En el Golfo todos los ojos están puestos en Mohammed bin Salman, quien deberá llevar en el futuro las riendas de Arabia Saudita, luego de que la semana pasada se convirtiera en el primer heredero al trono cuando su padre, el rey Salman bin Abdulziza, apartó de la línea sucesoria a su primo (sobrino del monarca) Mohamed bin Nayef. A nadie se le escapa el sorprendentemente rápido ascenso del príncipe de 31 años que, además, es el responsable de la agresiva política exterior mostrada por la corrupta y decadente monarquía saudita desde enero del 2015. Bin Salman - quien según las agencias de espionaje occidentales padece de una “leve” demencia - despierta por su condición, muchas suspicacias en la región y el mundo. Ministro de Defensa y líder en la sombra, Bin Salman ha demostrado ser ambicioso e inescrupuloso en busca de acceder al trono, no escatimando esfuerzo alguno para deshacerse de quienes en su locura, considera sus ‘enemigos’. Desde el inicio del mandato de su padre, ha dirigido y estimulado la guerra de agresión contra Yemen, siendo considerado el responsable del genocidio que sufren los yemenies a manos de los invasores ante el silencio cómplice de Occidente que no hace nada para detener esta masacre. Asimismo, en el colmo del cinismo, a pesar de que junto a los EE.UU. son los principales patrocinadores del terrorismo en el mundo, financiando grupos como ISIS, Al Qaeda y Al Nusra para desatar el caos y la violencia tanto en Siria como en Irak, ha intentado fundar una amplia alianza militar islámica ‘antiterrorista’ (?) y ha liderado por ordenes de Trump, junto con Bahréin, Emiratos Árabes Unidos y Egipto, la ruptura de relaciones con Qatar, a quienes ‘exigen’ entre otras medidas, romper relaciones con Irán, clausurar la cadena televisiva Al Jazzera y finiquitar cualquier relación con los Hermanos Musulmanes para poner fin al bloqueo que vive desde hace tres semanas, un ultimátum que ha sido rechazado por el emir qatarí, quien afirmo que dichas demandas no son razonables ni viables: “Arabia Saudita piensa que Qatar no tiene derecho a ser independiente y esta equivocado. Es por ese motivo que vamos a estrechar nuestras relaciones con Irán” aseveró, unas declaraciones que han elevado las tensiones al máximo con su belicoso vecino, por lo que no descarta el estallido de la guerra en la zona. En los dos años y medio desde que su padre fue coronado rey, Bin Salman ha eliminado a los príncipes más experimentados que él, especialmente su denostado primo. Pero Mohammed bin Nayef, de 57 años y que fue despojado también de todos sus cargos (ministro del Interior y jefe del servicio de inteligencia), nunca tuvo un papel clave en las recientes reformas de la casa real. En cambio, Bin Salman siempre ha gozado de la confianza del monarca de 81 años que le ha dado vía libre en sus demenciales acciones. Una instantánea de los muchos títulos del príncipe heredero revela cuán amplio es su portafolio. Aparte de futuro rey y ministro de Defensa, también es primer viceministro, Presidente del Consejo Económico Supremo, jefe de un consejo que supervisa al gigante petrolero estatal saudita Aramco, jefe del Fondo de Inversión Pública y alto miembro del Consejo de Asuntos Políticos y de Seguridad. Bin Salman también estaría a cargo de los negocios de armas con Washington y del último contrato multimillonario firmado con Washington. Considerado un “halcón” a la medida de Trump, de hecho, él mismo se ha definido como “la versión joven” del actual presidente de EE.UU. Y eso que hace poco más de dos años, era una figura poco conocida en Arabia Saudita. Pegado a la corte de su padre, Bin Salman, a diferencia de sus seis hermanos pequeños, nunca estudió en el extranjero, y eligió permanecer cerca del monarca y estudiar derecho en la Universidad King Saud en Riad. A nivel nacional, amplió su dominio recurriendo a firmas de consultoría externas para lanzar un plan para revisar la economía del reino. Su objetivo es reducir drásticamente la dependencia del país de las exportaciones de petróleo luego de que una caída de los precios casi paralizara la capacidad de Arabia Saudita, para invertir en proyectos nacionales y establecer alianzas extranjeras. Sin embargo, al ser un país desértico carente de todo - aparte del petróleo - prácticamente todo lo demás es importado, por lo que muchos analistas ven que será muy difícil que pueda cumplir sus planes. Al respecto, el analista británico Martin Jay, opina que tanto Israel y Estados Unidos han ‘facilitado’ su designación como príncipe heredero de Arabia Saudita porque resulta conveniente para su campaña contra Irán. “Despiadadamente ambicioso e impulsivo, Bin Salman ha liderado el esfuerzo multinacional para aislar a Qatar por sus lazos con Irán y apoyo a grupos islamistas opuestos a Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos (EAU)” indicó. Jay tiene claro que Bin Salmán, “adoptará un enfoque más duro hacia Qatar e intensificará su hostilidad a Irán, porque no le interesa establecer lazos diplomáticos con Teherán, con lo cual los sauditas y los iraníes se están acercando al abismo de una crisis completamente diseñada por Israel y Estados Unidos. De hecho, Donald Trump, no podía soñar con un líder saudita más apropiado a sus demenciales planes de marginar a Irán, incluso si supone esfuerzos militares en una guerra sin cuartel", escribe el analista antes de señalar que no hay duda alguna que el doble atentado terrorista que sufrió Teherán el pasado 7 de junio fue realizado por encargo de Riad. “Una serie de reuniones extrañas que celebraron en Washington especialistas en Oriente Medio de Trump y el muy elocuente canciller saudita, Abdel al Jubeir, en la que también estuvieron presentes funcionarios de EAU , seguidas sospechosamente por los atentados ocurridos en Teherán, indican que el nombramiento de Bin Salman no se debe necesariamente a los deseos de su padre, sino a una orden directa de Israel (quienes incluso enviaron una flota de aviones de combate a Arabia Saudita para ‘asegurar’ su designación como heredero al trono y evitar un golpe de Estado por parte del destituido príncipe heredero Bin Nayef ) ya que están convencidos que el hijo del rey Salmán los reconocerá diplomáticamente y abrirá las puertas empresariales a los israelíes. El año pasado se reveló que tanto Riad y el régimen de Tel Aviv, sin relaciones diplomáticas formales, cohonestaron todos los esfuerzos para impedir la firma del Acuerdo Nuclear de Irán con la anterior administración de la Casa Blanca, el mismo que Trump ahora pretende desconocer" indicó. Los países ribereños del Golfo Pérsico no mantienen prácticamente relaciones bilaterales y multilaterales con el régimen sionista por no reconocerlo como Estado soberano, pero en los últimos años Israel ha mantenido vínculos secretos en ámbitos económicos con algunos Estados del Golfo bajo el pretexto de “enfrentarse a la amenaza iraní”. Para finalizar, Jay vaticina que la región se dirige hacia un enfrentamiento duro con Teherán, pero duda que las fuerzas sauditas, tras sus rotundos fracasos en Yemen y Siria, tengan éxito en una guerra con Irán, incluso en el caso de que participe junto a una coalición de países musulmanes, como lo propuso Trump durante su visita a Arabia Saudita. "¿Quién lideraría esa agresión militar a la República Islámica? Por lo visto, el nuevo príncipe heredero espera que las fuerzas estadounidenses se encarguen de esa tarea" puntualizó. Aunque pocos de los aliados de Arabia Saudita han criticado públicamente la elección de Bin Salman - incluso algunos no dudan en calificarlo como el hombre mas peligroso del mundo - un análisis de inteligencia alemán publicado por la agencia de espionaje de Berlín menciona la preocupación por el futuro del reino en manos de quien no solo padece alteraciones mentales, aparte de tener un carácter irascible y violento, sino que la postura diplomática más cautelosa de los antiguos líderes dentro de la familia real, ha sido reemplazada por una política de abierta confrontación que pretende seguir de la mano con Washington y Tel Aviv en su guerra personal contra Irán. “Esta posición francamente hostil solo conducirá a la región a la guerra y existe un riesgo muy grande que Rusia, al ser un estrecho aliado de Teherán, termine involucrándose en ella, lo cual desencadenaría un conflicto de insospechadas consecuencias” sentencio el documento. Demás esta decir que Donald Trump y Benjamín Netanyahu saludaron efusivamente su elección y están seguros de que “se llevaran muy bien” con el futuro monarca. No cabe duda que entre locos se entienden :(