Basta con mantenerse un poco al tanto de lo que publican los grandes medios de prensa occidentales para enterarse rápidamente de que, aunque el comunismo cayo hace mucho y es parte del pasado, convirtiéndose asimismo en una democracia ejemplar, la nueva Rusia sigue siendo vista casi tan malévola y peligrosa como en tiempos de la desaparecida Unión Soviética
(la insultante portada de Der Spiegel que ilustra nuestra nota es elocuente en ese sentido) ¿Es esto una realidad o es más bien una imagen distorsionada presentada interesadamente por parte de los EE.UU. y sus aliados de la OTAN que quieren seguir envenenando nuestras mentes con semejantes infundíos que no tienen razón de ser? ¿A que se debe esta infame campaña de desinformación para que Moscú siga siendo temida y odiada a la vez, cuando bien puede ser nuestro aliado para mantener fuera a Washington de suelo europeo?
Muchos afirman que la situación internacional se ha hecho menos tensa en los últimos meses, gracias a la intervención de Rusia que evitó a último minuto la agresión criminal preparada por los Estados Unidos y la OTAN contra Siria. También posibilito un acuerdo - impensable hasta hace poco- entre Irán y Estados Unidos (quien durante los 20 últimos años emprendió una serie de guerras contrarias a las normas del derecho internacional, pero que hoy aparece tan debilitado, que ya no está en condiciones de embarcarse en nuevas guerras de gran envergadura e imponer su infame “pax americana”). Por otro lado, sus aliados de la OTAN -que en su mayoría son también miembros de la Unión Europea - tampoco están en condiciones de emprender guerras sin Estados Unidos y han perdido toda capacidad de acción., contentándose con ser peones de Washington en el Medio Oriente y en África, mientras que los EE.UU. han desplazado sus objetivos agresivos hacia la región del Pacífico, donde el creciente poderío de China es considerada una “amenaza” a su preponderancia en la zona. Precisamente los numerosos informes estos días sobre la creciente tensión entre China y Japón, persiguen dos objetivos diferentes. Por un lado, pueden servir de propaganda contra China. Y van a constituir al mismo tiempo una llamada de alerta de Washington para “demostrar” a sus aliados como Japón y Taiwán la importancia de su presencia en el Pacífico así como, y es este el objetivo fundamental, de la preparación de una guerra contra China. No se habla, al menos no se hace públicamente, de la política de la Unión Europea, fundamentalmente de Alemania, hacia Europa oriental y Rusia. No se menciona ese tema porque los Estados miembros de la OTAN y la Unión Europea se fijaron como meta (desde 1990-1991, o sea a partir de la desaparición del Pacto de Varsovia y de la Unión Soviética) “apropiarse” del este incorporando cada vez más Estados de Europa oriental a la alianza atlántica para aislar a Rusia y tratar de someterla poco a poco, pero fracasaron en su intento.
Hoy vemos la grosera injerencia de la OTAN en Ucrania por resistirse al regalo envenenado que la ofrece la Unión Europea a cambio de permitir la presencia de tropas de la OTAN en los Urales. De otro lado, los principales medios de difusión occidentales han desempeñado y siguen desempeñando actualmente un papel cada vez más agresivo en la campaña contra Rusia. Mientras que la política de la Unión Europea, sobre todo la de Alemania, sigue dos cursos paralelos, debido a las necesidades económicas, y trata de conjugar la retórica antirrusa con el mantenimiento de relaciones económicas ventajosas, no sucede lo mismo con los medios de prensa, a los que se deja difundir su veneno libremente tratando de presentar a Rusia de la peor manera posible infundiendo el miedo en la población. Esta campaña de agravios es tan intensa que quien se informa a través de esos medios tiene que acabar pensando mal de ese país. Los aspectos negativos que difunden cubren todos los sectores de la vida con la evidente intención de hacer resurgir la mayoría de los viejos prejuicios sobre Rusia de la época de la “Guerra Fría”. Todo eso sucede a pesar de la constante acción del gobierno ruso que, a lo largo de los 13 últimos años y hasta este momento, ha venido proponiendo una amplia cooperación con todos los países y en beneficio de todas las partes. Asimismo, no es por amor al pueblo ucraniano sino en el marco de un proyecto geoestratégico que la Unión Europea trata desde hace años de alejar a Ucrania de Rusia para atraerla a su lado (y por ende a la OTAN). Hoy sabemos que la llamada «revolución naranja» de 2004 fue en realidad una operación realizada por los EE.UU. en coordinación con la Unión Europea y en contra de Rusia. Aquel intento de golpe de Estado no tuvo éxito y aún hoy en día los proyectos de la Unión Europea siguen sin arrojar el resultado que buscaban. Era de esperar, por lo tanto, que la Unión Europea se apresurara a tratar de esconder su nuevo fracaso acusando a Moscú de “amenazar y chantajear al gobierno ucraniano” cuando son ellos precisamente quienes tratan de desestabilizarlos. Lo que ponen especial cuidado en no decirnos es que el gobierno ruso había propuesto un acuerdo que habría beneficiado tanto a Ucrania como a la Unión Europea y la propia Rusia, proposición que fue absurdamente rechazada por presión de los EE.UU. quien trata por todos lo medios de torpedear esta amplia colaboración entre Rusia y Europa para su seguridad mutua y en la Washington nada tendría que hacer y la OTAN por lo tanto, dejaría de existir. Ese el fondo de la cuestión. Bajo el lema “divide y vencerás”, trata por todos los medios de evitar una mejora en las relaciones entre Rusia y la UE ya que va en contra de sus intereses que no son los nuestros.
Es necesario que Europa tome conciencia de su lugar en el mundo y no permita que Washington nos siga tratando de esa manera, sometiéndonos como ciudadanos de segundo orden, humillándonos cuantas veces sea posible. Es hora que Europa recobre su dignidad perdida y de la mano de Rusia - su gran amiga y verdadera aliada - manden a los estadounidenses de vuelta a casa. A que no los necesitamos para nada. Europa para los europeos :)