TV EN VIVO

miércoles, 21 de febrero de 2018

SIRIA: Una guerra por ganar

Han pasado siete años desde el inicio de la criminal agresión a Siria perpetrada por los EE.UU. a través de grupos terroristas por ellos financiados, pero a pesar de su derrota gracias al apoyo de Rusia e Irán al régimen de Bashar Al Assad, nada indica que la paz vaya a imponerse en la región debido al empecinamiento de Washington de seguir adelante con sus demenciales planes de querer balcanizar el país. “Esto es una carrera por el territorio: la lucha ya no es por toda Siria, ya perdida por los EE.UU. con el colapso de ISIS, sino por dónde se dibujarán las líneas divisorias”, escribió en noviembre Alexander Bick, director del Centro de Estudios Globales Henry Kissinger de la Universidad Johns Hopkins. En efecto, el conflicto sirio se vuelve más peligroso para la estabilidad mundial cada día que pasa. Basta echar un rápido vistazo al número de países y fuerzas que están interviniendo militarmente de forma activa en el país: Siria, Turquía, Rusia, Irán, Israel, Arabia Saudita y EE.UU., así como los grupos terroristas financiados por Washington, entre los cuales destacan los kurdos y el desfalleciente ISIS, esa bestia sionista que si bien se encuentra herida de muerte, aun puede generar dificultades. No todos intervienen de la misma manera y con los mismos medios, pero lo cierto es que todos ellos se mueven en una maraña de alianzas, oficiales o tácitas, aproximaciones inesperadas y rupturas de aliados históricos que hacen imposible predecir cuál será el curso de los acontecimientos. La única certeza es que la población civil de Siria está atrapada desde hace años en un terrible infierno para el que no se vislumbra final alguno. No puede extrañar que millones de sirios hayan abandonado sus hogares buscando refugio, ya sea en otras zonas de su país o en el extranjero. Se trata de una situación muy inestable en la que cualquier incidente puede desatar un incendio incontrolable. Un buen ejemplo es lo sucedido la semana pasada cuando en base a mentiras de grueso calibre, los sionistas orquestaron un ataque aéreo sobre Siria, con el claro objetivo de contener el avance victorioso de su ejército sobre los últimos reductos de ISIS. Las defensas sirias utilizaron armamento antiaéreo ruso y derribaron un aparato israelí de fabricación estadounidense. Se puede decir que todo quedó en una escaramuza, pero nada puede asegurar que incidentes similares - y más con las vociferantes amenazas proferidas recientemente por el Criminal de Guerra Benjamín Netanyahu contra Irán - no derive en una guerra abierta. Llama la atención el papel ejercido por Turquía en el conflicto debido a sus intereses contrapuestos a los de su ‘socio’ de la OTAN (EE.UU.) con sus ataques contra las posiciones terroristas kurdas que con la ‘protección’ estadounidense’ pretenden crear ilegalmente un enclave en Siria similar a Kosovo, que seria utilizado para atacar a Turquía que controla extensos territorios en el este del país habitados por los kurdos, donde desde hace siglos quieren crear su propio Estado, razón por lo cual a través de la historia, han sido victimas de sangrientas represalias y genocidios por parte del ocupante turco. Es por ello para evitar que consoliden su posición, Ankara no ha dudado en invadir territorio sirio para combatir a los kurdos a los que considera terroristas, quienes a su vez, reciben el respaldo de los EE. UU. con armamento, fuerzas especiales y apoyo aéreo. La invasión turca a territorio sirio - llamada Operación Rama de Olivo - espera crear una ‘zona de seguridad’ de 30 kilómetros a partir de la frontera pero no se limitará a esa provincia siria, ya que se tiene planeado que dicha zona de protección continuará hacia el este, hasta llegar al límite con Irak, algo que ha sido rechazado por los sirios ya que atenta contra su soberanía. Si bien es cierto que Recep Tayyip Erdogan ha estrechado últimamente relaciones con Rusia e Irán, se trata de alguien que no es de confiar, ya que su enemistad con Siria impide que se forme un sólido frente militar para combatir a los EE.UU. y los kurdos. Es mas, el reciente anuncio de Damasco de movilizar sus tropas para expulsar a los turcos de la zona en cuestión, a pesar de las amenazas de Ankara de atacarlos, puede dar inicio a un conflicto generalizado que indudablemente envolverá a todos los actores del drama sirio. Como sabéis, el inicio de esta cobarde agresión a un país soberano por parte de los EE.UU. se inicio en el 2011, como parte de la llamada ‘Primavera Árabe’, una operación organizada por la CIA para derrocar a los regimenes islámicos de Medio Oriente y el norte de África y reemplazarlos por gobiernos títeres gobernados por traidores colaboracionistas sumisos a los intereses de los EE.UU. tal como sucedió en Europa del Este a finales de la década de los ochenta, durante las llamadas ‘Revoluciones de Colores’ que derribaron a los regimenes comunistas - desamparados tras el colapso y desaparición de la Unión Soviética - y fueron remplazados por gobiernos ‘democráticos’ (?) cuya primera acción fue solicitar su integración a la OTAN. Sin embargo, esta vez les salio mal la jugada y el operativo fue un completo fracaso, ya que los regimenes caídos fueron remplazados en unos casos por gobiernos mas represivos (como Túnez, Argelia o Egipto) mientras que otros como Libia (considerado una vez el mas rico del África) simplemente se desintegraron, convirtiéndose en santuarios del terrorismo internacional. En Siria, la intentona golpista estadounidense fue rápidamente desbaratada y es por ello que decidieron cambiar de táctica, creando a un grupo terrorista como ISIS en el 2014, para que hagan su ‘trabajo’. Pero su aplastante derrota a manos de Rusia los ha obligado a cambiar de táctica, involucrándose directamente en el conflicto, desplegando miles de soldados estadounidenses en el norte de Siria para ‘proteger’ a los kurdos, pero que los puede llevar a su vez, a una guerra contra su ‘socio’ turco, quien jamás permitirá la creación de ese enclave terrorista en sus fronteras. Es así como esta guerra contra Siria iniciada por los EE.UU. a través de ISIS, puede degenerar en un conflicto internacional de incalculables consecuencias para la humanidad. Sobre este terreno combaten una variedad de milicias y ejércitos con intereses contrapuestos. Están, ante todo, los iraníes, que han acudido en ayuda de Siria y combaten sobre el terreno a ISIS; Están también los rusos, cuya fuerza aérea ha liquidado completamente su ilusorio ‘califato’ con toneladas de bombas y cuyos remanentes huyen del justo castigo por sus abominables crímenes cometidos; Los hay de Estados Unidos, cerca de 2.000, destinados a socorrer a los terroristas para evitar su exterminio total a manos de rusos e iraníes, pero preparados para quedarse ilegalmente y por tiempo indefinido en territorio sirio; También encontramos a los turcos, en tarea de conquista del enclave kurdo de Afrin. Y luego los grupos terroristas financiados por los EE.UU. - ya sea Al Qaeda, ISIS, Al Nusra o el autodenominado ‘Ejercito Libre Sirio’ - bandas de criminales con presencia y control de pedazos del territorio, que actúan por ‘indicaciones’ de Washington. El balance de la devastación producida por las demenciales ambiciones de los EE.UU. es colosal, a la altura de la sufrida por los territorios europeos asolados por la Segunda Guerra Mundial. Ciudades enteras destruidas, patrimonio arqueológico arrasado, infraestructuras y plantas industriales trituradas y, sobre todo, el balance de muertos, casi medio millón, en su inmensa mayoría civiles sin implicación directa en los combates, además del capítulo de los desplazados, más de seis millones dentro de la propia Siria y cerca de cinco millones fuera, de una población anterior a la guerra de 21 millones. En la escalada actual también han reaparecido las armas químicas, usadas por los grupos terroristas contra la población civil para luego acusar de ello al régimen de Damasco, lo cual no tiene ninguna lógica ni prueba que lo sustente ya que no solo están ganando la guerra, sino que no poseen ese tipo de armas. "Es el momento más peligroso de mis cuatro años como enviado especial", ha señalado el representante de Naciones Unidas, Staffan de Mistura. El mayor peligro es el desbordamiento territorial, de forma que la guerra, hasta ahora encapsulada en Siria, por obra y gracia de los EE.UU. y los sionistas, se extienda a Líbano, Jordania e Irak, temerosos que se consolide la influencia iraní en la región y sus planes de dominio queden desbaratados una vez mas. Venga ya, esta claro que la estrategia de los EE.UU. en Siria tiene como objetivo la desintegración del país al no poder hacerse con ella tras la derrota de ISIS. Para nadie es un secreto que se trata de una pieza fundamental en la guerra tantas veces postergada contra Irán, un país que está cumpliendo 39 años de una revolución que no solo derroco al corrupto régimen del Sha - títere de Washington y perro de los sionistas - sino que también se ha impuesto a todos los impedimentos articulados desde la Casa Blanca y el Pentágono, desde la prolongada guerra con Irak, a los innumerables sabotajes y boicots económicos, y la guerra solapada que Israel libra frente al único y determinante enemigo en la región. Por estas cuestiones era fundamental para los EE.UU. vencer en Siria, que significaba dar un golpe demoledor a Irán. Y ha fracasado miserablemente en su intento. Ahora insiste en sus planes belicistas, que a la luz de los acontecimientos, obligara a una intervención directa de sus tropas en el campo de batalla, lo cual los llevara a enfrentarse con los rusos, que tienen muchos intereses en juego. Si guerra quieren, la van a tener y la van a perder ¿Alguien puede dudarlo? :)
Creative Commons License
Esta obra está bajo una Licencia de Creative Commons.