En esta ocasión, quisiera referirme a los próximos comicios presidenciales a celebrarse el próximo año en los EE.UU. donde la aspirante demócrata Hillary Clinton es la favorita entre todos los precandidatos que hay hasta el momento por ese partido con el 63.3% de los votos según indica el último sondeo realizado por Real Clear Politics, cuyos resultados arrojan asimismo que Martin O'Malley, el precandidato más reciente de la contienda posee solo el 1% de apoyo, mientras que el senador por Vermont, Bernie Sanders, tiene un 8.8% de las preferencias. Como podéis imaginar, ella será finalmente la candidata del partido que enfrentara al de los republicanos en unas elecciones donde se elegirá al sucesor del Criminal de Guerra y renegado musulmán, Barack Hussein Obama. Pero no nos hagamos ilusiones, ya que todos son lobos de una misma camada y gane quien gane, seguirá el infame camino en política exterior trazado por su predecesor. Es mas, en el caso de Hillary Clinton - de quien nos ocupamos en esta oportunidad - tiene un oscuro pasado que nada bueno presagia para el mundo. En efecto, la campaña de Clinton se ha visto empañada por diversos escándalos, que han dejado al descubierto su catadura moral. Desde que en abril anunció su candidatura a las presidenciales del 2016, el goteo ha sido incesante: donativos interesados a su fundación “filantrópica”, cobros millonarios por sus discursos y por los de su marido, el expresidente Bill Clinton, correos electrónicos ocultos en su etapa como secretaria de Estado. Aunque, por ahora los efectos en los sondeos son mínimos. El lanzamiento de 'Clinton Cash: la historia no contada sobre cómo y porqué los gobiernos extranjeros y las empresas ayudaron a hacerse ricos a Bill y Hillary'', de Peter Schweizer, también le ha dado más de un dolor de cabeza a ella y su equipo. El libro cuestiona el origen de parte de los fondos de la institución filantrópica de los Clinton y acusa a Hillary de haber beneficiado a empresas cuando era secretaria de Estado. Además, el Departamento de Estado hizo público un primer lote de correos electrónicos de Clinton. Los 296 documentos de correspondencia virtual −con 'hilos' de conversación digital con los miembros de su equipo− ponen de relieve que la exsecretaria de Estado, con el apodo de 'H', disponía de al menos tres cuentas de correo privado con el dominio clintonemail.com y no una cuenta gubernamental como estipula la ley. Esta es una mínima parte de los 30.000 mensajes remitidos por el equipo de Clinton al Departamento de Estado hace unos meses. Sus conocidos dan cuenta de los "duros" días que vivió la jefa de la diplomacia estadounidense y su equipo tras el ataque en Bengasi y la ejecución del embajador de EE. UU. en Libia, Chris Steven. Los Clinton son una presencia constante para los estadounidenses desde hace décadas. Sus escándalos mediáticos, de Whitewater a Lewinsky, forman parte del vocabulario político de este país. Arrogante, cínica, ambiciosa e inescrupulosa, Hillary Clinton ha dejado en claro que de ganar las elecciones, continuaría apoyando a ISIS tanto financiera como logísticamente para que siga desarrollando su campaña de terror en Siria e Irak, “porque conviene a los intereses de los EE.UU.” según declaró sin ambages a The New York Times. Clinton admite que ISIS ha sido creada por la Casa Blanca como Al Qaeda, pero que se le escapó de las manos. "Hemos fracasado en crear una guerrilla anti-Assad creíble... El fracaso de este proyecto ha llevado al horror al que estamos asistiendo hoy en Iraq y Siria" agregó. Sin embargo, a pesar de sus objeciones, considera “aceptable” seguir apoyándolos tanto militar como económicamente como lo hace actualmente Washington proveyéndolos por aire de logística y armamento, porque “es la única fuerza que se le resiste a Assad”, demostrando con ello que no se escandaliza por el método utilizado, sino que más bien critica la falta de mayor energía por parte de Barack Obama, y su modelo a seguir sería el del despreciable Criminal de Guerra Benjamin Netanyahu quien en su brutal ataque contra la indefensa población de Gaza, provocó miles de víctimas inocentes, el 95 por ciento civiles, entre ellas más de 500 niños, además de más de 10 mil heridos y cuantiosas destrucciones. Las críticas internacionales por este monstruoso crimen de guerra no tienen mucha importancia para Hillary. "Las víctimas civiles, los niños, las mujeres, son todos efectos colaterales de una política justa. Si hubiéramos actuado con la misma determinación en Siria, ocupando el país militarmente a pesar de la advertencia de Vladimir Putin y hubiéramos bombardeado Damasco hasta dejarlo reducido en escombros, con miles de cadáveres entre las ruinas, nuestros combatientes de ISIS no se nos habrían escapado de las manos", concluyó, dejando al descubierto sus intenciones homicidas. No es la primera vez que EE.UU. crea y financia grupos terroristas, ocurrió en Afganistán, donde el apoyo a los guerrilleros afganos en su lucha contra los rusos, produjo el nacimiento de Al Qaeda. Pasó en Libia, asesinando cruelmente al líder libio Moamar Gaddafi (bombardeando su caravana en el que se trasladaba, logrando así que cayera en manos de mercenarios por ellos entrenados, quienes lo torturaron salvajemente hasta la muerte) y entregando el país al caos. Lo vemos ahora en Ucrania apoyando a la camarilla fascista de Kiev, tratando de exterminar a la minoría rusoparlante del este del país y también en Siria e Irak financiando a ISIS, quienes han desatado el terror para satisfacción de Washington y sus secuaces de la OTAN. El sufrimiento causado por este reguero de muerte y destrucción no le importa en lo más mínimo, ya que para ella “son daños colaterales y el resto pasa en segundo plano”. Por lo visto, el simplismo ético del que padece Hillary Clinton, así como en importantes sectores políticos de los Estados Unidos, aparece aquí con toda su crudeza y maldad. Pobre Humanidad ;(