Esta semana en que nuestra atención continua concentrada en el Lejano Oriente vale la pena hablar de una isla que se encuentra en el limbo jurídico al no ser reconocida por gran parte de la comunidad mundial, a pesar de todos los esfuerzos desplegados por sus gobernantes. Nos referirnos a Taiwán, ubicada en el Mar de China y considerada una provincia rebelde por parte del gigante “comunista” (que de ello, valgan verdades, no tienen nada). Con el mundo pendiente de la amenazas del demente norcoreano Kim Jong-Un de desatar una conflagración nuclear - aunque si bien se dude mucho que ello ocurra - de estallar involucraría inevitablemente a China contra los Estados Unidos y Taiwán al ser un estrecho aliado de Washington en la región debido a su posición estratégica, seria el primero en caer. Es mas, hace unos días el recién proclamado presidente chino Xi Jinping dio unas declaraciones que no deben ser pasadas por alto ya que reflejan la tradicional posición de Pekín respecto a Taipei:” Sólo hay una China en el mundo y Taiwán es parte de China. El Gobierno de la República Popular de China es el único gobierno legítimo de China. Este es el hecho reconocido por las Naciones Unidas y más de 160 países, incluyendo los Estados Unidos de América el cual reconoce la posición china de que sólo existe una China y Taiwan es parte de China” aseveró. Conocida oficialmente con el nombre de República de China, Taiwán es una isla ubicada en el estrecho de Formosa con un gobierno no reconocido internacionalmente y que nació como consecuencia de la llegada en masa de fugitivos nacionalistas del Kuomintang - liderados por Chang Kai Chek - quienes derrotados por los comunistas en la guerra civil que estallo en el continente tras el final de la II Guerra Mundial se tefugiaron en la isla , protegidos desde entonces por los EE UU y autoproclamándose inicialmente como el “gobierno legitimo de toda China”, Taiwán hizo denodados esfuerzos tanto en el campo económico instaurando un sistema capitalista con tal agresividad que pudo vanagloriarse de ser llamado uno de los “cuatro tigres asiáticos”, como diplomáticos para ser reconocido como tal, fracasando en su intento debido al veto chino en todos los foros e instancias internacionales, ya que considera a Taiwan únicamente como una “provincia rebelde”. Temeroso de una incursión militar, modero su lenguaje confrontacional a la muerte de Chang Kai Chek, acercándose progresivamente al continente con acuerdos económicos beneficiosos para ambas partes, pero dejando en claro que no iba a renunciar a lo que considera sus 2aspiracones de ser reconocido por el mundo como un estado soberano” quedando virtualmente en el limbo jurídico. Si bien los gobiernos que se han sucedido en la isla han decidido no apartarse de ese axioma, los taiwaneses se han mostrado cada vez más proclives a la independencia total de la isla, lo que ha causado preocupación en el régimen debido sobretodo a la amenaza china de que “jamás lo permitiría y que no dudaría en utilizar la fuerza para impedirlo” como lo ha repetido en infinidad de ocasiones. En esta tensa calma viven los taiwaneses, separados solo por 180 kilómetros de aguas bravas de la China continental. Si bien algunos tenían esperanzas de que con la llegada de un nuevo gobierno presidido por Xi Jinping las cosas iban a mejorar, la realidad es distinta ya que la política respecto a Taiwán continua invariable y que estos no renuncian en ningún momento a sus pretensiones de reunificación con la isla. Por otra parte el promocionado “milagro taiwanés” de los años 70 se ha esfumado y ahora la isla se sitúa a la cola de los cuatro tigres asiáticos. Aún así, con una economía estancada y que no da señales de recuperación, se resiste a las reiteradas “invitaciones” chinas para reunificarse pacíficamente siguiendo el ejemplo de Hong Kong y Macao, bajo el lema “Un país, dos sistemas”, y prefiere guarecerse bajo la “protección“ de los EE UU , interesados estos últimos en que continué el “status quo”, únicamente para seguir utilizando la estratégica isla para sus labores de espionaje y como una base militar contra China.
Sin embargo esta situación no puede durar indefinidamente. Si bien los chinos son pacientes por naturaleza todo tiene su límite Y cuando llegue el momento de ajustar cuentas con la “provincia rebelde”, nada ni nadie los podrá salvar de su destino:)