Si alguien pensaba que con Ucrania, Gaza, China y Venezuela, el presidente estadounidense Donald Trump iba a tener las manos llenas para ocuparse de otros asuntos, si que estaban equivocados, ya que cual Grinch que pretende arruinar la Navidad a los daneses, ha nombrado esta semana a un “enviado especial para Groenlandia” con el claro objetivo de “preparar” el camino para arrebatarle la isla a Dinamarca (a la que pertenece) lo cual como podéis imaginar, ha generado gran indignación en Copenhague, que no se explican el comportamiento de un “aliado” de la OTAN. En efecto, Trump provocó una nueva disputa con Dinamarca al nombrar un enviado especial para la isla ártica - que ha propuesto anexionar a Estados Unidos en varias ocasiones - anunciando que Jeff Landry, el gobernador republicano del estado de Luisiana, será el enviado especial de Estados Unidos para Groenlandia, que es una región semiautónoma del Reino de Dinamarca. Trump insistió en su idea de que Groenlandia “debe formar parte de Estados Unidos”. En respuesta a una pregunta de la prensa, dijo que su país necesita la isla por motivos de "protección nacional". "Tenemos que tenerla", aseguró. El gobernador Landry por su parte declaró en una publicación en X que considera un honor servir en ese "puesto voluntario para que Groenlandia forme parte de Estados Unidos". El anuncio no cayó bien ni en Groenlandia ni en la capital de Dinamarca, cuyo gobierno convoco al embajador estadounidense para "pedir explicaciones". Al respecto, el ministro de Asuntos Exteriores de Dinamarca, Lars Løkke Rasmussen, calificó el nombramiento como "profundamente preocupante" y exigió a Washington que respete la soberanía danesa. El primer ministro groenlandés afirmó que la isla debe "decidir su propio futuro" y que su "integridad territorial debe ser respetada". Rasmussen declaró a la cadena danesa TV2: "Mientras tengamos un reino compuesto por Dinamarca, las Islas Feroe y Groenlandia, no podemos aceptar acciones que socaven nuestra integridad territorial". Por su parte, el primer ministro de Groenlandia, Jens-Frederik Nielsen, afirmó que el territorio está dispuesto a cooperar con Estados Unidos y otros países, pero solo sobre la base del respeto mutuo. "El nombramiento de un enviado especial no cambia nada para nosotros. Nosotros decidimos nuestro propio futuro. Groenlandia pertenece a los groenlandeses, y la integridad territorial debe ser respetada", sentenció. En tanto, en una publicación en redes sociales, el presidente estadounidense aseguró que su nuevo enviado para Groenlandia comprende lo "esencial" que es ese territorio "para nuestra seguridad nacional" y reiteró que defenderá los intereses de Estados Unidos. Jeff Landry, por su parte, declaró que el nuevo cargo no afectará a sus funciones como gobernador de Luisiana. Veterano militar y expolicía, fue congresista y fiscal general de Luisiana antes de ser elegido gobernador en el 2023. Cabe recordar que Landry recibió con satisfacción la propuesta del presidente de enviar tropas de la Guardia Nacional a Nueva Orleans como parte de su campaña contra la delincuencia en las ciudades estadounidenses. El gobernador ya había expresado su opinión sobre Groenlandia, escribiendo en su cuenta personal de X en enero: "¡El presidente Donald J. Trump tiene toda la razón! Necesitamos asegurar que Groenlandia se una a Estados Unidos. ¡Genial para ellos, genial para nosotros! ¡Vamos a conseguirlo!". Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, Trump ha reforzado su interés por Groenlandia, citando su ubicación estratégica y su riqueza mineral. Asimismo, se ha negado a descartar el uso de la fuerza para asegurar el control de la isla, una postura que ha conmocionado a Dinamarca, “aliado” de la OTAN que tradicionalmente ha mantenido estrechas relaciones con Washington. Cabe precisar que, con una población de aproximadamente 57.000 habitantes, Groenlandia goza de una amplia autonomía desde 1979, aunque su defensa y política exterior siguen en manos danesas. Si bien la mayoría de los groenlandeses son partidarios de independizarse de Dinamarca a largo plazo, las encuestas de opinión también muestran asimismo una oposición abrumadora a formar parte de Estados Unidos. Esta disputa surge en un contexto de creciente competencia estratégica en el Ártico, donde el deshielo está abriendo nuevas rutas marítimas y facilitando el acceso a valiosos recursos minerales. La ubicación de Groenlandia entre América del Norte y Europa la convierte en un punto estratégico clave para la planificación de la seguridad de Estados Unidos y la OTAN, y la sitúa en la ruta más corta para misiles entre Rusia y Estados Unidos. Estados Unidos mantiene una base en Groenlandia desde la Segunda Guerra Mundial, tras invadir el territorio para establecer instalaciones militares y estaciones de radio luego de que los alemanes ocuparan Dinamarca durante el conflicto. Desde entonces la ha seguido ocupando en medio de la Guerra Fria con Rusia. Cuando este acabo, no se han retirado y mediante una serie de pretextos han continuado allí. Por cierto, el vicepresidente JD Vance visitó la base en marzo y pidió a los groenlandeses que "llegaran a un acuerdo con Estados Unidos" aunque este pedido fu rechazado unánimemente. Pero ahora Trump vuelve a la carga dejando ver sus verdaderas intenciones de conquista. Los planes de Trump para Groenlandia no son nuevos. "Sería un gran negocio inmobiliario", dijo en el 2019, durante su primer mandato, cuando declaró por primera vez su “interés” en la isla. Sin embargo, en ese momento dijo que adquirir el área “no era su prioridad”. El entonces asesor económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, explicó en una entrevista en Fox News Sunday lo que el gobierno de Trump veía en la isla. Es "un lugar estratégico" con "muchos minerales valiosos", dijo Kudlow. Los representantes del gobierno estadounidense incluso se acercaron a los daneses para intentar cerrar un trato, algo que no ocurrió. La cantidad de menciones que hace Trump sobre el tema ahora, sugiere que Groenlandia ha subido posiciones en importancia en los planes del republicano. Los expertos apuestan a que esto tiene que ver con el reciente mapeo de las riquezas minerales de Groenlandia y la dinámica económica cambiante en relación con ellas. Históricamente, el territorio recibió atención de las autoridades estadounidenses debido a su posición estratégica. Primero, como forma de contener el avance global de los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Luego, durante la Guerra Fría, para controlar las rutas marítimas entre Europa y América del Norte y por su proximidad al Ártico. El ejército estadounidense ha operado durante décadas la Base Espacial Pituffik, anteriormente conocida como Base Aérea Thule, entre los océanos Atlántico y Ártico, la cual se utiliza como puesto de observación de misiles balísticos. Pero un informe publicado a mediados del 2023 por el Servicio Geológico de Dinamarca y Groenlandia estimaba que los 400.000 km2 de territorio de la isla actualmente no cubiertos por hielo tienen depósitos moderados o elevados de 38 minerales en la lista de materiales ‘esenciales’ elaborada por la Comisión Europea. Además de aparentes altas concentraciones de cobre, grafito, niobio, titanio y rodio, también existirían grandes depósitos de las llamadas tierras raras, como el neodimio y el praseodimio, cuyas peculiares características magnéticas las hacen fundamentales en la fabricación de motores de vehículos eléctricos y turbinas de viento. "Groenlandia podría contener hasta el 25% de todos los recursos de elementos de tierras raras del mundo", dijo el geólogo Adam Simon, profesor de la Universidad de Michigan. Esto equivaldría a alrededor de 1,5 millones de toneladas de materiales. Como sabéis, las tierras raras se han convertido en un bien demandado en un contexto de transición energética en busca de formas de energía limpias y renovables -para contener el cambio climático- y han lanzado a diferentes potencias globales a disputas por grandes minas de estos elementos en todo el mundo. "Para el próximo año, utilizaremos alrededor de un 4.500% más de tierras raras en todo el mundo que en 1960", afirma Simon, y continúa: "incluso si la extracción en Groenlandia se vuelve viable en un corto período de tiempo, seguiremos necesitando más reservas de tierras raras para satisfacer la demanda actual del mercado". Actualmente, China domina el mercado de minería y procesamiento de tierras raras. Los chinos son responsables de alrededor de un tercio de las reservas conocidas, del 60% de la extracción y del 85% del procesamiento de estos productos. Pero el dominio chino sobre este mercado ya alcanzó el 95% en el 2010, lo que dio a Beijing un poder político y económico significativo sobre las cadenas de producción centrales en Europa y EE.UU. Actualmente, las dos empresas mineras que realizan prospecciones de tierras raras en Groenlandia son australianas, pero una de ellas tiene como inversor a Shenghe Resources, una empresa minera estatal china. No está demás agregar que China lleva años intentando profundizar su presencia en Groenlandia. Xi Jinping definió que el suyo debe ser un país "cercano al Ártico", pese a que está a casi 1.500 kilómetros de la región, aunque su alianza con Rusia y los acuerdos que firmo con Moscú le permite participar en diversas operaciones en la zona. Además de proyectos culturales y tecnológicos, Beijing ha intentado echar raíces en Groenlandia a través de obras de construcción en un plan bautizado la "Ruta de la Seda Polar", brazo del masivo proyecto de inversión mundial de Xi conocido como La Franja y la Ruta. Como parte de este programa, empresas constructoras chinas intentaron construir al menos dos aeropuertos en Groenlandia, pero terminaron siendo relegadas por empresas danesas, en una disputa en la que Washington habría ejercido presión a favor de Dinamarca. Todos estos movimientos chinos en la zona alarmaron a EE.UU., que tiene a China como su principal antagonista global. Ya en su primer mandato, el gobierno de Trump incluyó las tierras raras “entre los materiales fundamentales para la seguridad nacional estadounidense” y firmó acuerdos de cooperación para el desarrollo tecnológico y científico entre Groenlandia y EE.UU. Pero la mayor presencia de científicos, investigadores, políticos y militares en los últimos años en la región no parece ser suficiente para garantizar ninguna exclusividad estadounidense sobre los recursos naturales de la isla. Si el interés por las tierras raras y Groenlandia ya estaba claro en el primer mandato, el hecho de que la dirección del gobierno de Trump siga profundamente influenciada por el multimillonario Elon Musk, director general de Tesla (a pesar de su aparente distanciamiento), uno de los mayores fabricantes de coches eléctricos del mundo, no se debe ignorar. "Ciertamente, Tesla tiene interés en la disponibilidad global de tierras raras además del litio, el cobre, el níquel y el grafito. Por lo tanto, es razonable pensar en un conflicto de intereses si el CEO de una empresa que depende de la disponibilidad de importantes elementos minerales está en una posición política de autoridad para tomar decisiones que podrían afectar la disponibilidad global de estos minerales", dice Simon. Con la misma prudencia, sin embargo, también recomienda cautela en los límites de los beneficios inmediatos para Musk, y para el propio Trump, en la embestida contra Groenlandia. "En la etapa actual de exploración minera, es muy poco probable que tengamos mineros capaces de realizar una producción comercial constante en Groenlandia en menos de 10 años", dice Simon. "Mientras los gobiernos operan con un horizonte de 4 años, estas grandes mineras planifican sus negocios con un horizonte de 40 años", añade el geólogo. Aunque es posible acelerar enormemente la minería en zonas de la isla, un segundo desafío sería transportar la producción con grandes barcos a una región relativamente remota plagada de icebergs y otros desafíos náuticos. Por lo tanto, es poco probable que Trump pueda presumir de extraer tierras raras a escala de Groenlandia, incluso si supera los enormes desafíos geopolíticos que implica la tarea. La clave para entender la motivación de Trump al respecto puede residir en otro elemento histórico de la política internacional estadounidense: la doctrina del Destino Manifiesto. Así lo afirmó en el 2019 el editor de la revista de derecha The American Conservative, James P. Pinkerton. La noción de Destino Manifiesto, articulada en el siglo XIX, afirmaba que, dado su "excepcionalismo", EE.UU. tenía el deber y el derecho de avanzar hacia territorios extranjeros para garantizar el desarrollo y la expansión del experimento de libertad y autogobierno que el país defendía. Esto incluía asegurar recursos para sostener la economía y garantizar la seguridad del país. El Destino Manifiesto fue la ideología detrás de la expansión de los estadounidenses desde las 13 colonias hacia Occidente, que, entre otras cosas, expulsó de sus tierras a gran parte de las poblaciones nativas americanas, lo que llevó al genocidio de muchos de ellos. El orden mundial establecido tras las Grandes Guerras, con la creación de organismos multilaterales para mediar en las disputas entre naciones (objetivos frecuentes de las críticas de Trump) y el establecimiento de fronteras claras entre países, parecía haber puesto fin a la expansión territorial pregonada por el Destino Manifiesto. Uno de los mayores ejemplos de este movimiento fue Andrew Jackson, el séptimo presidente estadounidense, que gobernó de 1829 a 1837. No es mera coincidencia que Trump declare que siente una gran admiración por Jackson. Sus deseos de apoderarse a como dé lugar de Groenlandia, así sea mediante una guerra con Dinamarca, marca ese camino expansionista que busca continuar. Lo vemos ahora mismo en Venezuela, donde su obsesión por quedarse con su petróleo - que afirma que se lo han “robado” (?) - ya no lo puede disimular. Por cierto, de estallar un conflicto de EE.UU. con Dinamarca y ya que ambos países son miembros de la OTAN ¿Del lado de quien se pondrían los demás países que conforman esa alianza? Según el principio de defensa colectiva (Articulo 5) sucede que si uno del integrantes es agredido, los demás miembros se unirían automáticamente al conflicto, colocándose del lado del país atacado - en este caso Dinamarca - defendiendo su territorio y soberanía, aunque las dinámicas podrían ser complejas debido a intereses nacionales, pero la adhesión sería obligatoria bajo el tratado, aunque falta saber si atacarían a los EE.UU. o volverían a bajar vergonzosamente la cabeza, permitiendo ser humillados una y otra vez por el inquilino de la Casa Blanca, que los trata como los perros falderos que son, los cuales siguen creyendo de una forma suicida que el enemigo es “Rusia”, cuando en realidad lo tienen en su propia casa. No cabe duda que la megalomanía de Trump está yendo demasiado lejos y debería ser detenido antes que sea tarde, porque luego de Groenlandia, de seguro intentará hacer lo mismo con Canadá. Aún estamos a tiempo de evitarlo.
Generalmente, cuando en la temporada navideña se habla sobre San Nicolás o Santa Claus, el problema es cómo explicar a los niños cómo llegan realmente todos los regalos debajo del árbol. Pero hay otra pregunta que bien portamos hacernos por estas fiestas: ¿Quién fue el verdadero San Nicolás y cómo se le asoció con la Navidad? Se le asocia generalmente con San Nicolás, quien fue obispo de la ciudad de Mira, en Licia, Asia Menor (corresponde a la localidad turca llamada actualmente Dembre), en el s. IV, y sus reliquias se veneran en Bari (Italia). Muy pocos son los datos que se conocen de la vida de este santo, debido a que no existen testimonios auténticos contemporáneos. Sus biografías más antiguas son de algunos siglos posteriores a la época en que se cree que vivió. Se considera que nació en Patara (Asia Menor) alrededor del año 270, y que murió un día 6 de diciembre de un año entre 345 y 352. Su familia tenía una excelente posición económica y eran devotos cristianos. Pero sus padres fallecieron víctimas de la peste siendo Nicolás adolescente. El joven heredero entonces donó toda su fortuna a los más necesitados y se dedicó al sacerdocio. Prontamente fue nombrado obispo de Mira. Las versiones del meteórico ascenso son varias e imprecisas. La leyenda hagiográfica habla de una disputa irresuelta entre sacerdotes que lo encontró en el momento preciso en el lugar indicado. Había muerto el obispo de Mira y no se ponían de acuerdo en quién debía ser su reemplazante; hasta que alguien hastiado de la situación dijo que sería consagrado obispo de la ciudad el próximo sacerdote que ingresara al templo. Y ese fue el joven Nicolás. Aunque no se pueda comprobar nada de eso, probablemente, la historia real tenga menos de casual y el poderío económico de su familia haya tenido mucho que ver. A Nicolás se lo suele describir blandiendo una personalidad decidida, pero con carácter amable. Decisiones firmes y buenos modos con una gran capacidad de oratoria y sentido práctico, virtud de la que han carecido (y carecen) muchos religiosos. En su lucha contra el paganismo hizo derribar el templo dedicado a Artemisa y fue uno de los principales impulsores de la condena al arrianismo (negaba la divinidad de Cristo) en el Concilio de Nicea. Como gran parte de los personajes públicos y cristianos de la época fue perseguido y encarcelado. Hasta se sostiene que uno de los castigos que le infligieron fue la quema de su barba. Y que mientras el penetrante olor al pelo quemado inundaba la sala, el calor subía hasta sus ojos, y la piel del rostro empezaba a lacerarse por el fuego, Nicolás siguió firme en su diatriba contra la adoración a dioses paganos. Pasado unos años, el emperador Constantino lo liberó de la prisión. Murió en Myra el 6 de diciembre del 343 (también pudo haber sido en el 344 o en el 345 o, tal vez, en el 353: nadie sabe con certeza). ¿Pero por qué se lo conoce como San Nicolás de Bari si vivió y murió en Mira? Sucede que, tras la invasión musulmana, a 700 años de su muerte, un grupo de fieles sacó a escondidas, sus reliquias y las trasladó al ciudad italiana de Bari, donde se encuentran en la actualidad. Esta doble radicación y la atribución generosa de múltiples milagros hacen que San Nicolás -para algunos de Mira y para otros de Bari- sea venerado tanto en Oriente como en Occidente. Su nombre era invocado ante catástrofes naturales, peligros inminentes, tragedias, naufragios y demás desgracias. Su nombre se difundió por todo el mundo. Tanto es así que llegó a haber más de dos mil templos dedicados a él. Asimismo, fue declarado patrono de Bizancio, Grecia y Rusia. Y también es a quien oran los marineros en caso de tempestades violentas. Todos estos datos e informaciones son más que inciertos. Las primeras biografías (hagiografías, en realidad) que se intentaron sobre él se encararon a casi dos siglos de su muerte. Por lo tanto, más que en testimonios o en documentos, la información proviene de leyendas orales que se fueron transmitiendo de generación en generación. Eran tiempos difíciles y estos relatos orales solidificaban la comunidad, y la construcción de héroes o santos se hacía necesaria más allá de la precisión en los datos biográficos. Son muy escasos los datos fehacientes que se cuentan sobre San Nicolás. Esa carencia es proporcionalmente inversa a su popularidad. Dentro de los milagros atribuidos a su figura hay uno que lo relaciona con los niños. Un criminal había herido de muerte a tres chicos (otros dicen que se habían caído ¡simultáneamente! de un árbol) y que las oraciones de Nicolás permitieron la cura milagrosa. Otra leyenda habla de que, en una casa muy necesitada, con tres hijas, lanzó tres monedas de oro por la chimenea y estas cayeron dentro de tres medias. Suena conocido. Por otro lado, la relación de San Nicolás con Santa Claus dista de estar totalmente clara. Un indicio podemos encontrarlo en esta última leyenda mencionada. Otros sostienen que el 6 de diciembre, día de su santoral, se entregaban dulces y regalos a los niños en virtud de la cercanía y compasión por estos que mostró a lo largo de su vida. Y que esta costumbre dio inicio a la tradición de Santa Claus. Este nombre proviene de su condición de santo y de su diminutivo en alemán (Niklauss). O podría provenir también de Sinterklaas, el nombre con el que se conocía al santo en Holanda, lugar en el que era muy venerado, y que el escritor norteamericano Washington Irving deformó en Santa Claus a principios del Siglo XIX. En su obra Knickerbocker's History of New York Irving satiriza entre otras cosas a la enorme colonia holandesa de Nueva York y convierte a Santa Claus en alguien llegado en barco del Viejo Continente que reparte regalos a los chicos lanzándolos por las chimeneas. Este personaje se convirtió en "El guardián de Nueva York" y su popularidad fue enorme. Al cabo de unos años- en 1823 - un poema escrito por Clement Moore también tuvo una increíble repercusión. Y fue vital para difundir la figura de Santa Claus y la nueva fisonomía que iba adquiriendo. Todas las representaciones gráficas de San Nicolás de Bari hasta mediados del siglo XIX lo mostraban como alguien enjuto, espigado, con barba rala y mirada firme. Nada de ese viejito afable y rechoncho que conocemos hoy. Con el libro de Washington Irving y el poema de Moore, el personaje de Santa Claus fue adquiriendo peso, portaba una larga y fina pipa y tenía barba abundante. Las novedades del poema de Moore exceden a los kilos que habría ganado Santa Claus. Allí aparecen por primera vez el trineo tirado por renos y las grandes medias en las que se depositan los regalos que se entregan cercanos a la época navideña. Hubo que esperar hasta 1864 para que la imagen de este personaje se fuera unificando. Thomas Nast en unas ilustraciones para Harper's Weekly lo dibujó bajo, con rasgos de duende, anciano, con su pipa y el traje característico. Hasta ese momento cada uno lo dibujaba cómo le parecía. Había Santa Claus que eran bajitos, otros altos, también flacos, gordos, lampiños, risueños o algo malignos. Los dibujos de Nast se difundieron rápidamente y su Santa Claus se convirtió en la imagen icónica. Entrado en kilos y en años, con barba cana, enorme bigote manubrio, pipa holandesa y pómulos salientes. Como la mayoría de las publicaciones eran en blanco y negro no todos sabían que el color del traje era el rojo con el pompón del gorro y el cinturón blancos. Muchos lo pintaban de verde todavía. Nast se inspiró en el ropaje de los obispos para darle color a la ropa de su personaje. Ya en 1931, la Coca Cola le encargó los dibujos de una campaña al ilustrador descendiente de suecos Haddon Sundblom quien definitivamente brindó al personaje los rasgos actuales. Un anciano rechoncho, afable, simpático e inofensivo. El mito sostiene que los colores de su ropaje fueron inspirados por la Coca Cola pero lo cierto es que ya en representaciones anteriores el rojo y el blanco eran los colores de Santa Claus. Año a año, hasta mediados de los sesenta, Sudblom fue actualizando sus dibujos asociándolos a la gaseosa cada mes de diciembre. De esta manera, la leyenda de Santa Claus se diseminó por el mundo, por lo que todos saben que la noche del 24 llega proveniente del Polo Norte, cargado de regalos, con su trineo tirado por renos y que va dejando casa por casa sus regalos a los chicos, quienes esperan impacientes su llegada...
El recién publicado libro blanco de China sobre control de armamentos, desarme y no proliferación llega en un momento de profunda transformación estratégica. En efecto, el citado documento llega no solo como una actualización técnica sobre políticas, sino como un gesto político: un intento de moldear el orden mundial emergente en un momento en que la multipolaridad ya no es teórica y la rivalidad entre Estados Unidos y China define cada vez más el panorama global. Aunque enmarcado en un lenguaje de cooperación y estabilidad, el libro blanco es inequívocamente estratégico: China está sentando sus propios principios sobre lo que debería ser el control de armamentos del siglo XXI, buscando tanto justificar su trayectoria actual como moldear las expectativas internacionales futuras. Lo que más destaca no es un anuncio en particular, sino la arquitectura general del libro blanco. Combina temas nucleares tradicionales con una visión integral de la seguridad que abarca el espacio exterior, el ciberespacio, la inteligencia artificial y las implicaciones tecnológicas de futuros conflictos. Pone en duda las alianzas militares estadounidenses, cuestiona la imparcialidad de las demandas actuales de control de armamentos y vincula el propio enfoque de China con una agenda más amplia de gobernanza global. Como sabéis, durante años, Washington ha presionado a Beijing para que se una a las conversaciones trilaterales sobre control de armas con Estados Unidos y Rusia, argumentando que “la expansión de las capacidades chinas desestabilizará los equilibrios estratégicos a menos que se sometan a algún tipo de restricción verificable”. El presidente estadounidense, Donald Trump, convirtió esta exigencia en una exigencia clave, insistiendo en que los futuros acuerdos nucleares estarían incompletos sin la participación de China. Como podéis suponer, Beijing rechazó la idea de plano, calificándola de "injusta, irrazonable e impracticable". Esta frase resuena inequívocamente en el nuevo libro blanco. El documento replantea sistemáticamente por qué China cree que no debe ser tratada como un competidor similar a las dos mayores potencias nucleares del mundo. Hace hincapié en la "disuasión mínima”, la "no ser el primero en usar" y la "máxima moderación" en el tamaño del arsenal, posturas que China ha mantenido durante décadas, pero que ahora despliega con renovado vigor. Al integrar estos puntos en una narrativa amplia sobre justicia y equidad, Pekín intenta cambiar la base diplomática. El mensaje es claro: China no se dejará coaccionar para entablar conversaciones basadas en las suposiciones o preferencias de sus rivales. Al mismo tiempo, el libro blanco adopta un tono que no llega a nombrar directamente a Estados Unidos. En cambio, advierte contra la expansión de arsenales, el despliegue de misiles, el fortalecimiento de alianzas y el ajuste de doctrinas nucleares por parte de ciertos países de forma desestabilizadora. Esta táctica preserva la negación diplomática, dejando pocas dudas sobre el público al que se dirige. Además, otorga coherencia a la narrativa sobre China: se arroga la superioridad moral mientras presenta a Estados Unidos como la fuente de inestabilidad. El lenguaje del libro blanco implica una creciente frustración con la alianza de seguridad entre Estados Unidos y Japón, una amenaza directa para China. Las referencias a la expansión de los despliegues en Asia-Pacífico, el fortalecimiento de las alianzas regionales y los ajustes en las posturas nucleares apuntan a la evolución de la agenda estadounidense-japonesa. A medida que Washington y Tokio profundizan su cooperación en defensa antimisiles, integran capacidades de ataque más avanzadas y se alinean más estrechamente en materia de disuasión, Beijing ve un cerco en lugar de estabilidad. Para una audiencia global, el enfoque de China tiene dos propósitos. Primero, utiliza la historia -invocando sutilmente el 80.º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial y la agresión japonesa -para posicionarse como guardiana de la paz y el orden de posguerra, logrados con esfuerzo. Segundo, caracteriza la cooperación en defensa entre Estados Unidos y Japón como un motor de inseguridad. Esta estrategia retórica no está diseñada para Washington o Tokio, que la desestimarán, sino para la comunidad internacional en general, a la que China espera persuadir de que la seguridad de Asia-Pacífico no debe estar determinada exclusivamente por las alianzas estadounidenses. La sección nuclear de China está cuidadosamente calibrada. Reitera posturas que los expertos en control de armas conocen desde hace tiempo: no ser el primero en usar armas, no desplegarlas en el extranjero y contar con las capacidades mínimas necesarias. Esto es continuidad, pero una continuidad con un propósito: el documento utiliza estos puntos como herramienta diplomática. Al enfatizar la previsibilidad y la estabilidad, Beijing transmite confianza a un mundo inquieto por la arriesgada política nuclear. Esto tiene una segunda función, más táctica: refuerza la afirmación de China de que aún no debería ser equiparada con Estados Unidos y Rusia, cuyos arsenales, mucho mayores, justifican sus responsabilidades especiales en materia de desarme. En esencia, China argumenta que la desigualdad estratégica sigue siendo una realidad internacional, y que el control de armamentos debe reflejarla. Obviamente, este argumento tiene otro matiz. China está reforzando sus fuerzas nucleares, expandiendo sus silos de misiles y desarrollando nuevos sistemas de lanzamiento. Calificar su postura de "disuasión mínima" podría pronto socavar su credibilidad. Pero el objetivo de Beijing no es la transparencia cuantitativa, sino el aislamiento narrativo. Al afirmar que su arsenal se basa en la moderación, China pretende desviar preventivamente las críticas mientras continúa modernizándose. Donde el libro blanco adquiere una visión verdaderamente vanguardista - y políticamente relevante - es en su tratamiento del espacio exterior, el ciberespacio y la IA. Estos no son simplemente temas adicionales; constituyen el núcleo ideológico de la visión de seguridad orientada al futuro de China. Además, Beijing posiciona estos ámbitos como las primeras líneas emergentes de la competencia estratégica y argumenta que requieren una gobernanza urgente. Esto coincide estrechamente con la postura de China en otros foros internacionales: impulsar normas centradas en la ONU que limiten el uso militar de estas tecnologías, al tiempo que priorizan el desarrollo pacífico. Pero las motivaciones van más allá del altruismo. China está ganando terreno rápidamente precisamente en las tecnologías que definirán su poder futuro. Al promover desde el principio marcos de gobernanza sólidos, busca influir en el proceso de elaboración de normas antes de que Estados Unidos y sus aliados consoliden su dominio. Esta es una de las señales más claras del documento: China pretende desempeñar un papel protagónico en la definición de las reglas de la guerra de próxima generación. Considera las tecnologías emergentes no solo como herramientas, sino como escenarios donde se negocia el poder político. Asimismo, uno de los temas más significativos que se entretejen en el libro blanco es la aspiración de China de convertirse no solo en participante de la gobernanza global, sino en su creador. El documento enfatiza repetidamente la equidad, la inclusión y el papel de la ONU, un lenguaje dirigido a los países del Sur Global, a menudo excluidos de la arquitectura de seguridad diseñada por Occidente. Al posicionarse como defensor de la "seguridad indivisible", China corteja al Sur Global, sugiriendo que los regímenes occidentales de control de armas privilegian a los fuertes y restringen a los débiles. La estrategia es clara: construir alianzas normativas que fortalezcan la legitimidad de Beijing como creador de normas globales. El nuevo libro blanco de China no es un documento político pasivo. Es una declaración estratégica: un intento de replantear el control de armamentos en términos que reflejen los intereses, las ambiciones y la visión del mundo de China. Contradice las expectativas estadounidenses, desafía la seguridad basada en alianzas, promueve un modelo de gobernanza centrado en la ONU y se posiciona en los ámbitos tecnológicos emergentes. Otra cuestión es si el mundo acepta este enfoque. Washington y Tokio verán una narrativa egoísta en lugar de moderación. Muchos otros países en cambio podrían ver a un socio resistiéndose al dominio occidental. Mientras tanto, el resto del mundo se enfrentará a una realidad cada vez más clara: el futuro del control de armas ya no se negociará únicamente en Washington y Moscú, sino en un escenario geopolítico más amplio donde China se muestra cada vez más segura, asertiva y lista para liderar ¿Podrá conseguirlo?
De vez en cuando, se lanza una actualización que entusiasma a los fans , sobre todo cuando involucra a uno de los personajes navideños más queridos de todos los tiempos. The Grinch 2 acaba de recibir una sorprendente actualización recientemente, y aunque los detalles aún son un secreto, su sola mención ha despertado un gran revuelo en internet. La idea de que Jim Carrey vuelva a ponerse ese traje verde peludo resulta nostálgica e imposible a la vez. Aun así, los rumores de movimiento entre bastidores son suficientes para que cualquier fan de The Grinch, aquel que robó la Navidad se ponga en pie y preste atención. Como sabéis, cuando se estrenó en cines en el año 2000, la transformación de Jim Carrey en la criatura gruñona pero adorable del mundo del Dr. Seuss se convirtió en un clásico instantáneo. La película recaudó más de 345 millones de dólares en todo el mundo, convirtiéndola en una de las películas navideñas más taquilleras de todos los tiempos. No solo fue un éxito financiero, sino que se convirtió en una tradición anual para millones de familias. La actuación de Carrey se movió a la perfección entre lo escandaloso y lo sincero. Aportó humor, tristeza y una emoción sorprendentemente profunda a una historia que fácilmente podría haber sido una película infantil más. Han pasado dos décadas, pero su versión del Grinch sigue siendo la definitiva. Como era de esperar, El Grinch sigue siendo uno de los grandes éxitos navideños de la Universal. La mercancía con la sonrisa traviesa de Carrey se agota cada Navidad: desde peluches y pijamas hasta adornos y sudaderas. Precisamente, en Universal Orlando Resort, el Grinch prácticamente es Navidad. Cada año, Seuss Landing se transforma en Whoville, donde los fans esperan horas solo para conocer al mismísimo Grinch. Y no a cualquier Grinch, sino al que está inspirado en la versión de Carrey. La energía sarcástica y ligeramente desquiciada que los actores en vivo transmiten en su actuación ha convertido este encuentro en una experiencia navideña imprescindible. Está claro que luego dos décadas, el Grinch de Jim Carrey no solo ha perdurado, sino que se ha convertido en la imagen de toda la temporada navideña de la Universal. Así que no sorprende que los fans nunca hayan dejado de preguntarse: ¿podría haber algún día un Grinch 2? Las especulaciones al respecto comenzaron a circular en el 2023, cuando comenzaron a circular en línea falsos "anuncios" que afirmaban que Universal estaba desarrollando en secreto una secuela con Jim Carrey. Las redes sociales difundieron la idea y, durante semanas, los fans debatieron, sobre todo, desde las posibles tramas hasta quién podría regresar del reparto original. Pero resulta que nada de eso era real. Universal nunca confirmó nada, y el propio Carrey desestimó los rumores. Durante años, dejó muy claro que no le interesaba retomar viejos papeles, especialmente uno que requería tanto tiempo, energía e incomodidad física. Carrey explicó una vez que interpretar al Grinch fue un proceso insoportable. El maquillaje le llevó casi ocho horas, incluyendo prótesis, lentes de contacto y un enorme traje verde que lo dejaba sudando y sin aliento. Incluso dijo que se sentía como si lo enterraran vivo todos los días en el set. Entonces, cuando los fanáticos comenzaron a presionar para una secuela, la respuesta de Carrey fue simple: “no”. Eso es lo que hace que el 2025 sea tan interesante. Durante el último año, la postura de Jim Carrey sobre las secuelas parece haberse suavizado. Tras años evitándolas por completo, sorprendió a los fans mostrando entusiasmo por continuar ciertas franquicias, en particular la serie Sonic the Hedgehog. En ella Carrey interpreta al villano Dr. Robotnik en esas películas, y a pesar de haber insinuado previamente su retiro, ha estado completamente comprometido en las últimas tres películas. En enero, incluso declaró que estaría abierto a la cuarta entrega si la historia le parecía adecuada. Ese cambio de actitud lo dice todo. Sugiere que Carrey ya no se muestra tan reacio a revisitar personajes icónicos, siempre que la dirección creativa le entusiasme, y eso da una pequeña chispa de esperanza a los fans del Grinch que llevan décadas soñando con una secuela. Parte de la indecisión inicial de Carrey se debía a la dolorosa rutina de maquillaje. El actor describió el proceso como tan brutal que Universal contrató a un agente de la CIA para que lo entrenara en técnicas de resistencia a la tortura. Esa no es precisamente la clase de experiencia que te anima a apuntarte a una segunda ronda. Pero ahora, las cosas son diferentes. Los avances en efectos digitales y prótesis modernas podrían facilitar mucho la transformación. La tecnología del maquillaje ha avanzado mucho desde el año 2000, lo que significa que hoy Carrey podría retomar el papel sin tener que soportar las mismas condiciones de "dificultad para respirar" que antes. Ese cambio por sí solo podría hacer más atractiva la idea de un regreso. Si el proceso es más rápido, seguro y cómodo, existe la posibilidad de que Carrey vea la secuela no como una pesadilla, sino como una oportunidad para revisitar uno de sus papeles más icónicos de una manera nueva. ¿Podría El Grinch 2 realmente suceder? Esa es la pregunta que todos se hacen. Luego de 25 años, las probabilidades de una verdadera secuela parecen escasas, pero no imposibles. Universal conoce el poder de la nostalgia, y El Grinch sigue siendo una de sus propiedades navideñas más rentables . Entre las ventas de merchandising, las apariciones en parques y los picos anuales de streaming, el personaje sigue generando ingresos cada diciembre. La disposición de Jim Carrey a considerar secuelas de nuevo hace que El Grinch 2 sea más realista que en años. Se necesitaría la historia adecuada, el equipo creativo adecuado y un guion que le dé verdadera fuerza al proyecto. Aun así, el tiempo no está precisamente del lado de Universal: Carrey ya tiene poco más de 60 años, y la ventana para retomar el papel físicamente se está agotando. Sin embargo, si Hollywood ha demostrado algo, es que incluso los regresos más inesperados pueden ocurrir. Con la combinación adecuada de nostalgia y tecnología, un Grinch 2 moderno podría capturar fácilmente la misma magia que convirtió a la original en un fenómeno. Aunque no hay confirmación ni fecha de estreno, esta última actualización del 2025 basta para mantener viva la esperanza. Los fans han esperado mucho tiempo para ver el regreso de Jim Carrey a VillaQuién , y con su renovada apertura a las secuelas, de repente ya no parece tan descabellado. Si la historia encaja, y si la silla de maquillaje se siente un poco menos como una tortura, entonces quizás, solo quizás, El Grinch 2 podría convertirse en algo más que un sueño. Hasta entonces, los fans seguirán viendo la original, citando sus frases favoritas y esperando que algún día - quizás el próximo año - el corazón del Grinch vuelva a crecer tres veces, esta vez, en la gran pantalla.
Hace un año, la guerra que el presidente Bashar al Assad parecía haber ganado dio un giro inesperado. Una fuerza terrorista - financiada por el sátrapa turco Recep Tayyip Erdogan - irrumpio desde Idlib, una provincia siria en la frontera con Turquía, y avanzo hacia Damasco. Dicha fuerza era liderada por un hombre conocido como Abu Mohammed al Jolani y su grupo miliciano, Hayat Tahrir al-Sham (HTS). Pero ese era un nombre de guerra que evocaba las raíces de su familia en los Altos del Golán, las tierras altas del sur de Siria que Israel ocupó en 1967 y posteriormente anexó. Su verdadero nombre era Ahmed al Sharaa, que se “especializaba” en decapitar a sus enemigos y mostrar sus cabezas en las redes sociales. Hoy, pasado un año, este despiadado asesino se ha convertido en presidente interino de Siria mientras que Bashar al Assad vive en el exilio en Rusia desde entonces. Entretanto, Siria sigue en ruinas, y la gente sobrevive en edificios destrozados por la guerra. Pero, pese a todos los problemas, se percibe en la ‘nueva’ Siria, una ligereza distinta: la ausencia del peso aplastante de la familia Al Assad, que gobernó el país con mano de hierro durante décadas. En cambio, a Ahmed al Sharaa, le ha resultado más fácil tratar con líderes en el extranjero que lidiar con sus problemas en casa. Ha logrado convencer a Rusia, Arabia Saudita y a Occidente de que él es la mejor apuesta “para un futuro estable en Siria”. En mayo, el príncipe heredero saudita gestionó un breve encuentro entre Al Sharaa y el presidente estadounidense, Donald Trump, quien lo describió como "joven, atractivo y duro". Dentro de Siria, en cambio, la población conoce bien sus debilidades y los enormes desafíos que enfrenta el país. La autoridad de Al Sharaa no se extiende al noreste - donde los kurdos con el apoyo estadounidense mantienen el control - ni a zonas del sur, donde los drusos sirios, otra minoría religiosa, aspiran a crear un Estado separado con el apoyo de sus ‘aliados’ israelíes. En tanto, en la costa del país, y protegidos por los rusos, se agrupan los alauitas - lo que queda de la otrora poderosa rama de Al Assad - quienes temen una repetición de las masacres que sufrieron en marzo, donde miles de ellos fueron asesinados, tras la entrada de los terroristas en Damasco. Hace un año, los nuevos dueños del país, como la mayoría de los grupos armados, eran islamistas sunnitas. Al Sharaa, su líder, tenía un negro historial de lucha como miembro de Al-Qaeda en Irak, donde fue encarcelado por fuerzas estadounidenses, y más tarde se convirtió en uno de los comandantes de alto rango del grupo que terminaría transformándose en el autodenominado Estado Islámico (ISIS). Con el tiempo, mientras construía su propio poder en Siria, rompió con ambos - con ISIS y Al-Qaeda - y acabó luchando contra ellos. Quienes viajaron a Idlib para reunirse con él aseguran que Al Sharaa “ha desarrollado posiciones mucho más pragmáticas, mejor adaptadas a la compleja diversidad religiosa del país”. Cabe precisar que los sunnitas en Siria son mayoría, pero conviven con kurdos, drusos y también con comunidades cristianas, muchas de las cuales aún encuentran difícil pasar por alto el pasado yihadista de Al Sharaa. En diciembre del año pasado, específicamente durante la primera semana del mes, era increíble la rapidez con la que avanzaba la ofensiva del grupo HTS. El desmoronamiento el régimen de Al Assad fue total, tanto así que apenas necesitaron tres días para tomar Aleppo, una gran ciudad en el norte de Siria. Lo sucedido contrastaba enormemente con lo que pasó entre el 2012 y el 2016, años en los que el ejército del régimen y los terroristas libraron una larga batalla por el control de la ciudad, que finalmente terminó en una victoria para Al Assad luego de que el presidente ruso, Vladimir Putin, desplegara su fuerza aérea y artillería para añadir un poder de fuego decisivo a las tácticas del régimen. Pero ya para finales del 2024, en todo el país - tras la retirada de los rusos - las tropas y la autoridad del gobierno sirio se habían desvanecido. Tanto los reclutas reacios como los leales al régimen abandonaron su disposición para luchar y morir y solo pensaron en ponerse a salvo de la venganza de los terroristas, quienes no tuvieron piedad con ellos y los ejecutaron públicamente apenas caían en sus manos, en su imparable avance a la capital que prácticamente cayo sin lucha. A los pocos días que Al Assad huyera con su familia a Rusia, el nuevo líder de Siria se instaló en el palacio presidencial, un edificio que se alza en lo alto de una colina que domina Damasco, concebido como un recordatorio permanente para los habitantes de la ciudad del poder omnipresente de los Al Assad. Para entonces, Al Jolani ya había dejado atrás ese nombre, junto con su uniforme de combate. Al Sharaa al recibir a un grupo de periodistas, se sentó en los gélidos salones del palacio sin calefacción con una elegante chaqueta, unos pantalones bien planchados y un par de zapatos negros impecables, afirmando que el país “estaba exhausto por la guerra y que no representaba una amenaza ni para sus vecinos ni para Occidente, insistiendo en que gobernarían para todos los sirios”. Era un mensaje que muchos sirios y varios gobiernos extranjeros querían escuchar, aunque la realidad era muy distinta. Israel lo desestimó de inmediato. Y los sectores yihadistas más radicales tacharon a Al Sharaa de “traidor”, acusándolo de vender su religión y su propia historia. La victoria de Al Sharaa fue la continuación de una larga campaña que había comenzado años antes, cuando este consolidaba su poder en Idlib. Una campaña destinada a presentarlo como un hombre “que había dejado atrás sus raíces yihadistas para convertirse en un líder digno de toda Siria, alguien a quien el resto del mundo debía tomar en serio y tratar con respeto”. Al Sharaa asumió el poder en medio de una gran incertidumbre: nadie sabía qué decisiones tomaría ni qué podrían hacerle sus enemigos. Entre los temores más serios estaba la posibilidad de que extremistas de ISIS - que aún operan en células durmientes - intentaran asesinarlo o provocar caos con atentados de gran escala en Damasco. En redes sociales, los yihadistas arremeten contra la ofensiva de seducción que ha lanzado Al Sharaa en Occidente. Tras aceptar integrarse a la coalición liderada por Estados Unidos contra ISIS, voces prominentes en línea lo tacharon de apóstata, un musulmán que se ha vuelto contra su propia religión. Para los extremistas, esto podría interpretarse como una licencia para matarlo. Pero la realidad es que ISIS en Siria está debilitado. Sus ataques este año se han dirigido principalmente contra las fuerzas lideradas por los kurdos en el noreste. Todo esto cambió en las últimas semanas, justo antes del aniversario de la caída del régimen de Al Assad. Mientras las fuerzas de seguridad llevaban a cabo redadas contra células de ISIS, los yihadistas mataron a tres soldados y a dos antiguos agentes del régimen en ciudades bajo control gubernamental, según datos recopilados por el analista Charles Lister - uno de los principales expertos en Siria - y publicados en el boletín Syria Weekly. En tanto, los canales afiliados a ISIS, continúan diciéndoles a los sunnitas sirios que Al Sharaa los ha traicionado, difundido afirmaciones de que Al Sharaa es un agente de Estados Unidos y Reino Unido, y trabaja para socavar el proyecto yihadista. De otro lado, el acercamiento de Ahmed al Sharaa a Occidente ha sido exitoso. Apenas a dos semanas de asumir el poder en Siria, recibió a una delegación de altos diplomáticos estadounidenses. Inmediatamente, Washington retiró la recompensa de US$10 millones que ofrecía por su captura. Desde entonces, las sanciones impuestas a la Siria de Al Assad se han reducido constantemente. La más estricta, la Ley César, ha sido suspendida y podría ser derogada por el Congreso de Estados Unidos el año próximo. Un hito importante se produjo en noviembre, cuando Al Sharaa se convirtió en el primer presidente sirio en visitar la Casa Blanca y reunirse con Donald Trump. Fue recibido en la Oficina Oval de manera calurosa. El presidente estadounidense roció a Al Sharaa con una colonia de la marca Trump, antes de regalarle un frasco para que se lo llevara a casa para su esposa, preguntándole en broma cuántas tenía. "Una", respondió Sharaa, mientras parpadeaba visiblemente afectado por la nube de fragancia que tenía encima. Lejos de las bromas para las cámaras, tanto Arabia Saudita como los gobiernos occidentales ven a Al Sharaa como la mejor apuesta -la única- para estabilizar un país que se encuentra en pleno corazón de Medio Oriente. Si Siria volviera a caer en una guerra civil, sería extremadamente difícil evitar una escalada de violencia en la región. Un diplomático occidental de alto rango dijo que las condiciones para que se desate una guerra civil aún existen. Esto se debe a las cicatrices duraderas dejadas por medio siglo del régimen de los Assad y 14 años de una guerra que comenzó como un levantamiento contra su gobierno, que se convirtió en una lucha cada vez más sectaria. Al Sharaa es un musulmán sunnita, el mayor grupo religioso de Siria, mientras que los alauitas - una minoría musulmana - eran omnipresentes con los Assad. En efecto, los alauitas son una secta originaria del chiismo, con su núcleo central en la costa mediterránea de Siria, y se encuentran muy inquietos ante las amenazas del nuevo régimen. Los Al Assad son alauitas. El fundador del régimen, Hafez al Assad, padre de Bashar, cimentó su poder sobre la minoría alauita, que representaba alrededor del 10% de la población. El simple hecho de oír el acento alauita, sobre todo cuando se trataba de un hombre uniformado -o peor aún, de un agente con la característica chaqueta de cuero de una de las agencias de inteligencia del régimen- solía poner nerviosos a otros sirios. La caída de Al Assad también significo la de los alauitas, siendo perseguidos desde entonces implacablemente, refugiándose los sobrevivientes en las costas del país, donde los rusos tienen una base naval, quienes les brindan protección. En tanto, Al Sharaa no controla todo el país. Durante el último año, no ha logrado persuadir ni obligar a los kurdos del noreste ni a los drusos del sur a aceptar la autoridad de Damasco. Siria no saldrá adelante si continúan las matanzas sectarias. El mayor desafío del gobierno es detener durante los próximos 12 meses los brotes de violencia más graves. Justo antes del aniversario de la caída de Bashar al Assad, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) expresó su profunda preocupación por la lentitud con que se imparte justicia en Siria. "Aunque las autoridades provisionales han tomado medidas alentadoras para enfrentar las violaciones del pasado, estas acciones son solo el comienzo de lo que aún debe hacerse", señaló un portavoz. En el último año, algunos sirios han tomado la justicia en sus propias manos, junto con las fuerzas del gobierno. El ACNUDH informó que, en ese tiempo, miles de personas y grupos vinculados al antiguo régimen, murieron a manos de las fuerzas de seguridad, milicias locales y civiles armados no identificados. El organismo también denunció otras violaciones graves en la ‘nueva’ Siria: violencia sexual, detenciones arbitrarias, destrucción de viviendas, desalojos forzosos y restricciones a las libertades de expresión y a reunirse de manera pacífica. Las comunidades alauita, drusa, cristiana y beduina fueron las más afectadas por esta ola de violencia, que se ha visto alimentada por un creciente discurso de odio tanto en línea como fuera de ella, por parte del nuevo régimen. Uno de los grandes riesgos para el 2026 es que se repita la violencia sectaria que en marzo pasado sacudió zonas alauitas. Tras la caída del régimen de Al Assad, el vacío de seguridad permitió que los terroristas intentaran imponer su autoridad en la costa siria mediante una serie de arrestos y asesinatos en masa de los alauitas. Una investigación de la ONU concluyó que "combatientes leales al nuevo régimen respondieron capturando, matando e hiriendo a miles de miembros de las fuerzas del anterior gobierno". Según la ONU, miles de personas, en su mayoría civiles, murieron en las masacres posteriores. La mayoría eran hombres adultos, aunque entre las víctimas también se contaban cientos de mujeres, ancianos y niños. Pero a pesar de estas matanzas indiscriminadas, el nuevo régimen no ha logrado hacerse del control de la costa, donde los alauitas resisten, bajo el amparo de Moscú. En tanto, en julio, la provincia sureña de Suweida fue escenario de un estallido de violencia entre comunidades drusas y beduinas que sacudió a la administración de Al Sharaa. La religión drusa, surgida del islam hace unos mil años, representa alrededor del 3% de la población siria, y los musulmanes consideran a sus seguidores como herejes. Cuando las fuerzas gubernamentales entraron a Suweida para restablecer el orden, terminaron enfrentándose a milicias drusas. Israel, que cuenta con su propia comunidad drusa leal al régimen sionista, intervino con ataques aéreos que casi destruyen el Ministerio de Defensa en Damasco. Solo una rápida intervención estadounidense logró imponer un alto al fuego y evitar que la violencia se intensificara aún más. Decenas de miles de personas fueron desplazadas y aún no han podido regresar a sus hogares. Aún no está claro si Al Sharaa y su gobierno interino son lo suficientemente fuertes para sobrevivir a otra crisis de tal magnitud. Israel sigue siendo una presencia amenazante para Siria. Tras la caída de Al Assad, los israelíes lanzaron una serie de grandes ataques aéreos para destruir lo que quedaba de la capacidad militar del antiguo régimen. Las Fuerzas de Defensa de Israel avanzaron desde los Altos del Golán ocupados para controlar más territorio sirio, que todavía ocupan. Aprovechando el caos en Siria, Israel busca debilitar un país que considera hostil, y hoy amenaza con desatar una guerra contra Damasco. Es indudable que Siria va camino a ser otro Estado fallido - si no lo es ya - lo cual solo acrecentara el caos y la incertidumbre en una región que no conoce la paz.
A principios de este año, una roca espacial inesperada acaparó titulares en todo el mundo cuando la Red Internacional de Alerta de Asteroides emitió su mayor alarma desde su creación en el 2013. Los niveles de amenaza para el asteroide recién descubierto, llamado 2024 YR, aumentaban constantemente en lugar de disminuir, y los expertos estimaban que la roca, del tamaño de un superyate, tenía una probabilidad de 1 entre 33 de impactar la Tierra en tan solo ocho años. Su órbita relativamente larga, de cuatro años, significaba que no sería detectable de nuevo hasta el 2028 en su paso final, lo que dejaba muy poco tiempo para una intervención. Los científicos estaban preocupados, pero semanas de seguimiento adicional les dieron un respiro. Datos adicionales indicaron que el asteroide no tocaría la Tierra, aunque aún tendría una probabilidad de 1 entre 25 de impactar la Luna en el 2032. Aliviados por el momento, los astrónomos advierten que un impacto importante de un gran asteroide cercano a la Tierra (NEA) es solo cuestión de tiempo. Como sabéis, los asteroides han azotado la Tierra durante eones, algunos con consecuencias que han transformado el planeta, pero por primera vez en la historia de la humanidad, contamos con la tecnología para detectar estas amenazas antes de que lleguen. En efecto, una red de telescopios y sus operadores exploran el cielo como parte del sistema de alerta temprana de la humanidad contra asteroides peligrosos, un esfuerzo conocido colectivamente como defensa planetaria. Su objetivo es catalogar y rastrear cada roca del sistema solar que se dirige hacia nosotros y que sea lo suficientemente grande como para arrasar una ciudad, por no hablar de acabar con la civilización tal como la conocemos. En las últimas décadas, los astrónomos han logrado avances lentos pero constantes hacia este objetivo mediante estudios específicos del NEA. Nuevos observatorios de vanguardia, como el Observatorio Vera C. Rubin, que inició operaciones a principios de este año en Chile, están impulsando estos esfuerzos, acercándolo finalmente a su alcance. Cabe precisar que la era moderna de la defensa planetaria - término acuñado por el teniente coronel de la Fuerza Aérea estadounidense Lindley Johnson hace tres décadas - tuvo su génesis luego de que la humanidad asistiera en primera fila a una espectacular demostración de violencia cósmica. Descubierto por los legendarios cazadores de asteroides y cometas Eugene y Carolyn Shoemaker, esposos, junto con David Levy, el cometa Shoemaker-Levy 9 se estrelló contra Júpiter en 1994. Algunos fragmentos dejaron cicatrices atmosféricas más grandes que la Tierra y propinaron impactos 600 veces más potentes que todo el arsenal nuclear de nuestro planeta. El evento fue una llamada de atención para el Congreso y la NASA, impulsando el desarrollo de un programa integral de búsqueda de asteroides bajo los auspicios de lo que ahora se conoce como la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria. En 1998, el Congreso formalizó este esfuerzo al ordenar a la NASA que iniciara una búsqueda exhaustiva de asteroides de más de 1 kilómetro (0,6 millas), el tamaño límite para una catástrofe global. En ese momento se conocían unos 200, lo que representaba aproximadamente el 20 % de esa población total, según Paul Chodas, director del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en California. Desde entonces, la tecnología y las herramientas han mejorado constantemente, desde la película hasta los detectores digitales y desde un puñado de telescopios hasta una red internacional. Tres sondeos a tiempo completo - el Catalina Sky Survey (CSS) en Arizona; el Telescopio de Sondeo Panorámico y Sistema de Respuesta Rápida (Pan-STARRS) en Hawái; y el Sistema robótico de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS) en Hawái, Chile y Sudáfrica - ahora rastrean los cielos durante todo el año. Pronto se les unirá la vasta capacidad de sondeo del Observatorio Vera C. Rubin en Chile, y en el 2027, el observatorio infrarrojo espacial NEO Surveyor. Desde el espacio, este detectará objetos dentro de la órbita de la Tierra utilizando detectores de infrarrojo medio que no requieren que un asteroide refleje la luz solar para que sean detectables. Eugene Shoemaker, fallecido en 1997, sigue siendo un referente para la comunidad. "Gene me inculcó mi mantra", afirma Greg Leonard, operador del telescopio del CSS. Leonard representa a una generación de cazadores de asteroides inspirados directamente por el trabajo de Shoemaker. En 1992, cuando era un joven graduado universitario, realizó prácticas con Shoemaker, realizando estancias de dos semanas en el Monte Palomar en busca de asteroides y cometas que cruzan la Tierra. Ahora pasa la mayoría de las noches en la cima del Monte Bigelow, al noreste de Tucson, Arizona, buscando puntos móviles contra miles de estrellas estacionarias en la pantalla de una computadora. "Gene me dijo que algo se descubre por primera vez solo una vez, así que hay que ponerse en posición de descubrirlo", afirma. Leonard y otros siete observadores de CSS a tiempo completo utilizan varios telescopios en las afueras de Tucson: dos de tiempo completo para búsqueda y hasta tres para confirmaciones de seguimiento. El telescopio Schmidt de 27 pulgadas que opera Leonard puede detectar NEA tan pequeños como una persona a 3,2 millones de kilómetros de distancia, "un testimonio de la exquisita sensibilidad de nuestro CCD", el sensor digital del tamaño de una postal que integra el instrumento. Al animar fotos sucesivas, los observadores pueden detectar movimiento incluso cuando un objeto es muy tenue. Si el software y el humano coinciden en un hallazgo, las detecciones se envían inmediatamente al Centro de Planetas Menores (MPC) del Centro de Astrofísica de Harvard y el Smithsonian y se publican en todo el mundo para que otros observatorios puedan verificar los avistamientos. El ritmo rápido es vital: la visibilidad óptica de un asteroide depende no solo de su posición, sino también de la de la Tierra y el Sol, y esa geometría puede cambiar rápidamente. "Lo importante en el descubrimiento de objetos cercanos a la Tierra es la rapidez con la que se puede informar para que alguien más pueda realizar un seguimiento y realizar observaciones específicas, porque de lo contrario, se pierde", afirma Fuls. Una vez que el MPC confirma una detección (siempre que no la descarte como un artefacto, basura espacial o un objeto cercano a la Tierra [NEO] previamente conocido), los nombra, todo dentro de las 24 horas. Por cierto, los NEOs, que incluyen los NEAs, son asteroides o cometas que orbitan alrededor del Sol con un perihelio, o punto más cercano al Sol, de 1,3 unidades astronómicas o menos. (Una unidad astronómica, o UA, es la distancia promedio Tierra-Sol de 150 millones de km). Si un asteroide supera los 140 m (0,09 millas) de ancho y se acerca a aproximadamente 7,5 millones de km (0,05 UA) de la órbita terrestre, se le designa como asteroide potencialmente peligroso (APE), capaz de causar una destrucción generalizada. Ante todo, se debe a que determinar cuántos NEA existen en total es complicado. "El porcentaje de NEA descubiertos hasta ahora depende enormemente del tamaño", explica Chodas. Por cierto, la Tierra fue víctima frecuente de NEOs, aunque nuestras cicatrices permanecen ocultas tras eones de erosión, elevación y sedimentación. Hoy en día, el número de posibles impactos en nuestra vecindad es mucho menor que en la juventud del sistema solar. Pero un solo impacto como el meteorito de Cheliábinsk del 2013 sobre Rusia - un asteroide inesperado de 10 000 toneladas que se coló por detrás del Sol y explotó en lo alto de la estratosfera con una energía 30 veces superior a la de una pequeña bomba atómica - nos recuerda que aún giramos en una galería de tiro cósmica. Es más, en abril del 2029, la Tierra experimentará una visita extraordinariamente íntima de un asteroide del tamaño de un portaaviones que pasará mucho más cerca que la Luna. Será un suceso único en un milenio: un asteroide visible a simple vista, que sin duda generará titulares sensacionalistas. Se trata del Aphopis, descubierto en el 2004 - llamado así por el monstruoso dios serpiente egipcio que intentaba interrumpir el ciclo del día y la noche - pasará a menos de 32 000 km de la Tierra, más cerca que muchos satélites en órbita geosincrónica. Basándose en extensas observaciones y cálculos, expertos como Chodas han determinado que se deslizará sin causar daño y no representará una amenaza durante al menos 100 años. Como podéis imaginar, las agencias espaciales se preparan con entusiasmo para este encuentro excepcional. La NASA ha reconfigurado su misión Orígenes con un nuevo objetivo: encontrarse con Aphopis, la cual solo podrá sobrevolarla. La Agencia Espacial Europea, por otro lado, espera redirigir a Hera tras su visita al asteroide Didymos para estudiar las secuelas de la Prueba de Redirección de Doble Asteroide (DART) de la NASA. Bajo el nuevo nombre de Misión Rápida Aphopis para la Seguridad Espacial (Ramsés), se encontrará con el asteroide antes de que pase cerca de la Tierra y permanecerá con ella durante todo su paso. Ambas misiones ofrecerán un profundo conocimiento de cómo las fuerzas de marea de la Tierra interactúan con las rocas espaciales entrantes. En combinación con nuevos estudios como el de Rubin y observadores dedicados como Leonard y Chodas, los científicos están cada vez más cerca de poder planificar para el próximo invitado inesperado que irrumpa en la fiesta y, con suerte, frustrar su misión de caos y catástrofe, evitando que nuestro destino sea similar al de los dinosaurios...