Desarrollado por el estudio alemán Just2D y editado por Deck13, se trata de un videojuego Indie del tipo Action-RPG, inspirado en los clásicos oscuros del género y en el atractivo místico de la mitología celta, con un pixelart precioso a la par que oscuro y tenebroso. En Drova encarnamos al miembro de una tribu celta, la cual no está pasando por su mejor momento. Un día, los guerreros regresan con un cristal imbuido de poderes, con el que los druidas dicen poder guiarlos hasta Drova, La Tierra Prometida repleta de prosperidad de la que hablan las leyendas, y a su capital, la ciudad de Nemeton. No obstante, las cosas no sucederán como deberían, y por una serie de circunstancias nuestro personaje se ve teletransportado a Drova. Una vez allí, no tardaremos en descubrir que dicha tierra no es como la pintan las leyendas… En lo referente al propio juego, este dispone de una ventana de personalización (no demasiado amplia, todo hay que decirlo) en la que podremos configurar a nuestro gusto el personaje con el que vayamos a jugar. Una vez hayamos acabado en Drova, comprobaremos cómo esta tierra legendaria es un lugar salvaje y de muerte, muy alejado de todo lo que decían las leyendas… Pero no todo está perdido, ya que aquí también tendremos la oportunidad de sobrevivir y prosperar. Al igual que en muchísimos juegos de tipo RPG, disponemos de un inventario en el que podremos gestionar multitud de objetos, tanto consumibles como objetos de crafteo, así como el atuendo y las armas con las que podremos equiparnos. No presenta ninguna novedad en lo que a la propia mecánica se refiere (si la comparamos con la de cualquier otro título del estilo), pero siempre se agradece que implementen un inventario por el que no cueste trabajo manejarse. En esta tierra maldita, no todo está perdido. Conoceremos a una serie de personajes que nos ayudarán a desenvolvernos por Drova, los cuales nos venderán objetos de todo tipo, nos enseñarán nuevas habilidades y nos asignarán las misiones que nos hagan avanzar en la trama, además de otras misiones secundarias. Dicha trama se divide en capítulos, y poco a poco iremos desentrañando los misterios de esta tierra legendaria, a la par que descubriremos los secretos y ambiciones que ocultan muchos de los personajes. Como ya he comentado, muchos de ellos nos ayudarán comerciando con nosotros, y siempre merece la pena que le echemos un vistazo a lo que tienen para ofrecernos. Cabe precisar que Drova – Forsaken Kin es otro de tantos juegos Indies que ha optado por el Pixelart como elección artística para el apartado gráfico, y el resultado no podría ser más satisfactorio. Por momentos he sentido reminiscencias (sobre todo cuando alguno de los NPCs se ríe, lo cual ocurre habitualmente) a los clásicos Monkey Island (sin ser esto una aventura gráfica), de modo que así os podéis hacer una idea de por dónde van los tiros. Aun así, huelga decir que el detalle gráfico es infinitamente mayor que en estos juegos clásicos, y los bailes de luces y sombras están muy bien conseguidos, dándole al título un aspecto oscuro y melancólico, en contraposición con lo colorido que puede ser en ocasiones. No obstante, no todo es positivo en el juego. Las mecánicas de combate se basan, como en muchos otros títulos, en dirigir el ataque que quieres ejecutar (lo vemos en pantalla mediante una flecha, al igual que el ataque que nuestros enemigos ejecuten hacia nosotros) y utilizar los comandos de ataque, con cuidado de no gastar nuestra estamina. Dispondremos tanto de ataques cuerpo a cuerpo como de esquivas, además de una serie de ataques mágicos que podremos utilizar según vayamos rellenando la barra correspondiente. El problema es que el combate se siente muy tosco y lento, resultado fácil que hasta los enemigos más débiles te maten de 3 golpes. No hablo de una dificultad como la que podríamos encontrar en los juegos de From Software, no. Me refiero a que el combate se siente poco pulido. Otros detalles importantes que lastran la experiencia es que, sobre todo los diálogos y a la hora de acceder a los menús, el juego no está bien configurado, y a menudo, el botón «A» lo detecta como si fuera el «B», y viceversa. Por no hablar de que el juego no está traducido al castellano, y si no os manejáis con el inglés, es posible que la experiencia se os haga un poco cuesta arriba, ya que hay muchos diálogos para leer si queréis enteraros bien de la historia. Pero bueno, ese punto es algo salvable. En conclusión, a pesar de sus carencias (muchas de las cuales pueden ser solucionadas en futuros parches), Drova – Forsaken Kin es un juego que os atrapará con su estética retro, con su ambientación oscura (casi como de terror en ocasiones), con su historia… En definitiva, con su propuesta. Bien es cierto que no es un título muy amable, y que aún le faltan cosas por arreglar, pero si fuera vosotros, yo sin duda le daría una oportunidad.