Cual plaga apocalíptica y que ha convertido a Europa en el epicentro de una pandemia global, el Coronavirus de Wuhan (designado oficialmente por la Organización Mundial de la Salud como COVID-19) originario de China, se ha expandido con inusitada rapidez por todo el planeta dejando a su paso miles de muertos así como cientos de miles de infectados, desatando la alarma mundial. La OMS informo además que la vacuna para combatirlo recién estará lista en 18 meses. Y hasta entonces ¿cuántos más van a morir? La creencia de que el virus fue contagiado en un mercado chino de productos exóticos del mar o por ciertos animales como murciélagos y pangolines tal como se presumía inicialmente, ha sido rechazada por los científicos quienes han descubierto que el virus en realidad es el resultado de una guerra bacteriológica patrocinada por los EE.UU. inicialmente para tratar de contener a China, pero que ahora esta fuera de control y amenaza al mundo entero. A primera vista para los desinformados puede parecer absurdo, pero pensándolo bien tiene bastante lógica. Al respecto Francis Boyle - creador de Ley contra el terrorismo y armas biológicas de 1989 - fue explícito en su conclusión declarando al Coronavirus como un arma biológica. Boyle, especialista en la ley internacional de la Universidad de Illinois, afirmó durante una entrevista exclusiva a Geopolitics and Empire que "la Organización Mundial de Salud (OMS) sabe perfectamente lo que está pasando en Wuhan y quien es el responsable". Obviamente, los medios de comunicación globalizados al servicio del imperio ignoraron esta información ya que se encuentran envueltos en su campaña mediática anti-China siguiendo las pautas del Departamento de Estado interesado en sacar ventajas económicas de la tragedia que vive ese país azotado por el COVID-2019. Sucede que en Wuhan, donde viven 12 millones de personas, funciona uno de los más sofisticados laboratorios biológicos del máximo nivel de bioseguridad 4, Wuhan BSL-4, perteneciente al Instituto de Virología de Wuhan, el cual experimenta con agentes biológicos que representan un alto riesgo de contagio para el ser humano. Este laboratorio trabaja con los agentes patógenos más peligrosos del mundo, incluyendo varios Coronavirus, como SARS-CoV (Síndrome Respiratorio Agudo y Grave), MERS-CoV (Síndrome Respiratorio del Medio Oriente) y muchos otros tipos de virus bajo la supervisión no solo del Gobierno chino sino de la misma OMS. El laboratorio BSL-4 fue puesto en funcionamiento luego de que en el 2003 la epidemia SARS ocasionó 750 muertos y 8.000 personas resultaron infectadas. Según las publicaciones Natural Research Journal, The Lancet Infectious Diseases y Journal of Medical Virology, el laboratorio de Wuhan se convirtió con el tiempo en un lugar preferido de los virólogos de todo el mundo y en especial, de los EE.UU. Canadá y el Reino Unido, debido a su clima húmedo y caliente que no solo posee las condiciones ideales para el desarrollo natural de los más peligrosos patógenos, sino a que el lugar esta rodeado de un bosque lleno de animales e insectos exóticos. De acuerdo con la publicación rusa, Svobodnaya Pressa, el COVID-19 fue conocido por primera vez en 1965, pero recién en el 2015 cuando el Departamento de Justicia de EEUU otorgó la patente № 10130701 para este virus al Instituto de Pirbright (Reino Unido), especializado en prevenir y controlar enfermedades transmitidas de animales al hombre. Cabe destacar que el patógeno chino QX descubierto en la mitad de los 90 del siglo pasado fue tomado como base para el citado Coronavirus. Al convertirse China en el lugar preferido de los virólogos europeos, canadienses y estadounidenses debido a sus avances en la investigación de las enfermedades contagiosas y la creación de las vacunas para prevenir y combatirlas, la OMS autorizó la transferencia del patente del COVID-19 al laboratorio de Wuhan BSL-4. De allí podemos deducir que no solamente los científicos chinos tenían acceso a este peligroso patógeno que podía mutar durante los experimentos, sino también los norteamericanos, británicos y canadienses. En el 2018, en el sur de China, se descubrieron 89 nuevos Coronavirus procedentes de murciélagos, según la revista norteamericana Journal of Virology que tenían el mismo receptor que el CoV-MERS. Pero lo interesante fue que aquella investigación fue financiada tanto por el Ministerio de Ciencia y Tecnología de China como la USAID (colaboradora abierta de la CIA) y el Instituto Nacional de Salud de EEUU, que siempre compartió información sobre los avances en la investigación sobre enfermedades infecciosas y armas biológicas con el Pentágono. Asimismo, la Facultad de Virología de la Universidad de Duke de EE.UU. también está envuelta en el estudio del COVID-19 en cooperación con la Universidad de Wuhan donde comenzó la epidemia de este nuevo Coronavirus. Resulta que la Universidad de Duke tiene un proyecto conjunto con Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA, por sus siglas en inglés) perteneciente al Pentágono. Este proyecto se llama Programa de P3 Prevención de Pandemias de Duke. Como sabéis, la DARPA es responsable por el desarrollo de nuevas tecnologías para el uso militar incluyendo la guerra biológica. El Instituto de Virología de la Universidad de Wuhan también ha participado desde 1980 en varias ocasiones en la investigación de los Coronavirus junto con el Instituto de Investigación Médica para Enfermedades Infecciones del Ejército de EEUU, incluyendo la elaboración de vacuna para CoV-SARS en los años 90. Este instituto fue considerado, hasta su reciente clausura por no seguir los procedimientos de seguridad por su personal, un laboratorio principal del Pentágono de defensa biológica. Pero no solamente los científicos militares de EEUU estaban activos en Wuhan, sus colegas de Alemania y Japón tomaron parte también en los estudios de los Coronavirus en el Instituto de Virología de la Universidad de Wuhan. Llama la atención la estrecha colaboración de una de las agencias más sofisticadas del Pentágono responsable de la investigación, desarrollo y pruebas de las nuevas armas, incluyendo las biológicas con los científicos de del BSL-4 de Wuhan. El uso de estas armas biológicas por parte de los EE.UU. durante la guerra en Corea y Vietnam y sus consecuencias siguen afectando hasta el día de hoy a esos países. No hay que olvidar además que DARPA, creada en 1958, era producto de la Guerra Fría que luego del colapso de la Unión Soviética y el derrocamiento de la dictadura comunista, tomó otras formas convirtiendo a su sucesora Rusia en “el nuevo enemigo de EE.UU.” a pesar de ser también un país capitalista con tinte nacionalista y donde el comunismo - esa ideología criminal que asesino a 150 millones de personas - ahora forma parte del basurero de la historia. El Pentágono, según Francis Boylem ha gastado entre 1990 y 2018, 100.000 millones de dólares en armas biológicas en cuyo estudio han estado participando más de 13.000 científicos norteamericanos con la colaboración de miles de sus colegas canadienses y británicos. Actualmente, el Departamento de Defensa tiene más de 400 laboratorios en el extranjero de nivel de bioseguridad BSL-3 y 4, especialmente creadas en los expaíses socialistas que rodean a Rusia y que hoy son integrantes de la OTAN. Al respecto, la periodista de investigación búlgara Dilyana Gaytanjieva denunció en el 2018 que "el Pentágono está desarrollando virus mortales en 25 países a través del Programa de Cooperación Biológica haciendo hincapié especialmente en desarrollo de insectos asesinos". Precisamente, la DARPA es la encargada del Programa Insectos Aliados en colaboración con las universidades de Texas, Pensilvania, Ohio y el Instituto Boyce Thompson de Nueva York, para el cual tiene un presupuesto de 47 millones de dólares. Precisamente, Richard Guy Reeves, del Instituto Max Plank para Biología de la Evolución (Alemania), afirmó en las páginas de la revista Science que la "DARPA está creando insectos para transportar virus siendo un nuevo tipo de armas biológicas". El proyecto plantea insertar virus modificados genéticamente en tres tipos de insectos: pulgas, chicharras y aleuródidos.En respuesta a la información de Science, el director del citado programa de la DARPA Blake Bectine, admitió que el programa fue creado "para proporcionar nuevas capacidades de protección a EE.UU.". El hecho de que varios virólogos del Pentágono y sus colegas de Canadá, Reino Unido, Japón, Alemania estaban haciendo sus estudios respecto a los Coronavirus en el laboratorio BSL-4 de Wuhan, abre la posibilidad de la filtración deliberada del COVID-19 ya manipulado por la mano de científicos, teniendo en cuenta la historia del uso de virus por EE.UU. como arma biológica. Tampoco hay que olvidar que, según Alan Cantwell, desde hace más de 40 años los virólogos habían estado tratando de modificar genéticamente los Coronavirus tanto en laboratorios militares como en los civiles para elevar virus a nivel de armas biológicas. Ya en 1987, unos 107 de ellos estaban dedicándose a esta tarea. (Global Research, 25 de enero, 2020). Entonces, no sería nada rara la idea de ‘experimentar’ con el Coronavirus durante el apogeo de la guerra comercial entre EEUU y China para socavar a este país asiático ya que es el mayor competidor de Norteamérica y esta camino a convertirse en la superpotencia del Siglo XXI. El actual enfrentamiento entre ambos países induce a ello. El secretario de Comercio de EEUU, Wilbur Ross ya reconoció este hecho abiertamente en una entrevista con Fox News recalcando que el virus podría ayudarlos, afectando a China económicamente "y así acelerar el retorno de los empleos a América del Norte". No nos debe sorprender por ello que el Criminal de Guerra Donald Trump en su Discurso Anual sobre el Estado de la Nación también enfatizó grotescamente que "los enemigos de la América están retrocediendo, la fortuna norteamericana está creciendo y el futuro de América se vislumbra radiante" dejando entrever que esta al tanto de toda esta trama asesina, sin importarle en lo mas mínimo las miles de vidas que se lleva por delante para conseguir su demencial objetivo. También llama la atención el hecho que mientras los científicos chinos y rusos dicen que tomaría más 18 meses crear la vacuna para el COVID-19, el director del Centro de investigación y Elaboración de Vacunas en NIH, Barney Graham, anunció que tal vacuna ‘ya existe’ y fue creada a base de las vacunas para CoV SARS y Co MERS, agregando que “lo único que falta es obtener la aprobación de esta vacuna por las autoridades federales de EEUU.” lo cual confirma que el COVID-19 no es algo nuevo y fue elaborado hace tiempo e inclusive se sabe cómo detenerlo, pero por claras razones geoestratégicas, EE.UU. se niega a compartirlo, prefiriendo que sigan muriendo miles de personas inocentes en el mundo con tal de ‘ganar’ esta nueva clase de guerra al precio que fuera necesario y cuyo objetivo es golpear la economía china para debilitar a un competidor geopolítico. De un enfermo mental como Donald Trump solo podemos esperar lo peor :(