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miércoles, 8 de febrero de 2017

EL VATICANO: La conspiración de los lobos

Desde su llegada al trono de San Pedro, Francisco I ha resultado incómodo a la curia vaticana, profundamente conservadora y reacia a los cambios. El Papa argentino ha marcado discontinuidad con muchos privilegios de la burocracia vaticana. Han sido frecuentes sus confrontaciones, que pueden resumirse en aquel durísimo mensaje que Francisco I dirigió en diciembre del 2014, en el que exalta las enfermedades de la curia romana. Sin embargo, el ascenso del nacionalismo en Europa - que no se veía desde los años 30 - y el triunfo de Donald Trump en los Estados Unidos, han alentado a la oposición interna católica y merece un análisis minucioso. Sin duda, en el 2016 Francisco I ha estado bajo el acecho conservador. Clérigos, intelectuales y periodistas han salido a la luz pública para asediar al pontífice argentino. No hay duda de que son cilindrados por altos monseñores de la curia que no quieren perder privilegios, estatus y que de ninguna manera acatarán las reformas estructurales que el Papa tiene pendientes. Ya no hay pudor ni recato: de manera abierta y pública en periódicos, televisión y en Internet, contestan y arremeten contra la figura del Papa. Un episodio reciente ilustra la tensión que habita en Roma: Sucede que los cardenales Walter Brandmüller, Raymond Burke, Carlo Caffarra y Joachim Meisner firmaron una carta pública en la que expresaron ‘preocupación’ por las enseñanzas de Francisco I, acusado de causar confusión en asuntos claves para la doctrina católica. ¿Un Papa hereje? En el fondo cuestionan los contenidos de la última exhortación apostólica, Amoris laetitia (La alegría del amor), documento firmado por Francisco I que intenta abrir nuevos caminos para los divorciados católicos y delinear una Iglesia más tolerante en aspectos relacionados con la familia. Dicha rebelión no es novedad; en el desarrollo del sínodo sobre la familia éstos y otros cardenales cuestionaron la metodología y las conclusiones. Por otro lado, han arreciado los rumores. En los pasillos sus detractores lo llaman ‘el Papa argentino’ con un dejo de desprecio para desacreditarlo. Para remarcar una supuesta distancia cultural e ideológica entre ellos y él. También se refieren como El Papa ‘párroco de pueblo’ o el papa ‘populista’ siempre dispuesto a decir lo que sus interlocutores quieren oír. Al respecto, el vaticanista Paolo Rodari, en un artículo en el diario italiano La Repubblica, advierte: Son expresiones de los cardenales y obispos de la curia, pero que tienen detrás de ellos a grupos de poder y grupos de presión dispuestos a deshacerse de el a como de lugar ¿Tal vez mediante un asesinato como ocurrió con Juan Pablo I en 1978, quien venia con ideas reformadoras y que apareció muerto en extrañas circunstancias a los 33 días de asumir el cargo? Abundan expresiones descalificadoras como que es jesuita y hay un racismo europeísta subyacente por ser latinoamericano. Los altos prelados curiales, con desprecio, susurran: no sólo con homilías y consejos caseros se puede gobernar la Iglesia. Los sectores conservadores quieren que Francisco I reine pero no gobierne la Iglesia. Y no es que el Papa haya hecho grandes transformaciones. Los cambios que ha promovido son de actitud, más que de doctrina y dogmas. Pero también ha sufrido sabotajes y deslealtades. La filtración de un borrador final de su encíclica Laudato si, que alertó al lobby petrolero; la publicación de documentos financieros reservados que desencadenó en el llamado Vatileaks II, y rumores sobre su salud y un supuesto tumor cerebral. Públicamente es cada vez más evidente que los cambios que Francisco I promueve crean tensiones y resistencias en los más altos niveles de la estructura de la curia y desconcierto entre los fieles. El periódico italiano Corriere della Sera ,en un reportaje, dio porcentajes sobre el alcance del consentimiento-disidencia entre la curia en torno a Francisco I : Un 20 por ciento aprueban su estilo, sus propuestas y son sus partidarios; Un 70 por ciento, denominada la mayoría silenciosa e indiferente, flota y espera simplemente otro pontífice, y un 10 por ciento, es el núcleo duro de los opositores; sin embargo, el tamaño de este último es engañoso, porque está constituido por prelados del más alto rango. La oposición ha pasado de los rumores de pasillos a la presión mediática y de la amenaza a la rebelión. Por ejemplo, el cardenal esloveno Franc Rodé declaró a la prensa que “Francisco I es excesivamente de izquierdas… Bergoglio es latinoamericano y esta gente habla mucho, pero resuelve pocos problemas”; Rodé fue funcionario de la curia de la era Wojtyla hasta enero de 2011 y uno de los principales protectores de Marcial Maciel. Otras voces críticas se expresan con una dureza poco habitual. “Es una situación paradójica porque fuera de la Iglesia católica el papa Francisco I gana popularidad, pero está alimentada artificialmente por los medios de comunicación. Dentro de la Iglesia, sin embargo, están creciendo las críticas internas y el rechazo que genera sus enseñanzas.. Creo que desde la época del Concilio hasta hoy no ha habido un Papa que haya tenido un nivel de crítica tan amplio como con el actual papa”, dijo Roberto de Mattei, uno de los intelectuales romanos que hizo público desde el principio su disgusto con Francisco I, una actitud que le costó su expulsión de Radio Vaticano en el 2014. Y continúa: “Estamos en una situación en la que los obispos atacan a los obispos, los sacerdotes atacan a los sacerdotes. Bergoglio incluso pone en duda los 10 mandamientos. No podemos admitirlo porque si la moral tolera excepciones, se derrumba. La ley moral o es absoluta o no lo es, sobre todo en temas tan serios como aborto, eutanasia, etcétera. Vivimos tiempos muy confusos en la Iglesia y se va a producir una explosión en el cristianismo. En Roma el ambiente es más intenso que en otros lugares y resulta muy evidente la ebullición. Es cuestión de tiempo. No creo que debamos declararnos en desobediencia, pero si queremos evitar una guerra civil religiosa hay que corregir fraternalmente al papa … o deshacernos de el ”, pronosticó con total franqueza. A estas fricciones, se suma lo sucedido el pasado 25 de enero con la Orden de Malta, donde debido a varios desafíos a la autoridad pontificia, forzó a renunciar al cargo al Gran Maestre Matthew Festing. La subsecuente disputa, durante la cual se produjo un real enfrentamiento entre el Vaticano y la jefatura de la Orden, se saldó con la virtual destitución del cabeza de la institución, y el nombramiento como interventor de un poderoso legado pontificio, quien procederá a la “renovación espiritual” de la Orden, Recordemos que la Orden de Malta fue creada en 1048 en Jerusalén, por los cruzados que por entonces gobernaban la ciudad, y reconocida un siglo más tarde por una bula papaI. El nombre es una síntesis del original: Orden soberana militar hospitalaria de San Juan de Jerusalén, Rodas y Malta. Esta institución casi milenaria es uno de los pilares de la acción humanitaria y caritativa en el mundo y como tal tiene un estatus de observador en la ONU. Y, pese a no contar con ninguna jurisdicción territorial mantiene relaciones diplomáticas con más de un centenar de países, Cuenta con 135.000 miembros, un tercio son mujeres. Aunque su estatuto es soberano, está consagrada al Papa que cuenta con un delegado ante ella. La destitución del Gran Maestre podría haber sido visto como una simple querella palaciega, pero es en realidad es una manifestación muy significativa de las resistencias profundas que generan los cambios que pretende hacer Bergoglio en la Curia, quienes no han ocultado su desagrado por dicha medida. Llama la atención un hecho sin precedentes ocurrido el último sábado en Roma, donde sus calles fueron cubiertas con centenares de carteles, en los que sus autores acusaban al papa de tirano por una serie de medidas eclesiásticas que ha venido adoptando en los últimos meses, informa Associated Press. "Francisco, has intervenido Congregaciones, retirado sacerdotes, decapitado a la Orden de Malta y a los franciscanos de la Inmaculada, ignorado cardenales, ¿dónde está tu misericordia?", decían los afiches, que iban acompañados de una foto del Sumo Pontífice, y cuyos autores se desconocen, aunque hay sobrados motivos para pensar de que se tratan de aquellos sectores que están molestos con las reformas y la línea adoptada por Francisco I .No cabe duda que la conspiración en contra de Bargoglio esta en marcha ¿Volverán a salirse con la suya? :(
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