Luego de su fracaso en Ucrania – donde luego de unas largas conversaciones entre Rusia, Alemania y Francia se ha alcanzado un Acuerdo de Paz que ha salvado por el momento a Europa de caer en la barbarie - el despreciable Criminal de Guerra Barack Hussein Obama ha redirigido su mirada asesina a Siria e Irak, donde con el pretexto de combatir al grupo terrorista ISIS (una creación de Washington pata “justificar” su presencia en la región) ha pedido autorización a su congreso para enviar tropas allí, a pesar de que había repetido en reiteradas ocasiones que entre sus planes iniciales “no existía tal posibilidad”, demostrando su hipocresía y falsedad una vez más. Para nadie es un secreto que son muy antiguos los anhelos de Washington por derrocar al gobierno del señor Bashar al Assad. Más aún: esos deseos por derrocarlo vienen desde los ya lejanos tiempos de Hafez al Assad, padre del actual mandatario, enemigo acérrimo de Israel. Digamos por ello que la hostilidad estadounidense contra el pequeño país es más que cincuentenaria. Tampoco es un secreto para nadie que esos propósitos de derrocamiento del gobierno sirio son parte de una estrategia de Estados Unidos por instaurar un gobierno títere en su lugar, ya que si bien este país no dispone de recursos petroleros como Irak, su ubicación estratégica les permitiría controlar la zona, así como facilitar la construcción del anhelado oleoducto que llevaría el petróleo iraquí directamente al Mediterráneo cruzando el territorio sirio, sin tener que transportarlo en barcos por el conflictivo Golfo Pérsico, con el considerable ahorro de dinero y menor tiempo que esto conlleva. Y tampoco es un secreto para nadie que motor fundamental de esos propósitos de agresión es la política de expansionismo territorial de Israel. Recuérdese que las alturas del Golán es un territorio sirio ocupado militarmente por los sionistas desde 1967. Pero hasta ahora, y pese a los ingentes esfuerzos invertidos en lograr la caída del régimen sirio, su demencial objetivo no ha podido ser cumplido. Es por ello que han hecho falta nuevas medidas para lograrlo. Una de ellas ha sido el lanzamiento de una agresión militar directa por cuenta de tropas mercenarias organizadas y financiadas por Estados Unidos, Arabia Saudita, Israel y Qatar, denominada eufemísticamente “ejército libre sirio” que resulto siendo un fracaso total, al haber sido pulverizados casi hasta el exterminio por el régimen de Damasco, lo que obligó a Washington en componenda con Tel Aviv y Ryad a instrumentar una nueva campaña mediante la creación de una fuerza fundamentalista y terrorista extremadamente cruel denominada ISIS (por las siglas en inglés del llamado “Estado Islámico”), belicoso y radical engendro demoníaco que con sus bestialidades ha logrado ocupar vastos territorios tanto en Irak como en la propia Siria, donde ha instaurado en régimen de terror. Las monstruosidades cometidas por esta panda de criminales originó una ola de rechazo y repulsión en el mundo, circunstancia que fue aprovechada por Washington y sus aliados para iniciar una serie de ataques aéreos que no han tenido ningún efecto, simplemente porque los terroristas ya estaban advertidos por sus amos de los lugares a ser bombardeados. Viene ahora el siguiente paso del tinglado: como los bombardeos aéreos no dieron ningún resultado, Hussein Obama se ha quitado la careta y ha solicitado al Capitolio la autorización para que Washington participe directamente con tropas terrestres “para destruir militarmente a ISIS”, cuando lo que en realidad pretende es una intervención militar directa sobre territorio sirio, dirigida no contra los terroristas que ellos mismos crearon y financiaron, sino contra el ejército y el gobierno de Bashar al Assad, su verdadero objetivo. Ante esta intentona criminal, ya el régimen de Damasco ha respondido firmemente que no permitirá el ingreso de tropas estadounidenses en su territorio porque lo consideraría un acto de guerra. Nada, sin embargo, garantiza el éxito de la nueva agresión militar por parte de Washington ya que Siria no esta sola y tiene poderosos aliados como Rusia, Irán y China, que lo no permitirán. Como sabéis, ya el señor Vladimir Putin humillo a los EE.UU. y sus lacayos de la OTAN - quienes tenían todo preparado para invadir Siria - advirtiéndoles que sus actos no quedarían sin castigo, ya que Rusia saldría inmediatamente en su defensa, lo que desbarato todos sus planes a ultimo minuto, dejándolos en el mas completo ridículo. Ahora se puede repetir la historia, más aun con lo sucedido en Ucrania donde el presidente ruso impuso sus condiciones a todas las partes en conflicto. Por lo visto Rusia se ha convertido en la garante de la paz en el mundo y si en los EE.UU. aun no lo quieren entender, sufrirán las consecuencias :)