TV EN VIVO

miércoles, 16 de diciembre de 2020

SAHARA OCCIDENTAL: Una traición consumada

Como era de esperar, Marruecos se ha convertido en la última nación árabe en declarar la "normalización histórica" de lazos con el ocupante sionista de Palestina, en deferencia a un "visionario" plan de paz por parte de Donald Trump para el Medio Oriente. En efecto, en unas pocas semanas, es probable que Trump sea finalmente desalojado de la Casa Blanca a medida que sus tenues desafíos legales a las elecciones presidenciales se desvanezcan y tambaleen. Pero para nadie es un secreto que con la mirada puesta en dejar algún tipo de "legado", Trump quiere pasar a la historia como “el gran negociador de paz” en el Medio Oriente, a pesar de que paradójicamente sus demenciales acciones pueden conducir a la guerra. Por ello, los últimos meses han sido testigos de sus frenéticos esfuerzos - con presiones incluidas - para que las naciones árabes normalicen los lazos con los sionistas, sin importarle en absoluto los derechos de los palestinos, victimas de un genocidio permanente por parte de esos asesinos ante el silencio y la hipocresía de Occidente que avalan esa tragedia que no parece tener fin. Es así como Marruecos se convirtió en la cuarta nación en hacerlo, siguiendo los pasos de Emiratos Árabes Unidos, Sudán y Bahréin. (Egipto y Jordania ya lo habían hecho en 1979 y 1994). Sin embargo, la mayoría de las 22 naciones de la Liga Árabe todavía se niegan a tener relaciones con el ocupante sionista, debido a su apoyo de larga data a los inalienables derechos de los palestinos. Al respecto, el judío Jared Kushner, yerno de Trump y asesor principal - quien estaría detrás de estos acuerdos - declaró que el reconocimiento por parte de Marruecos “fue otro paso histórico hacia la solución del conflicto árabe-israelí de décadas de antigüedad sobre Palestina”. El problema es que esa “visión de paz” de Trump viene con una gran cantidad de falsedades, amenazas, sobornos y que al final solo sembrara mas tensiones en una región ya de por si ingobernable. Y es que el reconocimiento por parte de Marruecos del ocupante sionista de Palestina tiene un precio. La administración Trump decidió otorgar su reconocimiento a los reclamos territoriales de Marruecos sobre el Sahara Occidental. El área está disputada por un grupo separatista, el Frente Polisario, quien ha declarado la independencia de la República Árabe Saharaui Democrática, que perteneció a España hasta 1975, donde Marruecos - aprovechando el debilitado estado de salud del Generalísimo Francisco Franco y la virtual parálisis de su gobierno - invadió y anexo el territorio del Sahara Occidental, a pesar de la condena internacional. Hace solo un mes, el grupo separatista anunció el fin de un alto el fuego de 29 años con Marruecos. Es por ese motivo, que el aparente “plan de paz” formulado por la administración Trump estaría incitando en realidad al estallido de una guerra en la región del Magreb que podría involucrar a países vecinos como Mauritania y Argelia, ambos aliados del Frente Polisario del Sahara Occidental y enemigos acérrimos de los sionistas. De esta manera, la sucia maniobra de Trump no tiene nada que ver con la defensa de los principios del derecho internacional y los derechos nacionales, sino más bien con una sucia conveniencia buscando romper el aislamiento de los sionistas en la región. Al igual que en su vida anterior como magnate inmobiliario de Nueva York, se trata de engrasar las manos y doblar las reglas para salir victorioso. Como sabéis, de una forma genuflexa, Trump ha adulado repetidamente a los sionistas, despreciando el consenso internacional cuando declaró ilegalmente a Jerusalén como la capital del estado judío en total desdén por los derechos históricos palestinos. En repudio al derecho internacional, su administración ha reconocido asimismo los territorios ocupados por los sionistas como “propiedad legal” aunque de ello no tiene nada. También ha declarado que los Altos del Golán arrebatados a Siria “están bajo su soberanía”. Trump ha estado asimismo redibujando los mapas de Medio Oriente como en la época colonialista para favorecer a los criminales sionistas ante el vergonzoso silencio de otros estados occidentales. Comparemos por ejemplo el alboroto que se origino en esos mismos países cuando Crimea se reunifico con Rusia luego de un referéndum celebrado en el 2014, del cual por cierto formo parte hasta 1954 cuando el dictador comunista soviético de origen ucraniano, Nikita Krushev, lo “regalo” abusiva e irresponsablemente a Ucrania, al cual jamás había pertenecido. Desde entonces, las sanciones y recriminaciones han sido implacables con Moscú, afirmando que se trato de una "anexión" rusa, pero a su vez, el despojo de sus tierras y perdida de todos sus derechos legales tanto de los palestinos como de los saharauis por parte de Trump es de alguna manera aceptable, porque se realiza en nombre de la "paz"... Menuda hipocresía. Es esencial tener en cuenta que a los palestinos no les sorprende los planes de Trump ya que simplemente está formalizando la ocupación ilegal de su tierra natal por parte de los sionistas. Por su parte, los estados árabes que han cedido las órdenes de Trump afirman que han obtenido “compromisos” de los ocupantes de Palestina “para desistir de una mayor anexión”. Los palestinos no se tragan el cuento y lo ven como lo que es: una traición despreciable a su justa causa por recuperar sus tierras robadas por el enemigo sionista. No deja de llamar la atención de que un “acuerdo de paz” tan disparatado como ese, se haya basado en el soborno para forzar su aceptación. A los corruptos gobernantes monárquicos de los Emiratos Árabes Unidos se les concedió rápidamente permiso para comprar el avión de combate furtivo F-35 fabricado en los EE.UU., que había estado fuera del alcance de cualquier nación que no fuera el sionista y los miembros de la OTAN. Asimismo, semanas antes de que Sudán hiciera su movimiento "histórico" para reconocer a los ocupantes de Palestina, la administración Trump anunció que estaba sacando al país de su lista negra de Estados terroristas, poniendo así fin a décadas de sanciones estadounidenses contra Jartum. Queda por ver qué obtiene el pequeño estado-isla del Golfo, Bahrein, por su "venta" de los derechos palestinos. Lo más probable es que sea un globo de ensayo para el premio más grande de su patrocinador, Arabia Saudita, que aun no se embarca en el ridículo “acuerdo de paz” de Trump. Se sabe que lo que quiere la Casa de Saud es sin duda un mayor compromiso estadounidense en el cerco hostil de su Némesis, Irán. Por lo tanto y con una amarga ironía, la posible “normalización” de las relaciones del reino saudita con los sionistas le dará a Trump la apariencia de “un gran pacificador en el Medio Oriente”, mientras que en realidad ese resultado conduciría a una confrontación cada vez más peligrosa contra Irán, teniendo a los sionistas y saudíes alineándose abiertamente en un frente liderado por Washington contra su mayor enemigo en la región - quien ha destruido todo sus infames planes de dominación en Siria e Irak tras exterminar con el apoyo de Rusia, a esa bestia sionista de ISIS - y con cual cree tener cuentas pendientes desde la Revolución Islámica de 1979, que expulso de una forma humillante a los estadounidenses de Irán. Qué apropiado sería por ello un desenlace para esa farsa implementada por Trump en Medio Oriente basada como está en el soborno, el engaño y el autoengrandecimiento imprudente - que solo condenará a los palestinos y saharahuis a sufrir hambre, penuria y violaciones constantes de sus derechos humanos “en nombre de la paz” - quede desbaratada por la realidad una vez mas :)
Creative Commons License
Esta obra está bajo una Licencia de Creative Commons.