.UU pretenden desestabilizar el país a como de lugar para provocar un Golpe de Estado y tomar el Poder, del cual fueron echados a patadas en 1999.
Su desesperación por echar mano de las inmensas riquezas petroleras del país es tal que se han quitado la careta y vuelven a las andadas. No están dispuestos a esperar que la coyuntura les de una oportunidad electoral. Como Capriles ya no les vale, vuelven al sabotaje, a poner muertos en las calles, a la desestabilización, contando como única baza el apoyo mercenario tanto de los EE.UU como de una nauseabunda campaña mediática de parte de la mayoría de la prensa mundial y de la propia Venezuela donde el 85% de los medios de comunicación están en manos de los golpistas. Como Capriles, en su momento cuando se negó a aceptar su derrota electoral, hoy el cabecilla golpista Leopoldo López y su camarilla vuelven a agitar la bandera de la violencia para intentar acorralar al gobierno de Nicolás Maduro.Con ellos no se puede conversar porque no quieren el dialogo y solo buscan venganza. Los análisis tergiversados de la derecha son los que han llevado a un sector de la misma -
que siguen sin querer entender el masivo apoyo popular a la Revolución Bolivariana - a repetir la estrategia golpista del 2002. Así, Ramón Piñango, del IESA y director de la “Unidad de análisis de coyuntura”, recomendaba recientemente a Henrique Capriles alejarse de Leopoldo López y de su plan de regresar a la lucha callejera para desestabilizar al gobierno (Plan “Salida”). En un documento publicado estos días en la prensa venezolana hacía las siguientes reflexiones, entendiendo que la anterior estrategia golpista sólo había servido para reforzar más el apoyo popular al gobierno:
“1.- El respaldo popular al Chavismo sigue siendo importante y mayoritario; 2.- Las medidas anunciadas por el Presidente Maduro han dado señales para el pueblo que el Gobierno esta actuando; 3.- El Gobierno ha logrado posicionar la matriz de la responsabilidad del sector privado en la escasez y especulación; 4.- Los vínculos del golpista Leopoldo López con el conocido narcotraficante colombiano y agente de la CIA Alvaro Uribe y el paramilitarismo quiebra la relación con el Gobierno de Santos; 5.- El respaldo de las Fuerzas Armadas a la revolución es irrestricto; 6.- La agenda del Plan “Salida” no tiene ni tendrá respaldo popular, ya que el pueblo de Venezuela por tradición cultural aísla a los violentos; 7.. Cualquier acción violenta contra el Gobierno unifica las fuerzas Chavistas; 8.- La agenda del golpista Leopoldo López no se corresponde con asuntos de política nacional sino a intereses norteamericanos; 9.- Las acciones de Leopoldo López buscan desplazar el liderazgo de Capriles”. Asimismo, la prensa internacional ha vuelto a ser cómplice de la enésima intentona golpista. Por una parte, los que manejan una idea ramplona de justicia y reparten culpas desde la tentación de la inocencia. Son los que hablan de “los dos bandos” o de los “extremistas de ambos lados”, como si fuera lo mismo estar en el Gobierno que ser un golpista. Por otra -los más-, formando directamente parte de la estrategia golpista y acusando al Gobierno de Maduro de “ilegítimo”. Las absurdas acusaciones vertidas sobre el gobierno bolivariano apenas se sostienen cuando se conoce la realidad del país.
Lo que todo el mundo debe saber es que la derecha golpista venezolana está armada, vinculada con el paramilitarismo colombiano y tiene como estrategia sembrar la calle de muertos para intentar estrechar el cerco contra el gobierno. Como ocurrió en 2002, vuelven a conocerse conversaciones previas donde ya se anunciaba que las manifestaciones iban a terminar con muertos para acusar de ello al gobierno. Pero estas informaciones no aparecen en la prensa internacional: porque no sirven en sus planes de “criminalizar” al gobierno venezolano. Claro que existen grupos populares en el país caribeño con capacidad de resistir un golpe de Estado y defender con su vida la Revolución. Ya quisiera la derecha golpista que no existieran. Y están además los 100.000 kalashnikov que Chávez compró para armar a las milicias bolivarianas. En América Latina saben que los golpes de Estado organizados desde Estados Unidos son parte de la política del continente. Quien quiera entrar por la fuerza en Venezuela, va a encontrarse con mucho pueblo enfrente. Tienen además - y eso no lo soporta la derecha - unas fuerzas armadas comprometidas con su misión de salvaguardar al pueblo y no a los latifundistas y a los grandes empresarios. Y es que América del Sur ha aprendido sus lecciones del pasado. Allende no murió en vano.
No estaría de más que EE.UU. y sus amigos golpistas sacaran sus sucias manos de Venezuela y dejaran al Gobierno gobernar ya que no es sencillo hacerlo cuando un gobierno poderoso está siempre esta conspirando contra la Revolución. No olvidemos que Venezuela cuenta con las mayores reservas petroleras del mundo y por ello es una codiciada presa para el Imperio y sus lacayos golpistas. Pero el pueblo armado no dejara que vuelvan a atropellar su dignidad y correrá la sangre de los fascistas antes que ello ocurra. La Revolución Vive y Vencerá :)