Para los medios de información occidentales, en la operación militar llevada a cabo por Hamás contra los ocupantes sionistas de su tierra - en el marco de las numerosas bajas ocasionadas a soldados, policías y colonos paramilitares - esas muertes israelíes fueron para ellos “terribles y dramáticas” pero callan en todos los idiomas cuando estos a su vez bombardean hospitales - como ocurrió este martes en Gaza, ocasionando unos 500 muertos entre personal médico, niños y mujeres - debiendo recordarles que existe un absoluto desequilibrio en cifras entre los muertos palestinos a lo largo de estos últimos 75 años e israelíes. Lo sostenido recuerda a los analistas que hace algunos años, (nueve para ser más exacto), en plena operación militar de agresión contra la Franja de Gaza llevada a cabo por Israel y que en su lenguaje cinematográfico denominó “Operación Margen Protector”, que se hacían la pregunta ¿Cuánto vale la muerte de un soldado sionista, un policía un colono extranjero en asentamientos instalados en territorio palestino? ¿Tienen más valor que los miles de muertos, heridos, desplazados, secuestrados, torturados, expulsados de sus pueblos, miles de casas demolidas y nuevas tierras usurpadas desde 1948? Dicha agresión que se extendió por 49 días - entre el 8 de julio al 29 de agosto de ese año 2014 - se saldó con el asesinato de 2310 palestinos entre ellos 500 niños. 10 626 residentes en Gaza resultaron heridos 10 626 y de un total de 2,3 millones de habitantes de ese enclave costero, medio millón resultó desplazado en una superficie de 360 kilómetros cuadrados. Los muertos israelíes fueron 66 soldados y cinco civiles. Sumemos a ello la destrucción de gran parte de la infraestructura sanitaria, industrial, y productiva de Gaza. Ante la reciente operación militar llevada a cabo por Hamás en suelo de la Palestina histórica ocupada contra cuarteles militares, policiales y asentamientos habitados por colonos sionistas – que tengamos presente son ocupantes armados hasta los dientes y protegidos en sus guetos por las tropas sionistas, en cuarteles y puestos militares que cubren todo el suelo palestino - este hecho ocupo gran espacio en los medios de comunicación al servicio de los sionistas, tratando de “victimizarlos” al mismo tiempo que ignoran el sufrimiento que estos causan a los palestinos, tergiversando groseramente la verdad de los hechos. De esta manera, la ley del ojo por ojo, diente por diente del gobierno sionista pretende hacer creer que sus acciones militares: sostenidas, crónicas, permanentes, habituales, que se extienden desde décadas contra el pueblo palestino son “represalias” a las acciones de combatientes palestinos. En este caso, actualizado a la reciente operación militar llamada “Tormenta de Al Aqsa”. Hasta ahora las cifras de muertos palestinos se cuenta por miles, pero la sed de sangre de los sionistas no se detiene, ya que a los pocos días Israel dio muestras de su decisión de exterminarlos: De una sola vez, un bombardeo israelí contra la Franja de Gaza mató a 45 miembros de una misma familia palestina, la mayoría, mujeres y niños. Esto sobre el campo de refugiados de Jabaliya, en el norte de la Franja. El ataque sionista derribó un edificio residencial sobre la numerosa familia que se refugiaba en su interior, de los cuales al menos 23 eran menores de 18 años, incluido un bebé de un mes. Frente a la muerte de israelíes en suelo palestino ocupado, entre ellos militares y paramilitares, todos colonos extranjeros en una tierra usurpada a sus legítimos dueños, la sexta administración del procesado primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y la transversalidad de su gabinete y mandos militares declararon que Hamás en este caso - pero que se ha ampliado al conjunto de la población palestinas - “pagarían caro las muertes de los israelíes” dando continuidad a este intento que lleva ya 75 años de aniquilar a la población palestina. Un proceso que no distingue civiles de combatientes, a niños de adultos y simplemente se genera un pogrom sangriento y destinado a asesinarlos en masa. Demencial objetivo que desea cumplir por la dirigencia israelí, antes que se detenga el rugir de tanques, aviones, naves de guerra en las costas de Gaza y en los bantustanes de Cisjordania, drones surcando con su carga de muerte los cielos palestinos y el uso cobarde de francotiradores que desde centenares de metros asesinan a hombres, mujeres y niños, ya que bien saben que en un combate a corta distancia la cobardía sionista se expresa en toda su magnitud. De tal manera tienen claro que el número de muertos israelíes se va a incrementar si entran en ataques terrestres a Gaza, que lo han postergado en función de implorar a Egipto y la ONU para que intervengan - como lo han hecho en otras ocasiones - para mediar y así no aparecer ante el mundo como una entidad derrotada. Una línea de acción que tiene sus contradicciones de toda lógica en la doctrina del caos programado establecido durante la invasión de Irak ya el año 2001 bajo la llamada doctrina Wolfowitz. Esto, que al mismo tiempo desea que terminen las acciones de resistencia, Israel intenta apagar el fuego con bencina al atacar a países vecinos como Líbano y Siria. La estrategia de Netanyahu y su gabinete de dementes extremistas es generar el mayor caos posible que permita a Washington, “bajo la excusa de la protección a su aliado” el utilizar sus naves de guerra y bases militares en la zona para atacar Irán, a quien señalan como el financista de Hamás e incendiar así el conjunto de Asia Occidental. Como sabéis, la decisión de asesinar a cada palestino es encabezada por el propio Netanyahu quien declaró que “Hamás será borrado de la faz de la tierra. Cada miembro de Hamás es un hombre muerto, ya que son bárbaros y bestias”. Declaración que no ha merecido reparo alguno de los líderes occidentales que suelen palmotearle la espalda al procesado primer ministro sionista. Las redes tampoco borran o censuran sus declaraciones llamando abiertamente al crimen. Mismo tenor de su ministro de la guerra Yoav Gallan quien ávido de sangre señaló “Y les digo a todos aquí: borraremos, a esta cosa que se llama Hamás, el ISIS de Gaza. Esta cosa no continuará existiendo, no habrá más una situación en la que asesinen niños y regresaremos a la normalidad. Acabaremos a este fenómeno” Expresión cínica e hipócrita, ya que ISIS ha sido una criatura que ha contado con el apoyo y protección del régimen israelí. Recordemos que ese grupo de terroristas financiados por Occidente y entrenados por la CIA y el Mossad en Turquía, nunca atacó blanco israelí alguno y menos instalaciones u objetivos de EE.UU. y sus aliados en Asia occidental. Su objetivo era crear un califato en territorio sirio, pero como recordareis, este fue barrido literalmente por toneladas de bombas y misiles rusos que los enviaron al infierno. “A la muerte de uno de los míos” dice el sanguinario régimen civil y militar israelí “me vengaré llevándome en promedio 35 de los tuyos, aunque a algunos el conteo de muertos les parezca obsceno”. La realidad es obscena, es aterradora, es brutal. “A mis muertos”, sostienen los criminales sionistas “le sumaré todos los muertos de tu sector que pueda sumar con el uso de bombas de fósforo blanco, el envío de misiles de precisión, el bombardeo de conjuntos habitacionales, hospitales, mezquitas, infraestructura civil, sanitaria, industrial, granjas, todo lo que puedan destruir y convertir a Gaza en un campo de muerte y desolación”. Nada nuevo bajo el sol, ya que contra la Franja, principalmente, desde el año 2006 a la fecha el exterminio ha sido pan de cada día. Todo ello bajo la mirada y el silencio cómplice de todos aquellos países que no dicen una sola palabra acerca del horror de décadas de muerte y desolación de palestinos, hombres, mujeres y niños. Ad portas de un genocidio que los sionistas preparan en Gaza en los próximos días donde la programada ofensiva terrestre generara que se combata fieramente casa por casa, obligando a otros países a intervenir militarmente desatándose el caos ¿A que espera la comunidad internacional para detener este inminente baño de sangre?