No cabe duda que el conflicto patrocinado por la OTAN en Ucrania busca extenderse por el resto de Europa, colocando a Belarús (Bielorrusia) en la mira, y así lo reconocen los propios medios occidentales que ya no pueden disimular sus intenciones ni ocultar lo que está a la vista de todos. En efecto, “cientos de exiliados bielorrusos en Polonia se están entrenando para una futura insurrección armada en su país de origen”, afirmó este domingo The Sunday Times. “Los ‘militantes’ - como el citado diario llama a los terroristas - también pueden desempeñar un papel clave en el conflicto de Ucrania” según el medio británico. El informe se centró en un campamento cerca de la ciudad polaca de Poznan operado por Bypol, el "grupo de ex oficiales de los servicios de seguridad de Belarús" que huyó del país luego de las protestas organizadas por la CIA en el 2020, para intentar repetir lo hecho en Ucrania en el 2014. Al respecto, se han llevado a cabo sesiones de entrenamiento de combate similares a los realizados por las tropas de la OTAN con cientos de reclutas durante meses", afirmo el liderazgo de Bypol. The Sunday Times describió a los terroristas en el campo de entrenamiento como bielorrusos comunes, que quieren derrocar al gobierno del presidente Alexander Lukashenko en respuesta “a una campaña stalinista de terror, con torturas y detenciones [que] casi ha silenciado la disidencia” en el país eslavo. Como sabéis, luego de las elecciones presidenciales del 2020, Belarús fue testigo de protestas masivas contra el nuevo mandato de Lukashenko, donde la gente afirmaba que las elecciones habían sido manipuladas para privar de la victoria a la candidata de la oposición Svetlana Tikhanovskaya y conocida agente de la CIA, para que cumpla el papel de colaboracionista como Vladimir Zelensky en Ucrania. No es de extrañar que desde entonces, Tikhanovskaya haya sido tratada como “representante legitima del pueblo bielorruso” por EE.UU. y sus aliados, la cual tras el fracaso de las protestas huyo a Lituania, donde actualmente tiene “su sede de gobierno” desde donde conspira apoyada por Washington. En tanto, Bypol afirma haber llevado a cabo “varias misiones de combate en suelo bielorruso, incluido un ataque con aviones no tripulados contra un radar aerotransportado ruso A-50 en la base aérea de Machulishchy, cerca de Minsk”. Al respecto, Lukashenko dijo que los atacantes involucrados en el incidente de febrero habían sido reclutados por los servicios especiales de Kiev, tildando a Zelensky de “escoria judía” por dar su consentimiento para la operación terrorista. El gobierno bielorruso afirmó además que estaba monitoreando de cerca las actividades de Bypol, incluidos sus campos de entrenamiento ubicados en Polonia, Ucrania, Letonia, Lituania y la República Checa. “Conocemos vuestros puestos de reclutamiento particulares; sabemos quienes están involucrados. Conocemos los campos de entrenamiento, las identidades de los instructores, y quienes enseñan qué partes del curso”, afirmó en abril el jefe de seguridad de Belarús, Iván Tertel. “El grupo armado por los EE.UU. y la OTAN está utilizando tácticas terroristas para allanar el camino para una insurrección en Belarús y actúa como una herramienta de los estados extranjeros”, agrego el alto funcionario. Los mismos autores intelectuales “son los motores en cuanto a los problemas geopolíticos que tienen nuestros vecinos”, puntualizó. Por cierto, el hecho de que Belarús sea el más estrecho aliado de Rusia en el conflicto con Ucrania, solo ha intensificado los planes de desestabilización orquestadas por Washington desde hacia tiempo. Precisamente a inicios de año, Moscú advirtió a Minsk que “las ‘unidades nacionalistas’ bielorrusas que luchan por Ucrania podrían ser enviadas de regreso a casa para realizar actos de sabotaje” dijo el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Mikhail Galuzin. Sin embargo, el funcionario expresó su confianza en que Minsk podrá frustrar tales intentos y agregó que Moscú ayudará si es necesario. El diplomático señaló que la retórica proveniente de miembros de “formaciones nacionalistas bielorrusas… que cuentan con el apoyo activo de las autoridades de Kiev y sus patrocinadores occidentales, se ha vuelto significativamente más dura” últimamente. “Los líderes y comandantes de esos mercenarios despiadados dicen abiertamente que planean, en el futuro, aplicar su experiencia de combate para derrocar al actual liderazgo bielorruso”, dijo Galuzin en una entrevista con la red de noticias rusa RTVI. Citó varios incidentes, en los que el conflicto ucraniano se ha extendido a Belarús en los últimos meses, incluido el ataque con aviones no tripulados de febrero al parecer contra un avión ruso estacionado en un aeródromo cerca de Minsk, donde Bypol se atribuyó la responsabilidad del incidente. En su entrevista con RTVI, Galuzin sugirió que “tales actos de terrorismo podrían ser intentos de ‘tantear’ la capacidad de defensa de un grupo de trabajo conjunto ruso-bielorruso desplegado en el país y una preparación para una agresión militar”. El grupo de trabajo se formó el año pasado, luego de que Minsk se quejara de una mayor amenaza que representan las tropas de la OTAN estacionadas en Europa del Este. Galuzin dijo que “la presencia de soldados rusos en Belarús también sirve como factor de disuasión en el conflicto de Ucrania, ya que obliga a Kiev a mantener reservas significativas en el norte, en lugar de enviarlas al frente” expresó. A su turno, Lukashenko afirmo que “Belarús está preparada para unirse al conflicto en Ucrania si la república alguna vez se convierte en blanco de agresión”. Señaló además que su país tenía suficiente poder para responder a cualquier intervención seria. En declaraciones al canal de televisión Rusia 1, Lukashenko explicó que su país era pacífico y había tenido suficientes guerras a lo largo de su historia. Sin embargo, también advirtió que no dudaría en responder y “entrar fuerte [en el conflicto] si se comete una agresión contra nosotros”. “Tenemos suficiente poder para responder”, dijo el presidente, y agregó que no permitirá que los diez millones de bielorrusos y los tres millones de rusos que viven en el país sean hechos pedazos. “Eso es 13 millones de personas. Soy responsable de ellos”, señaló. Cuando se le pidió que definiera qué quería decir con "agresión", Lukashenko aclaró que su principal "línea roja" era una incursión a gran escala en Belarús, y agregó que cree que tal ataque podría provenir de Polonia, Ucrania o cualquiera de los países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) estados a los que Minsk ha acusado de mantener un número excesivo de tropas de la OTAN en su territorio en posiciones que podrían indicar preparación para un ataque. A su vez, señaló, que no considera que ataques como los cometidos por saboteadores ucranianos en el aeródromo bielorruso de Machulishchy y en la región rusa de Bélgorod este año sean verdaderos actos de agresión y los calificó como meras “provocaciones” que estaban siendo tratadas. “Esta es una provocación muy tangible y fuerte, en la que no estamos haciendo lo suficiente. Pero ahora hemos comenzado a abordarlo y nos hemos adentrado en este desagradable problema”, indicó, señalando que los terroristas a sueldo de la OTAN “ya tienen miedo de venir en grupos”. El líder bielorruso también señaló que el presidente ruso, Vladimir Putin, nunca le había pedido que participara en el operativo militar especial en Ucrania, pero que si los provocan ello podría cambiar. En otra parte de la entrevista, Lukashenko también explicó que el despliegue de las armas nucleares tácticas de Rusia en Belarús se realizó a pedido amistoso de Minsk y de ninguna manera fue impuesto por Moscú. Afirmó que había pedido las armas como medida disuasoria y advirtió que no dudaría en usarlas si fuera atacada. “Nadie ha ido nunca a la guerra con un estado nuclear, y no quiero que nadie vaya a la guerra con nosotros”, dijo. “¿Existe tal amenaza? Sí. Tengo que contrarrestar esta amenaza" aseveró. Precisamente, el último sábado, el Ministerio de Defensa bielorruso informaba que las tripulaciones del sistema de misiles balísticos tácticos Iskander-M, de las tropas de misiles de las Fuerzas Armadas, concluyeron su entrenamiento en Rusia. Una coalición entre ambos ejércitos con la que pretenden mejorar su respuesta conjunta ante una eventual amenaza. “Hoy, los militares bielorrusos aterrizaron en el aeródromo de Machulishchy”. Durante las últimas semanas las tropas bielorrusas se han estado formando para mejorar sus habilidades prácticas a la hora de preparar el sistema de misiles, activarlo y realizar lanzamientos de entrenamiento de combate. Asimismo, debían aprender a mantener y utilizar las cabezas nucleares tácticas del sistema Iskander-M. Según la agencia de noticias Tass, la petición de albergar armas nucleares tácticas en Belarús es una práctica que, como se recuerda, lleva a cabo habitualmente los EE.UU, con cabezas nucleares en diversos territorios de los países aliados en Europa, por lo que no podría protestar por ello. Tal y como aseguró entonces el presidente ruso Vladimir Putin, el sistema Iskander, con capacidad nuclear, ya ha sido transferido a Minsk. Tras recibir las unidades el 4 de abril, Belarús aseguró que estas sesiones de entrenamiento incluirían el “mantenimiento y uso de ojivas nucleares tácticas del sistema de defensa antimisiles Iskander”. Aunque desde el Kremlin no se ha dado un calendario para el traslado de armas nucleares tácticas a su vecino y aliado, Putin aseguró que las instalaciones para su mantenimiento estarían listas a comienzos de julio. Será, de esta forma, el primer despliegue nuclear ruso fuera de sus fronteras desde el fin de la Unión Soviética en 1991. Ahora se comprende porque EE.UU. ha acelerado sus planes para desestabilizar el país, no solo entrenado y armando a grupos terroristas, sino que también pretende realizar operaciones de falsa bandera para arrastrar a Belarús a un conflicto con sus vecinos, sea Ucrania, Polonia o los países bálticos, y “justificar” de esa manera ese ataque tan anhelado por los halcones del Pentágono - que no quedaría sin castigo por parte de Rusia - dando comienzo formal a la III Guerra Mundial.