En esta ocasión nos ocuparemos de un país asiático, tan cerca geográficamente pero a su vez tan lejos de Europa, gobernada por un déspota oriental que no se cansa de “hacer meritos” ante Occidente -
como el apoyar a grupos terroristas financiados por los EEUU y entrenados por Israel en su propio territorio, sin importarle con ello traicionar al Islam - con el objetivo de provocar una “revolución” en Siria y convertirla en un estado títere de los EEUU, para que a su vez sirva de punta de lanza en su anhelado ataque a Irán ¿Quería revolución? Venga ya, ahora lo tiene … pero en casa. En efecto, todo comenzó como una protesta para salvar un céntrico parque publico de su destrucción en Constantinopla (Estambul) para levantar allí una mezquita (como si fueran suficientes las que hay ahora) pero creció hasta convertirse en una multitudinaria manifestación más grande y violento en años, exigiendo la caída de dictadura. Las movilizaciones empezaron cuando hace algunos días grupos ambientalistas se reunieron en el parque Gezi, cerca de la céntrica plaza Taskim de Constantinopla (Estambul) después de que el gobierno cortara unos árboles en el marco de “un plan de desarrollo urbanístico”. A los ambientalistas se les sumaron jóvenes, opositores y diversos ciudadanos indignados con el gobierno autoritario del infame primer ministro Recep Tayyip Erdogan, del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP),
una agrupación de centroderecha quien a pesar de sus raíces islamistas, traiciona a cada paso al Islam al alienarse con los EE UU en su agresión criminal contra Siria, algo que es firmemente rechazado por la inmensa mayoría de turcos. Es así como las multitudinarias movilizaciones antigubernamentales volvieron la mirada del mundo hacia un país considerado en Occidente erróneamente como “un bastión de estabilidad” (?) en una región convulsa y volátil. Pillados por sorpresa, la policía reaccionó a las protestas con cañones de agua y un uso desmedido de gases lacrimógenos, lo que dejó decenas de heridos. Eso fue el detonante de una marea humana que se volcó a las calles de Constantinopla (Estambul) Ankara (la capital turca) y otras ciudades para exigir la caída de Erdogan, un despreciable dictador criticado por su estilo desafiante y su servilismo a Washington.
¿Estas movilizaciones pueden ser el inicio del fin de toda esa podredumbre que los gobierna y el país pueda recuperar su dignidad perdida mancillada por los EE.UU? Aun es muy temprano para saberlo. Si bien pocos creen que el dictador hará caso a las insistentes exigencias de renuncia que cubren todas las paredes del centro de la ciudad, no cabe duda de que la ocupación de la plaza de Taksim marca un antes y un después en su carrera."Tayyip no va a dimitir, se quedará en el poder, pero la resistencia continuará; incluso si termina de estar presente en las plazas seguirá en los medios sociales. La gente no olvidará estos momentos de repudio al tirano", opina Eylem Yanardagoglu, profesora de periodismo en la Universidad de Bahçesehir y experta en nuevos medios. "Veremos probablemente el nacimiento de un fuerte conjunto de medios independientes y ciudadanos. La gente utiliza las redes sociales de forma activa e inteligente debido a que la prensa convencional se ha negado a cubrir las protestas, poniéndose del lado del dictador", señaló. Como era e esperar, Erdogan salio a los medios de comunicación para condenar las movilizaciones en su contra, pero sin decir una palabra acerca de la violenta represión de la policía que hasta el momento han dejado dos muertos y cientos de heridos, calificándolos de “extremistas”, afirmando que seguirá adelante en sus planes de destruir el único gran parque publico existente en Constantinopla (Estambul) y construir una mezquita en su lugar: “Vamos a construir una mezquita en Taksim y para hacerlo no necesitamos el permiso de la oposición ni de nadie“ rugió amenazante el dictador, quien acuso a las redes sociales –especialmente a Twitter - de ser los “responsables” del estallido de la violencia, por lo que ordeno que fueran bloqueados. Pero si así cree que sus crímenes no serán conocidos se equivoca completamente.
La situación del país va agravándose porque si bien los manifestantes no tienen líderes claros y surgieron de forma espontánea, a medida que pasan los días, asume posiciones más radicales y podrían caer bajo el control de líderes extremistas que le darían un nuevo y peligroso rumbo a las protestas en un país cuya creciente inestabilidad ya preocupa en Occidente por las consecuencias que podría tener un Emirato Islámico en sus fronteras ¿Que sucederá en los próximos días? :(