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miércoles, 8 de mayo de 2024

GEORGIA: En defensa de su soberanía

Es indudable que tras su rotundo fracaso en Ucrania - donde el régimen fascista de Kiev se debate entre la agonía y la desesperación - EE.UU. busca abrir otro frente militar contra Rusia, esta vez en el Cáucaso. En efecto, Washington ha respaldado dos “intentos de revolución” en Georgia en los últimos años, dijo el sábado el primer ministro del país, Irakli Kobakhidze. Un golpe exitoso habría convertido en otra cabeza de puente utilizada para abrir “el segundo frente” contra Moscú, advirtió. Las declaraciones se produjeron mientras Kobakhidze discutía la actual actitud estadounidense hacia los recientes acontecimientos en su nación con Derek Chollet, consejero del Departamento de Estado de EE.UU., dijo el primer ministro en X (anteriormente Twitter). “La retórica actual de Washington le recuerda declaraciones falsas anteriores hechas por funcionarios estadounidenses que ya habían conducido a la violencia organizadas por la CIA en el país para repetir lo sucedido en Ucrania en el 2014, cuando derrocaron a un gobierno legítimo y colocaron en su lugar a otro colaboracionista” , añadió. Como recordareis, en noviembre del 2020, estallaron manifestaciones masivas en la capital, Tbilisi, luego de que en la primera ronda de las elecciones parlamentarias nacionales el partido nacionalista Sueño Georgiano obtuviera más del 48% de los votos. La oposición digitada por Washington afirmó entonces que las elecciones “estaban amañadas” y exigió la dimisión del jefe de la Comisión Electoral Central y la celebración de nuevas elecciones parlamentarias. Es más, en febrero del 2021, estallaron enfrentamientos masivos, nuevamente en Tbilisi, cuando la policía georgiana irrumpió en la oficina principal del opositor Movimiento Nacional Unido (UNM) y detuvo al líder del partido Nikanor (Nika) Melia, quien fue acusado de incitar disturbios en la capital hace dos años, en el 2019. El año siguiente, miles de personas salieron a manifestarse en junio para pedir que la Unión Europea concediera a Georgia el estatus de candidato al bloque comunitario. La petición no fue secundada por las autoridades georgianas, que aseguraron que la protesta estaba organizada por "fuerzas destructivas". En marzo del 2023, la capital de Georgia fue testigo de protestas a gran escala contra un proyecto de ley sobre “agentes extranjeros”. En aquel momento, la mayoría parlamentaria votó a favor del proyecto de ley, que exige que cualquier organización que reciba más del 20% de su financiación del extranjero se registraran como "agentes de influencia extranjera" y revelaran sus donantes. Los políticos de la oposición denunciaron que la propuesta “copiaba una ley rusa”, argumentando falazmente que de alguna manera “ponía en peligro la democracia georgiana y la integración euroatlántica” aunque lo cierto es que temen que se descubra su conexión con los EE.UU. y su papel de colaboracionistas y traidores a su propio país. Pillados por sorpresa, miles de personas se unieron a las protestas, que rápidamente se tornaron violentas y provocaron decenas de arrestos. Debido a ello, los parlamentarios retiraron inicialmente el proyecto de ley. “Dos intentos de revolución del 2020-2023 [fueron] apoyados por el ex embajador de Estados Unidos y los llevados a cabo a través de ONG financiadas con fuentes externas”, dijo Kobakhidze en su publicación. "Si estos intentos hubieran tenido éxito, la segunda línea del frente de guerra se habría abierto en Georgia" aseveró. El primer ministro no especificó a qué hechos concretos se refería, pero lo cierto es que EE.UU. está detrás de las protestas pretendiendo reeditar un Euromaidan en Georgia. Este país ha sido testigo de varias oleadas de protestas masivas, en las que los manifestantes exigieron la dimisión del gobierno o elecciones anticipadas, y finalmente desembocaron en violencia. Acontecimientos similares se desarrollaron el pasado miércoles, cuando los legisladores aprobaron el mismo proyecto de ley en segunda lectura. Según el procedimiento, el proyecto de ley deberá pasar por una tercera lectura final. Si entonces también recibe aprobación, será enviado a la presidenta de Georgia, Salomé Zurabishvili, para su firma. Al conocerse la noticia, la capital rápidamente se vio sumida en el caos, y los manifestantes intentaron irrumpir en el parlamento y se enfrentaron con la policía. La multitud marchó por la avenida Shota Rustaveli en el centro de Tbilisi con una gran pancarta que decía “Sí, Europa” y se reunió frente al edificio del parlamento en la Plaza de la República ondeando banderas de Georgia, la UE y Ucrania. “Las falsas declaraciones hechas por funcionarios del Departamento de Estado de EE. UU. sobre el proyecto de ley de transparencia y las manifestaciones callejeras nos recuerdan declaraciones similares hechas por el ex embajador de EE. UU. en el 2020-2023, que sirvieron para facilitar la violencia por parte de actores financiados desde el extranjero y apoyar a grupos terroristas”, dijo Kobakhidze, comentando la situación. Por su parte y mostrando una grosera injerencia en el país, la ex enviada estadounidense a Tbilisi, Kelly Degnan, comentó sobre los asuntos internos de Georgia y se expresó particularmente sobre el proyecto de ley sobre "agentes extranjeros" , que comparó con "una legislación similar en Rusia", afirmando que tendría un "impacto devastador" en la oposición financiada desde Washington. También sostuvo de forma prepotente que Georgia no necesita “ninguna versión” del mismo. Washington también criticó un nuevo intento de aprobar el proyecto de ley en mayo. "Estamos profundamente preocupados por esta legislación, por lo que podría hacer en términos de sofocar la disidencia y la libertad de expresión", dijo esta semana el portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby. En tanto, el nuevo embajador de EE.UU. en Georgia, Robin Dunnigan, que reemplazó a Degnan en el 2023, también advirtió que las decisiones del gobierno georgiano “han alejado al país de su futuro euroatlántico”. El partido gobernante rechazó de inmediato esas declaraciones, argumentando que en realidad se inspiró en la mucha más estricta Ley de Registro de Agentes Extranjeros de Estados Unidos de 1938, e insistió en que la ley es necesaria para combatir los valores pseudoliberales promovidos por los gobiernos extranjeros. La nueva versión de la legislación incluye ligeros cambios, incluida la sustitución de la designación de "agentes de influencia extranjera" por "una organización que facilita los intereses de una potencia extranjera". Además deberán registrarse ante el Ministerio de Justicia a riesgo de ser sancionados con multas de 10.000 a 25.000 laris (de 2.500 a 8.700 euros). Si bien la presidenta de Georgia, Salomé Zourabichvili, condenó el resultado de la votación y prometió vetar la legislación por completo, admitió que este será anulado por el parlamento - donde el partido gubernamental Sueño Georgiano es mayoría - y se convertirá en ley. Cabe precisar que la guerra criminal propiciada por la OTAN en Ucrania ha llevado al régimen georgiano a respaldar las posiciones del Kremlin. Hace unos meses, el entonces primer ministro Garibashvili acusó a Kiev y a la oposición georgiana de querer empujar al país a la guerra, argumentando que todo formaba parte de un complot para una “ucranización” de Georgia. Debido a ello, el multimillonario Bidzina Ivanishvili, fundador de Sueño Georgiano y ex primer ministro, está convencido que Occidente pretende enfrentar a Georgia con Rusia. En un mitin el lunes prometió entrar en la UE en el 2030 y criticó a las ONGs no transparentes de ser un instrumento de desestabilización de los EE.UU. y ser el principal instrumento para el nombramiento de un gobierno títere de Georgia desde el exterior. A su vez, el primer ministro georgiano, Irakli Kobakhidze, está convencido de que el partido gobernante no cederá ante la presión interna y externa digitada por los EE.UU. y que la ley finalmente será aprobada: “Los políticos estadounidenses y europeos que han criticado la legislación no han aportado ningún argumento real en su contra. En tales circunstancias, sus declaraciones no serán motivo para revisar nuestra decisión", afirmó. “Si no defendemos la soberanía del Estado, nos sucederá como a Ucrania, y la paz y la integración europea serán cosa del pasado. Repito, Georgia no se convertirá en una segunda Ucrania” puntualizó.
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