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miércoles, 16 de enero de 2019

ESPAÑA: Una, Grande y Libre

Como recordareis, el 7 de octubre del 2018 más de 10.000 personas se dieron cita en los alrededores del Palacio de Vistalegre en Madrid con motivo de un gigantesco mítin convocado por Vox, la formación nacionalista fundada por Santiago Abascal hace seis años y que buena falta le hacia a España, que carecía de un partido de estas características desde los tiempos del Generalísimo Francisco Franco. Fue un evento importante. No todos los días una formación extraparlamentaria es capaz de atestar un recinto tan grande y simbólico como Vistalegre. Y fue un evento premonitorio: Vox ha encontrado una ventana de oportunidad única no solo para llegar al Congreso, sino para ser gobierno en un futuro próximo. Diversos elementos juegan en su favor. Por un lado, su repentina capitalización de la agenda mediática. Hasta ese momento, Vox había quedado reducido a una anécdota en los márgenes del espacio político. Por otro, la repentina relevancia que algunos partidos conservadores le han otorgado - como Pablo Casado cuando citó célebremente al partido de Abascal al acceder a la presidencia del PP, presumiendo de haber recuperado sus votos - así como el desastre socialista representado por Pedro Sánchez, el okupa de la Moncloa que busca destruir España para favorecer a los separatistas catalanes y terroristas vascos, sus “socios” de gobierno, al cual por cierto ingreso por la ventana tras prosperar la moción de censura presentada contra el por entonces Jefe de Gobierno Mariano Rajoy, ganándola contra todo pronostico. Por último, y no menos importante, las encuestas. Por primera vez en su historia, aparece en ellas como un movimiento emergente y decisivo a la hora de formar gobierno como sucede en Andalucía, donde su apoyo al PP le permitió desbancar a los socialistas del poder, que disfrutaron ininterrumpidamente como si fuera su cortijo por casi 40 años. Tras esta triunfal - y sorpresiva - irrupción en la política española que marca el inicio una nueva era, la de la Reconquista, Vox acudirá a las elecciones autonómicas y europeas con el objetivo de emular lo conseguido hasta el momento y utilizarlo como una catapulta mediática hacia las generales, donde tiene grandes posibilidades de ganar, para terror tanto de los socialistas del PSOE como de los comunistas de Podemos, cuyo desacreditado líder Pablo Iglesias - apodado sarcásticamente como el Marques de Galapagar - que tanto criticaba a la “casta”, hoy vive como uno de ellos en un palacete que no se condice con su condición de defensor de los menos favorecidos, quedando retratado como lo que es en realidad. No sorprende por ello su paulatino derrumbe en las encuestas, ya que sus votantes desengañados de este demagogo nuevo rico, lo hayan abandonado. A diferencia de Podemos, el impacto de Vox hoy en la actualidad informativa es doble por su carácter patriótico. Jamás un partido tan abiertamente nacionalista y a favor de la unidad de España había logrado reunir, tantos apoyos desde la muerte del Caudillo en 1975. En muchos sentidos, Vox es un partido excepcional porque desenmascara a la totalidad del sistema desde la derecha, enrostrándoles a estos últimos, especialmente al Partido Popular, su hipocresía ya que como sabéis, esta agrupación nació como el heredero ideológico del franquismo, pero con el paso del tiempo asumió posiciones mas ‘centristas’ para intentar diferenciarse del legado del Caudillo - por lo que han sido acusados reiteradamente como traidores - aunque en el fondo de su alma, sigan siendo fieles a el. En cambio, Vox representa el auge de los nacionalismos, algo que ya habíamos visto en Francia, Estados Unidos, Holanda, Polonia, Hungría, Italia y Alemania, por ejemplo, en varios de los cuales ya son gobierno o están a punto de serlo. No era así en el caso de España, que se mantuvo inicialmente al margen de esta corriente, pero el desgaste de los partidos tradicionales sumidos en grandes escándalos de corrupción, así como la creciente amenaza del separatismo que busca fragmentar al país, ha posibilitado su ascenso de manera espectacular. De ahí que sea relevante saber qué piensan, en qué se diferencian de los otros partidos del espectro conservador con quienes comparten espacio, como el PP y Ciudadanos. Vox ha deslizado algunas de sus propuestas en un documento llamado "100 medidas para la España viva", y sumado a lo anunciado por su líder Santiago Abascal desde entonces, podemos conocerlas a grandes rasgos: Primera clave para entender a Vox: el nacionalismo. Desde su lema ("La España Viva") hasta la coreografía estética de Abascal (sonoros "Viva España" al cierre de sus discursos, apología de la Legión, de las Fuerzas Armadas y del pasado glorioso del Imperio Español), todo en Vox evoca un profundo orgullo en torno a la idea de España. Una posición que va más allá del patriotismo y se enmarca en la nación española como primer vector de su discurso ideológico. Esto se manifiesta con especial estridencia en materia territorial. Vox considera una prioridad básica la unidad de España, pero en términos más estrictos que otros partidos: aboga por el fin de la España descentralizada, anulando las comunidades autónomas, el gran error de la Transición que solo ha abierto las puertas al separatismo. También exige recuperar para el Estado central todas las competencias en materia de Educación y Sanidad, ahora en posesión de los gobiernos regionales, anular sus sistemas judiciales, suprimir las policías autonómicas, y limitar en todo lo posible la capacidad legislativa autonómica. De forma paralela, Vox pondría en marcha medidas para promover y difundir una identidad nacional sin fisuras en torno a la idea de España. Así, agravaría las penas por las ofensas y ultrajes a España; suprimiría el requisito del conocimiento de la lengua cooficial en el acceso a la función pública, impulsando el español; y activaría un plan integral para el conocimiento, difusión y protección de la identidad nacional y de la aportación de España a la civilización y a la historia universal, con especial atención a las gestas de nuestros héroes nacionales. Como consecuencia natural, Vox quiere eliminar la infame Ley de Memoria Histórica: no considera los símbolos franquistas como algo problemático, sino como parte del pasado de España y como forma de homenajear a todos los que lucharon por España para salvarla del comunismo, por lo que como españoles bien nacidos, debemos estarles eternamente agradecidos. Se opone por ello a exhumar el cadáver de Francisco Franco del Valle de los Caídos, como de una forma absurda intenta hacerlo el actual gobierno socialista. Es una línea ideológica que le emparenta con formaciones históricas ya extintas como Fuerza Nueva y Falange Nacional. En la misma línea, Vox establecería líneas muy duras en relación a las comunidades donde el nacionalismo periférico es más fuerte o donde aún existen sistemas fiscales paralelos, como Catalunya, País Vasco y Navarra. En relación al primero, el conflicto político más relevante del último lustro, Vox volvería a suspender su autonomía. Es el primer punto de las 100 propuestas incluidas en su documento programático. Abascal quiere limitar al máximo la función ejecutiva del Govern, procesar con más dureza a todos los responsables independentistas y, en última instancia, ilegalizar a los partidos o asociaciones que persigan la destrucción de la unidad territorial de la Nación y de su soberanía. Abascal ha posado con cárteles de "Puigdemont a prisión", y ha interpretado el conflicto político entre el independentismo y el Estado español no como un problema de quien tiene derecho a decidir, sino como un expolio del patrimonio de todos los españoles. "No es posible que nos roben lo que es nuestro sin que nos defendamos" afirma repetidamente. Vox utiliza una retórica confrontativa y plantea el problema catalán como una lucha por el todo y la nada, lo cual ha generado a su favor una corriente de gran simpatía porque son los únicos que dicen las cosas claras y que muchos desean oír, ante lo que sucede en Catalunya con la venia de los socialistas, que necesitan los votos de los separatistas para seguir gobernando. Sobre el País Vasco y Navarra, Vox propone eliminar sus conciertos económicos y unir a las comunidades al régimen común. Es algo que partidos como UPyD y con más discreción Ciudadanos también han planteado. La segunda clave: los ‘refugiados’ que no son mas que terroristas en potencia. Combatir con firmeza esta amenaza y exigir su expulsión en masa para evitar la islamizacion de Europa, es el elemento más afín al resto de partidos nacionalistas que han triunfado en el continente europeo. Al respecto, Abascal parafraseó a Trump declarando que, en materia migratoria, "los españoles, primero", y coincide plenamente con el argumento del Frente Nacional o de Alternativa para Alemania: "Me identifico con la identidad cultural europea y me gustaría que esta se preservarse a toda costa. No podemos seguir permitiendo que estos criminales sigan llegando a nuestras costas con la anuencia de irresponsables gobiernos como el alemán, el francés o el español que no hacen nada para impedirlo. Debemos imitar a los italianos, los húngaros y los polacos que han decidido blindar sus fronteras. Los ‘refugiados’ son una amenaza a nuestro modo de vida e identidad cristiana, que debemos defender a toda costa. Entiéndanlo: No los queremos". Pese a algunos coqueteos históricos del PP o de Ciudadanos, ningún partido de ámbito nacional se había planteado combatir a los ‘refugiados’ en términos tan claros y directos. "España primero" o "Los españoles primero" son los lemas principales de formaciones nacionalistas como Democracia Nacional, España 2000 y grupos afines. Abascal en cambio, opta por señalar sin ambages que "los ‘refugiados’ atacan nuestras fronteras y vienen a España no a engrandecerla, sino a robar y realizar sangrientos atentados en territorios que ellos llaman ‘cruzados’ y que odian con toda el alma. Los socialistas lo saben y aun así, en un acto de traición a la Patria, les permiten llegar libremente" aseveró. "La España que madruga está harta de ver cómo los manteros y la inmigración ilegal campa a sus anchas en nuestras ciudades. Se está regalando el fruto de nuestro esfuerzo a los ilegales que llegan sin llamar a la puerta y ello no debe continuar porque el Estado del Bienestar debe ser únicamente para los españoles". Palabras que ubican a los ‘refugiados’ como el primer problema a combatir en el ideario de Vox. El partido reclama entre sus 100 propuestas la expulsión inmediata de todos los ‘refugiados’ porque no son españoles y no tienen ningún derecho a estar aquí. Asimismo llama a deportar a los integrantes de las comunidades musulmanas ya asentadas anteriormente, porque desde sus mezquitas los imanes incitan abiertamente a realizar actos terroristas encuadrando, como Geert Wilders en Países Bajos, el debate como un choque entre la civilización cristiana y la barbarie musulmana, subrayando que su presencia es una amenaza existencial a las sociedades europeas por medio del terrorismo que ellos propugnan. En relación a su política internacional, Vox también desafía el consenso tradicional de los partidos políticos tradicionales en torno a la Unión Europea, con un discurso euroescéptico similar al de otros partidos nacionalistas, que demuestra la inutilidad de esa anquilosada organización con sede en Bruselas. No se plantea de momento una salida de la Unión Europea de forma directa, pero sí se hipoteca la pertenencia de España al interés nacional, y se critica de forma abierta el carácter supranacional que la UE ha adquirido. Se trata en suma, de una batalla por la soberanía. De otro lado, reclama fortalecer nuestras fronteras y levantar un muro infranqueable en Ceuta y Melilla, para evitar la entrada a los indeseables marroquíes, que buscan de cualquier manera ingresar a ellas, ya que al ser territorio europeo, una vez llegados luego de saltar las vallas, piden asilo. La formación pone el acento en el territorio soberano español, exigiendo a Marruecos un total reconocimiento y respeto de la soberanía española de Ceuta y Melilla reclamando asimismo la devolución de Gibraltar por parte del Reino Unido. Fue célebre la incursión que tanto Abascal como su número dos, Javier Ortega Smith, escenificaron hace unos años en el peñón, desplegando una gigantesca bandera de España y terminando detenidos por los ocupantes británicos. Gibraltar sirve como símbolo y como forma de reafirmar la preeminencia histórica de una España antaño gloriosa sobre su ámbito de influencia. Vox aspira así a recuperar el papel preeminente de España en el teatro de naciones, evocando su peso en la historia y hacerla grande otra vez. La raíz de Vox es a un tiempo nacionalista y religiosa, sintetizada en una versión del nacionalcatolicismo de tiempos del franquismo. De ahí que el tercer pilar clave para entender a la formación sea el cultural, enrocado en la defensa de la familia tradicional y el ataque frontal al feminismo. Abascal es explícito en este reconocimiento, recalcando que existe un feminismo asociado a una ley que convierte a los hombres en culpables por el hecho de ser hombres. ¿A qué se refiere? A la polémica Ley de Violencia de Género, eternamente discutida en foros conservadores. Vox pide su derogación inmediata y, a cambio, la promoción de una ley de violencia intrafamiliar que proteja por igual a ancianos, hombres, mujeres y niños. También reclama la supresión de organismos feministas radicales subvencionados que promueven la Ideología de Género - que busca destruir a la familia - la cual es financiada a nivel mundial por el multimillonario judío George Soros para imponer el sionismo. Si la posición anterior está influenciada por las guerras culturales derivadas de las identity politics, hay otras de largo recorrido y tradición en España. Vox quiere además crear un Ministerio de la Familia; aumentar las partidas para las familias que tengan hijos; ampliar el permiso de maternidad a los 180 días; prohibición de la gestación subrogada; y, por supuesto, la defensa de la vida traducida como una batalla contra el aborto, una aberración moral y jurídica desde todo punto de vista. Asimismo, hace coincidir sus posiciones en materia de familia y derechos reproductivos a la preservación de una identidad cristiana de Europa, una línea de pensamiento afín a la de los partidos nacionalistas del continente, muy identificable a la mayoritaria tradición conservadora y católica existente en España. Como podéis notar, su cerrada defensa de los valores cristianos, así como recuperar la grandeza de España, manteniendo firmemente su unidad frente a las amenazas separatistas a las que promete combatir sin descanso alguno, le ha generado un gran apoyo entre la ciudadanía, que ven en ellos como los únicos que pueden salvaguardar nuestra herencia. La España viva ha despertado, uniéndose a la corriente nacionalista que recorre el continente y si que se hacían extrañar... Bienvenidos al club :)
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