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miércoles, 2 de octubre de 2013

FRANÇOIS HOLLANDE: L’ idiot du village

Durante la reciente crisis en Siria, hubo un mediocre actor de reparto que trato infructuosamente de figurar en la escena política internacional, fracasando ruidosamente en su intento de recuperar a como de lugar la influencia perdida de Francia en el Medio Oriente. Nos referimos al “socialista”(?) François Hollande al quedarse solo con su discurso belicista contra el régimen de Damasco, tras la defección de sus aliados en esa empresa criminal - primero Cameron y luego Obama, quedando como el tonto del pueblo (L’ idiot du village), el bufón de feria que es motivo de burla general. Venga ya, cuando este impresentable gabacho fue elegido en el 2012, derrotando ampliamente al conservador Nicolás Sarkosy, abjuro de sus promesas de cambio y continuo con la misma política de su infame antecesor, indicando que trataría de “recuperar el honor perdido de Francia” (paradójicamente mancillada por ese menudo judío de origen húngaro, fiel recadero de Washington), En efecto, con la nueva administración “socialista” se reflotaron los planes de recuperar la hegemonía de África y Medio Oriente, como sucediera hace un siglo durante la Primera Guerra Mundial, tras la cual París y Londres se repartieron los restos del Imperio otomano. Como sabéis, Francia fue el primer país en reconocer a los terroristas sirios como “legítimos representantes del pueblo”. Esta posición fue demostrada por Hollande cuando el renegado musulmán Obama anunció sus planes de ataque contra Siria. Sin embargo, el plan ruso de fiscalizar la destrucción de armas químicas así como su firme oposición a la agresión de Siria, y el rechazo del Parlamento británico a formar parte de la coalición militar, obligo a Washington a suspender el ataque, dejando a Francia aislada en Europa y el mundo con respecto a la crisis. Y es que Paris tenía intenciones de continuar con su política colonial que ya le había dado resultados en el Africa. Así, la operación militar en Malí llevada a cabo este año contra los opositores islámicos revela el doble rasero con el que actúa Hollande. Por un lado combate a los terroristas islámicos en el Sahel norafricano y por el otro los apoya descaradamente contra Gobiernos que le son contrarios a sus intereses. Como sabéis, la toma de ciudades importantes por parte de Al Qaeda en Malí acercaba a este grupo peligrosamente a sus minas de uranio en Níger, El 75% de la electricidad que Francia usa proviene de sus plantas nucleares, además de ser un país exportador de este tipo de energía. Por otro lado, reforzar su presencia militar en Malí alejaría a la voraz China, que estableció acuerdos comerciales con casi todos los países africanos. Este año, la 'Françafrique', la política de dominio francesa en el África postcolonial, se completó con el incremento de tropas en la República Centroafricana, una excolonia que había sufrido un golpe de Estado en marzo. Mientras el mundo observaba, en 2011, cómo Francia participaba del bombardeo de Libia junto con la OTAN, París apoyaba militarmente el derrocamiento del presidente electo de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, para situar a su aliado y actual mandatario Alassane Ouattara. En Níger, en el 2010, cuando el presidente Mamadou Tandja diversificó las exportaciones de uranio, beneficiando a empresas de China, Libia, Venezuela, India e Irán. Inmediatamente Francia “no toleró” semejante acto de autonomía africana y propició con un sector del Ejército un golpe de estado • para proteger sus intereses” Otro caso similar fue el de Mauritania en 2008. Una junta militar derrocó al presidente constitucional para luego convocar a “elecciones” un año después, de las que resultó obviamente ganadora la misma junta golpista..Francia aplaudió inmediatamente el golpe, porque Mauritania es un aliado clave que aporta “seguridad” en Europa ante la masiva afluencia de inmigrantes y además su Ejército es el brazo militar con el que cuenta Occidente para combatir a Al Qaeda en esa región del desierto del Sahara. Además, la alianza de París con dictadores africanos fue muy habitual durante la década pasada. El presidente golpista de Chad, Idriss Déby, es apoyado por Francia para mantener la hegemonía en esa zona y combatir a Sudán, un país aliado de China. Ya Sarkozy durante su viaje por África había expresado que la República Democrática del Congo debería “compartir” sus yacimientos de oro, diamantes y coltán con el resto de los países africanos. Esta declaración no es menor, dado que a causa de la guerra en el Congo impulsada por las potencias occidentales han muerto 5 millones de personas desde 1997. .Previamente, el genocidio de Ruanda de 1994 había sido planeado por Francia, en el cual miembros de la etnia hutu se armarían de machetes para masacrar a los tutsis en el poder. El Tribunal Internacional de la Haya investigó este genocidio y descubrió que Francia lo había promovido bajo el nombre de Operación Turquesa, para disputarle a Estados Unidos el área de influencia geopolítica y económica de África central. Con estos negros antecedentes Francia no quería quedarse al margen del “reparto” de Siria planeado por Washington y pretendió no solo participar con sus empresas en la “reconstrucción del país” (tras dos años y medio de una sangrienta guerra civil patrocinada por ellos mismos) sino impulsar un fulminante ataque aéreo aliado que arrasaría Damasco, provocando la caída del régimen del señor Al –Assad, posibilitando la captura del poder por los grupos terroristas que instaurarían un gobierno colaboracionista, genuflexo a sus intereses. Sin embargo, la firme oposición de Moscú y la claudicación de Washington desbarato esos infames planes, dejando a Hollande descolocado una vez mas. No cabe duda que a la hora de hacer el ridículo, “L’ idiot du village“ se lleva todas las palmas (y con lo mal que me caen los gabachos ...) :)
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