Generoso y lleno de vitalidad, para el Dragón la vida es constante movimiento. Egoísta, excéntrico y muy exigente consigo mismo, sin embargo, no le falta nunca su legión de admiradores que también disfrutan de sus múltiples virtudes. Un Dragón simboliza el poder y la riqueza; es encantador y brillante, despide vitalidad, fuerza y atrae por su magnetismo y extravagancia. Las personas nacidas bajo la influencia del Dragón cautivan por su carisma personal y están acompañadas de buena suerte. Se sienten atraídos por las cosas nuevas y extrañas, especialmente en el campo de la ciencia y la tecnología. Se muestran activos e interesados por el mundo que les rodea; les encanta participar en causas de gran envergadura. El Dragón puede alcanzar grandes sueños si logra dominar su imaginación y canalizar su enorme energía para encausar algunos de los tantos proyectos que se le ocurren y convierte en realidad. Si su energía, inteligencia y talento encuentran la vía adecuada pueden obtener grandes resultados. Sin embargo, su mayor debilidad es su egocentrismo, superficialidad y su necesidad de ser el centro de atención. Se pone bravo cuando se tropieza con alguien que no cae rendido a sus encantos y un Dragón enfadado y rechazado puede ser peligroso y temerario. La fortuna del Dragón se manifiesta en su increíble descaro para mantenerse indiferente frente a los acontecimientos y seguir firme en sus objetivos para encontrar el éxito. Destaca por su creatividad, originalidad e independencia; su mejor ámbito es la motivación del trabajo y prestarse a la competencia para imponer su opinión; que siempre será contraria a la de los demás. Su franqueza y sinceridad acompañadas de un gran idealismo hacen de él un Dragón utópico y soñador. Los Dragones pueden caer bien y se les ama con locura o caer mal y se les detesta con recelo; no hay términos medios; quien desee compartir la vida con uno de ellos debe pensar en proporcionar emociones explosivas y hacerle sentir único. Si hay que admirar, se enamorara, pero cuando se acabe el cariño también se acabara la relación. Y es que un Dragón puede ser ambicioso, carismático, noble, magnánimo y poderoso; pero con sus enemigos es despiadado, arrogante, despótico e intolerante. Venga, parece que me están describiendo punto por punto. ¿Qué se podía esperar? Si soy un Dragón :)
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domingo, 1 de enero de 2012
2012: ¡ A que es el Año del Dragón !
Generoso y lleno de vitalidad, para el Dragón la vida es constante movimiento. Egoísta, excéntrico y muy exigente consigo mismo, sin embargo, no le falta nunca su legión de admiradores que también disfrutan de sus múltiples virtudes. Un Dragón simboliza el poder y la riqueza; es encantador y brillante, despide vitalidad, fuerza y atrae por su magnetismo y extravagancia. Las personas nacidas bajo la influencia del Dragón cautivan por su carisma personal y están acompañadas de buena suerte. Se sienten atraídos por las cosas nuevas y extrañas, especialmente en el campo de la ciencia y la tecnología. Se muestran activos e interesados por el mundo que les rodea; les encanta participar en causas de gran envergadura. El Dragón puede alcanzar grandes sueños si logra dominar su imaginación y canalizar su enorme energía para encausar algunos de los tantos proyectos que se le ocurren y convierte en realidad. Si su energía, inteligencia y talento encuentran la vía adecuada pueden obtener grandes resultados. Sin embargo, su mayor debilidad es su egocentrismo, superficialidad y su necesidad de ser el centro de atención. Se pone bravo cuando se tropieza con alguien que no cae rendido a sus encantos y un Dragón enfadado y rechazado puede ser peligroso y temerario. La fortuna del Dragón se manifiesta en su increíble descaro para mantenerse indiferente frente a los acontecimientos y seguir firme en sus objetivos para encontrar el éxito. Destaca por su creatividad, originalidad e independencia; su mejor ámbito es la motivación del trabajo y prestarse a la competencia para imponer su opinión; que siempre será contraria a la de los demás. Su franqueza y sinceridad acompañadas de un gran idealismo hacen de él un Dragón utópico y soñador. Los Dragones pueden caer bien y se les ama con locura o caer mal y se les detesta con recelo; no hay términos medios; quien desee compartir la vida con uno de ellos debe pensar en proporcionar emociones explosivas y hacerle sentir único. Si hay que admirar, se enamorara, pero cuando se acabe el cariño también se acabara la relación. Y es que un Dragón puede ser ambicioso, carismático, noble, magnánimo y poderoso; pero con sus enemigos es despiadado, arrogante, despótico e intolerante. Venga, parece que me están describiendo punto por punto. ¿Qué se podía esperar? Si soy un Dragón :)