Venga ya, esta semana nuestra atención se dirige a los EE.UU., donde un mediático personaje irreverente y multimillonario como Donald Trump aspira a convertirse en el candidato del Partido Republicano y suceder en el cargo de presidente de los EE.UU. al renegado musulmán y Criminal de Guerra Barack Hussein Obama. Trump, cuyas declaraciones han generado gran polvareda, dejando al descubierto la hipocresía de la clase política estadounidense porque dice abiertamente lo que se piensa a sotto voce en Washington y eso para mi es su única virtud. El magnate parece alimentarse de sus polémicas palabras y no oculta que le disgusta a Washington por no querer ser parte del “establishment” político: “No estoy en el grupo. No estoy ahí haciendo lo que se supone que hacen los demás. Quiero hacer lo correcto para el país, no lo que es bueno para los grupos de intereses de Washington o para los grupos de presión y los donantes”, reconoció en una entrevista. Trump, quien encabeza las preferencias entre los republicanos con el 24% de los votos, seguido muy de lejos por otros aspirantes, según una encuesta del 'Washington Post' / ABC News, se ha convertido por ese motivo en el “enfant terrible” de la política. Lo sabe y piensa sacar partido de ello. Ya lo ha advertido: si finalmente no es nominado, se lanzará como independiente a la Casa Blanca, dinamitando así las posibilidades de los republicanos de volver a ella. En efecto, desde su lujoso edificio de Manhattan, interrogado sobre si debería presentarse como candidato de un tercer partido, en caso de perder las primarias, confirmó que “mucha gente quiere que lo haga, si no consigo ganar. Tendré que ver cómo me tratan los republicanos a quienes siempre apoye con mucho dinero. Si no son justos ni agradecidos conmigo por la generosa ayuda que les brinde en reiteradas ocasiones, por supuesto, que sería un factor” reconoció el controvertido hombre de negocios, quien por lo visto no se calla nada. El éxito de su mensaje deriva de su firme posición antiinmigrante apelando al hartazgo de la población blanca a su presencia, reiterando su propuesta de construir un muro para evitar la entrada de mejicanos a territorio estadounidense. “Un muro en la frontera nos ahorraría muchísimo dinero y mayor seguridad. Tenemos que levantar un muro para evitar que sigan entrando narcotraficantes, terroristas, asesinos y violadores procedentes del otro lado de la frontera”, afirmó el magnate.¿Pero quien es Donald Trump? se pregunta uno al escuchar sus propuestas. Es un neoyorquino de 69 años, quien estudió en la Academia Militar de Nueva York y se graduó en la Escuela de Finanzas Wharton de la Universidad de Pensilvania. Es padre de cinco hijos de tres esposas diferentes, el último nació en 2006. Su apellido está ligado al éxito. Así, en los años 70 empezó a construir la marca Trump y en los 80 ya era un icono del ejecutivo ególatra y sin escrúpulos. En Nueva York existen la Trump Tower - que es el emblema de su imperio inmobiliario - los edificios Trump Parc, Trump Palace y Trump Plaza, Trump World Tower y Trump Park Avenue, según su web corporativa. Su cadena de hoteles, que tiene uno en Las Vegas, también se llama Trump y se define su estilo como “innegablemente Trump”. Nunca ha ido con medias tintas. Se ha declarado en quiebra cuatro veces (1991, 1992, 2004 y 2009), siempre por exceso de endeudamiento para sus proyectos faraónicos y si bien ya no sale de la lista Forbes, su fortuna asciende a los $us 4.100 millones y es uno de los 405 hombres más ricos del globo. Asimismo, incursionó con éxito en televisión con The Apprentice (El Aprendiz), un reality show - que se emitía por la NBC - del que fue presentador, narrador, juez y productor ejecutivo durante las tres primeras temporadas, y en el cual hizo famosa su frase “¡Estás despedido!”.Pero Trump, no contento con todo ello, quiere ir por más. Además ha sido el triunfador en el debate televisivo llevado a cabo la semana pasada en Cleveland (Ohio) donde se jactó de haber convertido la inmigración en un asunto candente en la campaña y cuya línea dura contagió al resto de candidatos. Su franqueza en este tema le ha ganado el odio de los mejicanos, pero ello lo tiene sin cuidado. Personalmente, si bien estoy en las antípodas de este excéntrico personaje, comprendo su posición sobre los inmigrantes, un agudo problema que ocurre también en Europa y cuyos gobiernos no quieren hacerle frente, permitiendo que miles de indeseables musulmanes – terroristas en potencia – lleguen al continente trayendo sus extrañas costumbres y absurdas creencias. Que no me vengan con el cuento que hay que ser “solidarios” que nadie los quiere. La solución ideal sería cerrar las fronteras y expulsar a todos aquellos que lograron establecerse y que han formado comunidades donde se predica el odio, pero lastimosamente ningún gobierno de los actuales por razones políticas lo va a hacer. Es por ese motivo que coincido únicamente en ese aspecto con Donald Trump, quien por otro lado, no oculta su intención de atacar Irán y llevarse el petróleo para su país, según unas declaraciones recogidas este lunes por Reuters, que lo desnuda de cuerpo entero y lo presenta como un típico estadounidense: prepotente, vulgar y que cree que todo puede conseguirse por el uso de la fuerza, a semejanza de ese vaquero ignorante de George W. Bush. Si bien la campaña para conseguir su nominación recién ha comenzado – y no será hasta julio del 2016 en que la convención republicana designe a su candidato a la Casa Blanca - Trump confía en ser nominado, ya que en caso contrario emulará al multimillonario Ross Perot en su aventura creando un tercer partido y enfrentar a su rival demócrata, en este caso, Hillary Clinton. Si gana, si que nos vamos a divertir :)