ANOMALÍAS EN EL ESPACIO: ¿Qué son los máximos solares y cómo afectan a la Tierra?
Se trata de un evento periódico en la vida del Sol, que ocurre cuando su campo magnético experimenta una inversión total, cambiando su polo norte por el sur y viceversa. Este evento, conocido como máximo solar, sucede aproximadamente cada 11 años. Antes de que esta inversión polar ocurra, la actividad solar se intensifica notablemente, manifestándose principalmente a través de ardientes manchas de plasma y potentes corrientes de radiación. Como todo proceso cíclico, el máximo solar tiene su contrario: el mínimo solar. En este caso, se trata del punto de más baja actividad de la estrella. Los científicos detectaron el primero de estos ciclos entre 1755 y 1766. En este mismo momento, se cree que estamos ya en la fase de máximo solar. Aunque generalmente se cree que el ciclo se produce cada 11 años, estamos por primera vez (que conozcamos), ante una alteración de este periodo. Si bien el próximo máximo solar debería producirse en el 2025, esta ha comenzado a finales del 2023. Precisamente, desde el mes de agosto del año pasado, los fenómenos relacionados con el Sol están siendo mucho más persistentes e intensos. Un ejemplo es la intensa erupción del 5 de agosto de ese año, clasificada como tipo X, indicando la máxima liberación de energía solar. Pero la complejidad aumentó cuando dos potentes eyecciones de masa coronal se fusionaron al desprenderse del Sol. Dada esta situación, los especialistas advierten que el máximo solar podría ocurrir antes de lo esperado, en los primeros meses de este año, en lugar de la fecha prevista para el 2025. Los efectos sobre la Tierra de este ciclo solar son mínimos. Sin embargo, si producen consecuencias sobre la actividad humana en los casos en los que las tormentas solares chocan con nuestro planeta. Estas consecuencias, son las manchas solares, que tienen que ver fundamentalmente con las telecomunicaciones. Las manchas solares, áreas más oscuras en la superficie solar, son menos calientes que las regiones circundantes, registrando aproximadamente 6,000ºF (3,300ºC) en comparación con los 10,000ºF (5,500ºC). A pesar de la relativamente baja temperatura de las manchas solares en comparación con otros fenómenos, su origen se atribuye a la intensa actividad magnética en el interior del sol. Cada vez que los campos magnéticos emergen y atraviesan la fotosfera, provocan alteraciones visibles en forma de manchas. Estas anomalías son observables desde la Tierra y presentan formas irregularidades. Su tamaño puede variar significativamente, desde pequeñas manchas individuales hasta grupos extensos. Además, la duración de las manchas solares puede oscilar desde horas o días hasta semanas o incluso meses, determinada por el giro del sol sobre su eje, ya que las manchas se desplazan y cambian de ubicación en la superficie solar. Aunque el sol se encuentre a más de 150.000.000 km, su influencia en la Tierra, ya sea positiva o negativa, es notable. Por ello, es esencial estudiar y comprender la actividad solar y sus efectos en nuestro planeta. Como sabéis, las manchas solares, regiones magnéticas activas, pueden estar vinculadas a erupciones y eventos solares agresivos con repercusiones significativas. Estas afectan el clima espacial, las comunicaciones, las telecomunicaciones y los satélites. Las erupciones solares liberan energía y partículas en el espacio, impactando la magnetosfera, la ionosfera y la atmósfera superior de la Tierra, afectando comunicaciones, sistemas de navegación y redes eléctricas. Además, las partículas cargadas generadas pueden dar lugar a auroras boreales y australes, ofreciendo un espectáculo visual impresionante. Las manchas solares también influyen en la radiación cósmica, desviándola y bloqueándola, lo que afecta la dinámica atmosférica y la formación de nubes en la Tierra. Debido a que son áreas más oscuras y frías en la superficie solar, las manchas solares pueden influir en la distribución de energía que llega a la Tierra, provocando cambios sutiles en el clima a largo plazo. La investigación sobre las manchas solares desempeña un papel crucial en la predicción y mitigación de impactos adversos en el sistema terrestre, la atmósfera y nuestras tecnologías, contribuyendo a una comprensión más profunda del sistema solar y del universo.