En el marco de la cumbre del G20 realizado el pasado fin de semana en Hamburgo (Alemania) se dio por fin el esperado encuentro entre los líderes más poderosos del planeta - Donald Trump y Vladimir Putin - algo que en otras circunstancias seria bienvenido, pero poderosas fuerzas oscuras que controlan el aparato militar-industrial estadounidense y sus organismos de seguridad, que son el poder detrás del poder, trataran de impedir que cualquier tipo de cooperación se lleve a cabo entre ambos, porque va en contra de sus intereses. Es el llamado Estado Profundo (‘The Deep State’) una élite oculta del poder integrado por un conjunto de corporaciones que nadie ha elegido nunca para esta función. Independiente de la Casa Blanca e incluso capaz de imponer su voluntad al ejecutivo, ‘The Deep State’ no figura en la constitución y opera por encima y por detrás del gobierno democrático. Es por ese motivo que, al margen de la simpatía que Trump pudiera tener por el líder ruso, quien realmente manda en los EE.UU. no es el presidente. Y siempre ha sido así, por lo que cualquier acuerdo que se llegue a alcanzar como producto de esta encuentro, será muy difícil que sea puesto en práctica. Como sabéis, el tan esperado encuentro entre Trump y Putin se produjo casi siete meses después de que el primero llegase a la Casa Blanca. Durante ese período, los grandes medios de comunicación estadounidenses han llevado a cabo una campaña sistemática y difamatoria acusando a Trump de ser un ‘agente’ ruso y alegando - sin prueba alguna que lo sustente - que Putin ordenó una operación de interferencia en las elecciones del año pasado en Estados Unidos para beneficiarlo. A pesar de que el mismo Trump ha desestimado las acusaciones como "noticias falsas", y Moscú ha rechazado sistemáticamente las acusaciones como una campaña de rusofobia sin fundamento, esta continúa a todo nivel. Teniendo como fondo esta propaganda anti rusa, Trump se reunió con Putin en un encuentro de dos horas (de los 30 minutos que estaba inicialmente programado). Según se supo, intercambiaron sus puntos de vista divergentes sobre Siria, Ucrania y Corea del Norte, entre otros temas de interés. Trump planteó además la cuestión de la presunta ‘intromisión’ de Rusia en las elecciones estadounidenses, y Putin respondió en detalle para asegurar a su contraparte estadounidense que era una farsa fabricada en la que Rusia no tenía nada que ver con ella. Sólo días antes del encuentro, los medios de prensa estadounidenses exigieron a Trump ‘enfrentarse’ a Putin de una manera agresiva. The Washington Post, una de las principales voces de esa campaña contra Rusia, exhortó a Trump a criticar a Putin por su "intromisión en las elecciones estadounidenses" como si fuera un hecho comprobado, porque aparte de las absurdas acusaciones, no hay absolutamente nada que lo sustente. También instó al presidente a notificar a Putin que Rusia debía ‘acceder’ al cambio de régimen en Siria, cuando esa decisión compete únicamente a los sirios y a nadie más. Washington no tiene ninguna autoridad moral para exigir nada luego de haber financiado a grupos terroristas como Al Qaeda, Al Nusra y el hoy desfalleciente ISIS, para pretender ahora dar lecciones de democracia. Pero Trump - para rabia del establishment - no permitió que la rusofobia de los medios de comunicación estadounidenses influyera en su entrevista con Putin. Por el contrario, fue cordial, respetuoso y abierto para escuchar el punto de vista ruso en una amplia gama de cuestiones. Tanto es así que ambos líderes acordaron trabajar juntos en el futuro.La pregunta ahora es: ¿qué es lo que sigue? Trump y Putin evidentemente han tenido un buen comienzo a pesar de la agresiva campaña anti rusa. Pero, ¿qué significa en la práctica la voluntad de Trump de comprometerse positivamente con Moscú? Como sabéis, ‘The Deep State’ es quien maneja realmente los hilos del poder en los EE.UU., el cual no quiere que se normalice las relaciones con Rusia y pretenda que se le siga viendo como al ‘enemigo’, rememorando épocas de la Guerra Fría, algo absurdo desde todo punto de vista por que el comunismo hace mucho tiempo que es parte de basurero de la historia. Rusia es tan capitalista como los EE.UU. y ellos lo saben.
El verdadero motivo es el resurgimiento de Rusia como una gran superpotencia bajo el gobierno de Vladimir Putin, quien ha adoptado una política independiente respecto a Occidente, algo que molesta profundamente al establishment porque va en contra de las ambiciones globales de los Estados Unidos. Es por ello que ‘The Deep State’ quería que su representante, la rusofóbica y Criminal de Guerra Hillary Clinton ganara las elecciones estadounidenses y por ello la apoyo incondicionalmente, poniendo a su servicio todos los grandes medios de comunicación, quienes iniciaron una agresiva campaña contra el republicano Donald Trump, pero su victoria alteró todos sus cálculos. A pesar de que el magnate una vez llegado a la Casa Blanca y bajo un intensa presión, tuvo que ceder a sus amenazas - bajo el riesgo de ser destituido por el Congreso o terminar siendo asesinado como Kennedy - ‘The Deep State’ no confía en el y sigue manteniéndolo en la mira. De allí las periódicas campañas en su contra en los grandes medios que tiene bajo su control. A ello puede deberse el carácter impredecible del actual inquilino de la Casa Blanca quien da la impresión de que cambia de opinión de un día para otro, por lo que uno no esta seguro que es lo que piensa en realidad. A veces parece querer proyectar una hostilidad hacia Rusia, como se ve en su opinión acerca de la guerra encubierta contra Siria y el anuncio de la renovación de las sanciones contra Moscú. Ello se hizo patente un día antes de reunirse con Putin en Alemania, cuando pronuncio un incendiario discurso en Polonia, en el cual acusó a Rusia de "querer desestabilizar a los países y socavar la civilización occidental". Era un mensaje provocador propio de la rusofobia que vemos habitualmente en la prensa estadounidense. No era un buen presagio para su inminente reunión con Putin. Parecía que iba a producirse un enfrentamiento, tal como los medios de comunicación estadounidenses habían estado deseando desde la víspera con su campaña de mentiras. Sin embargo, la reunión con el líder ruso al día siguiente fue sorprendentemente agradable. “Es un honor reunirme con usted” dijo Trump al momento de saludarlo. Y el resultado de las discusiones indica un deseo del mandatario estadounidense para trabajar juntos, aunque dado los antecedentes descritos líneas arriba, es difícil saber si se hará realidad. Y es que inmediatamente después del encuentro entre los líderes, los medios de comunicación estadounidenses en una reacción esquizofrénica, empezaron a impulsar de nuevo la campaña anti rusa. Así, por ejemplo, la exportavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, escribió una columna para la web de la CNN titulada 'Putin puso una trampa y Trump cayó en ella', en la que asegura que el presidente estadounidense "aceptó todas las aseveraciones de Putin mientras sonreía para las cámaras". Otros importantes medios estadounidenses publicaron artículos similares, con títulos como 'Putin se reúne con su retoño', del 'The New York Times', 'El encuentro del aficionado Trump con su maestro Putin amenaza la seguridad de EE.UU.', del 'USA Today' o 'Trump lleva una mano débil en su reunión con Putin', de la NBC News. Es difícil soportar esta confabulación extravagante que pasa por el periodismo. Y es asombroso que una reunión amistosa entre los líderes de las potencias nucleares no pueda ser bien recibida por aquellos que solo buscan acentuar las tensiones. Ello podría demostrar, que en el fondo de su alma, Trump está en contra de esas poderosas fuerzas dentro del establishment estadounidense que no quieren una normalización de las relaciones con Rusia, pero por lo visto, no puede lidiar con ellos. ‘The Deep State’ depende de la confrontación, la guerra y el militarismo para justificar su existencia. También quiere un mundo completamente dominado por las corporaciones estadounidenses. Por ese motivo, potencias como Rusia, China o cualquier otro país que no este dentro de su orbita, no puede ser tolerado porque va en contra de sus ambiciones para la hegemonía unipolar. Por ello buscan hostilizarlas, no descartando la guerra para conseguir sus fines. El encuentro de Trump con Putin fue a todas luces encomiable porque no sucumbió a la interesada campaña anti rusa propiciada por aquellas fuerzas oscuras que tratan de mantener su predominio mundial a toda costa, donde quien sea visto como un obstáculo, es eliminado de la manera más despiadada. John F. Kennedy fue asesinado a plena luz del día en Dallas por ‘The Deep State’ porque se atrevió a buscar una normalización y una coexistencia pacífica con Moscú. No quieren la normalización o la paz con Rusia bajo ningún concepto, porque hay demasiados intereses lucrativos creados en mantener la maquinaria de guerra como es el capitalismo americano. Este antecedente puede servir como advertencia contra Trump por parte de ellos. O se somete o lo someten. De allí puede deberse su comportamiento errático que a muchos desconcierta. El entendimiento logrado entre Trump y Putin es al menos una señal prometedora. Pero dada la estructura de poder de los Estados Unidos y su beligerancia incorregible, es dudoso que se permita a Trump ir más allá de las promesas. Si lo intenta, podemos esperar que las presiones en su contra se intensifiquen. Lo que hay que cambiar por ello es la estructura de poder estadounidense a través de una revolución democrática. Hasta que eso suceda, cualquier presidente en la Casa Blanca será simplemente un rehén de las fuerzas oscuras de ‘The Deep State’ :(