Convertido en una verdadera fascinación para algunas personas, por ser un animal muy llamativo, pero al mismo tiempo algo curioso y hasta enigmático, las ardillas están dotadas de una gran belleza que incita al ser humano a conocer un poco más de esas criaturas que en determinadas épocas del año, ‘invaden’ nuestros jardines. Aquí por cierto, os dejamos algunos datos curiosos, que a lo mejor no conocías: Las ardillas poseen una gran visión, pero te sorprenderá saber, que, al momento de nacer, son totalmente ciegas, por lo cual necesitan la protección de la madre hasta que este sentido se desarrolle normalmente; Existe un tipo de ardilla que luego de aparearse, tiene la costumbre de masturbarse. Estos machos poseen grandes miembros, que alcanzan un tamaño de aproximadamente 40% de lo largo de sus cuerpos; Aunque parezca un animal inofensivo y de bonito aspecto, para algunos humanos pueden llegar a ser una verdadera plaga, ya que, siendo roedores, tienden a morder todo lo que consiguen a su paso; Antiguamente las ardillas eran usadas como mascotas entre las familias más pudientes y aristocráticas de esa época; Muchas cosas se han dicho y escrito sobre este simpático y original animal. En los cuentos infantiles por ejemplo, el personaje más famoso está representado por Squirrel Nutkin o la también polémica Morwenna, la ardilla diabólica de la escritora Beatriz Potter; Al contrario de lo que se piensa, este curioso animal cumple un papel fundamental en el equilibrio ecológico, ya que en su hábitat ayuda a mantener el control de las plagas; Además de esta valiosa función, también contribuyen a que nuevos árboles se desarrollen y esto ocurre porque ellas acostumbran transportar y recolectar semillas, que suelen ser usadas como alimento y cuando estas, por alguna razón no son consumidas, germinan de forma natural para el beneficio de la naturaleza y también de los seres humanos. El hecho de que esta familia de roedores tenga una gran cantidad de especies, convierte a la ardilla en uno de los animales con mayor diversidad de características, comportamientos y habilidades del reino animal. Al igual que otros roedores, los cuatro dientes frontales de las ardillas nunca dejan de crecer, por lo que no se desgastan. Las ardillas de los árboles son las más conocidas. Suelen verse correteando con mucha gracia y saltando de rama en rama. Otras ardillas en cambio, viven en madrigueras o túneles, donde algunas hibernan. Este tipo de ardillas “de suelo” comen frutos secos, hojas, raíces, semillas y otras plantas. También pueden atrapar y comer animales pequeños, como insectos u orugas. Estos pequeños mamíferos tienen que estar siempre en guardia, ya que para algunos depredadores son exquisitos bocados con pocas defensas naturales, salvo las ardillas voladoras. A veces hay grupos de ardillas de este tipo que trabajan juntas para protegerse y advertirse con una especie de silbido cuando sienten que el peligro les acecha. Por su parte, las ardillas de los árboles se pueden encontrar en bosques y también en parques de las ciudades. A pesar de ser expertas escaladoras, suelen bajar al suelo para buscar alimento como frutos secos, bellotas, bayas y flores. También comen corteza, huevos o pájaros pequeños. La savia de los árboles es un manjar delicioso para algunas especies. En tanto, las ardillas voladoras constituyen un tercer tipo de ardillas, que tienen un estilo de vida parecido al de los pájaros, viviendo en nidos o huecos de los árboles. Aunque no vuelan realmente, sí que planean en el cielo. Abren sus patas y se deslizan de árbol en árbol. La piel que une las extremidades y el cuerpo hace que parezca que tienen verdaderas alas. Estos “saltos” que les hacen planear en el aire pueden superar los 46 metros. Las ardillas voladoras comen frutos secos y frutas, pero también pueden cazar insectos e incluso pequeños pájaros. Ya vivan en árboles o madrigueras, las hembras suelen tener entre dos y ocho crías. Éstas son ciegas y completamente dependientes de sus madres durante dos o tres meses. Las hembras pueden tener varias camadas al año, por lo que es una población abundante. Ver a las ardillas en los parques y jardines comiendo sus bellotas e incluso acercándose sin miedo a los humanos que le ofrecen nueces, causan mucha gracia, por lo que son muy estimados especialmente por los más pequeños.