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miércoles, 25 de enero de 2017

DONALD TRUMP: El inicio de una Nueva Era

Bajo su conocido lema de campaña ‘Make America Great Again!’(Haremos grande a América otra vez) Donald Trump asumió el pasado viernes el cargo de Presidente de los EE.UU. prometiendo en su discurso inaugural en las gradas del Capitolio y con un evidente tinte nacionalista ante miles de invitados presentes en la ceremonia, restaurar la grandeza perdida de su país debido al desastre originado por los demócratas, anteponiendo de ahora en adelante los intereses de América sobre todos los demás, prometiendo asimismo acabar con el terrorismo islámico de la faz de la Tierra. “Vamos a quitarle el poder a Washington y devolvéroslo a vosotros, el pueblo americano”, comenzó. “El 20 de enero de 2017 será recordado como el día en que el pueblo se convirtió de nuevo en el gobernante de la nación. Nunca volveréis a ser ignorados” añadió. “Hemos defendido las fronteras de otras naciones al tiempo que rechazábamos defender las nuestras, y hemos gastado miles de millones de dólares en otros países mientras la infraestructura americana se deterioraba y declinaba. Hemos hecho ricos a otros países mientras la riqueza, la fuerza y la confianza en nuestro país desaparecía del horizonte”, dijo. “A partir de ahora, será América primero. Cada decisión que tomemos en comercio, impuestos, inmigración, asuntos exteriores se tomará en beneficio de los trabajadores americanos y de las familias americanas” aseveró con una retórica aislacionista que pone en duda el continuismo de la actual política exterior - agresiva y expansionista - prefiriendo centrarse en resolver los graves problemas que aquejan a millones de sus compatriotas, que en aventuras militaristas que a nada bueno conducen. Este giro radical como es obvio, no ha caído nada bien entre sus ‘aliados’ europeos ya que como admitió el ministro de exteriores alemán Frank-Walter Steinmeier, con su elección ‘se acabó el antiguo mundo del siglo xx’. En relación a su política exterior - que es el tema que nos interesa y el que vamos a tratar in extenso - los retos que tiene Trump por delante son temibles, debido al caos ‘heredado’ de Obama y su financiamiento a grupos terroristas como ISIS y Al Qaeda, para ‘justificar’ el intervencionismo estadounidense en el Medio Oriente pero que resulto en un completo fracaso y sólo origino el recrudecimiento de la violencia. A su favor juega una mentalidad pragmática y ejecutiva, que destaca a la incapacidad de su antecesor durante los últimos ocho años: al menos ya sabemos que nadie se llamará a engaño por lo que Trump diga y haga, ya que si sabrá enfrentar los problemas heredados buscando la invaluable ayuda de Rusia para exterminar al terrorismo. En todo caso, lo que ocurra de ahora en adelante es ya responsabilidad de Trump y su Administración. Es por ello que podríamos citar algunos focos de atención a los que Trump debe dar respuesta, cuanto antes y de manera lo más coherente y sólida posible. Y que se corresponden con cuatro áreas geográficas: Europa, Oriente Medio, el Pacífico y Rusia (No agrego a China en esta lista, porque ya hemos tratado de ellos la semana pasada). En primer lugar, de una manera sincera como ningún otro político por razones mezquinas lo ha querido hacer, lo cierto es que el señor Trump ha puesto el dedo en la herida europea tras el golpe demoledor propiciado por el Brexit y el auge de movimientos nacionalistas deseosos de llegar al poder en sus países y seguir el mismo camino. 1.- LA UNIÓN EUROPEA. Este se presenta enormemente incierto, ya que su pertenencia a ella ha perdido total atractivo, y la única ocupación a día de hoy de las instituciones comunitarias consiste en librar una guerra sin cuartel para arrebatar las mayores cuotas posibles de poder a los estados miembros. A su vez, éstos no ven reflejadas en Bruselas sus preocupaciones reales. Una organización así está llamada al fracaso abrupto o a la lenta decadencia. Además, lo que también parece intuir Trump es algo evidente que la parafernalia comunitaria oculta: ni Europa es la Unión Europea, ni la Unión es condición necesaria para la supervivencia europea. En algunos aspectos es más bien todo lo contrario: la excesiva regulación económica, la suicida política de aceptar a miles de ‘refugiados’ (terroristas en potencia que deben ser exterminados antes que lo hagan con nosotros), así como los ataques a los principios morales y religiosos europeos han convertido a la UE en un serio problema para el desarrollo, la seguridad y la estabilidad de los países miembros, por lo que seria conveniente su desaparición a corto plazo. De otro lado, las relaciones entre Estados Unidos y Europa van más allá de la Unión Europea, y eso es algo que Trump valorará. Su apuesta por el Brexit en el Reino Unido parece una apuesta doble: por las relaciones bilaterales con quienes ostentan realmente la legitimidad nacional; y por una política alejada de las burocracias y la falta de responsabilidad, que él enrostra a Bruselas con toda la razón. Ninguna de ambas implica, de por sí, una ruptura diplomática o una guerra comercial entre Estados Unidos y Europa a menos, claro está, que se identifique esta última con una agonizante Unión Europea, cuyo final está a la vista de todos. 2.- LA OTAN. A los veinticinco años de la caída del Muro de Berlín, la alianza militar continúa en busca de un concepto estratégico sin terminar de encontrarlo; y sigue manteniendo una desfasada visión de la realidad y un escandaloso desequilibrio en la aportación de recursos entre ambos lados del Atlántico. Sin un fin claro y con unos medios en entredicho, ¿cómo no entender las certeras críticas de Trump acerca de su continuidad? El nuevo Presidente tiene una oportunidad única, libre de las cargas de la corrección política de poner punto final a la organización. Y es que al igual que la UE, Trump considera a la OTAN como una organización obsoleta cuya existencia no esta justificada debido al exorbitante coste de cientos de miles de millones de dólares que significa mantener a las tropas estadounidenses estacionadas en bases militares alrededor del mundo y por ello que ha propuesto abandonar la alianza y que cada país gaste por su seguridad, lo cual significaría a la larga su desaparición o en todo caso su conversión en una ‘fuerza europea’ que seguiría siendo ‘aliada’ de los EE.UU. pero que actuaría con independencia. Si bien en algunas cancillerias europeas ya se estudia esta opción, el elevado coste que supone ponerlo en práctica frena su realización, todo ello teniendo como fondo la amenaza terrorista en Europa. 3.- ISIS. Una organización terrorista de cuya peligrosidad ya ni siquiera escapan las grandes ciudades europeas debido a la absurda decisión de aceptar a cientos de miles de ‘refugiados’ dentro de sus fronteras, quienes una vez llegados, desatan el terror en territorio de los ‘cruzados’ mediante sangrientos atentados que ya se han cargado por delante a cientos de inocentes, en Francia, Bélgica y Alemania. Si bien algunos gobiernos recién pretendan reaccionar ante esta amenaza, ya es tarde para ello, porque ISIS ya tiene a miles de sus comandos asesinos viviendo en nuestras ciudades. Lo ideal hubiese sido blindar las fronteras desde el primer momento y torpedear las barcazas de los terroristas que se acercaban a las costas de Grecia, Italia o España no permitiéndoles llegar al continente y que terminen como comida de los tiburones. ¿Donde estaba la flota de la OTAN para hacer practicas de tiro con ellos? ¿Cuanto dolor y sufrimiento nos habríamos ahorrado si no dejábamos entrar a esos parásitos?. Con sus aplastantes derrotas en Siria e Irak y su ilusorio califato hecho pedazos gracias a los incesantes bombardeos rusos, los integrantes de ISIS buscan llegar a Europa como ‘refugiados’ para no responder por sus abominables crímenes cometidos. Sin embargo, en su desesperada huida han logrado crear nuevos focos de terror especialmente en el norte de África, especialmente en la ingobernable Libia (devastada por una guerra civil originada por los EE.UU. y la OTAN al derrocar y asesinar al líder libio Moammar Gaddafi) convertida en un santuario terrorista - al igual que Afganistán - desde la cual puede amenazar fácilmente a Europa. Si bien la bestia sionista esta herida de muerte, aun puede mostrar sus garras. 4.- IRÁN. El creciente poderío de Teherán ha originado recelos en Washington y Jerusalén, por lo que han tratado de neutralizarlo, sin resultados. El fracaso de Obama y los anteriores gobiernos estadounidenses de crear un contrapeso liderado por Arabia Saudita para frenar la influencia persa en la región ha fracasado en toda regla. De nada ha valido armar hasta los dientes a una corrupta y decadente monarquía cuando estos no pueden ni con Yemen, un pequeño país que resiste heroicamente la salvaje agresión saudita - ante el silencio cómplice de la comunidad internacional - y que ha causado grandes bajas a los agresores, gracias sobretodo al apoyo de Teherán. Si bien en aras de la paz, el régimen iraní firmó un acuerdo en Viena para ‘renunciar’ a desarrollar armas nucleares, a las cuales tiene perfecto derecho y está en capacidad de hacerlo, más aun con la amenaza sionista que si los posee desde hace años, determinados sectores han ‘aconsejado’ a Trump (con mayor razón cuando sus hijas están casadas con judíos y haya mostrado su preferencia en el conflicto palestino por el Criminal de Guerra Benjamín Netanyahu) que ‘desconozca’ dicho acuerdo y amenace con fuertes sanciones si no acepta ser desnuclearizada por completo, algo a lo que jamás renunciará Teherán, lo cual puede originar un conflicto en el futuro. Algo que no debe olvidar la nueva administración norteamericana es que sus amenazas ya no tienen el mismo efecto que antes y como ejemplo podemos mostrar a Siria. De nada ha valido la brutal agresión de la que ha sido victima propiciada por los EE.UU., si Damasco con el apoyo ruso, ha ganado la guerra a sus mercenarios de ISIS, los cuales si bien resisten en algunas regiones, su sangriento final esta marcado. Y es que al igual que Siria, Irán es un aliado estratégico de Moscú, y el señor Putin no se quedará de brazos cruzados si sus enemigos pretenden atacarla. Si quieren enfrentarse al oso ruso aténganse a las consecuencias. Pregúntenle a los alemanes. Esta misma advertencia podría extenderse con mayor razón al caso chino, con la salvedad que se trata de una potencia nuclear a la cual no pueden amedrentar. 5.- COREA DEL NORTE. Otro asunto que quedo si resolver debido a que las anteriores administraciones no se toman en serio las bravatas de su obeso y paranoico dictador, quien continuamente amenaza al mundo con sus misiles nucleares, al mismo tiempo que mantiene esclavizada a su población muerta de hambre, la cual ha llegado al extremo de comer hierbas de los parques e incluso al canibalismo para poder sobrevivir. Pero al tirano comunista eso no parece importarle y continúa con su demencial carrera armamentista no ocultando se enfermizo deseo de destruir Corea del Sur e incluso acaba de anunciar que posee misiles intercontinentales que pueden alcanzar al territorio estadounidense, por lo que se ha convertido en una seria amenaza al cual hay que liquidar para prevenir un ataque nuclear. Si bien el señor Trump acaba de anunciar el desarrollo de un sistema de defensa con misiles de tecnología de punta para protegerse de ataques por parte de Corea del Norte, esto no seria suficiente y habría que tomar otras medidas mas extremas, como proceder a invadir el país con tropas bajo la bandera de la ONU - evitando así cualquier objeción china - para acabar con esta pesadilla de una vez por todas. 6.- RUSIA. Para no hacer extensa esta nota, podemos citar la rusofobia existente en Occidente propiciada interesadamente por aquellos sectores que no quieren que Moscú y Washington se unan no solo para acabar de con el terrorismo internacional, sino también para evitar que se agudicen las tensiones que puedan desencadenar una conflagración mundial. Como sabéis, el señor Putin es reconocido como un genial estratega que ha impuesto su voluntad en el mundo, acabando con la ‘Pax Americana’ y estableciendo un Nuevo Orden Mundial con Rusia y China a la cabeza de ella. Conocedores de ello tanto los EE.UU. como sus ‘aliados’ de Occidente a través de sus ‘poderosos’ e ‘influyentes’ medios de comunicación han desarrollado en los últimos años una vomitiva campaña mediática tratando en vano de demonizar la figura del líder ruso y presentan a su país como una potencia ‘en rumbo de colisión con el Oeste’ cuando no hay nada de cierto en ello. Rusia no ha agredido a nadie y ha intervenido en Ucrania únicamente para salvar a la minoría rusófona del este del país de un genocidio planificado por parte de la camarilla fascista de Kiev, que llegó al poder mediante un incruento golpe de Estado organizado por la CIA con el objetivo de utilizar el territorio como zona de paso para las tropas de la OTAN y apoderarse de los inmensos recursos energéticos que existen en Siberia pero les salio mal la jugada, porque en una inteligente reacción el señor Putin acudió en ayuda de los rusófobos, propiciando además el retorno a la Madre Patria de Crimea -‘regalada’ a Ucrania ilegalmente por el dictador comunista soviético de origen ucraniano Nikita Krushev en 1954 - mediante un referéndum donde los mismos habitantes de la península en una decisión libre y soberana retornaron a Rusia. Desde entonces han vuelto a estar unidas y nada ni nadie se lo volverá a arrebatar. El mismo señor Trump ha reconocido que la razón le asiste a Rusia y que Crimea es parte integral de su territorio. En cuanto a su intervención en Siria, esta ha sido a pedido expreso del gobierno de Damasco para ayudarla a derrotar a ISIS. No hay ninguna ilegalidad en ello. Y en relación a los supuestos hackeos rusos en la campaña electoral estadounidense para favorecer su candidatura, el propio magnate ha calificado de patrañas preparadas por la CIA para tratar de deslegitimarlo. Venga ya, seamos serios, Rusia y EE.UU. siempre van a tener divergencias en diferentes puntos porque tienen intereses contrapuestos en muchos lugares. Lo importante por ello es llegar a acuerdos satisfactorios entre ambas partes - quizás un nuevo reparto del mundo - sin necesidad de ir a una guerra como propugnan los sectores militaristas en Occidente, ya que los únicos beneficiados de ello son los fabricantes de armas. Es por ese motivo que es imperativo que se celebre cuanto antes una cumbre entre los dos líderes para limar asperezas, levantar las injustas sanciones a Rusia, retirar a las tropas de la OTAN de sus fronteras y luchar juntos contra ISIS hasta su exterminio total. El señor Trump se ha comprometido a levantar las sanciones, a pesar de que en el senado norteamericano pretenden aprobar una ley para ‘prohibirle’ que lo haga. El éxito del desarrollo de las relaciones entre ambas potencias va a depender de cuán capaces sean de resolver sus divergencias sobre la base del diálogo y no de las armas. Esperemos que en esta nueva era que recién se inicia, ello se pueda concretar :)
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