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miércoles, 14 de diciembre de 2016

ISIS: El ocaso de la Bestia

Es innegable para todos - salvo para aquellos que se niegan a ver la realidad - que los días ‘gloriosos’ del ilusorio califato que quiso imponer su ‘autoridad’ a sangre y fuego en territorios de Siria e Irak son cosa del pasado y que ahora gracias a los bombardeos quirúrgicos de la aviación rusa y el avance del ejercito sirio, por un lado y los ataques del las fuerzas iraquíes y el apoyo invalorable de Irán por el otro, los criminales sionistas de ISIS (aquella banda terrorista creada por los EE.UU. y financiada por Qatar y Arabia Saudita con el objetivo de desatar el terror en el Medio Oriente para ‘justificar’ el intervencionismo estadounidense en esa estratégica región) quienes luchaban desesperadamente por su supervivencia entre las ruinas de Aleppo porque sabían que el castigo será implacable ya que no habría piedad para ellos, han sido finalmente derrotados y la ciudad, liberada.. El hecho que hayan logrado ‘retomar’ Palmira, es solo un coletazo de ahogado ya que su destino esta marcado en sangre. La ‘preocupación’ de sus financistas - léase EE.UU. y los países del Golfo Pérsico - a llegado a tal punto que han decidido acudir en su ‘socorro’ para evitar su inminente desastre, pero todo ya esta perdido para los terroristas, a quienes solo les queda rendirse incondicionalmente o ser exterminados por completo (en el caso de Mosul, su final también es inminente). Ahora, el proyecto del ilusorio “califato” está acercándose a su desaparición definitiva, mientras la mayoría de sus fuerzas rivales están avanzando en el terreno, reduciendo su territorio y cortando sus últimas líneas de suministro. Como sabéis, en el apogeo de su expansión a mediados del 2014, el territorio controlado por ISIS comprendía grandes extensiones de territorio sirio e iraquí, que iban desde Mosul – llegando incluso a las afueras de Bagdad – en el este, a Raqqa y la frontera sirio-turca en el oeste. La caída de Palmira en mayo de 2015 representó su última gran conquista, amenazando con avanzar aún más, hacia las principales ciudades de Siria. Los avances imparables de ISIS en ese tiempo envalentonaron a Abu Bakr al-Baghdadi - un conocido agente del Mossad israelí - a reclamar “Constantinopla (Estambul) y Roma” como los objetivos finales de su desquiciada y demencial empresa de conquista. Curioso por decir lo menos, que no hayan dicho una palabra acerca de reconquistar La Meca, Medina y Jerusalén, considerados los lugares más sagrados del Islam actualmente ocupados por los saudíes y los sionistas respectivamente, pero ello demuestra de que lado están y a quienes sirven en realidad. Al-Baghdadi y sus seguidores construyeron un remedo de "proto-Estado", estableciendo instituciones administrativas y de gobernanza y gestionando un lucrativo negocio de tráfico de petróleo a través de la frontera sirio-turca, que sin duda tenía el consentimiento del régimen de Ankara en ese momento. Durante los primeros meses de ‘campaña’ de la Coalición liderada por Estados Unidos, los avances de ISIS continuaron - especialmente en Siria - ya que su verdadero objetivo no era derrotar sino más bien apoyar a ISIS (es decir, demarcarle una zona de operaciones al grupo terrorista, para que pudiese seguir desestabilizando al gobierno sirio), ayudar a crear una entidad autónoma kurda y sentar las bases para una partición de Siria. Pero con la sorpresiva intervención rusa en septiembre del 2015 se acabaron todos sus planes. Y es que a diferencia de la ‘intervención’ liderada por Estados Unidos, el esfuerzo de Moscú comenzó bajo los principios del derecho internacional, a petición y en coordinación con el gobierno sirio. Los ataques aéreos rusos demostraron ser altamente eficaces y dirigidos no sólo a objetivos militares, sino también la infraestructura económica del ilusorio “califato”; en particular, su aparato de contrabando de petróleo. Luego de un par de meses, el Ejército Sirio y sus aliados, respaldados por el apoyo aéreo de Rusia, se anotaron una gran victoria, al poner fin a los dos años de asedio de la base aérea de Kuweires en Aleppo en octubre del 2015, y la liberación de la antigua ciudad de Palmira en de marzo de 2016. Al mismo tiempo, las fuerzas iraquíes avanzaron en ciudades importantes como Ramadi y Faluya - con el apoyo de Irán - y ahora han puesto sus ojos en Mosul, donde está el trofeo final. Ahora, con la intervención liderada por Turquía en el norte de Siria desde finales de agosto de 2016, ISIS quedó completamente separado del mundo exterior, ya que no comparte fronteras con Turquía, Jordania o cualquier otro país. En efecto, se ha convertido en un “gran bolsón” dentro de Siria e Irak, que sólo tenía a Aleppo y Mosul como las únicas ciudades importantes bajo su control y sin líneas de suministro. En el acercamiento turco-ruso se encuentra la razón de este desarrollo geopolítico que ha sellado el destino de ISIS. El giro de Erdogan se originó antes del intento de golpe patrocinado por los Estados Unidos en julio del 2016 para derrocarlo y reemplazarlo por un títere colaboracionista como Fethullah Gülen, precisamente debido a su paulatino entendimiento con Rusia, que ponía en riesgo sus intereses en la región. Erdogan se dio cuenta que su delirio “neo-otomano” de apoderarse del Medio Oriente luego de la “primavera árabe” se vino abajo y que la ruptura de las relaciones con Rusia - uno de sus mayores socios comerciales y contrapeso de Estados Unidos en la región - era perjudicial para los intereses de Turquía a largo plazo. Al mismo tiempo, Ankara estaba preocupada por el apoyo de Washington a una “entidad kurda” independiente en el norte de Siria, que inevitablemente tendría un efecto en el interior de Turquía (siguiendo los diseños del llamado “Nuevo Medio Oriente” dominado por los EE.UU.). Está más o menos claro que ISIS ha dejado de estar bajo el patrocinio de Ankara desde hace varios meses – como lo constatan la serie de atentados terroristas dentro de Turquía – por lo que su intervención es de hecho el último golpe al proyecto del "califato". Pero las fuerzas de ISIS no son las únicas en problemas en este momento. Dado que la mayor parte de las milicias terroristas que operan en Siria son fuerzas títeres de Turquía, y su traslado y despliegue en el norte de Siria con el fin de crear una “zona de amortiguación” en contra de ISIS y los kurdos respaldados por los Estados Unidos, la capacidad de los terroristas para desafiar al ejército sirio en el interior del país se verá seriamente disminuida. Sus actuales incursiones en Palmira - para tratar de detener el avance de las tropas sirias en Aleppo - o el norte de Hama probablemente sean sus últimos intentos antes de su derrota definitiva. Con la liberación de Aleppo este martes, el escenario se ve muy prometedor para las fuerzas armadas sirias y sus aliados, aunque el camino no será fácil ya que aun queda territorio que rescatar de las garras de ese grupo asesino, que sin lugar a dudas se ha visto favorecido por el reciente anuncio del Criminal de Guerra y musulmán encubierto Barack Hussein Obama (a quien con justa razón consideran su Califa) de levantar la prohibición de la entrega de armas y suministros a ISIS para alargar su agonía. Al final, mas temprano que tarde, serán completamente derrotados y solo les tocara huir a Europa como ‘refugiados’ bajo la protección de Ángela Merkel para cometer sangrientos atentados terroristas como los ocurridos en Paris y Bruselas … y todavía hay imbéciles (perdónenme la palabra) que los apoyan. Afortunadamente el negro maldito de Obama ya se va y a partir del 20 de enero, el señor Trump junto al señor Putin darán cuenta de ISIS. Allí se van a enterar :)
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