Dentro de su enloquecida fobia antirrusa, la OTAN ha extendido aun más su larga línea de "incentivos" diseñado para burlarse de Ucrania con las perspectivas de unirse a la alianza transatlántica, sin llegar a ser miembro real. En efecto, la Organización del Tratado del Atlántico Norte ha designado a ese país como un "Socio de Oportunidades Mejoradas", convirtiéndola en una de las seis naciones premiadas (junto a Georgia, Suecia, Finlandia, Australia y Jordania) debido a “sus importantes contribuciones” a las operaciones militares de la OTAN. Un objetivo principal de esta ‘interacción mejorada’ es que la OTAN y Ucrania desarrollen capacidades operativas e interoperabilidad a través de ejercicios militares que permitirán al personal militar ucraniano obtener experiencia práctica en operaciones con sus ‘socios’ de la OTAN. Visto desde esta perspectiva, se trata de una extensión de una anterior ‘iniciativa’ diseñada para mantener la interoperabilidad militar entre la OTAN y Ucrania, desarrollada luego de más de una década de participación de Kiev en un sistema de seguridad liderada por la OTAN como una fuerza de asistencia en Afganistán. Por lo tanto, mantiene abierta la puerta a la posibilidad de continuar su cooperación militar en cualquier futuro compromiso operativo de la OTAN, asegurando que las fuerzas militares ucranianas puedan luchar codo a codo con las fuerzas agresivas de la alianza si se les pide que lo hagan donde quiera que sea necesario. La designación como "Socio de Oportunidades Mejoradas" es el último ejemplo del alcance de la OTAN a Ucrania, que fomenta la posibilidad de que se convierta en miembro de pleno derecho, algo que el Parlamento de Ucrania calificó como “objetivo estratégico” de su política exterior y seguridad en el 2017. En el mismo sentido el actual presidente, Volodymyr Zelensky, ha expresado su deseo de privilegiar el compromiso de su país con la OTAN, considerándolo como una de sus prioridades políticas. Como sabéis, el sueño de que Ucrania se convierta en miembro de la alianza transatlántica se remonta a tres décadas atrás. El diálogo y la cooperación entre ambos comenzó en octubre de 1991, en vísperas del colapso de la Unión Soviética, cuando una Ucrania recién independiente se unió al Consejo de Cooperación del Atlántico Norte (NACC) que fue concebido como un foro para el diálogo y la cooperación entre la OTAN y los miembros del antiguo Pacto de Varsovia. Luego vino el programa "Asociación para la Paz" en 1994, que le dio a Ucrania la oportunidad de desarrollar vínculos más estrechos con la alianza. En julio de 1997, Ucrania y la OTAN firmaron la "Carta sobre una asociación distintiva", que estableció una Comisión OTAN-Ucrania destinada a fomentar el diálogo político y la cooperación "en todos los niveles apropiados". En noviembre del 2002, Ucrania firmó un "Plan de Asociación Individual" con la OTAN que se describió como un programa de asistencia y apoyo práctico diseñado para facilitar la membresía de Ucrania en la alianza, y lo siguió en el 2005 con el llamado "Diálogo Intensivo" relacionado con las aspiraciones de la OTAN en Ucrania. En el 2008, la OTAN declaró que “Ucrania podría convertirse en miembro de pleno derecho cuando estuviera listo para unirse y cumplir con los criterios de membresía”, pero a su vez, rechazó su solicitud de entrar en un Plan de Acción de membresía formal. La falta de apoyo en Ucrania para su entrada de la OTAN, combinada con un cambio en el gobierno que posibilito al proruso Viktor Yanukovich asumir el mando como presidente, quien como primera medida ordeno abandonar los planes para unirse a la OTAN, produjo como podéis imaginar, gran irritación en Washington, donde inmediatamente se encargo a la CIA a preparar planes para derrocarlo y colocar a un títere colaboracionista en su lugar. Todo ello sucedió en el 2014 cuando, cuando luego de los disturbios del Euromaidan, organizadas por la CIA Yanukovich fue destituido de su cargo, y reemplazado por Petro Poroshenko, un conocido mafioso de negros antecedentes, quien inmediatamente en un acto de vileza y alta traición, no solo instalo como ministros de su gabinete a agentes de la CIA quienes un día antes “obtuvieron” la nacionalidad ucraniana, sino que también dirigió su mirada asesina a la minoría prorusa en el Dombáss (en este de Ucrania) y envió tropas con el objetivo de exterminarlos. Su sorpresa fue mayúscula cuando estos últimos con el apoyo de Moscú resistieron firmemente desbaratando sus planes de genocidio y pasando a la ofensiva, declarando la independencia de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk. A ello debemos agregar la reintegración pacífica de Crimea a Rusia en el 2014 (de la cual había sido separada arbitrariamente en 1954 por el dictador comunista soviético de origen ucraniano Nikita Jruschov) mediante una consulta libre y soberana, donde el 96% de los consultados voto a favor de retornar a la Madre Patria, para rabia de la camarilla golpista y asesina de Kiev que no pudo hacer nada para impedirlo. Su contundente derrota en el este del país llevó a Poroshenko a renovar el llamado de Ucrania “para ser integrado como miembro de pleno derecho de la OTAN”, algo que la alianza transatlántica no lo ha hecho hasta la fecha. Hay un dicho que dice que si algo parece un pato, camina como un pato y grazna como un pato, entonces debe ser un pato. Dada su larga historia de interacción política y militar con la OTAN, incluido su despliegue militar durante una década en Afganistán, Ucrania ha alcanzado un nivel de interoperabilidad con la OTAN que supera incluso el de algunos miembros actuales. El personal militar de EE. UU. y la OTAN están en Ucrania a su vez realizando continuos entrenamientos, mientras que las fuerzas ucranianas se despliegan en apoyo de varios compromisos militares en curso de la OTAN, incluidos Irak y Kosovo. Ucrania se parece a la OTAN, habla como la OTAN, actúa como la OTAN… pero no es de la OTAN. Ni lo será nunca. La pregunta crítica que se debe hacer es precisamente qué tipo de relación prevé la OTAN con Ucrania. Si bien el estado de "Socio de oportunidad mejorada" implica un camino hacia su eventual membresía, la realidad es que no hay un camino discernible que lleve a Ucrania a este objetivo. La corrupción política desenfrenada en el país hoy es descalificante bajo cualquier circunstancia, y la disputa que tiene con Hungría que restringe los derechos de sus minorías, representa una sentencia de muerte para sus deseos de ser aceptado en una organización impulsada por el consenso como la OTAN, donde sus integrantes no pueden estar enfrentados entre si. Pero el verdadero factor decisivo es el enfrentamiento continuo entre Kiev y Moscú sobre Crimea. Prácticamente no hay escenario en el que se vea a Rusia que lo abandone, sea voluntariamente o por la fuerza. Precisamente en un reciente discurso en Moscú, el Presidente Vladimir Putin aclaro que en relación a Crimea “no hay vuelta atrás” A ello debemos agregar que las perspectivas de permitir que Ucrania resuelva el conflicto por la fuerza de las armas simplemente invocando el Artículo 5 de la Carta de la ONU, no es algo que la OTAN busca o desea. Lo que hace que uno se pregunte cuál es el verdadero objetivo de la OTAN en permanecer en Ucrania a pesar de no querer admitirlo como integrante de la alianza. La respuesta radica en la composición de las seis naciones a las que se les ha otorgado el estatus de "Socio de oportunidad mejorada" .Cuatro de ellos, Ucrania, Georgia, Suecia y Finlandia, se enfrentan directamente a Rusia en un amplio frente que se extiende desde el Ártico hasta el Mar Negro; Los intereses de Jordania - con un agente de la CIA en el trono - se cruzan con los de Moscú en Siria; mientras que Australia proporciona a la OTAN una oportunidad para expandir su alcance en el Pacífico, un objetivo recientemente esbozado por el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, donde además tiene que enfrentar a China, un firme aliado ruso. Pero a pesar de sus esfuerzos de querer ser vista de otra manera, la OTAN no es más que una agresiva alianza militar con claras ambiciones geopolíticas, que busca proyectar su poder mediante el uso de la fuerza, y para hacerlo de manera efectiva, las organizaciones militares involucradas deben poseer un alto nivel de interoperabilidad en un amplio espectro de áreas, incluyendo comando y control, logística y equipo. Al extender el estado de "Socio de oportunidad mejorada" a Ucrania y las otras cinco naciones, la OTAN solo está expandiendo sus capacidades militares sin asumir los riesgos asociados con la expansión de su membresía; Las tropas ucranianas pueden ser sacrificadas como carne de cañón en tierras lejanas sin ningún interés real de seguridad nacional para el pueblo ucraniano, pero a su vez, la OTAN nunca se movilizará en virtud del Artículo 5 para acudir en ayuda de Kiev en su propio territorio. En muchos sentidos, la relación refleja la de una potencia colonial con su colonia, exigiendo mucho y entregando poco. Al final del día, el status de "socio de oportunidad mejorada" es poco más que un engañabobos para el que ofrece su propia carne y sangre por una falsa promesa que nunca se materializará :)