Hubo un tiempo en que Libia era un país que detentaba el más alto nivel de vida del norte africano, con inmensos recursos económicos a su disposición provenientes de la venta de petróleo y que era gobernado desde 1969 por el coronel Muammar Gaddafi - quien llegó al poder mediante un golpe de Estado que derrocó a una corrupta monarquía sumisa a Occidente - el cual mantenía férreamente la unidad del país. Sin embargo, todo ello acabó con la llegada de la denominada “Primavera Árabe” iniciada en el 2010 , una estrategia montada por la CIA para deshacerse de aquellos gobiernos musulmanes considerados “hostiles” a Washington en la región (semejante a las denominadas “revoluciones de colores” ocurridas a finales de la década de los 80, que provocaron la caída de los regimenes comunistas en Europa del Este y su inmediata “integración” a la OTAN con el objetivo de aislar a Rusia) durante la cual se sucedieron una serie de violentas manifestaciones y revueltas “democráticas” en varios países del norte de África y del Medio Oriente, que tenia en mente reemplazarlos por regimenes colaboracionistas para apoderarse de sus ingentes recursos energéticos y evitar a su vez que continúen siendo un peligro para Israel, el cual por cierto se encargaría de ser el “gendarme” en la estratégica región. Sin embargo, este plan fracasó en toda regla ya que los gobernantes derrocados fueron reemplazados por otros más represivos y sanguinarios, como en el caso de Egipto. A ello debemos agregar que estas revueltas fueron aplastadas tanto en Siria como en Libia, por lo que obligo a un cambio de estrategia en Washington, que decidió en su lugar crear grupos armados conformados por mercenarios - entrenados por la CIA y el Mossad israelí - que originaron el estallido de sangrientas guerras civiles en ambos países. Si bien esta agresión criminal por parte de Washington y sus secuaces continúa hoy en Siria, en el caso de Libia tuvo devastadoras consecuencias para la unidad del país que se encuentra dividido por los señores de la guerra, sin un gobierno legitimo y en la ruina total, con cientos de miles de sus ciudadanos que huyen en barcazas para salvar sus vidas, quienes insisten en tratar de llegar a las costas italianas a pesar de que muchos han muerto ahogados durante la travesía. Esa es la tragedia que vive hoy Libia, de ser una vez el mas rico y envidiado del mundo árabe, a convertirse en el mas pobre y miserable de todos ¿Cómo se ha llegado a esta dramática situación? Ante todo y en primer lugar hay que “agradecérselo” a los EE.UU. porque tras el fracaso de sus planes iniciales, decidieron intervenir abiertamente en Libia armando a grupos terroristas los cuales bien pertrechados y apoyados por la OTAN - quienes se encargaban de bombardear por aire a las fuerzas de Gaddafi - no tuvieron mayor problema en apoderarse de gran parte del país, sumiéndolo en una sangrienta guerra civil. A finales de agosto de 2011, las tropas mercenarias del CNT (Consejo Nacional de Transición), lograron entrar en la capital Tripoli, e instauraron un gobierno de terror, iniciando una sangrienta persecución de los leales del antiguo régimen, así como encontrar al ex - líder libio. Este objetivo se lograría el 20 de octubre del 2011, a las afueras de la ciudad de Sirte, ciudad natal de Gaddafi, cuando el convoy en donde se trasladaba el líder libio fue bombardeado por la OTAN, siendo capturado inmediatamente por los mercenarios del CNT que lo asediaban. Sometido a brutales torturas por parte de esas bestias sedientas de sangre, Gaddafi seria vilmente asesinado, en una franca violación de los derechos humanos y de una orden del Tribunal Internacional de Justicia de La Haya quien había pedido su arresto para que sea enjuiciado. Con su muerte (y la de varios de sus colaboradores que fueron ejecutados sumariamente en los siguientes días), muchos creyeron que había llegado la hora de la paz, pero se equivocaron porque al poco tiempo se inicio una lucha fraticida entre las diversas facciones que combatieron al antiguo régimen, por el control de las ricas zonas petroleras, dividiendo a Libia hasta el infinito y llevándolo al caos más absoluto. De hecho, en este momento ni un solo país reconoce a esos grupos mercenarios que están al mando tanto en Trípoli como en otras zonas del país y que disputan ferozmente entre si por el control de esos territorios. Para empeorar las cosas y aprovechando el desgobierno existente, hizo su irrupción en el escenario ISIS que se ha apoderado a sangre y fuego de extensas zonas del país - al cual considera como parte de su ilusorio “Califato” - con el objetivo de convertir a Libia en un centro del terrorismo internacional, desde el cual “exportara” sus militantes a Europa, hábilmente mezclados entre los miles de inmigrantes ilegales que tratan de alcanzar desesperadamente sus costas y una vez llegados, desatar el terror “entre los infieles” tal como lo declaró uno de sus voceros. Es un peligro que hay que tener en cuenta y es por ello que cuanta razón tiene el Primer ministro británico David Cameron al calificarlos acertadamente como una plaga al cual hay que exterminar, por mas que esta frase haya escandalizado a mas de un descerebrado, que de seguro no tendría problema alguno en tener como vecino a un potencial terrorista. Como podéis imaginar, el remedio aplicado por los EE.UU. para una “nueva” Libia, ha resultado peor que la enfermedad :(