Una crisis política de insospechadas consecuencias acaba de estallar a inicios de semana en el Golfo Pérsico donde seis países de la región - Arabia Saudita, Bahrein, los Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Yemen y las islas Maldivas -incrementaron la tensión en la zona al anunciar la ruptura de relaciones con el emirato de Qatar, al que en un acto sublime de hipocresía acusan de apoyar a organizaciones terroristas como ISIS y Al Qaeda, cuando por todos es sabido que no solo Qatar es quien los financia, ya que Arabia Saudita, es junto con los EE.UU. y los sionistas son sus principales ‘patrocinadores’ para desatar el terror y la violencia en Siria e Irak con el objetivo de desestabilizar a esos países y ‘justificar’ el intervencionismo estadounidense en la región. Asimismo, esos países cerraron sus fronteras marítimas, terrestres y aéreas y exigieron a los qataries que abandonen sus territorios en dos semanas, suspendiendo además el tráfico aéreo, por lo que ha quedado virtualmente aislada del mundo exterior. Gran parte de las importaciones de alimentos de Qatar llegan por vía terrestre a través de la frontera con Arabia Saudita y los medios locales dijeron que los residentes se habían precipitado a los supermercados para acumular bienes en medio de temores de un bloqueo prolongado. Posteriormente, Egipto redujo el plazo a 48 horas para que el embajador qatarí se retire del país y el encargado de negocios de su embajada en Doha abandone el emirato. Además, al menos dos bancos estatales congelaron también las transacciones en riyales, la moneda qatarí. El gobierno qatarí se mostró sorprendido por la medida y denunció que sus vecinos están violando su soberanía, al fabricar “acusaciones sin fundamento” para romper relaciones diplomáticas. “No hay justificación legítima a estas medidas”, manifestó el Ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado, que además agregó que los países del golfo quieren “imponer una tutela sobre el Estado Qatari”, recordando que sus grandes reservas de petróleo y gas natural lo convierten en uno de los países más ricos - y envidiados - del planeta. Como sabéis, la relación entre estos países es tensa desde hace bastante tiempo e incluso hace tres años Arabia Saudita, Bahrein y los Emiratos Árabes Unidos retiraron a sus embajadores durante algunos meses por su apoyo a los Hermanos Musulmanes, una organización política que pregona el Islam y es considerada terrorista por varios gobiernos, como Rusia y Egipto. Qatar es un estrecho aliado de Washington y al sur de su capital, Doha, alberga la mayor base militar del ejército estadounidense en el mundo árabe. Al poco tiempo de conocerse la noticia, el Presidente estadounidense Donald Trump aplaudió la medida y además, insinuó que la ruptura de relaciones de Arabia Saudita y sus aliados con el país era mérito suyo tras su primera gira internacional como presidente de EE UU. “Durante mi reciente viaje a Oriente Próximo ya defendí que no podía haber financiación de la ideología radical. Los líderes señalaron a Qatar. ¡Mirad!”, publicó en su cuenta de Twitter, al día siguiente de que Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Bahréin y Egipto anunciaran la ruptura de relaciones con Qatar y el bloqueo a sus vías de comunicación. “Qué bien que el viaje a Arabia Saudita con el Rey y otros 50 países ya esté dando frutos. Dijeron que se pondrían duros con la financiación y el extremismo y todas las referencias eran a Qatar ¡Quizá este sea el principio del fin del terrorismo!”. La postura de Trump sorprende por lo contundente, ya que contrasta con el tono conciliador con el que reaccionó el secretario de Estado Rex Tillerson, quien pidió a Arabia Saudita y Qatar “a sentarse y resolver sus diferencias” demostrando con ello el doble juego de los estadounidenses en la región. La exclusión de Qatar también encendió las alarmas dentro de la FIFA, porque éste fue el país elegido para ser anfitrión del Mundial de Fútbol del 2022, aunque prefirieron no realizar comentarios sobre la crisis diplomática. "La FIFA está en permanente contacto con el comité organizador local y los distintos actores involucrados en el Mundial 2022", señaló brevemente el organismo. Además, el bloqueo impuesto al emirato provocará grandes pérdidas para la compañía aérea Qatar Airways, que tendrá que operar a través de Irán evitando cruzar los cielos de aquellos países que rompieron relaciones con el emirato. La ruptura de relaciones diplomáticas con Qatar se veía venir tras la celebración de la cumbre entre EE.UU. y varias naciones musulmanas en Riad. Durante el encuentro, el país anfitrión, Arabia Saudita, condenó a Irán en nombre de todos los participantes por practicar políticas ‘hostiles’ en Oriente Próximo. Más tarde, la agencia de noticias qatarí QNA difundió unas declaraciones del emir de Qatar en las cuales rechazaba esa declaración y que por el contrario, se mostraba a favor de normalizar las relaciones con Teherán, lo cual desato la crisis con Riad, ya que los iraníes son los mayores adversarios de los saudíes, quienes los acusan de querer extender su influencia en la zona y tanto en Siria, Irak y Yemen apoyan a las partes contrarias en sus guerras fraticidas. Sin embargo, la razón ‘oficial’ para la ruptura de los lazos diplomáticos ha sido que Doha ‘apoya el terrorismo y realiza esfuerzos para desestabilizar la región’.Venga ya si hablamos de financiar a ISIS y Al Qaeda , los saudíes le llevan la delantera y de lejos. Según el experto político y militar Serguéi Prostakov, entrevistado por la Agencia Federal de Noticias de Rusia, las recientes acciones de los países del golfo Pérsico están relacionadas con Washington. "Las palabras formales y de protocolo de Tillerson acerca de la necesidad de mantener la unidad de las naciones del golfo Pérsico no van a cambiar nada las relaciones de estos países en competencia. Para la estrategia de EEUU en Oriente Próximo, todo sigue igual que antes: la presencia militar de EE.UU. en Qatar no depende de un cambio de gobierno en Doha, aunque este se produzca", señala Prostakov. El analista destaca que Qatar es un Estado único, cuyo papel en la región, a pesar de tener un pequeño territorio y de su dependencia militar total de EE.UU., ha sido enorme. En el emirato se ubica la base militar estadounidense de Al Udeid, la sede del Comando Central de EE.UU., que se ocupa de la planificación y realización de operaciones militares en Oriente Próximo, y el centro 609 de control de operaciones aeroespaciales. Desde estas instalaciones se supervisan todas las operaciones del Pentágono en la zona, ‘vigilando’ especialmente a Irán. "Este país rico en petróleo y gas fue la principal herramienta de los Criminales de Guerra Barack Hussein y Hillary Clinton en la ejecución de sus planes durante la denominada como ‘primavera árabe’, el cual fue orquestado por la CIA (a imitación de las ‘revoluciones de colores’ en Europa del Este), que incluía no solo un cambio de regímenes en Oriente Próximo, sino también la redistribución del mercado del petróleo, que llevaría a que Qatar dispusiera de acceso al mercado europeo a través de Egipto y Siria. Sin embargo, en el mercado del petróleo y el gas, las autoridades de Qatar se han quedado completamente aisladas de Europa, y se ven obligadas a centrarse en la inestable región de Asia Oriental. Mientras tanto, los grupos radicales financiados por Doha se enfrentan a la perspectiva de quedarse solos ante los oponentes prosaudíes y proturcos, así como a la coalición antiterrorista" explica Prostakov, quien agregó que la financiación de organizaciones terroristas como ISIS y Al Qaeda, el gigante mediático Al Jazeera y el comercio del gas y el petróleo fueron las herramientas que Qatar utilizó para destruir a sus competidores y establecer su liderazgo en Oriente Próximo. No obstante, la llegada al poder de Donald Trump y los republicanos, estrechamente ligados con las compañías del sector energético de EEUU, detuvo la expansión de la influencia qatarí y ahora lo ven como una amenaza", concluye Prostakov. En esa misma línea, Serguéi Demidenko, profesor asociado del Instituto de Ciencias Sociales la universidad rusa RANHiGS, considera que las discrepancias entre Riad y Doha irán creciendo y no se descarta que se desatase una guerra: "Las contradicciones entre Doha y Riad comenzaron durante la primavera árabe. Ambos países lucharon contra los regímenes seculares en la región, pero tal vez la primera controversia importante surgió en Egipto. Qatar invirtió en el régimen islamista del presidente Mohamed Morsi 4.600 millones de dólares, mientras que Riad destinó 12.500 millones a apoyar al general Al Sisi, quien derrocó a Morsi", dijo Demidenko, que añade que, por tanto, no es casualidad que Egipto se uniera a la confrontación contra Qatar “ya que tiene favores que pagar” añade. "Luego de la represión del levantamiento chiita proiraní en el 2011, Bahrein se convirtió en un satélite de los sauditas. Y los Emiratos Árabes Unidos nunca han tenido una posición clara. El escándalo que vemos ahora es una consecuencia directa de las crecientes contradicciones de los últimos años. Según el experto, Qatar es un Estado muy ambicioso, cuyo dirigente, el emir Tamim bin Hamad al Thani, cuenta con el firme apoyo de la élite política de EE.UU. y el Reino Unido."Desde el 2005, Qatar se ha desarrollado muy bien. Económicamente, Doha, especializada en el suministro de gas, no depende de Riad, que vende principalmente petróleo", destaca Demidenko, quien agrega que "es poco probable que la política de aislamiento de Qatar dé sus frutos". En cuanto a sus efectos sobre el mercado mundial, opina que la medida tampoco va a tener un gran impacto, "por lo que una guerra propiciada por los saudíes acabaría con su molesto y potencial rival” indicó. Por su parte, Reva Goujon, subdirectora del programa de análisis global del centro Stratfor, escribió que Qatar "carece de las tensiones étnico-religiosas internas y las inseguridades políticas de sus vecinos". "Este nivel de seguridad le permite a Qatar mantener una posición independiente y no aceptar órdenes de Arabia Saudita o de los Emiratos Árabes Unidos. (...) Al ser el único actor importante en el mercado regional de gas, Qatar ha encontrado un camino claro y una plataforma ideal de energía, lo que lo diferencia de los países vecinos que envidian su situación privilegiada", enfatizó Goujon. Demidenko insiste finalmente que las contradicciones entre Arabia Saudita y Qatar seguirán creciendo, y que la probabilidad de un conflicto militar no está completamente excluida. "Los estadounidenses no permitirían una guerra entre sus aliados, a menos que esta seria para salvaguardar sus intereses. EE.UU. tiene bases militares en Qatar, Bahrein y Kuwait. La presencia militar estadounidense en la región es muy grande y sus ambiciones mayores aún, por lo que permitiría que se origine una confrontación armada entre Riad y Qatar, incluyendo la posibilidad de una anexión por parte de los saudíes del pequeño pero rico y estratégico emirato. Sin embargo, debe andarse con cuidado, con mayor razón cuando tiene al frente a los iraníes y a los rusos, quienes observan los sucesos con suma atención" puntualizó. Venga ya, la situación en el Medio Oriente es de por si explosiva y si este conflicto se sale de control, vaya uno a saber en que terminará :(