Somos muchos los que tenemos enorme afición por los relojes.Algunos los coleccionan, otros los compran como una inversión a futuro. Pareciera ser que somos los hombres los que tenemos mayor afición por los relojes. En realidad son una joya, que se lucen con gran orgullo. Una pieza que distingue a quien la usa. El llevar en el brazo un Rolex o un Omega pareciera ser una aspiración universal. Se venden en cajas de fina madera, forradas en terciopelo, para colocar los relojes y conservarlos como joyas. Asimismo, existen revistas especializadas como "HR" las cual se encarga de mantener a los compradores de relojes al día, en las últimas colecciones de las empresas relojeras. La compra de piezas de marcas reconocidas (como Patek Philippe, Breitling, BVLGARI, Cartier, Omega y Rolex) a pesar de tener un valor de miles de dólares, son muy apetecidas y por ello es increíble la cantidad de sitios Web que los ofrecen por Internet. De igual modo los que los compran usados, por medio de anuncios de prensa, demuestra que un buen reloj nunca deja de tener valor. A diferencia de las computadoras y otros equipos electrónicos que se hacen obsoletos en tres años, los relojes - como el buen vino - mientras más antiguos mejor se cotizan. En algún momento de su ciclo de vida, los relojes, pasan de ser artículos utilitarios, para convertirse en obras de arte, antigüedades de invaluable valor. Si hay que elegir una marca en particular, a que se me hace muy difícil hacerlo, pero luego de pensarlo bien, no hay como un Rolex en la muñeca. ¿Y por que se preguntan algunos? El Rolex es un símbolo de estatus por excelencia. El motivo no solo es su precio o su antigüedad, sino también de que es el reloj perfecto que refleja la personalidad de quien lo posee. Son de gran calidad y contiene características que los hace únicos.Si bien por su elevado precio no esta al alcance de muchos, también pueden conseguirse usados a precios relativamente cómodos. Eso si, hay que tener cuidado con las falsificaciones que lamentablemente existen en el mercado, por lo que hay que ser muy cuidadosos al momento de adquirirlos. En suma, el Rolex es un tesoro que se puede transmitir de generación en generación porque nunca muere, ya que es para siempre. Si quieres hacerte un buen regalo ¿que mejor que un Rolex?