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martes, 2 de octubre de 2012

GEORGIA: Unos resultados electorales que ponen a prueba la estabilidad del Cáucaso

Luego de un breve intervalo dedicado al Perú el pasado viernes, cuando denunciamos las intenciones de la mafia homicida que mediante una burda campaña mediática buscan presionar al gobierno con el objetivo de liberar a un despreciable Genocida como Kenyo Fujimori, esta semana nuestra atención vuelve a concentrarse en Europa. Si bien la semana pasada comentamos la tensa situación política que se vive en Bielorrusia, donde un iluminado dictador como Alexander Lukashensko pretende eternizarse en el poder, en esta oportunidad un nuevo foco de preocupación se ha abierto en Georgia, un país ubicado en el Cáucaso, que a pesar de estar dentro del área de influencia rusa - por haber sido ocupado por Moscú durante siglos hasta el derrocamiento de la dictadura comunista y la inmediata independencia del país en 1991- vive momentos de incertidumbre política, tras las elecciones legislativas realizadas este lunes donde el opositor bloque pro-ruso El Sueño Georgiano, dirigido por el multimillonario Bidzinia Ivanishvili, derroto ampliamente al gobernante Movimiento Nacional Unido (MNU), del presidente Mijeíl Saakashvili, en los resultados preliminares de las elecciones legislativas, según ha informado la Comisión Electoral, en los cuales Ivanichvili obtenía el 53,1% de los sufragios, frente al 41,5% de la formación de Saakashvili, quien ya ha reconocido la derrota. Este, un fanático nacionalista caracterizado por su odio visceral a Rusia, llego al poder en el 2004, de la mano de la llamada “Revolución de las Rosas” que acabó con la presidencia del veterano Eduard Shevardnadze, el exministro de Exteriores de la desaparecida URSS. La imagen de Saakashvili se vio rápidamente desdibujada por su autoritarismo y poner en práctica una acelerada política pro estadounidense en la estratégica región considerada un “área de influencia rusa”, lo que le creó de inmediato serias fricciones con Moscú.. Estas fricciones se convirtieron en hostilidad abierta en 2008, cuando rusos y georgianos se enfrentaron en territorio de Osetia del Sur, una región autónoma de Georgia que se había autoproclamado independiente durante la desintegración de la URSS. En agosto de 2008, un impetuoso Saakashvili - “aconsejado” por el Criminal de Guerra George W.Bush, su gran protector- intentó someter por la fuerza a Osetia del Sur y fue repelido por el Ejército ruso propinándole una severa derrota. Como consecuencia de ello, Rusia reconoció como países independientes a Osetia del Sur y también a Abjazia, otro territorio que había repelido a las tropas georgianas a principios de la década de los noventa del pasado siglo. La oposición considera a Saakashvili como el responsable de una mal preparada y apresurada acción que, además de vidas humanas, costó la pérdida de una quinta parte del país. Asimismo, los dirigentes rusos consideran a Saakashvili como persona “non grata” y se niegan a mantener cualquier tipo de diálogo con él. Un cambio de rostro al frente de Georgia abriría un nuevo proceso y la posibilidad de un diálogo con Rusia, que en el pasado fue el principal socio comercial de Georgia y esperan que con el resultado de estas elecciones la situación cambie completamente ya que el sistema político de Georgia dejará de ser presidencial para ser parlamentario, en virtud de las enmiendas introducidas en la constitución del país. Eso significa que el partido liderado por Ivanishvili será el encargado de formar gobierno y que el personaje central de la política en el futuro será el jefe del gabinete y no el presidente, como ha sucedido hasta ahora. Ya durante el cierre de campaña celebrado el sábado en Tbilisi, Ivanishvili manifestó que a Saakashvili sólo le quedaban “horas de permanencia en el poder” y con este resultado se puede cumplir su pronóstico ya que no será necesario esperar hasta las elecciones presidenciales del próximo año para sacarlo del cargo. Queda por ver si el autoproclamado “abanderado de la OTAN y de la Unión Europea” a pesar de que su país no pertenece a ninguna de aquellas organizaciones, se resigna a su suerte, o intentará mediante el fraude cambiar los resultados de las elecciones, una prueba muy importante para la democracia en Georgia, país de importancia estratégica para Occidente en el Cáucaso no solo por ser lugar de paso de rutas de transporte de hidrocarburos, sino también porque de allí se podía “vigilar” estrechamente a Rusia. Ya se pueden imaginar la tristeza que se vive en la Casa Blanca por los resultados contrarios a sus intereses. Hala, a llorar al Potomac :)
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