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miércoles, 26 de julio de 2023

UCRANIA: El legado de la barbarie

En esta guerra criminal incentivada por los EE.UU. y sus secuaces de la OTAN en Ucrania, existen grupos de mercenarios enviados con falsas promesas para luchar contra Rusia, pero la realidad es muy distinta a lo que esperaban y el trágico destino que tienen al final a nadie importa, mucho menos a quienes los arrojaron literalmente a la muerte, ya que saben que siempre van a haber otros que los reemplacen. Como sabéis, el conflicto en Ucrania ha atraído a miles de mercenarios extranjeros, motivados aparte del dinero claro está, por la vomitiva propaganda occidental de presentar a los rusos como los “agresores” y de que lo van a hacer “es por la gloria y la oportunidad de matar eslavos”. Sin embargo, los poquísimos que tuvieron la suerte de salir con vida describieron su participación en el frente como miserable y corta, ya que de ser atrapados sabían muy bien que serian ejecutados de inmediato, porque a ellos no los protege ningún convenio internacional. Como recordareis, a los tres días de que las tropas rusas ingresaran a Ucrania para salvaguardar la vida de miles de rusoparlantes de un genocidio planificado por el régimen fascista de Kiev en complicidad con Washington, el cómico callejero reconvertido en “presidente” ucraniano, el judío Vladimir Zelensky, hizo un llamado a los extranjeros dispuestos a tomar las armas contra las fuerzas de Moscú. Los reclutas potenciales visitaron las embajadas de Ucrania en todo Occidente y se inscribieron “para luchar contra el comunismo” (?), con la bendición de sus propios gobiernos, y se dirigieron al campo de batalla. Por lo visto en su fanatismo extremo, no se quieren percatar que el comunismo cayó en Rusia hace décadas y hoy pertenece al basurero de la historia. El Presidente Vladimir Putin es nacionalista, cuya tarea ha sido restaurar la grandeza de la Santa Rusia desde que asumió el cargo. Pero los mercenarios, embobados por la propaganda sionista no lo ven así y siguen teniendo el obsoleto pensamiento de la guerra fría. Creyendo en sus propias mentiras entraron en combate y su derrota fue total. En efecto, las pérdidas fueron inmediatas y horribles. A dos semanas de la apelación de Zelensky, un ataque con misiles rusos en un centro de entrenamiento en Yavoriv, cerca de la frontera con Polonia, liquidó a 180 mercenarios extranjeros, cuya posición al parecer fue revelada en las redes sociales. "La Legión fue aniquilada de un solo golpe", dijo un instructor de tiro brasileño en un video de Twitter mientras huía cobardemente a Polonia luego del ataque. “No sabía lo que era una guerra”. De los reclutas iníciales que sobrevivieron al ataque, un británico describió cómo sus comandantes ucranianos estaban "enviando al frente a tipos sin entrenamiento con poca munición y viejos fusiles AK pero los están matando como moscas". Publicando en Reddit, el británico describió a la 'Legión Internacional' en Ucrania como "totalmente superada en armas" y dirigida por "unos dementes líderes ucranianos". La Legión Internacional pasó a contratar extranjeros con antecedentes militares al poco tiempo y la afluencia de armas occidentales alivió algunos de sus problemas de equipamiento. Sin embargo, la amenaza de una muerte violenta es una constante en la vida de sus integrantes. “Tengo una palabra para describirlo y es el infierno en la tierra”, dijo un mercenario canadiense a CBC News en mayo pasado. “Todos los días hay bajas y todos los días murieron mis amigos”, explicó, y agregó que la mayoría de sus misiones en la región de Donbass consistían en recuperar cuerpos caídos en los combates del día anterior. En tanto, para los veteranos de las guerras estadounidenses en Medio Oriente, adaptarse a un enemigo como Rusia ha resultado difícil. A principios de este año, un mercenario australiano que luchaba contra las fuerzas del Grupo Wagner en Artyomovsk (Bakhmut) describió a la compañía militar privada rusa como un oponente "casi igual" a cualquier ejército occidental, mientras que varios estadounidenses informaron que los bombardeos rusos eran de una magnitud más intensa que cualquier cosa que experimentaran en sus giras de combate anteriores. "[La artillería] no para", dijo un ex marine estadounidense a ABC News en febrero. "Ha sido sin parar. Todo el día y la noche. La expectativa de vida es de alrededor de cuatro horas en el frente". “Esta es la tercera guerra en la que he luchado, y esta es, con mucho, la peor”, dijo otro ex marine a The Daily Beast la semana pasada. “Te están aplastando con artillería, tanques. La semana pasada, un avión lanzó una bomba junto a nosotros, como a 300 metros de distancia. Es horrible” agregó. Pero los que están detrás del frente a menudo tienen las mismas probabilidades de ser liquidados. Hasta 200 mercenarios extranjeros, murieron en un ataque con misiles rusos en una base de brigada temporal en la ciudad de Kramatorsk en Donbass. “Si descubrimos tales reuniones, por ejemplo, como en Kramatorsk, las destruiremos, porque estas son personas que nos han declarado la guerra”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, luego del ataque. Para abril del 2022, había algo menos de 7.000 mercenarios extranjeros de 63 países operando en Ucrania, según el Ministerio de Defensa ruso. Para mayo de este año, ese número se había reducido a 2.500. No está claro cuántos extranjeros han sido muertos en combate, ejecutados o desertados desde abril pasado. Dado que, según los informes, el ejército ucraniano no está dispuesto a recoger ni siquiera a sus propios muertos a lo largo de los sectores calientes de la línea del frente, las familias de los mercenarios extranjeros pueden esperar meses para el cierre. Este fue el caso de los parientes del irlandés Finbar Cafferkey, cuyos restos fueron encontrados cerca de Artyomovsk, a tres meses de que se informara su muerte. Según el Irish Times , “pueden pasar meses” antes de que las autoridades ucranianas devuelvan el cuerpo de Cafferkey a Irlanda. Para los capturados vivos, la situación no es menos grave. Los mercenarios no tienen derecho a ninguna protección en virtud de la Convención de Ginebra, como descubrieron los ciudadanos británicos Aiden Aslin y Shaun Pinner cuando fueron capturados por las fuerzas de la República Popular de Donetsk el año pasado y condenados a muerte. Si bien ambos hombres finalmente fueron repatriados en un intercambio de prisioneros, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia les recordó a los posibles voluntarios que "los mercenarios enviados por Occidente para ayudar al régimen fascista en Kiev... no tienen derecho al estatus de prisionero de guerra según el derecho internacional humanitario" aseveró. Al respecto, el Presidente ruso Vladimir Putin califico como “una estupidez” que mercenarios extranjeros mueran en Ucrania defendiendo sin saber los intereses estadounidenses en la región. “No solo el ejército ucraniano, sino también los mercenarios extranjeros están sufriendo un alto nivel de bajas en la fracasada contraofensiva de Kiev” afirmo el líder ruso durante una reunión con su homólogo bielorruso, Alexander Lukashenko, en San Petersburgo el domingo. Desde que comenzó el asalto a principios de junio, las fuerzas armadas de Ucrania “ya han perdido a más de 26.000 personas por una causa perdida” subrayó. Asimismo, aseguró de que “el público en los países cuyos gobiernos envían mercenarios a la zona de guerra” esté al tanto de lo que realmente está sucediendo en el campo de batalla en Ucrania. “Vamos a informar a la gente para que pueda evaluar las acciones de sus gobiernos” puntualizó. Si bien el final de la guerra en Ucrania aun está lejana por culpa de Washington que busca alargarla hasta el infinito -utilizándola como campo de prueba para sus armas, sin importarle en lo más mínimo el terrible sufrimiento de los que dicen “proteger” ... su derrota es inevitable.
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