Venga ya, siempre me he preguntado como en este país puede existir gente que aun se deja engañar por una menuda panda de indeseables quienes se presentan como una opción “democrática” cuando por todos es sabido que no son mas que una banda de mafiosos, defensores de un Genocida condenado a 25 años de prisión por Crímenes de Lesa Humanidad. Me refiero obviamente a esa organización delincuencial que es el fujimorismo. Y digo esto porque la semana que paso -
de una manera ramplona, tan característica en ellos, cuando en el fondo son lobos de una misma camada - trataron de aprovecharse de la indignación ciudadana poniéndose al frente de quienes rechazan la pretensión del llamado Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef), de querer inscribirse como un partido político ante el JNE, por ser considerado un grupo de fachada del terrorismo. Pero la decisión sobre la legalidad o no de ese movimiento no es tan sencilla como algunos creen, ya que debe sopesarse dos grupos de principios básicos de una democracia. Por un lado, los de expresión, información y asociación, especialmente de posiciones discrepantes de las mayorías, incluyendo las contrarias a las que imperan en el sistema. Eso es propio de una sociedad democrática que acepta la pluralidad y defiende la tolerancia ante posiciones diferentes. Por otro lado, y con carácter prioritario frente a lo anterior, está el derecho a la vida, a la libertad y a la integridad personal y colectiva. Asimismo, está la ley de partidos, que establece que estas agrupaciones deben asegurar la vigencia y defensa del sistema democrático. Sin embargo, por todos es sabido que Sendero Luminoso constituyó una organización criminal cuyos métodos terroristas jaquearon de un modo muy grave este segundo conjunto de principios y derechos. No hay que olvidar que durante su vigencia crearon distintos organismos de fachada para infiltrarse en la sociedad y seguir expandiendo su ideología antidemocrática y violenta, la cual es incompatible con la democracia y el orden constitucional peruano. Para que no quede ninguna duda de que es el brazo político de Sendero, basta con ver en los telediarios las continuas declaraciones de sus voceros, exigiendo una amnistía para el cabecilla terrorista Abimael Guzmán - condenado a Cadena Perpetua y recluido en la Base Naval del Callao - para darnos cuenta de que efectivamente se trata de otro organismo de fachada.
Es por eso que hay que rechazar enérgicamente su burdo intento de querer tener un lugar en la política, creando para ello un andamiaje legal para impedírselo. Pero no solo ellos son quienes deben ser puestos al margen de la Ley, sino también la amenaza que representa para la sociedad el fujimorismo. Y es que hay un punto que muchos no han tomado en cuenta y es la conexión que existe entre ambas organizaciones criminales - juntos en busca de un objetivo común - como es exigir el indulto tanto para Abimael Guzmán como para Kenyo Fujimori, “en nombre de la reconciliación nacional”(?) expresado de manera casi simultanea por sus máximos dirigentes hace algunas semanas atrás ¿una coincidencia? A que no me lo creo y es que en realidad, cualquier divergencia entre ellos es solo aparente ya que en el fondo son aliados y se necesitan para sobrevivir políticamente.
Sin la “amenaza terrorista” que de cuando en cuando “se hace presente” no se mantendría vigente la opción autoritaria que representa el fujimorismo. Es por ello que con la misma energía mostrada en estos días para rechazar la legalización de los remanentes del terrorismo, hay que hacerlo con los fujimoristas, quienes al dar un autogolpe en 1992 e instaurar una feroz dictadura, demostraron que sus credenciales “democráticas” son nulas y lo volverían a hacer en cuanto tengan la mas mínima oportunidad.
Por todo el mal que han hecho al país deben pagarlas todas juntas y es por ello que junto con sus “socios” senderistas deben ser puestos al margen de la Ley y perseguidos incansablemente hasta su extinción definitiva.Venga Ollanta, decídete a hacerlo y haz algo bueno por la vida, hombre :(
Caricatura: Perú 21