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domingo, 19 de febrero de 2012

CUNA DE LOBOS: Estalla la lucha por la sucesión en El Vaticano


Lo que sucede en el mundo sigue acaparando nuestra atención y esta vez nos toca hablar de la abierta lucha que ha estallado en El Vaticano, habida cuenta de la avanzada edad de Benedicto XVI de quien se dice que estaría pensando en abdicar al trono antes que ser asesinado por aquellos que están deseosos de hacerse de su cargo. Cuentan que a Juan Pablo II le preguntaron en cierta ocasión: “Su Santidad, ¿cuánta gente trabaja en el Vaticano?”.A lo que el polaco Karol Wojtyla (Papa entre 1978 y 2005) contestó con ironía: “Más o menos, la mitad…”.Ahora ya sabemos- siguiendo una broma que en realidad no lo era ni lo es tanto— a qué se dedica la otra mitad. A conspirar. Y es que de unas semanas a esta parte, el Vaticano vive conmocionado por una serie de filtraciones de documentos secretos que han llevado al portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, a admitir que la Iglesia está sufriendo su particular Vatileaks. La publicación de una denuncia interna sobre la corrupción generalizada existente en El Vaticano y de un complot para asesinar a Benedicto XVI dejan al descubierto las intrigas y descarnadas luchas de poder ante la posible inminencia del fin de su papado. Joseph Ratzinger - entusiasta miembro de las Juventudes Hitlerianas - hoy es un hombre enfermo a punto de cumplir 85 años. En expresión de L’Osservatore romano, “es un pastor rodeado por lobos”, aunque en realidad sea un lobo como ellos. Y es que estos lobos, aunque se vistan de púrpura, se excitan con la sangre. El mismo Ratzinger ya lo dijo hace dos años —en una entrevista de Peter Seewald convertida en libro— que “cuando un Papa alcanza la clara conciencia de no estar bien física y espiritualmente para llevar adelante el encargo confiado, entonces tiene el derecho y en algunas circunstancias también el deber de dimitir”. ¿Piensa Benedicto XVI dar un paso atrás coincidiendo con su 85 cumpleaños —el 16 de abril— o con el séptimo aniversario —tres días después— de su papado? Sean ciertos o no estos rumores, lo que sí parece estar muy claro es que ante tal posibilidad, los candidatos a sucederle se han puesto a luchar rabiosamente por el trono pontificio. Y, por afinar un poco más, todos ellos italianos. Tanto los apellidos que ilustran esta historia de intrigas y golpes bajos como las armas elegidas para el duelo son puramente locales. Hay además una razón de peso. La silla de Pedro lleva siendo ocupada por un extranjero desde 1978. Y es por ello que se preguntan con insistencia; ¿No es hora de que un cardenal italiano sea nombrado Papa en la próxima reunión de la Capilla Sixtina? Y es que la lucha de poder en el seno de la Iglesia se está dirimiendo —de forma inédita y dolorosa para muchos verdaderos hombres de fe— en las páginas de los periódicos. Como si se tratase de la última filtración sobre los escándalos sexuales de ese guarro llamado Silvio Berlusconi. El primer golpe llegó con la divulgación, a través de un programa de televisión, de una carta del arzobispo Carlo Maria Viganò, actual nuncio en Estados Unidos, en la que le contaba al Papa diversos casos de corrupción dentro del Vaticano y le pedía no ser removido de su cargo como secretario general del Governatorato (el departamento que se encarga de licitaciones y abastecimientos).Viganò, sin embargo, fue enviado lejos de Roma. La segunda filtración destapaba un supuesto complot para matar al Pontífice. El periódico Il Fatto Quotidiano publicó una carta muy reciente enviada a Benedicto XVI por el cardenal colombiano Darío Castrillón Hoyos en la que le contaba que el cardenal italiano Paolo Romeo, arzobispo de Palermo (Sicilia), había realizado un viaje a China durante el cual habría comentado: “El Papa morirá en 12 meses”. Pero no solo eso. Según la carta del mencionado obispo , escrita en alemán y bajo el sello de “estrictamente confidencial”, el arzobispo de Palermo se había despachado a gusto en China contando supuestos secretos del Vaticano tales como que el Papa y su número dos, Tarcisio Bertone, se llevan a matar y que Benedicto XVI estaría dejando “todo atado y bien atado” para que su sucesor al frente de la Iglesia fuese el actual arzobispo de Milán, el cardenal Angelo Scola.¿Qué hay de verdad en tales confidencias que ven la luz ahora? Quizás lo cierto es que deja al descubierto que la curia vaticana - esa vieja y decadente casta de diplomáticos pontificios - considera que el actual Papa no ha hecho lo suficiente para mantener ocultos los escándalos que se originan en El Vaticano, como su incapacidad para seguir protegiendo a los curas pederastas y tratar de acallar las múltiples denuncias en su contra por la complicidad de la Iglesia en tan aberrantes delitos.La gota que derramo el vaso ha sido su disposición “a cortar de un tajo la permisividad con los abusos a menores” pero no ha dicho una sola palabra si aquellos monstruos serian entregados a la justicia para ser castigados por ello. Aun así, esta sola declaración -que muchos han considerado como simples palabras que se las lleva el viento - ha sido catalogada como una “exagerada concesión” a los enemigos de la Iglesia” (?) razón por lo cual ya hablan abiertamente del final de su Papado, inclusive mediante el asesinato (tal como sucedió con Juan Pablo I, quien apareció muerto “súbitamente” el 26 de septiembre de 1978, tras el estallido del escándalo del Banco Ambrosiano en el cual la Santa Sede estaba profundamente comprometida) Con Ratzinger en cuenta regresiva, ahora se iniciara una descarnada lucha entre ellos para saber quien será finalmente el elegido para ocupar el trono del Vaticano. Ni la Mafia lo haría mejor :(
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