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miércoles, 29 de enero de 2014

DESESPERADO POR SU PÉRDIDA DE INFLUENCIA EN LOS ASUNTOS GLOBALES: Washington impulsa al mundo hacia la guerra

Con la ola de violencia que se vive estos días en Ucrania, donde la intentona golpista de la OTAN pretende derrocar al gobierno legitimo y sustituirlo por otro que sea genuflexo a sus intereses, el mundo contempla absorto que esta agresión criminal no es sino la continuación de la vieja y desgastada política trazada por Washington durante la “Guerra Fría” que ahora - con su habitual torpeza diplomática - el renegado musulmán Barack Huseein Obama de la mano del infame lobby judío, se encargaron de resucitar. Al respecto, el añalista Paul Craig Roberts ha escrito un interesante artículo en The Washington Post que he decidido reproducirlo - traducido y entrecomillado – debido a su importancia ¿vale?: “EE.UU. ha estado en constantes guerras durante 12 años: Afganistán, Iraq, Somalia, Libia, Pakistán, Yemen, y por poco Siria (con Irán en el horizonte) Estas guerras de agresión no solo han sido costosas en términos de dinero y prestigio, sino sobretodo en miles de civiles asesinados indiscriminadamente por las bombas y misiles lanzados por los estadounidenses “en nombre de la libertad”. Lo que es peor, estas intervenciones militares han servido para beneficiar no solamente oscuros intereses del poderoso complejo militar/ industrial, sino sobretodo a Israel, mediante la “eliminación” de obstáculos para su ilegal anexión de toda Cisjordania y el sur de Líbano, que viola todo el derecho internacional. Aun cuando estas guerras han sido tan costosas como destructivas, están muy por debajo del nivel de una conflagración mundial, ya que sus oponentes de turno carecían de armas nucleares. Sin embargo, un conflicto que si sería fatal para la humanidad es el que Washington está impulsando contra Rusia y China, a través de la OTAN y sus estados títeres asiáticos como Japón y Corea del Sur. Existen una serie de factores que contribuyen al interés de Washington para desencadenar una guerra de ese tipo - que por el uso de armas de destrucción masiva seria el Apocalipsis - como la perdida de su influencia en los asuntos globales; el ascenso de Rusia como una superpotencia capaz de hacerle frente en todos los frentes; su rotundo fracaso en al planificada invasión de Siria para utilizarla como base para su soñada invasión de Irán; pero la principal es la denominada doctrina del excepcionalismo norteamericano. Desde 1945, Estados Unidos cree que “ha sido elegido por la historia para establecer la hegemonía del capitalismo a nivel mundial”.La primacía de este objetivo hace que Washington crea que pueda hacer lo que le de la gana, ya que se considera estar “por encima de toda ley, sea propia e internacional” invadiendo países sin justificación alguna y asesinando a miles de inocentes con armas de destrucción masiva (como sucedió en Japón, Alemania, Vietnam o Irak) y que a pesar de ello, no rinda cuentas de estos abominables crímenes ante la justicia. Tampoco se ha responsabilizado a nadie en la administración norteamericana por las miles de torturas aplicadas a quienes consideran sus enemigos, un crimen prohibido tanto por las leyes de EE.UU. y los Convenios de Ginebra. Ni nadie ha sido responsabilizado por las numerosas violaciones de los derechos constitucionales (espionaje sin orden judicial, allanamientos, violaciones de habeas corpus, asesinato de los ciudadanos sin el debido proceso judicial, negación de una asistencia legal, las convicciones con pruebas secretas, etc) La lista es larga. Muchos llegan a preguntarse por ello y con justificada razón: ¿Porque EE.UU. goza de tanta impunidad por sus delitos y no es castigado como debiera? ¿Porque Israel no es borrado de la faz de la Tierra por ser un peligro para la humanidad?. Con la excepción de algunos grupos de derechos constitucionales y voces independientes de Internet, el pueblo estadounidense, ha aceptado los crímenes y la corrupción de su gobierno y el poderoso lobby judío que lo rodea, con escasas protestas. La ausencia de la denuncia moral envalentona a Washington que ahora está presionando fuertemente a Rusia y China, ya que se interponen en su camino a la hegemonía mundial. EE:UU. ha estado trabajando en contra de Rusia durante 23 años, desde el colapso de la Unión Soviética en 1991. En violación al acuerdo Reagan-Gorbachov, Washington amplió la OTAN en Europa del Este y los países bálticos estableciendo bases militares en la frontera con Rusia. La Casa Blanca también está tratando de ampliar la OTAN en antiguas partes constituyentes de la propia Rusia, como Georgia, Armenia y últimamente Ucrania, donde un intento golpista de la OTAN esta en marcha. La única razón de Washington para establecer bases militares y de misiles en las fronteras de Rusia es contrarrestar la capacidad de Moscú para resistir la hegemonía de Washington, que a pesar de estar en decadencia - cual bestia herida - se resiste a morir. Rusia no ha hecho gestos amenazantes hacia sus vecinos, y con la única excepción de su respuesta militar a la invasión de Osetia del Sur por Georgia (que recibió un duro castigo por parte de Moscú) había sido muy pasiva frente a las provocaciones de Estados Unidos. Sin embargo, esto está cambiando ahora. Frente a la amenaza a la paz mundial que representan tanto los EE. UU, y sus lacayos de la OTAN, Rusia ha hecho saber que esta lista a responder el golpe. Así, en su discurso presidencial ante la Duma, Vladimir Putin habló sobre la amenaza que EE.UU. representa para Rusia: “Washington llama a su sistema de misiles anti-balísticos como un arma defensiva, pero en realidad es una parte significativa del potencial de ofensiva estratégica diseñado para inclinar la balanza del poder a su favor. Que nadie se haga ilusiones de que puedan lograr una superioridad militar sobre Rusia. Nunca vamos a permitirlo” aseveró y lo demostró, deteniendo a ultimo minuto la criminal agresión de la OTAN contra Siria, dando a entender quien manda ahora en el mundo, para rabia de la Casa Blanca luego del ridículo mundial en el que quedo. Es por ello que a pesar de su declive, Washington insiste en provocar a los rusos para desatar una guerra mundial. Si alguien queda para escribir la historia, Barack Hussein Obama será recordado como quien - de la mano del infame lobby judío - resucitó la “Guerra Fría” y condujeron el mundo a la catástrofe. Pero no contentos con hacer de Rusia un enemigo, el régimen de Obama también ha hecho lo mismo con China al declarar el mar de China Meridional como una "zona de interés para la seguridad de EE.UU." algo inaceptable para Pekín. Simultáneamente, Washington no escatima recursos para mantener bases navales y aéreas en las Filipinas, Corea del Sur, Vietnam, Australia y Tailandia. Además se ha alineado con los rivales de China en lo que se refiere a varias islas y zonas aéreas disputadas. La actitud militar agresiva de Washington hacia Rusia y China indica una desesperación por la perdida de su influencia, lo que habitualmente conduce a una guerra. A esto se suman sus insinuaciones sobre una amenaza potencial de que Irán obtenga armas nucleares y las afirmaciones de que “un ataque preventivo” es indispensable ahora mismo.La única esperanza para detener esta locura - si hay alguna - parece residir en los títeres europeos de Washington que se arriesgan sin ningún fin, excepto el de favorecer la hegemonía mundial de EE.UU. hoy venida a menos. Solo Alemania podría salvar al mundo de una guerra sirviendo, a la vez, a sus propios intereses. Lo único que deben hacer es abandonar la UE y la OTAN. La alianza se desplomaría y su caída acabaría con la ambición hegemónica de Washington" puntualiza la nota. Venga ya ¿Frau Merkel se atrevería a ello? me pregunto. Si finalmente estalla la guerra no habría vencedores ni vencidos, porque seria el fin de la humanidad :(
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