Venga,a primera vista podría parecer una exageración calificarlo de esa manera, pero luego de ver su desenvolvimiento los últimos días con relación a los sucesos de Cajamarca y su férrea posición en defensa de los intereses de la minera Yanacocha,calificando de "traidores" (mira quien habla) a quienes se oponen a ella, como que me va entrando la duda ¿vale?.Eso no significa que uno este a favor de posiciones extremistas. Nada que ver. Lo que sucede es que sería inconcebible hacer el paripé con esa menuda panda de indeseables de la derecha y no me prestaría a semejante espectáculo. ¿Quien iba a que creer que el denominado candidato “antisistema” terminaría alienándose con quienes precisamente lo combatieron con saña y maldad?(la portada que ilustra nuestra nota es irrepetible) Y es que el abierto respaldo de Ollanta Humala dado a la minera Yanacocha, al tomar partido a su favor en las protestas de Cajamarca en sus pretensiones de despojar a todo un pueblo de un recurso básico para su subsistencia como es el agua y los elogios que viene recibiendo del empresariado por ello – los mismos que lo atacaron sin piedad durante la reciente campaña electoral, recurriendo a la Guerra Sucia contra su persona a través de la prensa Basura con inmundas campañas de demolición y contratando a mercenarios de la pluma como Jaime Baily para satanizarlo diariamente en la pantalla, con programas realmente vomitivos - ha llamado la atención de muchos observadores y sobretodo de aquellos sectores que lo apoyaron y quienes ahora se sienten traicionados, porque cada día que pasa, sienten que se va alejando de ellos. “Está dando un giro a la derecha”, afirman sin reparo alguno.“Nosotros votamos por la gran transformación, no por el continuismo neoliberal” puntualizaron, al observar su comportamiento estos últimos días. Sin embargo, es bueno recordar que el tránsito de Ollanta Humala hacia la derecha había comenzado en la segunda vuelta, con el archivamiento del plan de gobierno original y la presentación de la Hoja de Ruta, prosiguiendo con el nombramiento de Miguel Castilla en el MEF y de Julio Velarde en el BCR, mientras que tecnócratas liberales y empresarios se ocuparon de las carteras económicas. Si bien se mantuvo el modelo neoliberal, se le hizo algunos cambios para que los beneficios del “sistema” lleguen a los mas necesitados.Sin embargo ello no logro contentar a los sectores izquierdistas, quienes esperaban una radicalización del gobierno, siguiendo el ejemplo venezolano y al ver que no ocurría nada de ello, empezaron las primeras divergencias dentro de la coalición oficialista, lo que se ahondo con la salida de Javier Diez Canseco de la Megacomisión que investigará a Alan García. Pero la gota que rebaso el vaso, fue su decisión de ponerse de lado de la minera Yanacocha en las protestas de Cajamarca, hecho que varios sectores consideran una traición, mas aun con el establecimiento de un “Estado de Emergencia” propio de las dictaduras, por lo que no han dudado en calificarlo nada menos que de “Felipillo”.Y pensar que Toledo era el único que merecía ese deshonroso galardón .Como sabéis, el tal Felipillo fue un traidor a su raza que se vendió a los españoles durante la época de la conquista y que con sus intrigas consiguió que se ejecutase al Inca Atahualpa. Sin embargo, como todos los colaboracionistas, tuvo un trágico final, porque meses mas tarde fue descuartizado por los mismos a quienes ayudo vilmente. Su nombre es sinónimo de engaño y así se les denomina a los que reniegan de su origen y sirven al adversario. Es el caso de Toledo, un indígena que durante su campaña electoral se vestía como un Inca presentándose - botella en mano - como “el nuevo Pachacutec” (?) para engañar a las masas ignorantes, una vez llegado a Palacio abjuró de todo ello y corrió a servir a sus nuevos amos. Convertido en un cadáver político, solo produce lastima cada vez que abre esa boca bajo los efectos del alcohol. Si Ollanta Humala prefiere seguir ese camino,acabará mal.Que no venga luego a decir que no se le advirtió.(Como podéis imaginar, mi relación con este gobierno ha concluido y estoy mas que contento, por haberme alejado a tiempo de tanta mediocridad e improvisación que existe en sus filas.A ver si para el domingo les cuento algunas anécdotas sobre las intimidades de Palacio) :) Caricatura: La República
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miércoles, 7 de diciembre de 2011
OLLANTA HUMALA: ¿El nuevo “Felipillo” de la política peruana?
Venga,a primera vista podría parecer una exageración calificarlo de esa manera, pero luego de ver su desenvolvimiento los últimos días con relación a los sucesos de Cajamarca y su férrea posición en defensa de los intereses de la minera Yanacocha,calificando de "traidores" (mira quien habla) a quienes se oponen a ella, como que me va entrando la duda ¿vale?.Eso no significa que uno este a favor de posiciones extremistas. Nada que ver. Lo que sucede es que sería inconcebible hacer el paripé con esa menuda panda de indeseables de la derecha y no me prestaría a semejante espectáculo. ¿Quien iba a que creer que el denominado candidato “antisistema” terminaría alienándose con quienes precisamente lo combatieron con saña y maldad?(la portada que ilustra nuestra nota es irrepetible) Y es que el abierto respaldo de Ollanta Humala dado a la minera Yanacocha, al tomar partido a su favor en las protestas de Cajamarca en sus pretensiones de despojar a todo un pueblo de un recurso básico para su subsistencia como es el agua y los elogios que viene recibiendo del empresariado por ello – los mismos que lo atacaron sin piedad durante la reciente campaña electoral, recurriendo a la Guerra Sucia contra su persona a través de la prensa Basura con inmundas campañas de demolición y contratando a mercenarios de la pluma como Jaime Baily para satanizarlo diariamente en la pantalla, con programas realmente vomitivos - ha llamado la atención de muchos observadores y sobretodo de aquellos sectores que lo apoyaron y quienes ahora se sienten traicionados, porque cada día que pasa, sienten que se va alejando de ellos. “Está dando un giro a la derecha”, afirman sin reparo alguno.“Nosotros votamos por la gran transformación, no por el continuismo neoliberal” puntualizaron, al observar su comportamiento estos últimos días. Sin embargo, es bueno recordar que el tránsito de Ollanta Humala hacia la derecha había comenzado en la segunda vuelta, con el archivamiento del plan de gobierno original y la presentación de la Hoja de Ruta, prosiguiendo con el nombramiento de Miguel Castilla en el MEF y de Julio Velarde en el BCR, mientras que tecnócratas liberales y empresarios se ocuparon de las carteras económicas. Si bien se mantuvo el modelo neoliberal, se le hizo algunos cambios para que los beneficios del “sistema” lleguen a los mas necesitados.Sin embargo ello no logro contentar a los sectores izquierdistas, quienes esperaban una radicalización del gobierno, siguiendo el ejemplo venezolano y al ver que no ocurría nada de ello, empezaron las primeras divergencias dentro de la coalición oficialista, lo que se ahondo con la salida de Javier Diez Canseco de la Megacomisión que investigará a Alan García. Pero la gota que rebaso el vaso, fue su decisión de ponerse de lado de la minera Yanacocha en las protestas de Cajamarca, hecho que varios sectores consideran una traición, mas aun con el establecimiento de un “Estado de Emergencia” propio de las dictaduras, por lo que no han dudado en calificarlo nada menos que de “Felipillo”.Y pensar que Toledo era el único que merecía ese deshonroso galardón .Como sabéis, el tal Felipillo fue un traidor a su raza que se vendió a los españoles durante la época de la conquista y que con sus intrigas consiguió que se ejecutase al Inca Atahualpa. Sin embargo, como todos los colaboracionistas, tuvo un trágico final, porque meses mas tarde fue descuartizado por los mismos a quienes ayudo vilmente. Su nombre es sinónimo de engaño y así se les denomina a los que reniegan de su origen y sirven al adversario. Es el caso de Toledo, un indígena que durante su campaña electoral se vestía como un Inca presentándose - botella en mano - como “el nuevo Pachacutec” (?) para engañar a las masas ignorantes, una vez llegado a Palacio abjuró de todo ello y corrió a servir a sus nuevos amos. Convertido en un cadáver político, solo produce lastima cada vez que abre esa boca bajo los efectos del alcohol. Si Ollanta Humala prefiere seguir ese camino,acabará mal.Que no venga luego a decir que no se le advirtió.(Como podéis imaginar, mi relación con este gobierno ha concluido y estoy mas que contento, por haberme alejado a tiempo de tanta mediocridad e improvisación que existe en sus filas.A ver si para el domingo les cuento algunas anécdotas sobre las intimidades de Palacio) :) Caricatura: La República