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miércoles, 23 de junio de 2021

CHINA: ¿A las puertas del colapso?

El próximo mes, el Partido Comunista de China (PCCh) celebrará 100 años desde su fundación en Shanghái en 1921, cuando realizó su primera reunión en dicha ciudad. Quien iba a imaginar por ese entonces que en menos de 30 años, aquel grupúsculo clandestino y marginal saldría victorioso de una larga y cruenta guerra civil, gobernando el inmenso país con mano de hierro desde entonces. A pesar de llegar a su centenario, algunos analistas creen que ‘sus días están contados’. Al respecto, Minxin Pei escribió recientemente un artículo de Project Syndicate diciendo por qué cree que “el gobierno del Partido Comunista en China se enfrenta a una desaparición inevitable, que sigue una trayectoria para convertirse en un estado totalitario similar a Corea del Norte que desde su fundación padece en las garras del control absoluto y un feroz culto a la personalidad a su obeso y grotesco dictador. Pei pertenece a una escuela de pensamiento sobre China conocida como los "colapsistas", que creen que el gobierno del Partido Comunista tiene los días contados. Como sabéis, el autor más famoso de esta escuela es Gordon Chang, autor del "inminente colapso de China" ... en el 2001. A pesar de que constantemente se ha demostrado que están equivocados, persisten en creer que surgirá una crisis que finalmente obligará al PCCh a su autodisolución, como sucedió en la desaparecida URSS con el PCUS, que se extinguió tras el derrocamiento de la dictadura comunista y el colapso de la Unión Soviética. Su pensamiento se deriva principalmente de la tesis del "fin de la historia" defendida por Francis Fukuyama. Esto mantiene, gracias a la arrogancia occidental como resultado de ganar la primera Guerra Fría, la creencia de que la victoria de los "valores estadounidenses" es inevitable y los estados comunistas están condenados al fracaso. Estas intuiciones son, como podeis suponer, ideológicas y absolutistas. Si bien, tenemos que reconocer que nada dura para siempre, es absurdo sugerir que el gobierno comunista en China se enfrenta a su desaparición a medida que el partido se acerca a su centésimo aniversario. Por supuesto, que el régimen no es invencible y ha enfrentado muchas crisis desde su instauración en 1949. Sin embargo, esta resistencia es, en sí misma, suficiente para señalar que el PCCh es lo suficientemente adaptable para superar todos los desafíos de la historia y ha podido abrirse camino hasta ahora. Al fin y al cabo, ¿por qué desastres como el Gran Salto Adelante o la Revolución Cultural no arruinaron al partido? Esto es lo que siempre se pasa por alto. El PCCh en su corazón no es un partido dogmático arraigado en el fanatismo ideológico, sino un partido de supervivencia arraigado en el pragmatismo y la autorreflexión. Para entender esto, uno debe profundizar en la teoría y la historia política del partido. La cultura institucional del PCCh se basa en un legado de supervivencia instintiva contra viento y marea. Durante las primeras tres décadas de su historia, existió como un grupo guerrillero que se enfrentaba a oponentes muy superiores, como el gobierno del Kuomintang (KMT) y los japoneses. Por eso la experiencia de lo que popularmente se conoce como 'la larga marcha' es importante y, como tal, un evento ampliamente conmemorado en la retórica partidaria. En plena guerra civil en1934, el KMT sitió la base del PCCh en Jiangxi, sureste de China, y forzó una agotadora retirada del grupo de casi 6.000 millas hacia el norte. En el contexto de esto, la cultura institucional del partido se construye sobre la premisa de la lucha y la supervivencia. Sin embargo, lo que podría entenderse como "pragmatismo" en el partido se deriva en última instancia de Mao Tse Tung. Mao utilizó una serie de ensayos sobre lo que significaba aprender y adquirir conocimientos , y lo tituló "sobre la práctica". Argumentó que la verdad y el éxito de una idea dada se confiere a su aplicación física y sus resultados, una forma de método científico, por así decirlo, en lugar de pura ideología. Aunque esto no detuvo el propio dogmatismo de Mao con respecto a la Revolución Cultural, estas teorías fueron tomadas y reinterpretadas por su sucesor, Deng Xiaoping, en la década de 1970, colocando el pragmatismo en el corazón del gobierno del partido, en contraposición a la rigidez ideológica. Como dijo Deng, "no importa de qué color sea el gato mientras atrape al ratón", y sobre esa premisa justificó la reforma de la economía de China, mezclando ideas socialistas con métodos de mercado. Posteriormente, China aprendió y se recuperó de los reveses de la era de Mao, y el partido, en todo caso, fortaleció su control del poder. Ahora, por supuesto, podría haber un contraargumento, que Xi Jinping se está 'alejando' de esta línea de pensamiento y repitiendo los errores de Mao. De hecho, esta es una acusación que se le hace continuamente en Occidente. Los cambios que está haciendo Xi Jinping implican una creciente centralización del poder, pero el contexto que a menudo se pierde es que estos eventos no ocurren en el vacío. Son producto de la creciente hostilidad que Occidente ha expresado hacia el poder chino y un entorno internacional en constante cambio. El mundo que habitaba Deng Xiaoping, donde EE.UU. veía a Beijing como un socio contra la URSS, ya no existe. Por supuesto, es una parte integral de la ideología occidental asumir que "más apertura" y "más reformas" sólo pueden ser el "camino correcto" para el PCCh. Por lo tanto, para la mente occidental, se deduce que si China toma un camino que no le gusta, caerá. Pero eso está muy lejos de la afirmación de Pei de que Beijing se está convirtiendo inexorablemente en un estado similar “a Corea del Norte”. Esa afirmación no solo ignora realidades de tamaño, recursos y vulnerabilidad, sino también conjuntos de circunstancias e historia muy diferentes. Pero en cualquier sentido, si los desastres antes mencionados en la década de 1960 no terminaron con el partido, ni tampoco los sangrientos sucesos en la Plaza de Tiananmen de 1989, ¿por qué las actuales tensiones con Occidente, especialmente debido a los exabruptos del discapacitado físico y mental de Joe Biden, provocarían ahora su desaparición? En este caso, ¿está realmente condenado el PCCh a su desaparición? La desaprobación de Xi Jinping y el curso actual del país adoptado por los analistas occidentales se debe - según afirman – “a un sesgo ideológico de larga data que lo llevará al fracaso, descartando así la capacidad del imposibilitando al partido a seguir permaneciendo en el poder”. Hace solo un año, se especulaba en Occidente que el COVID-19 sería una gran amenaza para el régimen - con mayor razón cuando se le acuso de haberlo propagado intencionalmente en el mundo - pero no ocurrió nada de ello. En cualquier caso, aquellos que deseen la desaparición "inminente" del PCCh pueden encontrarse esperando durante mucho tiempo. Por cierto, y es algo que los analistas occidentales no toman en cuenta, es que los chinos han tenido la capacidad de metamorfosearse de acuerdo a las circunstancias y si bien políticamente pueden seguir siendo calificados de ‘comunistas’ - conservando su bandera roja y la momia de Mao en Tiananmen - económicamente de ello no tienen nada y por el contrario, son mas capitalistas que los propios occidentales y lo aplican de una forma salvaje que muchos de nuestros países quisieran imitarlos. La represión es feroz para quienes se atreven a oponerse ya que todo el mundo gracias al apoyo de la tecnología, está estrechamente vigilado. Es “el socialismo a la china” que por lo visto le está dando excelentes resultados, ya que esta camino a convertirse en la superpotencia del Siglo XX, algo que en Occidente se observa con terror indisimulado. De allí el odio de Biden y el establishment hacia los chinos, quienes compiten con ellos en todos los campos, inclusive el espacial. No es de extrañar la actual escalada militar desarrollada por Washington en las denominadas “aéreas de influencia china” enviando portaaviones al Mar del Sur de China o buscando bloquear la Ruta de la Seda que le daría a Beijing mayor influencia económica en el mundo. A la larga, tantos desencuentros entre los EE.UU. y sus aliados de la OTAN por un lado y China mas Rusia por el otro, solo desembocaran en una guerra nuclear que acabaría con toda la humanidad ¿A ello nos estamos dirigiendo? :(
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