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miércoles, 9 de octubre de 2024

IRÁN: Rompiendo la burbuja

Como sabéis, durante décadas la propaganda sionista quiso hacer creer al mundo acerca de la “invencibilidad del ejército israelí” por lo cual podrían atacar a cualquier país sin recibir a cambio el castigo por sus atrocidades cometidas. Se creyeron el cuento durante tantos años, hasta que el 7 de octubre del 2023, grupos palestinos lanzaron la Operación Inundación de Al-Aqsa, durante la cual se dispararon entre 2.500 y más de 5.000 cohetes desde Gaza hacia Israel. Tras este bombardeo, más de 2.000 combatientes armados de Hamas se infiltraron en territorio israelí por tierra, mar y aire, atacando kibutz y la ciudad de Sderot. Alrededor de 1.200 israelíes murieron, incluidos cientos de personas que asistían a un festival de música, y 242 personas fueron tomadas como rehenes. Como podéis suponer, este audaz operativo represento un duro golpe a los sionistas ya que tamaña humillación sufrida en carne propia demostró la falsedad de sus argumentos. Entonces se ensañaron con la indefensa población civil de Gaza - considerada la cárcel a cielo abierto más grande del mundo - bombardeándolo sin cesar y asesinando a miles de aterrorizados palestinos sin tener a donde escapar. Un año de genocidio en Gaza ha dejado hasta el momento unos 42.000 palestinos muertos y a Oriente Medio en llamas. Como la sed de sangre de estos criminales es insaciable y creyéndose impunes, no imaginaron la respuesta iraní, que salió en defensa de las víctimas de los sionistas. Es así como el pasado mes de abril Teherán lanzo un operativo con misiles denominado Promesa Verdadera, donde se expuso la vulnerabilidad de Israel en toda su magnitud, derrumbando definitivamente su fabricada imagen de “invencibilidad” y desafiando su impunidad internacional. Sin embargo, el régimen sionista continuo con sus planes genocidas trazados de antemano con la complicidad estadounidense y dirigió su mirada al Líbano, con devastadores bombardeos aéreos en el sur del país, incluida la capital, Beirut, teniendo como objetivo varios edificios residenciales en la capital libanesa, con informes locales que reportan miles de víctimas, en los que asesinó, entre otros, al líder de Hezbolá, Seyed Hasan Nasralá. El ataque se produjo luego de la masiva explosión de los beppers a cargo del Mossad israelí, en la que se utilizaron explosivos ocultos intencionadamente en dispositivos electrónicos para aterrorizar, mutilar y asesinar a miles de ciudadanos libaneses en un monstruoso acto de terrorismo. El régimen sionista utilizó bombas de más de 80 toneladas, suministradas por EE.UU., para llevar a cabo la cobarde operación de asesinato en la capital libanesa. Una agresión de esta magnitud ordenada desde Washington, ha demostrado fehacientemente el grado de colaboración criminal entre EE.UU. y la entidad sionista. Como era de esperar, Irán prometió represalias por estos asesinatos y el de Ismail Haniya, líder de Hamas, al mismo tiempo que instó a la comunidad internacional a condenar estas agresiones. Claramente, la entidad sionista recurrió a tácticas terroristas similares a las que EE.UU. llevó a cabo en Irak y Yugoslavia, con bombardeos indiscriminados utilizando armamento pesado destinado a sembrar confusión y terror. Netanyahu y el resto del mando israelí aprovecharon esta oportunidad para demostrar al mundo que, por muy descaradas que sean sus tácticas y operaciones criminales, contarán siempre con el respaldo de EE.UU. Es así, eufórico por la carnicería infligida en el Líbano, Netanyahu anunció “operaciones terrestres limitadas”, es decir, una invasión del país, creyendo que sería una operación fácil. Pero la resistencia mostrada por Hezbolá, que repelió cualquier avance de las tropas del régimen sionista en territorio libanés, y sobre todo el lanzamiento por Irán el pasado martes de cientos de misiles balísticos contra los territorios ocupados, obligo a millones de colonos israelíes a refugiarse en búnkeres y paralizo las operaciones militares del régimen, truncando sus planes. Según se ha llegado a saber, el 90 % de los misiles alcanzaron los objetivos previstos - sitios militares y de inteligencia en Tel Aviv y otras áreas ocupadas -, evadiendo los sistemas de defensa aérea israelíes, tan alabados por su propaganda como el “Cúpula de Hierro”, “Honda de David” y “Arrow” que resultaron ineficaces para contenerlos. Los misiles iraníes apuntaron, entre otros, a las bases aéreas de Nevatim, Hatzerim y Tel Nof, utilizadas para llevar a cabo bombardeos indiscriminados durante casi un año en Gaza, Líbano y otros lugares. Estas bases albergan cazas fabricados en EE.UU, como los F-35, que han sido utilizados para bombardear Gaza y el Líbano. Son también puntos de partida desde donde EE.UU. ha transportado bombas para lanzar sobre Siria, Líbano y Yemen. Informes iniciales de los propios medios israelíes afirmaron que las bases aéreas quedaron inoperativas o gravemente dañadas, especialmente la base de Nevatim. Si bien el régimen sionista impuso de inmediato un apagón mediático militar para evitar que la comunidad global conociera la magnitud del daño, imágenes satelitales mostraron lo que pretendieron ocultar. Los misiles también impactaron una base del Mossad en Tel Aviv y una plataforma de gas frente a la costa de Gaza. Todo esto subraya el rotundo fracaso de los sistemas de defensa israelíes, incapaces de interceptar los misiles iraníes. La operación de castigo fue denominada Promesa Verdadera II, una continuación del ataque con misiles contra la entidad ocupante en abril. Es probable que Irán haya utilizado la primera ofensiva como campo de pruebas para observar la reacción de las estructuras vitales y este nuevo ataque mejoró esa táctica, causando daños materiales significativos y abriendo la puerta a más si la agresión sionista continuaba. Si Promesa Verdadera se trató de una bofetada, Promesa Verdadera II fue un golpe directo. Es importante señalar que, a pesar del fracaso de las leyes internacionales y de los organismos internacionales para detener el genocidio en Gaza y la agresión en el Líbano, Irán sigue respetando las reglas de combate ya que sus incursiones no estuvieron dirigidas contra la población civil. Pero desde el momento en que el régimen israelí cometió asesinatos en su propio territorio y de oficiales en misiones de defensa legítima, Irán tiene el derecho a responder según la Carta de las Naciones Unidas, ya que sabe que nadie intervendría para detener la agresión sionista. Como recordareis, Irán prometió represalias en agosto tras el asesinato de Haniya en Teherán y declaró que el tiempo y el lugar serían elegidos por él. Irán esperó estratégicamente casi dos meses y eligió el momento perfecto para golpear a la entidad sionista cuando muchos la consideraban “invencible”. El uso estratégico de la represalia prometida ha causado al régimen israelí un retroceso tremendo en el peor momento posible, infligiendo daños materiales, económicos y psicológicos, exponiendo además la debilidad y vulnerabilidad del régimen. Este mismo “derecho internacional” - escrito en gran medida por Occidente y violado a menudo por ellos mismos - ha sido despreciado por el régimen sionista desde su establecimiento. Israel ha incumplido la mayoría de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU creyéndose impune, porque se sabe protegido por los EE.UU. Si cualquier otro líder mundial hubiera hecho la barbarie que comete Netanyahu en Gaza y el Líbano, se habrían emitido, ejecutado y cumplido órdenes de arresto el mismo día, pero claro, ello no sucede, ni sucederá, por lo que la mejor forma de enfrentar a esa bestia es mediante el uso de la fuerza, que es la única que entiende. De otro lado, la imagen del régimen sionista nunca ha sido peor a nivel mundial. Las manifestaciones en su contra se celebran a diario en diferentes países, con la asistencia de miles de personas, tanto en Occidente como en el propio EE.UU. Por cierto, las universidades estadounidenses se han convertido en un centro clave de este movimiento de protesta contra ese régimen asesino, con estudiantes que exigen la desinversión de las universidades en el régimen y la revisión de los planes de estudio que borran los crímenes de guerra y la limpieza étnica sionista. Por más que los grandes medios de comunicación al servicio del sionismo traten de “silenciarlas” e “ignorarlas” como sino sucedieran, estas protestas son cada vez más contundentes. En tanto, Alemania, un ferviente defensor del régimen sionista, al igual que el Reino Unido, ha suspendido recientemente de manera temporal las licencias de armas a la ocupación israelí. Aunque esto podría ser una maniobra política a corto plazo motivada por intereses propios, en última instancia reconoce que el régimen sionista está jugando mal sus cartas al punto de que incluso los estados clientes más leales se muestran cautelosos en apoyarlo ciegamente. Netanyahu ha percibido estas ecuaciones en desarrollo y está tratando de pasar a la ofensiva, presumiendo de su nivel de garantías por parte de Washington para llevar a cabo lo que él y la “experiencia” israelí desean en última instancia: una limpieza étnica total de palestinos. Pero Irán no lo permitirá. Quizá sea el momento de que la ONU comience a escuchar a los países que están tomando una postura legítima por la paz y la estabilidad mundial. Un buen punto de partida sería revocar la membresía de Israel en la ONU, como sugirió el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abás Araqchi. No hacerlo es dar luz verde a EE.UU. e Israel para que continúen cometiendo estos atroces crímenes de guerra, viendo que Oriente Próximo se convierte en un polvorín a gran escala mientras prosigue el genocidio en Gaza y el Líbano. Que no quede duda: el régimen israelí ha llegado hasta aquí únicamente por el apoyo político, económico y militar que recibe de Washington, pero de no tenerlo, hace mucho que hubiese sido extirpado de raíz, como el cáncer maligno que es. Para su mala suerte, la burbuja protectora con el cual los sionistas se sentían seguros, ha reventado. Así lo reconocen diversos medios occidentales como The Guardian, que afirma que la escalada con Irán es arriesgada, porque Israel ha demostrado ser más vulnerable de lo que parece: “El análisis de inteligencia del ataque de Teherán sugiere que las tan promocionadas defensas israelíes contra misiles no son inexpugnables. El hecho fundamental es que Irán ha demostrado que puede atacar duramente a Israel si así lo decide”, escribió Decker Eveleth, analista del grupo de investigación y análisis CNA, que analizó las imágenes satelitales luego del operativo iraní. “Otro problema para Israel será su economía, que será afectada como producto de una prolongada serie de ataques de represalia con los iraníes. Las reservas de defensa aérea israelíes son caras y limitadas, lo que significa que el país puede volverse más vulnerable a los ataques iraníes a medida que avance el conflicto. Dado que Israel parece haberse comprometido públicamente a atacar a Irán, es probable que no sea la última vez que veamos intercambios de misiles”, escribió Eveleth. “Mi preocupación es que, a largo plazo, Israel no podrá permitirse este intercambio si se convierte en un conflicto prolongado” añadió. “Es más, este intercambio de misiles balísticos entre Israel e Irán podría salirse de control en cualquier momento, generando gran cantidad de víctimas que darían paso al estallido de un conflicto a gran escala, arrastrando además a los EE.UU. lo que daría como resultado que los aliados iraníes ataquen a las fuerzas y bases estadounidenses en la región. ¿Tiene Israel la capacidad militar para mantener tantos frentes de guerra abiertos al mismo tiempo en Medio Oriente?” apunto. Como podéis notar, los sionistas no la tienen todas consigo. De seguro amenazaran con hacer uso de su arsenal nuclear, como si Irán no lo tuviera... Mejor no digo más. Si quieren guerra, la tendrán y perderán.
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