Con la mirada puesta en Ucrania, esta semana nuestra atención se dirige a Suiza, donde en lo que es considerado como un triunfo de la ultraderecha
(que tal como lo advertimos semanas atrás, avanza en el continente a pasos agigantados, especialmente en este año de elecciones europeas) y que a su vez es visto como una bofetada política a Bruselas, los suizos decidieron poner fin a la libre circulación de personas procedentes de la Unión Europea, En efecto, los votantes suizos decidieron el ultimo domingo respaldar la propuesta planteada en referéndum de reinstaurar un sistema de cuotas o cupos para trabajadores europeos. Los resultados finales muestran que el 50,3% votó a favor, suficiente para que se invalide el acuerdo de 2002 entre Suiza y la UE sobre la libre circulación de personas, más en un país en el que los referendos tienen carácter vinculante. El Consejo federal que gobierna Suiza anunció que "sin retraso, empezará el trabajo necesario para aplicar la decisión de la ciudadanía". Si bien Suiza no forma parte de la UE, ha adoptado gran parte de las políticas europeas y tiene varios acuerdos con Bruselas que ahora quedan de alguna manera en vilo. Al respecto el analista Gavin Hewitt, califico la decisión de los votantes suizos como un desafío. "Los votantes suizos desafían a Bruselas y a su propio gobierno", dice:
"Trataron de intimidarlos con la falacia de que la libre circulación de trabajadores es intrínseca al derecho a participar en el mercado único de la UE y de que cualquier restricción podía afectar las relaciones con la UE, cuando ello no es cierto. Los empresarios por su parte adujeron falazmente que limitar el número de inmigrantes debilitarían la economía, cuando en realidad lo único que perjudica a sus bolsillos. Es por ello que los votantes no se dejaron engañar por estas noticias alarmistas e interesadas y votaron mayoritariamente a favor de la propuesta de la ultraderecha". Los suizos mostraron no tener miedo a los fatales pronósticos de quienes defendían el no este domingo, grupo que engloba al gobierno suizo, los partidos políticos conservadores y el empresariado que solo velan por sus intereses. Por su parte, los argumentos que esgrimieron los defensores del sí bien podían haberse escuchado en muchos otros países europeos donde cada día crece el rechazo a los inmigrantes Los partidarios del sistema de cuotas alegan que los trabajadores procedentes de la UE son un obstáculo para los trabajadores suizos ya que la llegada de extranjeros ha hecho subir el precio de los alquileres, ha bajado los salarios y ha supuesto mayor presión para los sistemas de salud y educación. "Al final", observa el periodista Hewitt, en un país que vio llegar a cerca de 80.000 extranjeros el año pasado, "el voto reflejó el temor a que Suiza pueda perder su identidad". Los acuerdos bilaterales de Suiza con la Unión Europea requirieron años de negociación para poderse alcanzar. En un comunicado, la Comisión Europea dijo que lamentaba que "una iniciativa para la adopción de límites cuantitativos a la inmigración haya sido aprobada con este voto."Esto va en contra del principio de libre circulación de personas entre la UE y Suiza. La UE examinará el impacto de esta iniciativa sobre las relaciones entre la UE y Suiza como un todo. En este contexto, la posición del Consejo federal suizo sobre el resultado también se tomará en cuenta" dijo amenazadoramente. Aun así, los suizos eligieron retomar el control sobre la migración pese a los riesgos de estropear su relación con Bruselas. El sí de este domingo no sólo impone un sistema que limita la cantidad de trabajadores europeos que puede entrar al país. También habrá restricciones al derecho de reagrupación familiar de los extranjeros y en el acceso a los servicios sociales. Las empresas tendrán que darles prioridad a los suizos a la hora de contratar personal. Habrá una nueva cláusula en la Constitución que constate que la migración debe servir al interés económico de la nación. Todavía se deben establecer muchos de los detalles precisos de las cuotas y, mientras tanto, el sistema actual seguirá vigente. Pero todos los ojos estarán puestos sobre la reacción que llegue de Bruselas. El propio gobierno suizo reconoció que "la nueva Constitución va en contra del acuerdo sobre libre circulación de personas" y acepta que la relación con la UE tendrá que adaptarse. Para Bruselas no hay opciones fáciles, destaca Hewitt. "La libre circulación de personas es uno de sus principios esenciales. Es algo intrínseco al mercado único. Bruselas le ha recordado esto a Reino Unido. Si ahora se muestra dispuesto a ceder ante los suizos, se expone a que otros países decidan hacer lo mismo. "Aún así, las autoridades europeas también son conscientes de que, con las elecciones europeas en el horizonte –se celebran en mayo-, habrá muchos partidos ultraderechistas que querrán imponer la misma restricción que han aprobado los suizos. Bruselas creerá que tiene que defender un principio clave, pero también es consciente de lo hondo que cala el tema de la inmigración entre los votantes. Lo cierto es que una mayoría de los votantes de Suiza está dispuesta a emprender una disputa con su principal socio comercial a cambio de limitar la inmigración. Otros líderes europeos tomarán nota de ello” puntualizó. Como era de esperar, los partidos extremistas saludaron el resultado del referéndum en Suiza y lo celebraron como suyo. Prueba de ello fue la reacción de Marine Le Pen, líder del ultraderechista francés Frente Nacional, que saludó la lucidez del pueblo suizo para luchar contra la inmigración masiva, y aventuró que “si los franceses fueran consultados sobre la cuestión, votarían masivamente a favor”. Por su parte, Nigel Farage, del populista británico UKIP, lo consideró una maravillosa noticia y el holandés de extrema derecha Geert Wilders concluyó: “Eso que pueden hacer los suizos lo podemos hacer también nosotros”.
No cabe duda que la decisión tomada por los suizos será visto como un ejemplo para el resto de Europa, donde cada vez son mas fuertes las voces que exigen cerrar sus fronteras a quienes ven como una amenaza a su forma de vida :)