El arrollador triunfo del NO en el referéndum convocado por el gobierno griego el último domingo, no solo es una victoria personal del señor Alexis Tsipras en su enfrentamiento con Bruselas, sino que además se trata de una derrota contundente de aquellos sectores que practican el terrorismo financiero contra su país y que en los últimos días pintaron un escenario apocalíptico si es que Grecia dejaba de aplicar su inhumana política de austeridad que solo beneficia a su acreedores, los cuales pretenden asfixiarla si no paga hasta el último centavo de su abultada deuda externa originada – es bueno recordar – por anteriores gobiernos conservadores que siguieron al pie de la letra las indicaciones de Bruselas y que han dejado al país al borde de la bancarrota. El señor Tsipras no es por ello responsable en modo alguno de la grave situación económica heredada y que por el contrario tuvo que hacer frente ni bien asumió el mando. Eso lo ha entendido perfectamente el pueblo griego, quien le ha reiterado su apoyo con un 61.31 a su favor, diciendo de esta manera NO al miedo y al chantaje que quiso imponer la Troika, los cuales incluso mediante una millonaria campaña propagandística trataron de torcer la voluntad popular hasta el mismo domingo, publicando en la prensa europea diversas encuestas amañadas en las cuales se anunciaba “un empate entre el SI y el NO” e incluso que la primera opción defendida por Bruselas “ya lo estaba superando”, cuando la realidad fue muy distinta. Esperaban una derrota del NO y la inmediata renuncia del gobierno griego, tal como lo dio a entender Angela Merkel, pero los resultados no fueron lo que esperaban. Ahora para su disgusto tendrán que seguir reuniéndose con Tsipras - quien por cierto ha salido fortalecido con estos resultados – y encontrar una solución consensuada al problema, sin imposiciones de ningún tipo por parte de la Troika. Por cierto, la victoria del NO en el referéndum no significa la “salida automática” de Grecia de la zona euro como llegaron a afirmar interesadamente aquellos que se oponen al gobierno de Syriza. "En los documentos básicos de la UE ni siquiera existe un procedimiento legal" para el 'Grexit', argumentó una fuente que pidió el anonimato. Por el contrario, "continuarán las negociaciones con los acreedores, que sin lugar a dudas serán duras” vaticinó. Algunos analistas han interpretado asimismo la dimisión del “radical” Varufakis como ministro de Finanzas y su reemplazo por el “moderado” Tsakalotos como un “guiño” a Bruselas y una demostración que Tsipras está dispuesto a negociar. Sin embargo, se debe tener muy en claro que Atenas no aceptará someterse bajo ningún motivo a las exigencias de la Troika y si ello significa que finalmente se deba salir de la zona Euro y la UE (¿y porque no también de la OTAN?) se hará. No será el fin del mundo ni nada que se le parezca, Si por ello hay retornar al Dracma, no habrá ningún problema. Quienes saldrían perdiendo de todo ello serian sus acreedores, a quienes no se les pagaría un centavo. Y ellos lo saben. Es por ese motivo que al conocerse los resultados oficiales, tanto Angela Merkel como François Hollande declararon que dejarían la puerta abierta “para continuar las negociaciones”, dejando ver que insistirán en sus demandas a Atenas, lo cual se manifestó este martes en la cumbre extraordinaria reunida en Bruselas, donde la UE ha endurecido su posición y ha dado plazo a Grecia hasta el domingo “para negociar el rescate”, esto es la sumisión total. Sin embargo, el señor Tsipras ha indicando de antemano que su país no volverá a someterse al chantaje de la Troika. No cabe duda que este enfrentamiento terminará a la larga con la retirada de Grecia, pero “no caerá al abismo” como pregonan los voceros del gran capital, ya que tendrá a Rusia como un firme aliado. Algo que no debiera sorprendernos, ya que su amistad tiene profundas raíces históricas y religiosas que provienen de la Edad Media. Moscú siempre se ha considerado la heredera de Bizancio - tanto así que el primer Zar se casó con la hija del ultimo emperador bizantino - y tras caer Constantinopla en 1453 en manos de los turcos, se autoproclamó la Tercera Roma y gran defensora de la religión ortodoxa, que también es la griega. Tuvo destacada participación contra los otomanos en la Guerra de independencia de Grecia y solo la llegada del comunismo en 1917 a Rusia interrumpió esa fructífera relación, pero su derrocamiento en 1991 posibilito su reanudación hasta el día de hoy. Sin embargo, un abandono de Grecia, tanto de la UE como de la OTAN y su integración a la órbita de Moscú no está exento de peligros, ya que la Bestia (EE.UU.) no dejará escapar a su presa y tal como sucedió en Ucrania, organizaría por medio de agentes de la CIA, violentas manifestaciones “pro-democracia” para derrocar a Tsipras y reemplazarlo por un gobierno colaboracionista, lo cual a no dudarlo originaría una guerra civil. Aun así, si las exigencias de Bruselas son inaceptables, habría que correr el riesgo. La dignidad de Grecia no se negocia :)