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miércoles, 16 de agosto de 2023

METROID PRIME REMASTERED: Nostalgias del pasado

Estas últimas semanas me he sentido como si viajara al pasado. Más exactamente a la época de GameCube, algo que se ha debido a juegos como Tales of Symphonia Remastered o la demo de Resident Evil 4 Remake, ya que he podido volver a disfrutar de dos de los títulos que más me impactaron en esta consola de Nintendo. Sin duda ambos forman parte de mi trío de títulos preferidos que fueron lanzados en esta máquina, pero tengo claro que el que ocupa la primera posición es Metroid Prime Remastered, lanzada originalmente en el 2002 y que vuelve este año para Nintendo Switch. Gracias a estas remasterizaciones o remakes he podido revivir viejos tiempos, de ahí que yo sea siempre de los que se muestra a favor de que las compañías se animen a desarrollar nuevas versiones de juegos antiguos. Más que nada porque es la forma perfecta de hacerse con grandes obras que triunfaron hace muchos años y que hoy en día no resulta tan sencillo adquirirlas o jugar a ellas. Eso sí, no quiere decir que los resultados siempre sean brillantes, de ahí que uno de mis mayores miedos era el de si Metroid Prime Remastered me iba a enamorar tanto como cuando lo jugué en 2002. Por suerte solo me hizo falta jugar unos pocos minutos para darme cuenta de que sigue siendo el mismo Metroid tan sobresaliente que me encantó hace 20 años y que ahora ha vuelto a la vida por la puerta grande. Antes de nada, hay que reconocer la valentía que tuvo Retro Studios en su momento al desarrollar el Metroid Prime original, porque este fue la primera vez que la saga dejaba su jugabilidad en 2D para dar el salto a una propuesta en primera persona y en 3D en la que veíamos todo con los ojos de Samus Aran. Sin duda fue un cambio brutal para la saga que le sentó de maravilla, hasta el punto de que a día de hoy sigue siendo considerada una de las mejores entregas de la franquicia. Nuestra intrépida cazarrecompensas viaja en esta ocasión al planeta Tallon IV, donde debe hacer frente a los piratas espaciales y de paso eliminar los experimentos biológicos que están llevando a cabo. Por el camino le tocará hacer frente a innumerable cantidad de enemigos, jefes finales y también deberá obtener nuevos componentes para su equipo para ganar nuevas habilidades, lo que viene a ser una de las características principales de la serie. Gracias a la recuperación de estas partes de su armadura le servirá para abrirse paso por las distintas zonas del planeta, con sus propios biomas y desafíos. Esto nos deja con una aventura en la que la acción está garantizada desde el primer minuto, con toques de plataformas y puzles para resolver para que no todo sea combatir y avanzar. Es más, muchos de estos puzles servirán para obtener más mejoras en forma de misiles adicionales o tanques de energía para que Samus se vuelva más resistente a los impactos. Si sois de los que habéis jugado a cualquier Metroid no os encontraréis ninguna sorpresa en este sentido. Aun así, más allá de todo eso, sus escenarios son fascinantes, con cientos de salas y zonas laberínticas para recorrer y por las que habrá que ir viajando constantemente de un lado a otro, ya que también habrá que dar con una serie de artefactos indispensables para poder llegar al final del juego y que en este caso están escondidos a conciencia por todas partes. La ambientación es una pasada, con cientos de puntos para escanear para así conocer más detalles sobre los enemigos, la flora del planeta, los planes de los piratas espaciales o también sobre la historia de los Chozo que vivían ahí antiguamente. Al final todo ello suma para que la historia gane más puntos todavía y se vuelva más interesante a medida que van pasando las horas, con un ritmo bestial que logra que el tiempo se pase volando mientras estás a los mandos. No hay que olvidar que en esta versión estamos frente a una remasterización, lo que de primeras ya anticipa que tenemos ante nosotros una clara mejora en la calidad gráfica, pero no una en la que simplemente se han retocado algunos detalles y poco más. Los cambios que se han aplicado son tan alucinantes que en algunos momentos da la impresión de que parece que estamos ante un remake. Para empezar, la armadura de Samus se ve más brillante todavía, con unos efectos en los disparos que lucen mejor que nunca al cargarlos y al disparar. En este sentido, la iluminación es ahora más impresionante, logrando que de paso todos los entornos estén más repletos de detalles en la vegetación, con un agua más realista todavía, a lo que se suma una mayor resolución y nitidez en todo lo que se ve en pantalla. Los enemigos no se han quedado atrás en absoluto, sobre todo los jefes finales para que los enfrentamientos contra ellos sean más impactantes. Además, la ambientación en general es apoteósica, pudiendo afirmar sin ninguna duda que estamos ante uno de los mejores videojuegos de Nintendo Switch a nivel visual, algo que ya es digno de admirar porque en su momento Retro Studios ya realizó un trabajo asombroso y ahora se ha superado más todavía esta calidad. Por otra parte, hay otros detalles menores dignos de ser mencionados, como cuando el agua golpea el visor de Samus y las gotas se deslizan por él, pero también hay que destacar que los tiempos de carga se han reducido una barbaridad y ahora cualquier puerta se abre al instante en cuanto la tocas. Y ahí no queda todo, porque ahora toda la acción transcurre a 60 fps constantes, sin reducirse ni un solo ápice, sin importar si juegas en modo portátil o desde la tele. Es más, no importa el formato que escojáis porque tanto en la tele como en la pequeña pantalla de Nintendo Switch se ve de fábula para así poder jugar en cualquier parte. En cuanto a su apartado sonoro sigue siendo soberbio por todos los sonidos que se escuchan y una banda sonora que nos acompaña a la perfección en cualquiera de las zonas del planeta. Solo por los cambios que se han aplicado en su apartado gráfico y en su rendimiento es indiscutible que ya merece la pena jugar a Metroid Prime Remastered, pero también hay que señalar que hay presentes más novedades y muy necesarias, porque la jugabilidad cuenta ahora con cuatro modalidades diferentes: Clásico. Utiliza los mismos controles que en la versión original de GameCube; Palanca dual. Utiliza ambos sticks de los Joy-Con para moverse y apuntar; Puntero. Utiliza el control por movimiento para apuntar y mover la cámara; Híbrido. Combina el control clásico con el control por movimiento para apuntar. Desde luego me parece una idea espléndida el ofrecer tantas opciones tan diferentes para que así cada uno escoja la que mejor se adapte a su estilo de juego. Personalmente yo he preferido la de utilizar los dos sticks de control al ser la más habitual a día de hoy en cualquier videojuego de este tipo, algo que le sienta a la perfección, lo que no quita que podáis jugar sin problemas con cualquiera de las otras modalidades. Si sois de los que os queréis centrar en la historia y en pasaros el juego es posible que la partida os pueda llegar a durar unas 10-12 horas más o menos. Aun así, lo suyo es intentar ir a por el 100%, lo que puede que duplique o triplique las horas que dure dependiendo de vuestra capacidad de exploración. A que es una gozada volver a jugarlo.
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