Theresa May - incapaz de llevar a buen termino el brexit y traicionando a todos aquellos sectores que confiaban en ella - anuncio su renuncia como Primera Ministra derramando lágrimas de impotencia en el 10 del Downing Street, abriendo la puerta a la incertidumbre sobre el futuro, tanto del acuerdo como de su propio partido. En la práctica institucional británica, May, cuya renuncia se hará efectiva el 7 de junio, se mantendrá en el puesto hasta que el Partido Conservador elija a un nuevo líder que automáticamente se convertirá en el primer ministro, un proceso que puede tardar entre cuatro y seis semanas. May había perdido la confianza de los suyos, en el curso de un mandato que acaba con un gran fracaso, sin haber conseguido la ratificación del brexit, que era su único objetivo. "Lamento y siempre lamentaré no haber podido completarlo" afirmó en su lacrimógeno discurso de despedida. "Será mi sucesor el que deba buscar el camino para hacer honor al resultado del referéndum", ha añadido. Su salida aumenta las posibilidades de que el Reino Unido deje la Unión Europea sin pacto alguno. Desde Suiza, el mejor colocado para sucederla, Boris Johnson (quien mira de reojo al ultranacionalista Nigel Farage - ‘padre’ del brexit - y compite con el para mostrar dureza frente a Bruselas) ha vuelto a confirmar su candidatura, afirmando que "el Reino Unido dejará la Unión Europea el 31 de octubre, haya o no acuerdo. La mejor manera de obtener un buen acuerdo es preparase para que no lo haya" asevero. May anuncio su decisión luego de reunirse con el presidente del Comité 1922, Graham Brady, que representa a los diputados conservadores sin cargo en el Gobierno. Estos habían exigido su renuncia inmediata, bajo la amenaza de presentar inmediatamente una moción de confianza contra ella, si se negaba a hacerlo. Las últimas modificaciones a la ley del brexit, que May presentó hace unos días buscando el apoyo de los laboristas, provocaron el estallido final de los conservadores, quienes lo calificaron de traición. May había sobrepasado una línea infranqueable al dejar abierta la posibilidad de un segundo referéndum sobre Europa, por lo que esta vez la rebelión no se limitaba a los euroescépticos radicales habituales, ya que ningún futuro candidato al liderazgo conservador iba a aceptar un proyecto de ley que fuera la vía a una segunda consulta. El jueves dos ministros pretendientes a sucederla, Jeremy Hunt y el titular de Interior Sajid Javid, le dejaron claro que la propuesta no tenía la menor posibilidad de ser aprobada. Así, sintiéndose abandonada por todos, no le quedo más que dar un paso al costado. Como recordareis, May fue elegida Primera Ministra tras la salida de David Cameron como resultado del referéndum del 2016, en favor de la salida de Europa. Eso ha condicionado por completo su papel, que ha estado dedicado exclusivamente a gestionar el brexit. Tres años de lucha, sin éxito, debido a la oposición existente dentro de su propio partido por parte de quienes creían tener mayor derecho para ocupar su puesto, los cuales sin rubor alguno llegaron a votar junto con los laboristas de Jeremy Corbyn para bloquear todas sus iniciativas. May deja así el partido más dividido aún y en peores condiciones de lo que estaba al llegar al cargo. Tras convocar unas elecciones anticipadas intentando reforzar su propia mayoría dentro de los conservadores, el resultado fue que las perdió, pasando a depender completamente de los unionistas de Irlanda del Norte. Algunos se preguntaron entonces si como resultado de este humillante fracaso personal tendría que renunciar, ella se negó a hacerlo e intento mantenerse a flote pese a la intensa presión política en su contra, pero su determinación por aferrarse al cargo a como de lugar, mas sus continuos errores para salvar el brexit, se prolongó lastimosamente hasta convertirse en una gran vergüenza nacional. Su caída ha desatado una lucha al interior de su partido - con 16 candidatos esperando ese momento desde hace mucho tiempo - por lo que se anticipa que la guerra para la sucesión será sangrienta. Pero el tiempo no espera a nadie y no aguardará al próximo primer ministro. La fecha de salida de la Unión Europea es el 31 de octubre (originariamente era el 29 de marzo, luego el 12 de abril). El nuevo inquilino del 10 del Downing Street asumirá en el mejor de los casos en julio, cuando queden poco más de tres meses para la hora señalada sin que haya habido ningún progreso desde abril para alcanzar un consenso parlamentario sobre la salida del Reino Unido de la UE. Sin embargo, sea quien sea el suceda a May como Primer Ministro no es el único problema que tienen de los conservadores, ya que el avance de los euroescépticos con Nigel Farage a la cabeza - cuyo partido arraso en las elecciones europeas del domingo, superando a conservadores y laboristas juntos - ha ocasionado un vuelco político en el Reino Unido, ya que es partidario del brexit mas duro posible y muchos ya lo ven como el futuro Primer Ministro. La debilidad del Partido Conservador ha dado más impulso a Farage, que ya consiguió ser el protagonista indiscutible en los comicios europeos del 2014, con su antigua formación, el UKIP. Su apoteósico triunfo fue precisamente lo que presionó al entonces primer ministro David Cameron para convocar referéndum sobre la permanencia en la UE. Y así fue como comenzó todo. Con el triunfo del brexit, presentó entonces su dimisión como líder del UKIP: “Soy un hombre de negocios. La única razón por la que me metí en política fue para sacar al Reino Unido de la UE. Una vez conseguido el objetivo, llega el momento de retirarme” afirmó. Pero el fracaso de May para lograrlo, ha posibilitado su regreso por la puerta grande con su nueva formación, el Partido del Brexit: “Hay que volver a instaurar la democracia en este país. No permitamos que nos la roben” señalo. Si bien desde el lado laborista, aprovechando la crisis del gobierno, exigen el adelanto de las elecciones, creyendo que con el desastre de los tories ha llegado el momento del denostado Jeremy Corbyn - quien es visto por sus adversarios como un ‘espía’ ruso y ‘agente’ de Putin (?) - no nos sorprendería si al final le hacen un ‘favor’ a Farage. Y es que nadie sabe para quien trabaja. En cuanto a Theresa May, será recordada de la peor manera: su fracaso arrastro a su partido junto con ella a la ignominia :)