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miércoles, 25 de septiembre de 2013

ALFA ROMEO 4C: Un deportivo fiel a su glorioso pasado

Alfa Romeo 4C
El Alfa Romeo 4C es un coche apasionante, con las prestaciones y el rendimiento de un superdeportivo extremo pero, al mismo tiempo, fácil de conducir. Un producto avanzado tecnológicamente y con el inconfundible estilo italiano que caracterizó a los vehículos de esta firma histórica en sus años de esplendor. En definitiva, un automóvil pensado para obtener el máximo rendimiento y disfrutar sin límites de la conducción, que no hace concesiones a otros detalles superfluos. El nuevo Alfa está construido empleando métodos de producción muy avanzados y sofisticados materiales, muchos de ellos procedentes de la Fórmula 1. La ligereza ha sido uno de los objetivos clave en su fase de desarrollo. Así, el chasis monocasco es de fibra de carbono y sólo pesa 65 kilos, mientras que los bastidores delantero y trasero están hechos de aluminio, igual que la jaula de refuerzo del techo. Por su parte, los parachoques y guardabarros se forman con poliuretano inyectado (un 20% más ligero que el acero) y para la carrocería también se ha utilizado un material compuesto denominado SMC, con una resistencia muy alta y una baja densidad. El resultado es un biplaza de casi cuatro metros de longitud que apenas pesa 895 kilos. El motor del 4C es todo de aluminio, lo que supone reducir el peso en nada menos que 22 kilos. Tiene 1.750 centímetros cúbicos de cilindrada, inyección directa de gasolina, sistema de apertura de válvulas variable y turbo con un mecanismo de respuesta instantánea. Con una potencia de 240 caballos y un par máximo de 350 Nm, que se mantiene constante desde las 2.100 a las 4.000 revoluciones, ofrece una respuesta brillante a cualquier régimen, algo a lo que sin duda contribuye la caja de cambios TCT de doble embrague y seis velocidades, que cuenta con un software más avanzado que en otros modelos para minimizar los tiempos en el paso de una a otra marcha. El apartado técnico se completa con unas elaboradas y eficaces suspensiones, de doble triángulo en el eje delantero y tipo McPherson en el trasero, además de con potentes y ligeros frenos, en los que se combina el aluminio y el acero para 'ahorrar' 2 kilos en cada disco. Otro punto muy destacado es el de su estética, absolutamente personal y con enormes reminiscencias de ese glorioso pasado al que hacíamos referencia. Las líneas del 4C no son nada convencionales y el diseño de cada elemento está supeditado a la función que debe desempeñar, bien para lograr la máxima eficiencia aerodinámica o para canalizar el aire que debe refrigerar los componentes mecánicos. En el interior domina el minimalismo y todo está orientado a disfrutar de la conducción, por eso encontramos pocos botones en la consola central, los imprescindibles, y un pequeño cuatro de instrumentos digital con la información clave. Es un habitáculo que recuerda mucho al de un coche de competición, espartano y con acabados funcionales, pues, de nuevo, el peso manda. En la primera toma de contacto nos sorprendió lo rápido que uno se adapta a él y lo fácil que resulta su conducción, incluso a un ritmo endiabladamente veloz. La agilidad es sobresaliente, gracias entre otras cosas a ese bajo peso al que hacíamos antes referencia, a un perfecto reparto del mismo entre los ejes (40% delante/60% detrás) y a un centro de gravedad muy bajo. La dirección es mecánica y carece de asistencia, a pesar de lo cual en marcha se maneja sin esfuerzo. Al ser tan directa e ir unida a neumáticos de perfil muy bajo, en carretera el coche va siguiendo continuamente las ondulaciones del asfalto y no permite la más mínima distracción.Como es tradicional en Alfa, el 4C también va equipado con el sistema DNA, que permite ajustar los parámetros de la conducción en tres modos: para baja adherencia, para uso normal o para un comportamiento más dinámico. A este coche se le ha añadido una cuarta opción, denominada RACE, en la que se desconectan por completo el control de tracción y estabilidad, para dejar libertad al conductor y permitirle saborear todos los placeres de llevar el vehículo al límite sin que ningún sistema intervenga en sus decisiones Esta alternativa tuvimos ocasión de probarla en circuito y nos reafirmó en lo noble y eficaz que es el comportamiento del Alfa 4C, que entra bien en las curvas, incluidas las más cerradas, y sale deslizando de atrás de una manera progresiva y natural, que ayuda en la aceleración y se corrige bien con el volante. Los frenos redondean el excelente equilibrio de un coche rabiosamente deportivo, como lo atestiguan algunos datos básicos: su relación peso/potencia es de 3,73 kg/CV, acelera de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos, alcanza los 258 km/h y frena de 100 a 0 km/h en 35 metros.En cuanto a su coste y disponibilidad, a partir de octubre se ponen a la venta en Europa las 500 unidades de una primera serie especial denominada Launch Edition, e inmediatamente después, se iniciará la comercialización de este exclusivo modelo, del que se fabricarán 3.500 ejemplares anuales en la fábrica de Maserati, en Módena, y que tendrá un precio de 53.990 euros :)
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