Como sabéis, por Navidad las familias se dividen en dos facciones: quienes esperan a Santa Claus la noche del 24 de diciembre y quienes esperan a los Reyes Magos el 6 de enero; mientras algunos, los más ambiciosos - como quien escribe esta nota - nos alineamos convenientemente con ambas corrientes (En mi caso con mayor razón, ya que al ser mi cumpleaños días antes de la Navidad, recibía mis regalos en tres ocasiones prácticamente seguidas). Pero así como los Reyes Magos tienen un trasfondo eminentemente bíblico, los orígenes de Santa Claus son mucho más heterogéneos. Este personaje ha sido forjado a lo largo de los siglos por diversas culturas y religiones, desde un obispo cristiano hasta el mismísimo dios nórdico Odín. El origen histórico de Santa Claus es un personaje que existió realmente, un obispo de origen griego que vivió durante los siglos III y IV: Nicolás de Bari, conocido tras su santificación como San Nicolás. Hijo de una familia acaudalada, se ganó la estima de la gente por repartir su riqueza entre los pobres y necesitados, y especialmente por su manera humilde de hacerlo: sin desear la fama, se limitaba a dejar por la noche bolsas con dinero en las ventanas de la gente a la que ayudaba. Este personaje histórico se mezcló, a lo largo de los siglos, con al menos tres figuras del folklore y la mitología europea: Una es bien conocida: el dios nórdico Odín. Los pueblos del norte de Europa celebraban, durante el solsticio de invierno, una fiesta llamada Yule. Los vikingos creían que, en la noche del 21 de diciembre, Odín surcaba los cielos con su carro recompensando a las personas virtuosas y castigando a las malvadas; Otra es más ambigua: se trata de una personificación pagana de la Navidad, un anciano de larga barba blanca y un sombrero coronado con ramas de muérdago. Este personaje recibe diversos nombres, que equivaldrían en diferentes idiomas a Papá Noel (Nöel es Navidad en francés); Finalmente, en algunos países de Europa se desarrolló un personaje basado en San Nicolás llamado Mikulás (en Europa del este) o Saintklaas (en el norte), un anciano con ropas de obispo que en la vigilia del 6 de diciembre deja regalos a los niños en una bota colocada en el alféizar de la ventana. Este es el más parecido al moderno Santa Claus y en algunas tradiciones va acompañado de un terrorífico espíritu llamado Krampus, que castiga a los niños malos. Todos estos personajes se parecen poco a la imagen de Santa Claus que tenemos hoy en día. Podemos trazar los orígenes modernos de este personaje hasta Holanda, donde la fiesta de San Nicolás - celebrada el 6 de diciembre - es una de las más importantes del calendario litúrgico. Durante el siglo XVII se produjo una fuerte emigración holandesa hacia América, quienes fundaron, entre otras colonias, Nueva Amsterdam, que tras caer en manos de los ingleses en 1664 fue renombrada como Nueva York. Por este motivo, la ciudad tenía un importante componente cultural y demográfico de origen holandés. En 1809, el escritor estadounidense Washington Irving publicó A History of New York, una sátira sobre la historia de la ciudad en la que el personaje de San Nicolás - cuyo nombre neerlandés, Sinterklaas, adaptó como Santa Claus - aparece representado de forma burlona como un marinero holandés rechoncho vestido con abrigo, guantes y botas. Esta es la primera representación moderna de Santa Claus, aunque en esta ocasión su ropa era de color verde y no roja. Un mito popular dice que fue Coca-Cola la responsable de que ahora Santa Claus vista de rojo, pero esto no es realmente así. San Nicolás, en la tradición neerlandesa, viste de rojo; y las diversas representaciones del Santa Claus moderno creado por Irving no tenían un color fijo, aunque el verde y el rojo eran los más frecuentes y, con menos frecuencia, el azul. Durante el siglo XIX se veían todo tipo de representaciones de este personaje: delgado o rechoncho, con barba larga o más corta, sonriente o serio…La imagen actual de Santa Claus se debe al dibujante Thomas Nast, que en la década de 1860 dibujó una serie de tiras navideñas del personaje para la revista Harper's Weekly, basándose en la imagen del abrigo de marinero creada por Irving pero haciéndola incluso más caricaturesca. Estas se volvieron tan populares que varias compañías empezaron a usar a esta versión moderna de Santa Claus para sus anuncios. Entre ellas cabe destacar una en particular: Lomen Company, una empresa fundada en Alaska en 1914 que se dedicaba a la fabricación de frigoríficos para el sector cárnico y, en particular, la carne de reno. Por macabro que pueda sonar, sus anuncios popularizaron la imagen de Santa Claus montado en su trineo tirado por renos; aunque estos animales ya habían aparecido acompañando al personaje desde 1823, en un poema de Clement Clarke Moore titulado Una visita de San Nicolás. También a partir de entonces se dio por "oficial" que vivía y trabajaba en el Polo Norte. Fue en la década de los años 30 del siglo XX cuando el artista sueco Haddon Sundblom, comisionado por Coca-Cola, hizo una serie de dibujos de Santa con su traje rojo y su enorme cinturón, los cuales fueron usados durante los siguientes 30 años en la publicidad de esta marca, consolidando una imagen que quizás era más dispar y heterogénea de lo que hoy pensamos.