Chicago es una de esas ciudades que cuando te marchas te dejan marcado para siempre. Situada en Illinois, es la tercera ciudad en población de Estados Unidos, sólo superada por New York y Los Angeles, contando con 3 millones de habitantes, aunque ascienden a un total de 10 millones si también tenemos en cuenta el área metropolitana. Aprovechando unos días de descanso decidí volar al norte a visitar una ciudad en la que no había estado antes y estando en New York elegí Chicago, Pensé que después de haber estado en la Gran Manzana, Chicago no me iba a sorprender. Afortunadamente estaba equivocado. Nada más pisar sus calles se nota que nada tiene que ver con otras ciudades americanas que habíamos visitado anteriormente. Tiene rascacielos, por supuesto, pero también muchas otras atracciones que hacen respirar un ambiente especial, y además con la amplitud y frescura que aporta contar con un lago que más que un lago parece un mar.Pero sin duda uno de los mayores atractivos que nos ofrece esta ciudad es su arquitectura, mezcla de Barroco, Art Deco, Neogótico y diseño contemporáneo, una delicia para los amantes del género. Como sabéis, en 1871 un gran incendio arrasó todos los edificios de madera de la época lo cual atrajo a los mejores arquitectos e ingenieros que plasmaron verdaderas obras de arte en forma de acero, cemento y cristal. Chicago es una ciudad muy grande, pero agradable de pasear, sobre todo por su famosa calle comercial "Magnificent Mile" Se nota en sus gentes que su ritmo es más calmado que la frenética Manhattan y eso lo agradece mucho el turista.Uno de los lugares obligados para el visitante y un buen punto de partida es el Millennium Park, un espacio donde disfrutar de verdaderas joyas como la curiosa escultura "The Bean" ó también llamada "Cloud Gate", una judía gigante de acero inoxidable pulido de 20 metros de largo por 13 de alto. Es una gozada para la vista ver las caprichosas formas que adoptan los edificios al reflejarse en su superficie. Después de pasar un inolvidable rato en este parque, una buena idea es cruzar Columbus Drive por el impresionante Puente BP, también de Gehry, dirección al NavyPier. Esta agradable caminata se puede hacer por el paseo marítimo para admirar las vistas del lago desde su puerto deportivo y el original edificio Lake Point Tower. El Navy Pier es un gran espigón con infinidad de ofertas de ocio, restaurantes,exposiciones, etc. y es el punto de partida de muchas excursiones en barco por el Lake Michigan y por el Chicago River. Si estamos muy cansados de andar, otra de las atracciones obligadas es el El Train (Elevated Train), el metro exterior elevado que hemos visto en tantas películas. Recorre el Loop, parte esencial de la ciudad, con paradas en lugares estratégicos e ineludibles.Como toda ciudad americana con grandes rascacielos no pueden faltar los observatorios para admirar los impresionantes skylines, como el Skydeck de la Willis Tower (Sears Tower) que sin duda merece la pena sobre todo para experimentar la sensación de sus balcones colgantes transparentes. Un buen plan para cuando cae la tarde es, dejando de camino la enorme Buckingham Fountain, ir a los parques del Aquarium, una zona aconsejable para pasear, pero sobre todo para disfrutar del anochecer con el skyline completo de la ciudad como marco incomparable. Os aconsejo que llevéis un buen trípode porque los vientos allí son bastante potentes y un trípode de viaje normal, si queremos hacer exposiciones un pelín largas, no nos valdrá. Estas son simplemente unas pinceladas de lo más característico de Chicago, pero hay mucho más. que puedes encontrarlo en mi Facebook. Me gustó mucho la sensación que me dejó, con ese deseo de volver a visitarla en algún momento, quien sabe :)