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miércoles, 16 de noviembre de 2016

MARINE LE PEN: Oui la France!

“No es el fin del mundo, es el fin de un mundo”. Estas son las palabras con las que Marine Le Pen, candidata del Frente Nacional a la presidencia de Francia, ha descrito la elección de Donald Trump a la cabeza de los Estados Unidos. En efecto, a siete meses de las elecciones presidenciales y legislativas en Francia, el cambio político en los EE.UU., sumado al 'brexit' en el Reino Unido, son interpretados como precedentes positivos en su propio camino al Eliseo. Alentada por los buenos resultados del Frente Nacional en las elecciones europeas del 2014 (primera fuerza política con 24 escaños) y las regionales del 2015 en las que se consolidó como tercera fuerza política con más de seis millones de votos, que Marine Le Pen será uno de los dos candidatos a la segunda vuelta de las presidenciales es aceptado entre políticos y analistas como un hecho seguro. La cuestión, por tanto, es tratar de elucidar quién será su adversario, de ahí que las elecciones norteamericanas hayan sido observadas con particular atención en Francia, cuyos resultados a no dudarlo, le han dado un espectacular espaldarazo a sus pretensiones para llegar al Eliseo. Como sabéis, las temáticas de campaña de Donald Trump y de Marine Le Pen convergen sobre los puntos esenciales: Crítica a la globalización, que en el caso de la candidata del FN se centra sobre la Unión Europea entendida como quintaesencia de la globalización liberal; Rechazo frontal a la inmigración, blindando sus fronteras para evitar que sigan llegando miles de terroristas a su territorio; Expulsión en masa de estos parásitos, que se han convertido en un peligro para sus sociedades, mas aun cuando se niegan a integrarse viviendo encerrados en sus guetos, donde desde sus mezquitas convertidas en centro de adoctrinamiento terrorista, cultivan el odio a todo lo occidental ‘justificando’ los sangrientos atentados cometidos por ISIS porque los sienten muy suyos; Combate frontal a los partidos tradicionales, con sus dirigentes hundidos en sonados escándalos de corrupción, quienes viven de espaldas al pueblo ya que solo piensan egoístamente en sus intereses sin importarles las necesidades de los demás. En el caso francés, el debate político gira en torno al 'déclassement' (descenso en la escala social) de una parte de Francia identificada como la Francia periférica, los indicadores sociales que muestran un aumento de la desigualdad en el país europeo que había hecho suya la lucha por la igualdad, una situación económica estancada, en fin, la erosión rampante del Estado de bienestar. Para luchar contra todo ello, Marine Le Pen preconiza una vuelta a las fronteras, la recuperación de las competencias cedidas a Bruselas, la defensa de la civilización francesa frente a los peligros del multiculturalismo y de una inmigración incontrolada e incontrolable. Le Pen hace un llamamiento a la Francia libre, denunciando la convergencia programática de la izquierda y derecha francesas que ya no representan una alternativa real. La cercanía del ideario de Trump con Le Pen es tal que una hora antes que se conociese el resultado definitivo del voto estadounidense, la lideresa del Frente Nacional se apresuró a enviar un mensaje de simpatía y solidaridad al magnate y al pueblo norteamericano libre, cuya victoria es el inicio de un nuevo mundo: “Él hizo posible lo que antes había sido presentado como imposible, por lo que realmente se trata de una victoria del pueblo contra la élite. Por lo que si puedo hacer un paralelismo con Francia, entonces sí, deseo que en Francia también la gente se suba a la mesa, la mesa en torno a la cual las élites se están repartiendo lo que debería ir al pueblo francés”, dijo en una entrevista a la BBC. Es mas, los estrategas electorales del FN quieren aprovechar el momento de euforia y manejan esta imagen electoral: “Trump en la Casa Blanca, Marine Le Pen al Elíseo”. Frente a ella, los viejos y desgastados partidos tradicionales luchan para poder diferenciarse y presentar un programa convincente para el electorado, que ya no cree en ellos y los han condenado al ostracismo. En el caso del Partido Socialista, François Hollande, que llegó a la presidencia afirmando que su enemigo era “el mundo de las finanzas” pero que una vez llegado al poder, traiciono a sus electores y adopto una política liberal por la que ellos no votaron, convirtiéndose en fiel lacayo de la política estadounidense. Desacreditado totalmente en medio del desprecio general, l´idiot du village no oculta sus intenciones de presentarse a la reelección, pero según todos los pronósticos, lo perdería ampliamente arrastrando al PS a su desaparición. Del lado de Les Republicains, la derecha se muestra dividida en unas primarias que opone a sus dos principales candidatos Nicolas Sarkozy y Alain Juppé. Mientras que el primero ha apostado por una línea dura, claramente dirigida a un electorado de derechas y cercana a la del Frente Nacional, intentando así sustraerle votantes, el segundo trata de buscar el 'rassemblement', la unión de un electorado alejado de los extremos, desilusionado por Hollande y con miedo del Frente Nacional. El talón de Aquiles de Sarkozy es que esta estrategia fue la misma que la llevada a cabo en 2007 y con la que desilusionó a los votantes que apostaron por ella. En el caso de Juppé es el programa de reformas económicas liberales con el que pretende acceder a la presidencia. O sea más de lo mismo. Hay que tener en cuenta que Alain Juppé es recordado por las violentas manifestaciones de 1995 en reacción al plan de rigor presentado en calidad de primer ministro del Gobierno de Chirac. Ambos candidatos conservadores tienen un oscuro pasado, lo que es un lastre para sus aspiraciones. Visto así las cosas, el camino al Eliseo de Marine Le Pen se encuentra libre de obstáculos, quien con un discurso con el que pretende restaurar la gloria perdida de Francia, esta logrando el mayoritario apoyo de todos aquellos sectores hartos de los partidos tradicionales que nada bueno pueden ofrecerles: "Todas estas elecciones son casi referendos contra esta globalización salvaje que nos está siendo impuesta, que le está siendo impuesta a los pueblos y que hoy muestra muy claramente sus límites", afirmó la candidata a las elecciones presidenciales del 23 de abril de 2017. "Trump nos mostró que se podía ganar contra todo y contra todos. Es nuestro momento", reitero la lideresa del Frente Nacional, segura de llegar esta vez al Eliseo. Toca a ella aprovechar esta magnifica oportunidad y darnos otra gran alegría ¿no os parece? :)
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