Como sabéis, la actual pandemia del Coronavirus que azota al mundo desde el 2020 ha impedido por segundo año que llevemos a cabo una vida normal, obligándonos a cambiar nuestras costumbres y limitando nuevamente la realización de una serie de eventos de todo tipo y uno de ellos, obviamente será el Halloween, una contracción de All Hallow´s Eve (Víspera de Todos los Santos) y también conocido como Noche de Brujas, pero ello no significa que no nos ocupemos de esa festividad ancestral en esta ocasión ¿vale?. Se trata de una fiesta de origen pagano que se celebra el 31 de octubre y cuyas raíces provienen de un antiguo festival celta de hace más de 3.000 años conocido como Samhain (“Fin del verano” en irlandés antiguo). Aunque actualmente es un día de disfraces, dulces y niños sus orígenes no fueron tan alegres. La fiesta se celebraba en Irlanda cuando la temporada de cosechas tocaba a su fin y daba comienzo el “año nuevo celta” coincidiendo con el solsticio de otoño. Se creía que durante esa noche los espíritus de los muertos podían caminar entre los vivos. Los antiguos celtas creían que con la llegada de Samhain la línea que une a este mundo con el de los muertos se estrechaba y los espíritus buenos y malos podían pasar a través de ella, por lo que se generalizó el uso de máscaras era para ahuyentar a los espíritus malignos. También se celebraban banquetes en las tumbas de los antepasados familiares. Los ritos sagrados celebrados tenían en sus orígenes un carácter purificador y religioso entre los que estaba la comunicación con los muertos, a los que se les ayudaba a encontrar su camino colocando velas encendidas en las ventanas. Cuando llegó a esas tierras el cristianismo, los papas Gregorio III Y Gregorio IV trataron de suplantar el Halloween por la fiesta católica del Día de Todos los Santos que fue trasladada del 13 de mayo al 1 de noviembre, pero de nada les valió, porque a pesar de todos sus esfuerzos por erradicarla, la festividad no solo pervivió, ya que en 1840 llego a los EE,UU, y Canadá a través de los inmigrantes irlandeses, donde empezó a celebrarse masivamente desde 1921, fecha en la que se celebró el primer desfile de Halloween en Minnesota. Durante las décadas siguientes, la fiesta fue adquiriendo popularidad hasta que en 1970 gracias al cine su influencia se expandió por el mundo. Desde entonces, Halloween se celebra la noche del 31 de octubre especialmente en el mundo anglosajón: Estados Unidos, Canadá, Irlanda, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda, así como también en el resto de Europa y América Latina, donde los niños salen a las calles disfrazados de fantasmas, vampiros, duendes, brujas y demonios, para pedir dulces y golosinas a sus vecinos. En cuanto a Jack O´Lantern, es el símbolo de Halloween. Protagonista de una famosa leyenda irlandesa, Jack tenía el alma tan negra que el propio diablo disfrazado de hombre fue a comprobar si de verdad existía alguien así. Tras ir hasta el pueblo donde vivía y beber durante largas horas con él, Lucifer le reveló su identidad y le comunicó que debía llevárselo para que pagara por sus pecados, pero Jack le propuso una última ronda y el diablo se la concedió. Como ninguno podía pagarla, el Tacaño le reto al malvado a que demuestre sus poderes convirtiéndose en una moneda. Una vez hecho, Jack cogió al demonio y lo metió en su bolsillo junto a un crucifijo de plata. Con el diablo en el bolsillo, Jack le hizo prometer que si lo liberaba, no volvería a molestarle en un año y así fue. Transcurrido ese tiempo Lucifer volvió, pero Jack le pidió entonces que cogiera una manzana situada en lo alto de un árbol para disfrutar una última comida antes de su tormento eterno. Cuando el maligno estaba en lo alto del el árbol, Jack talló una cruz en su tronco para que no pudiera escapar y le exigió no ser molestado en 10 años y que nunca volviera a reclamar su alma para el inframundo a cambio de ser liberado. Aunque el trato fue bueno, Jack murió antes de esos diez años y llego a las puertas del cielo, pero San Pedro no se le dejó pasar por su mal comportamiento en vida. De allí fue enviado al infierno, donde como consecuencia del pacto firmado con el diablo tampoco podía entrar. Todavía enfadado con él, Lucifer arrojó a Jack unas ascuas ardientes que el granjero atrapó con un nabo hueco que usó de linterna. Condenado a deambular por los caminos entre los reinos del bien y el mal y sin más luz que su linterna, Jack empezó a ser conocido como Jack el de la Linterna o “Jack of the Lantern” (abreviado “Jack O’Lantern”) Así llegó la tradición de usar nabos y más tarde calabazas para imitar el color de las ascuas del infierno que alumbran el camino a los difuntos en Halloween, y que evitan que Jack O´Lantern llame a tu puerta pidiendo “truco o trato”. Según la tradición, lo mejor era hacer trato sin importar lo que costase con tal de no caer en su truco, que consistía en maldecir la casa y a sus habitantes que sufrirían toda clase de infortunios desde ese momento. Aunque la traducción “truco” en castellano por el inglés “trick” y “trato” literalmente por “treat”, en el caso del “Trick-or-treating” se ha generalizado, no es un truco en el sentido estricto sino un susto o una broma, por lo que una traducción más exacta sería, por ejemplo, “susto o dulce” o “travesura o dulce”. Actualmente, los niños van por las calles la noche de Halloween disfrazados, pidiendo dulces y lanzando la famosa frase: “truco o trato”. Si los habitantes de la casa les dan caramelos o galletas querrá decir que han aceptado el trato, si se niegan, les gastarán algún tipo de broma como arrojar huevos o espuma de afeitar contra la puerta. Para prevenir ello, mejor estar preparados con una buena dotación de dulces y caramelos. Si bien este año y como consecuencia de la pandemia, la festividad nuevamente será distinta, eso no será impedimento para no celebrarlo como se merece. Que la noche os sea propicia :)