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miércoles, 11 de marzo de 2020

AFGANISTAN: La paz desconocida

En su clásico libro sobre Vietnam, Dispatches, el periodista estadounidense Michael Herr explicaba que tenía un mapa de Indochina en la pared de su habitación en Saigón y reflexionaba: “Allí hace mucho tiempo que no había un país, solo una guerra”. Algo dramáticamente similar podría escribirse de Afganistán: el 63,7% de los afganos tiene menos de 25 años, lo que quiere decir que nacieron, crecieron y vieron morir a muchos familiares en alguna de las guerras que ha padecido el país a lo largo de su convulsionada historia. Punto de encuentro de culturas y civilizaciones en los márgenes de Asia, Afganistán ha producido una intensa literatura teñida por la fascinación, pero también por el dolor del interminable conflicto que padece. Así, Rudyard Kipling relató en The Man Who Would Be King, que John Huston convirtió en 1975 en una de las mejores películas de aventuras de la historia, cómo dos buscavidas británicos se adentran en un territorio salvaje llamado Kafiristán, remota región de Afganistán, con el objetivo de hacerse ricos. Allí encuentran un país en guerra de todos contra todos -tribu tras tribu reciben la misma queja: “Asaltan nuestros poblados, raptan a nuestras mujeres y se mean río arriba mientras nosotros nos bañamos”- hasta que se topan con algo mucho más profundo: el remoto recuerdo de Skandar, el nombre en persa de Alejandro Magno, que llegó hasta allí y fundó una ciudad cuyas ruinas han sido arrasadas en las últimas décadas tras medio siglo de excavaciones francesas. Por su parte, el historiador estadounidense Frank L. Holt contó aquella campaña primigenia en su libro Into the land of bones: Alexander the great in Afghanistan (En la tierra de los huesos: Alejandro Magno en Afganistán, University of California Press, 2005), insistiendo en la brutalidad de la invasión helénica, entre el 329 y el 327 antes de Cristo, pero sobre todo en la forma en que este país se ha quedado atrapado desde entonces en lo que el periodista estadounidense Dexter Filkins llamó en un libro de reportajes The Forever War. “Afganistán no puede escapar a la encrucijada de la historia. En cada uno de los últimos tres siglos, diferentes superpotencias - británicos, rusos y estadounidenses - han puesto sus ojos en esta tierra trágica, dispuestos a imponer un nuevo orden, fracasando en su intento”, escribe Holt para describir lo que se ha llamado el Gran Juego como eterno campo de batalla que se prolonga desde los tiempos de Alejandro hasta la actualidad. Afganistán nunca ha sido un Estado construido con arreglo a una lógica étnica o geográfica, sino en función de la política imperialista del siglo XIX. A pesar de ser un país tan antiguo, no ha disfrutado de una verdadera unidad política más que durante unas cuantas horas. La mayor parte del tiempo ha sido un lugar intermedio, una franja fracturada y disputada, dominada por montañas y desiertos, y situada entre unos países vecinos más organizados. Durante gran parte de su historia, sus provincias han sido el terreno de batallas entre imperios rivales. La firma hace unos días de un “acuerdo de paz” entre los talibanes y el Gobierno estadounidense (donde este ultimo admite su vergonzosa derrota ante sus otrora aliados, a quienes armo, pero que luego se volvieron en su contra) abre una remota esperanza de que se acabe este último conflicto, que se prolonga desde el 2001. Como sabéis, luego del operativo de Bandera Falsa el 11 de septiembre, en Nueva York realizado por la CIA para “justificar” el intervencionismo estadounidense esa estratégica región del mundo, Washington ataco Afganistán para derrotar a los talibanes, aunque su real objetivo era apoderarse del país para utilizarlo como base para su deseada invasión a Irán. Pero el conflicto continuó durante años, fracasando miserablemente en sus planes ante la resistencia mostrada por los talibanes, que si bien fueron expulsados del poder, son dueños de casi todo el país, con la excepción de Kabul - la capital - donde un régimen títere impuesto por los estadounidenses nunca tuvo el poder efectivo y cuya “soberanía” terminaba en los limites de la ciudad. Ahora, derrotados en toda la línea, EE.UU. ha anunciado su retirada en los próximos 14 meses, dejando Afganistán abandonado su suerte. Su fracaso no ha podido ser más evidente. Las perspectivas de futuro no son nada buenas: en 1989, cuando se retiraron los rusos derrotados por los muyahidines (quienes fueron armados por los estadounidenses para combatirlos) estalló una guerra civil entre diferentes grupos terroristas a los que solo les interesaba hacerse con los despojos del país. Fue mucho más destructiva que la invasión rusa ya que la mayoría de los autoproclamados “señores de la guerra”, y la mayor parte de las divisiones étnicas y culturales de un país que se disputan entre otros grupos pasthunes, tayikos, uzbecos y hazaras (estos últimos son además de credo chiita), se mantienen intactas. De hecho, la llegada de los talibanes al poder entre 1994, cuando tomaron Kabul, y 1996, cuando controlaban ya el 90% del territorio, fue bien recibida por una parte importante de la población y de la comunidad internacional, incluyendo obviamente a EE.UU. quien financio sus actividades proporcionándole además gran cantidad de armamento, los cuales, al igual que los otros grupos que armo, no tardaron en traicionarlo. La percepción cambió al poco tiempo, cuando el mundo comprobó el trato inhumano que daban a las mujeres, la crueldad de su régimen, las violaciones masivas de los derechos humanos y la barbarie cometida con la destrucción de los Budas de Bamiyán para borrar cualquier vestigio cultural no musulmán. Washington había creado al monstruo y ahora estaba fuera de control. Luego del operativo de Bandera Falsa del 11-S se publicó un libro que se convirtió en un rápido éxito de ventas y que sigue siendo una referencia para entender no solo a estos fanáticos terroristas, sino la historia de este país: Taliban - Militant Islam, Oil and Fundamentalism in Central Asia, del investigador paquistaní Ahmed Rashid. Pocas obras sirven para resumir de una forma tan rigurosa y amena la historia de un país quebrado por batallas sin fin. Un gran libro de viajes, publicado en el mismo periodo, retrata también de manera magistral el país, sus paisajes, sus gentes y su historia: An Unexpected Light: Travels in Afghanistan de Jason Elliot, donde queda retratado en toda su magnitud la bestialidad de estos criminales creados por Washington. El Afganistán de los talibanes, que en su locura trataban de arrastrar al país a los primeros tiempos del islam, despertó también una morbosa fascinación en Occidente, que se trasladó a la ficción. Novelas escritas por escritores afganos exiliados se convirtieron en éxitos de ventas: The Kite Runner, del refugiado en los EE.UU. Khaled Hosseini, y Sangue Sabur, con la que Atiq Rahimi ganó en el 2008 el premio Gouncourt, el más prestigioso de Francia. Ambos están centrados en el sufrimiento de las mujeres bajo los talibanes. Por cierto, en los momentos de mayor despliegue militar de EE. UU. llegó a haber 100.000 efectivos en el país. Tres mil quinientos soldados internacionales han muerto en Afganistán, de los que 2.300 son estadounidenses. No existe una cifra clara de los afganos que han perdido la vida, pero podría rondar los 70.000 desde el 2001. Afganistán ya se ha convertido en la guerra más larga que ha combatido los EE.UU. - más que Vietnam - y al igual que en esa oportunidad se retira humillado por su derrota. Como es obvio, este desastre se ha infiltrado en todos los aspectos de la vida cotidiana estadounidense, incluyendo la ficción. Por ejemplo, la serie Stumptown, que emite actualmente HBO, está protagonizada por una antigua marine, reconvertida en detective privado, que sufre estrés postraumático, una consecuencia difícil de medir luego de una guerra, pero que, junto a los heridos y los muertos, calo profundamente en una sociedad. Pero ello también sucedió en Rusia, tras su retirada de aquel país en …… Al respecto, un libro de la premio Nobel de Literatura Svetlana Aleksiévich narra lo que significó Afganistán a través de los testimonios de los que estuvieron ahí: Zinky Boys: Soviet voices from the Afghanistán war. A su turno, el historiador británico William Dalrymple relata en el 2017 en un ensayo titulado Return of a King: The Battle for Afghanistán 1839-1842 la humillante derrota que sufrió el imperio británico en esos mismos paisajes indomables. “A pesar de su larga historia, Afganistán había gozado solo en contadas ocasiones de unidad política o administrativa. Mucho más a menudo había sido una zona entre múltiples fronteras: un vasto territorio fracturado y disputado formado por tramos montañosos, llanuras inundables y desiertos que lo separaban de sus vecinos mejor organizados”, escribe Dalrymple. En el invierno del 2001, durante la caída de los talibanes, las huellas de las guerras anteriores estaban por todas partes: tanques rusos herrumbrosos en el valle del Panshir, carreteras y caminos minados por los estadounidenses hasta los topes, las ruinas de barrios enteros de Kabul que parecían Dresde en 1945, bandidos y grupos armados de todo pelaje pero, sobre todo, una población cansada de la guerra, que no había conocido otra cosa y que, ahora sí, respiraba con alivio ante el repliegue talibán. Las ruinas de Aï Janum podían contemplarse a los lejos, mientras pasaban oleadas de bombarderos B-52 estadounidenses atacando las posiciones de los talibanes, pero que al final resultaron infructuosos ya que no pudieron vencerlos y hoy emergen como los triunfadores. Han pasado 20 años de una guerra continua y la paz es algo desconocido y tras los recientes bombardeos estadounidenses tras la firma de la retirada del país, la tragedia que envuelve a Afganistán continuara quien sabe hasta cuando. Cabe destacar por ultimo que la obra maestra de la literatura de viajes sobre este atribulado país sigue siendo The Road to Oxiana, del británico experto en arquitectura Robert Byron (1905-1941). Publicada originalmente en 1937, Bruce Chatwin escribió en 1980, en plena invasión rusa: “Si hoy siguiera con vida, pienso que Byron estaría de acuerdo en que, con el tiempo (en Afganistán todo necesita su tiempo), los afganos harán algo terrible a sus invasores: quizás despertar a los gigantes dormidos de Asia Central”. Son palabras que nunca han dejado de resonar desde entonces, con mayor razón ahora que enfrentan a las hordas asesinas de Donald Trump - quienes continúan con sus bombardeos - a los cuales con acuerdo de paz o no, sin duda terminaran por expulsar del país, pero la pesadilla que representan los talibanes se prolongará ad infinitum :(

CANON EOS R5: Revolución a la vista

Tras haber sido fruto de múltiples rumores, Canon ha confirmado esta semana algunos detalles de la nueva EOS R5, la nueva cámara sin espejo Full Frame de la marca que promete ser una revolución en la línea de cámara sin espejo de Canon. No se han publicado las especificaciones técnicas, tan solo algunas prestaciones destacables que pasamos a detallar a continuación ¿vale? En efecto, de lo poco que se ha llegado a saber, se dice que la EOS R5 incorporará una alta velocidad sin rival, alta resolución, vídeo 8K y una estabilización de la imagen inigualable. Esto se traduce de momento (porque no se han dado muchos detalles) en una velocidad de disparo de 20 fps con obturador electrónico (12 fps con el mecánico), un nuevo sistema de estabilización integrado en la cámara (que trabajará en combinación con el del objetivo), y grabación de vídeo 8K de calidad cinematográfica en una amplia gama de situaciones. No hay detalles sobre el nuevo sensor, y por lo demás sólo han contado que su cuerpo tendrá por fin dos ranuras para tarjetas de memoria y que permitirá la transferencia automática de los archivos de imagen desde el dispositivo a la plataforma en la nube de la casa. Demás esta decir que la esperada Canon EOS R5 viene a responder al sector profesional que demandaba una Full Frame mirrorless a la altura de sus necesidades. Los vídeos 8K @30 son un buen argumento. Pero para muchos profesionales puede ser más importante que si tiene esta capacidad, resultaría bastante lógico que pudiese capturar a 120 en modo 4K. Algo realmente importante en deportes y naturaleza. En cuanto a su coste y disponibilidad, aún no hay datos al respecto, aunque es de esperar que supere ampliamente los 2.599 euros que costaba la EOS R en el momento de su lanzamiento :)

¡SCOOB!: Scooby Doo regresa a sus orígenes

Warner Bros. Pictures acaba de lanzar el tráiler final de ¡Scoob!, la película animada que revela cómo se conocieron Scooby y Shaggy, y cómo se unieron con Fred, Velma y Daphne para formar Mystery Inc. en la que se puede ver más acción que nunca. Creados en 1969, los personajes han aparecido en varias películas animadas directas a video, diversos crossovers de dibujos animados y en dos películas escritas por James Gunn. Sin embargo, y aunque parezca mentira, estamos ante el primer largometraje animado de Scooby-Doo diseñado para un estreno en cines. Pero lo mejor de todo es que podría ser el lanzamiento de un universo cinematográfico animado de Hanna-Barbera si la taquilla funciona. Dirigida por Tony Cervone, ¡Scoob! cuenta cómo Scooby-Doo y sus amigos han de hacer frente a una amenaza que está relacionada con un perro fantasma conocido por el nombre de Cerberus. Mientras compiten para detener este “perrocalipsis” global, sus pesquisas les llevarán a descubrir el legado de Scooby y su destino dentro de este mundo. La historia se inicia con Shaggy y Scooby preparándose para ver una película, obviamente con una gran pila de comida como aperitivo. En eso, el popular perro asegura “Ya es tiempo de que hagamos una película” y su entrañable amigo le contesta “Buena idea, Scoob, pero primero necesitamos el tráiler”. Luego nos trasladan al pasado, en una época donde los protagonistas eran mucho más jóvenes. Ahí aparece un pequeño Scooby pidiendo a Shaggy un poco de comida, cuando un policía se entromete y dice “este perro callejero se viene conmigo”, pero mienten y engañan al oficial. Más tarde, en un Halloween, por fin se junta toda la pandilla, pero al momento de tocar un timbre para pedir dulces, un fantasma aparece. Ese misterio parece ser el primero que resuelven y deciden formar el equipo. Sin embargo, ese no es el final de todo, ya que regresamos al presente donde Shaggy y Scooby son secuestrados por unos extraterrestres. La única esperanza es que los demás resuelvan su desaparición. Como sabéis, Scooby-Doo es una franquicia que se basa sobre una popular serie de televisión animada estadounidense producida por Hanna-Barbera Productions en algunas versiones desde su estreno por la cadena CBS en 1969, hasta en la actualidad. Su gran éxito radica en que a que a pesar de ser una serie de misterio y dirigido al público infantil, nunca tuvo un alto grado de violencia y hacía mantener a la audiencia entretenida con su humor y personajes divertidos. Cuenta con nada más y nada menos que 30 películas animadas y especiales de televisión; y cuatro películas live-action. El primer show y el comienzo de la gran franquicia, fue transmitido por la cadena CBS cada sábado por la mañana, llegando así a ser la serie más vista y amada por todos los televidentes. Otro de los grandes atractivos de ¡Scoob! es que en ella aparecerán otros míticos personajes creados por Hanna-Barbera. Esperemos que el guión firmado por Matt Lieberman haya sabido sacarle partido y no convertirlo en una sucesión de cameos sin demasiado sentido. Con las voces de Kiersey Clemons, Zac Efron, Will Forte, Jason Isaacs, Ken Jeong, Tracy Morgan y Amanda Seyfried, ¡Scoob! promete ser el acontecimiento del año para los nostálgicos :)

miércoles, 4 de marzo de 2020

NIGERIA: Ojos que no ven

A diferencia de ISIS (aquel grupo terrorista creado y financiado tanto por los EE.UU. como por Arabia Saudita y entrenado en campos de Jordania por agentes de la CIA y el Mossad israelí) que fue virtualmente exterminado por los rusos y los iraníes en Siria e Irak, sus “primos hermanos” de Boko Haram, otra entidad criminal que Washington ayudo a ascender al poder, continua haciendo de las suyas en Nigeria donde desde hace mas de diez años ha instaurado el terror, castigando severamente a ese país del África Occidental rico en petróleo, pero que paradójicamente se debate en medio de una grave crisis humanitaria, tras lo cual se esconde el deseo de los estadounidenses de apoderarse de sus inmensos recursos energéticos, creando todas las condiciones para hacerla ingobernable y hacerse con ella. De momento, la administración Trump está considerando decretar la prohibición de viajar a los EE.UU. a ciudadanos de cinco países más, incluido Nigeria, lo cual ha generado mucha controversia. Como señalan varios medios de comunicación, la decisión tomada por la Casa Blanca ha sido una sorpresa para el gobierno nigeriano, que tendrá que buscar otras maneras para que sus funcionarios puedan reunirse con los inversionistas. Se sabe que Nigeria trabaja junto con los EE. UU. en áreas como “la lucha contra el terrorismo” (aunque pueda resultar paradójico sabiendo a que grupos financia Washington) por lo que es difícil discernir la razón oficial que ha llevado a Trump a considerar la inclusión de Nigeria en su lista negra. A ello debemos agregar que la Agencia de los EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID) ha estado haciendo todo lo posible para impedir que la vital ayuda humanitaria llegue a Nigeria el año pasado. Una cláusula relativamente nueva en todos los contratos de subvención ahora requiere que las agencias receptoras tengan la aprobación de un Oficial del Acuerdo de USAID por adelantado “para evitar que termine en manos de nuestros enemigos” según afirman a modo de excusa ¿Porque ahora muestran tanta hostilidad hacia “un aliado”? ¿O es que nunca lo consideraron así? Esta restricción va en contra de los principios básicos que rigen la ayuda humanitaria, uno de los cuales establece que la ayuda debe proporcionarse cuando sea necesario y no puede verse influenciada por otras consideraciones, especialmente políticas, como es en este caso. Por lo visto, los EE.UU. parecen estar apuntando a Nigeria en más de un sentido, aunque esto como era de esperar, no ha sido destacado por los principales medios de comunicación en manos del establishment. Como sabéis, ese país se enfrenta a una de las crisis humanitarias más graves del mundo como resultado de un conflicto que se prolonga desde hace más de diez años. Como resultado de la violencia implacable perpetrada por los terroristas, 7.1 millones de personas necesitan ayuda, y 1.8 millones han sido desarraigados de sus hogares (la mayoría de las cuales son mujeres y niños) quienes han huido precipitadamente para salvar sus vidas y no morir a machetazos a manos de Boko Haram. Se cuentan innumerables historias de horror acerca de matanzas indiscriminadas cometidos por estos asesinos cuya sed de sangre parece insaciable. Fuentes oficiales informan que hasta el momento han asesinado a más de 27,000 civiles de la forma más incruenta e incluso al momento de escribir estas líneas, varias comunidades siguen siendo blancos de ataques violentos. Cabe destacar que Nigeria ya estaba luchando con una crisis humanitaria pendiente antes de que estallara el conflicto. Seis estados en el noreste de Nigeria estaban rezagados con respecto al resto del país en términos de su desarrollo socioeconómico. De eso se aprovecho los EE.UU. por medio de Boko Haram para hacerse presente y desatar el caos. La situación que afecta a estos estados abandonados a su suerte ahora se ha descrito como “similar a la hambruna” donde miles han muerto de inanición. Según la ONU, la inseguridad en partes de Nigeria ha jugado un papel importante en la reducción de la ayuda humanitaria. Esencialmente, los nuevos requisitos de USAID están empeorando una situación ya de por si delicada. Para quienes no estáis enterados, el financiamiento humanitario para el sur de Somalia se redujo en un 88 por ciento entre 2008 y 2010 luego de que los EE,UU, incluyera a Al-Shabaab en su lista de grupos terroristas, criminalizando la provisión de cualquier cosa que pudiera ser considerado material de apoyo. Y es que una vez que Washington impone restricciones a la ayuda humanitaria que van en contra de los principios que la guían, podemos esperar ver cada vez menos provisiones para quienes realmente lo necesitan. Ante todo, tenemos que agregar que Boko Haram no siempre fue la amenaza real que es hoy, ya que comenzó como un grupo marginal. Fue solo luego del intervencionismo tanto estadounidense como de la OTAN en el norte de África, que grupos terroristas como Boko Haram comenzaron súbitamente a prosperar gracias al “generoso” apoyo que comenzó a recibir. Luego que los estadounidenses derrocasen al líder libio Muammar Gaddafi en el 2011, sus armerías fueron saqueadas y estas se diseminaron desenfrenadamente por todo el país, creando una situación de caos y anarquía de la que hasta el día de hoy no se puede recuperar. Para agravar las cosas, en un artículo publicado por The Week titulado “¿Quién está financiando realmente a Boko Haram?”, Peter Weber señaló que han cambiado las AK-47 relativamente baratas de los primeros días del estallido de la violencia a sofisticados vehículos de combate preparados especialmente para las duras condiciones del desierto, así como gran cantidad de armas antiaéreas y antitanques proporcionados por los EE.UU.” En más, un informe de la ONU realizado a principios del 2012, señala que las armas que Boko Haram había comenzado a adquirir estaban siendo contrabandeadas por la CIA desde Libia, a través de intermediarios de la misma manera que hicieron con la extinta ISIS en Siria e Irak. Aunque a diferencia de esta ultima, el grupo terrorista que opera en Nigeria es mucho más mortal que la dirigida por aquel conocido agente del Mossad israelí que fuera despedazado por misiles rusos en su guarida subterránea. De otro lado, se sabe que Hillary Clinton, Secretaria de Estado bajo la administración del musulmán encubierto Barack Hussein Obama, siempre se negó a colocar a Boko Haram en la lista oficial de organizaciones terroristas de los EE.UU. a pesar de que la CIA, el FBI y el Departamento de Justicia le pidieron a su Departamento de Estado que lo hiciera en múltiples ocasiones. Era obvio que no podía “traicionar” a sus protegidos. A primera vista, tiene poco sentido que EE.UU. castigue a un país que enfrenta una crisis en la que los poderes fácticos en Washington contribuyeron de manera bastante significativa. Pero, ¿qué más podemos esperar de un país que trabaja estrechamente con Boko Haram hasta el día de hoy? Pero ¿por qué apuntar a Nigeria? pueden preguntarse algunos. Nunca podemos saber con certeza las razones por las que está en la mira del establecimiento de los EE.UU., pero siempre podemos especular sobre la base de lo que sabemos sobre esta nación de África Occidental y las preocupaciones geoestratégicas generales que generalmente gobiernan la política exterior estadounidense. Nigeria es el mayor productor de petróleo de África y su economía supera a Sudáfrica en el primer puesto. A pesar de los muchos problemas reales que afectan al país, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ya ha proyectado que su producto interno bruto podría expandirse en un 2.5 por ciento este año. Su población está creciendo más del doble de la velocidad del promedio mundial y en unas pocas décadas superará a la de los EE.UU. Queda por ver si esto será o no un desarrollo positivo para el país, pero la nación está mostrando muchas señales que llevan a países como China e India a generar un rápido crecimiento económico en los últimos años y hay quienes no verán con buenos ojos ese cambio. Una de las mayores exportaciones de Nigeria aparte de su petróleo, es su gente, quienes han enviado de vuelta a casa aproximadamente $ 40 mil millones en remesas, lo que ha generado la “preocupación” de la administración estadounidense sobre el destino que pudiera tener o en manos de quien puede caer. En suma, a pesar de los problemas que la agobian, Nigeria tiene todo el potencial para convertirse en la primera superpotencia del África. Si hay algo que las últimas décadas nos han enseñado, es que los EE.UU. odia ver a las naciones africanas desarrollarse por su propia cuenta ya que al no poder tenerlas bajo su control, van a por ellas. Un caso palpable es Libia. Si uno examina las razones por las cuales Washington apunto a un violento cambio de régimen en Trípoli, era tanto por la firme posición antiestadounidense adoptada por Gaddafi como por sus inmensas reservas de petróleo, que la había transformado en la nación mas rica y próspera del África, convirtiéndola ahora en lo que es, un estado fallido, que a su vez es el mas caótico, ingobernable y miserable del continente. Es por ello evidente que la existencia de países fuertes y financieramente independientes en la región no es una opción para la maquinaria de guerra estadounidense que buscaran destruirla. Combine el potencial de éxito de Nigeria y sus estrechas relaciones con los enemigos económicos de EE.UU. como China y lo que tenemos es un cambio de régimen a punto de ocurrir, para lo cual es necesario seguir financiando a grupos terroristas que le hagan ‘el trabajo sucio’ para debilitar a sus futuros rivales. Eso no significa que renuncie a una intervención militar en la zona, sino todo lo contrario. Y es que llegado el momento de hacerlo, lo hará para que una vez que se haga con todo el control, elimine cualquier vestigio que lo una a Boko Haram, que al igual que ISIS, Al Qaeda, Al Nusra, Los Cascos Blancos y cualquier otro grupo terrorista por ellos creados, ya lo les serán de utilidad antes que se vuelvan en su contra, como sucedió en Afganistán donde los Talibanes se han hecho dueños del país y con quienes los estadounidenses acaban de acordar una vergonzosa retirada en el mas corto plazo. Nigeria en cambio, tiene mucho petróleo y es algo que los EE.UU. ambicionan desde hace mucho ¿Se saldrán esta vez con la suya? :(

SAMSUNG GALAXY A71: Fuera de lo común

Como sabéis, poco a poco Samsung ha ido colando sus smartphones de la gama A como equipos completos, contenidos en precio y muy atractivos visualmente. El nuevo Samsung Galaxy A71 es el mejor ejemplo de todos y se estrena ni más ni menos que con cuatro cámaras. Sucesor del Galaxy A70 y primo mayor del Galaxy A51, comparte con estos dos la pertenencia a una gama media que, como ellos, podría dominar sin problemas, especialmente cuando por su precio, 469 euros, es completamente accesible. Cuenta con un diseño bastante estándar, similar al que nos tiene acostumbrados Samsung con su gama media Galaxy A salvo por un detalle que hereda de la gama alta, la desaparición del notch por una pantalla perforada. Otra de las cosas que más destaca de este móvil es que no cuenta con lector de huellas en la parte trasera de la carcasa, porque se encuentra debajo de la pantalla. Tiene un tamaño de pantalla de 6,7”, con una resolución de 1080x2340. La pantalla es de tipo Super AMOLED y destaca, como hemos dicho antes por tener al lector de huellas debajo y un orificio en la parte central superior para la cámara frontal. En cuanto al sistema operativo del Samsung Galaxy A71, es Android 10 y cuenta con la capa de personalización One UI 2.0 donde Samsung añade sus propias funciones. Trabaja además con un cpu Snapdragon 730 de 8 núcleos. En el apartado de memoria, contamos con varias combinaciones entre 4 y 6 GB de memoria RAM y 64 o 128 GB para almacenamiento de archivos, apps y datos. La memoria de almacenamiento se puede ampliar vía microSD. Por cierto, la cámara frontal que acompaña a la pantalla es de 32 Mpx con una apertura de f/2.2, mientras que en la parte trasera nos encontramos con un equipo fotográfico más potente. La cuádruple cámara trasera del Galaxy A51 está formada por una lente principal de 64 Mpx con apertura f/1.8, junto a otra lente macro de 5 Mpx y apertura f/2.4, una tercera gran angular de 12 Mpx y f/2.2 y una cuarta dedicada a la profundidad para mejorar el efecto desenfoque. Asimismo, la capacidad de la batería del Galaxy A71 es de 4500 mAh. la cual no es extraíble, por lo que no puede reemplazarse si se desgasta o estropea. Pero cabe destacar que sí cuenta con carga rápida. En cuanto a su conectividad, aparte de sus consideraciones técnicas, podemos agregar que el Samsung Galaxy A71 utiliza una tarjeta nanosim. Es además Dual SIM, por lo que puedes utilizar dos tarjetas al mismo tiempo. Cuenta también con conexión NFC. Y tal como detallamos al inicio, ya esta disponible y a un precio sumamente atractivo :)

BETELGEUSE: ¿La próxima supernova?

Algo muy extraño esta ocurriendo en el espacio. En efecto, desde que el hombre existe la estrella Betelgeuse ha estado suspendida en la constelación de Orión. Siempre ha sido un grueso punto anaranjado en el hombro derecho de este arquero y una de los objetos más visibles en el firmamento. Pero por algún motivo que desconocemos, Betelgeuse se está desvaneciendo. Desde octubre del año pasado su brillo ha caído tres veces, hasta alcanzar unos niveles nunca vistos en los últimos 150 años. No es fuera de lo común que su brillo cambie, porque es lo que se conoce como una estrella semi-variable, en la que la luminosidad sube y baja casi periódicamente, pero nunca ha sufrido un cambio tan drástico. Por eso, astrónomos de todo el globo se han lanzado a observarla, espoleados por el hecho de que Betelgeuse es una estrella condenada: al parecer, está en la última fase de su vida y destinada a estallar en una supernova en algún momento entre hoy y los próximos 100.000 años. Si bien es cierto que desde finales del siglo XIX los astrónomos han observado decenas de supernovas lejanas en otras galaxias, pero las ocurridas en la Vía Láctea o en sus cercanías son más raras. A pesar de todo, la historia ha registrado muchas de ellas. Los astrónomos chinos dejaron constancia de una veintena; en el año 1006 una supernova muy brillante, situada a más de 7.000 años luz, se pudo ver en grandes áreas del planeta; y ya en 1987 se observó la última de las supernovas “cercanas”, ocurrida a 168.000 años luz. Pero la supernova de Betelgeuse ocurrirá a solo 700 años luz. Será tan brillante que saturará todos los instrumentos actuales. Según los cálculos de los astrónomos, la explosión creará un punto luminoso en el cielo tan brillante como la Luna llena, que hará que los árboles proyecten sombras por la noche. Permanecerá en este estado durante más de tres meses, se verá durante el día durante un año y harán falta dos años más para que, finalmente, la supernova deje de ser visible. Entonces, Betelgeuse desaparecerá de la constelación de Orión para siempre. “No sería la primera vez que vemos una supernova, pero sería con mucho la más cercana nunca vista”, explico Daniel Brown, responsable del Observatorio de la Universidad Nottingham Trent, en Reino Unido. “Nos daría una enorme cantidad de información y podríamos observar una supernova en acción”. Si hasta ahora se ha podido ver los restos que dejan las supernovas cercanas, esta explosión permitiría ver todo el proceso desde el comienzo y, además, desde una distancia mínima en términos astronómicos. La pregunta no es si esto ocurrirá o no, sino cuándo y si podremos presenciarlo. Desde hace meses, varios grandes telescopios están examinando la superficie de la estrella para tratar de averiguarlo. Para entender todo esto hay que comprender cómo viven y mueren las estrellas. Por ejemplo, nuestro Sol es hoy una esfera relativamente estable, y por sus características es una enana amarilla. En sus entrañas, está creando átomos de helio a partir de la fusión nuclear de átomos de hidrógeno. Pero cuando sus reservas se agoten, comenzará a fusionar otros átomos, cada vez más pesados, hasta gastar sus reservas. Por eso, acabará saliendo de la secuencia principal, la fase estable de su ciclo, y se convertirá en una gigante roja: una estrella hinchada, inestable y condenada a morir. Por suerte para nosotros, de momento tiene por delante unos 4.500 millones de años de vida tranquila. Pero Betelgeuse no es como el Sol. Nació hace “solo” 8 u 8,5 millones de años, en comparación con los 4.500 millones del Sol, con el aspecto de una gigante azul. Pero ha consumido su combustible tan rápidamente, que ya se está extinguiendo, por lo que se convirtió en estrella supergigante roja en el último millón de años. De hecho, su vida ha sido tan breve y atravesará una fase de hasta 100.000 años de duración en la que fusionará átomos de helio. Más tarde, fusionará carbono durante unos 100 años. Luego, combinará otros elementos hasta producir hierro, pero cuando no pueda obtener energía de él, Betelgeuse morirá. ¿Cuándo ocurrirá? Tal como ha explicado Sylvia Ekström, astrónoma de la Universidad de Ginebra (Suiza), que trabaja en modelos para explicar la vida de este tipo de estrellas, no se puede saber, porque se desconoce lo que está ocurriendo en el núcleo de Betelgeuse. “Realmente, no sabemos en qué etapa está. Es posible que ahora esté consumiendo helio, pero podría estar ‘quemando’ otras cosas”. Por tanto, solo sabemos que, como mucho, le quedan 100.000 años. Pero sí que sabemos cómo será su muerte. Hoy es una estrella hinchada, que pesa de 15 a 20 veces más que el Sol y tiene un diámetro 1.000 veces superior. Pero cuando el hierro se apodere de su núcleo, no producirá energía para mantener toda esta gran estructura y entonces colapsara. En un segundo, este estallido liberara más energía que el Sol en toda su existencia. El resultado final es una de las explosiones más potentes del universo, una supernova, tan brillante como toda una galaxia. De Betelgeuse quedará una estrella de neutrones, de menos de 20 kilómetros de diámetro, y una inmensa nebulosa, que se expandirá durante milenios ¿Podremos ser testigos de ello? :)
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